POV MORGAN
Terminamos de prepararnos, al final optamos por un vestido negro ya que en la mitad de la sesión de ropa, Austin entró y nos dijo que tampoco era tan elegante. Según él solo iban a estar un par de ministros, políticos, presidentes de otros Estados y personas así.
- Me encanta como me queda este pero, ¿crees que le gustará?- preguntó mi hermana mirándose en el espejo.
- ¿A quien?- la mire sin entender.
- A Austin- contesto como si fuese obvio.
- Espera, ¿te gusta Austin?- ella asintió con una sonrisa.
- ¿No lo sabías?- negué.
- Se veía que os llevais bien y todo, pero no pensé que tanto- dije sorprendida.
- El día de la fiesta, después de ese momento kun fu panda por parte de Sofia, nos besamos cuando me acompaño a mi habitación y se aseguró que estaba bien, pero solo han sido unos besos, nada mas- me aviso.
- Estoy flipando- confese.
- Bueno pues flipa después, ¿estoy guapa o no? Claro que lo estoy, es absurdo pensar que no, pero quiero una doble confirmación- me miró.
- Preciosa- dije apoyando mis manos en sus hombros.
- Eso quería escuchar- me miró por el espejo- Que sepas que Sofia no va a poder sacarte los ojos de encima con eso- sus ojos recorrieron mi cuerpo.
- Yo no...- me miró, sabía que si pensé en sí le gustaría- Vale si, también lo pensé- sonreí.
- Lo sabía, tienes un brillito en los ojos cuando piensas o hablas de ella, es súper momo- beso mi mejilla y salió de mi baño.
Volvieron a tocar la puerta y antes de poder decir nada Austin entró con su mano sobre sus ojos.
- Nos vamos ya, solo vengo a avisar- mire a Maddison.
Ella estaba sonriendo mientras miraba aquella absurdez.
- Estamos listas Austin- dije, el apartó su mano de sus ojos.
- Wow, estas radiantes- sonrió- Pero vamos que vuestro padre está esperando- dejó la puerta abierta y se hizo a un lado.
Maddi le miró un poco embobada. La verdad es que ese traje le quedaba como un guante, estaba muy guapo, había que reconocerlo. Al salir me extraño que Sofia no estuviera ahí así que supuse que estaría abajo, pero cuando tampoco fue así le pregunté.
- ¿Y Sofia- le mire.
- Se fue hace una hora con Charlie para alli, por el tema de la vigilancia y todo eso- respondió.
Nos montamos en el coche y Rob condujo hasta allí. Había muchas más furgonetas negras aparcadas. La gente salía, cada uno con sus guardaespaldas y parejas, subían por la pequeña alfombra que había hasta llegar a unos controles. Cuando llegó nuestro turno Austin nos abrió la puerta, salió el primero y luego nosotras.
- Hemos llegado jefa- dijo tocando su pinganillo.
El asintió a algo que le han debido de decír y nos miro. Arqueo ambos brazos y nosotras nos enganchamos a él. Comenzamos a andar y, si no llega a ser porque estoy agarrada a el, me hubiese caído dos escalones atrás. Llegamos al control, Austin se sacó una pistola y una identificación de su chaqueta, cosa que nos sorprendió y se la entregó al guarda. El la miró y luego le devolvió ambas cosas. Se lo colocó en su sitio y pasamos. Uno de los hombre sacó un detector y nos lo pasó por encima del cuerpo.
Pues si que se habían tomado enserio la seguridad. Fuimos pasando hasta llegar a la puerta, un hombre y una mujer la abrieron y nos sonrieron al pasar. Pudimos ver el lugar por dentro, era enorme. A los laterales había dos barras, la gente se trataba algo mientras hablaba, justo en el fondo había un escenario con gente tocando el piano, el violen e instrumentos varios. También habían algunas mesas repartidas, pero estaban reservadas para ciertas personas.
Intente buscar a Sofía con la mirada, pero la cantidad de gente que había me lo impedía y, aunque llevase tacones, seguía siendo bajita para algunas cosas.
Seguimos a Austin hasta una de las mesas, la cual tenía una tarjeta con nuestro apellido.
- Buenas noches señor y señora Hudson- dijo Charlie con una sonrisa.
- Hola, ¿cómo va todo?- preguntó mi padre.
- Bien, Sofia esta con Noah vigilando las cámaras y las identificaciones- contestó.
- Gracias- el tocó su pinganillo.
- Voy, nos vemos ahora- nos sonrió y se fue.
Pasó un rato desde que se fue, más de una persona se acercaba a saludar a mis padres y por ende, nosotras. Más de una persona se sentó en las mesas que había al lado nuestra. Cuando todo el mundo parecía estar colocado y dejamos de ver gente entrado, un hombre se subió al escenario.
Se puso detrás del micrófono, le dio un par de toques y comenzó a hablar. Dio un discurso de agradecimiento a todos los presentes y habló de otras que no entendí, pero mi padre si, porque le hicieron gracia.
Después se bajo y la banda sigio tocando, esta vez algo un poco más...alegre. Varios se levantaron para ir a la barra, otros hablaban sin moverse de sus sitios y los pequeños corrían de un lado a otro. Tom encontró varios niños con los que jugar, corría de un lado a otro. La pobre Rebeca estaba mareada de tanto verle correr.
Corrieron felices hacia las salidas de emergencia como si esa fuese la meta, pero en una de esas Tom se resbaló con el cordón de su zapato desabrochado. Me levanté acelerada por el golpe que se iba a dar, pero al ver como Sofia apareció y le cogió por debajo de los sobacos antes de que tocase el suelo con la cara, me calme un poco.
El pequeño se sorprendió, pero al ver quien le cogió la abrazo feliz. Vino con en el brazos y me fue inevitable mirarla. Estaba increíble con ese traje negro con camisa blanca y corbata que llevaba. Parecía que estuviera hecho a su medida, se veía espectacular.
- Para no gustarle los trajes le quedan increíble- susurro Maddison, que también la miraba.
- Estoy de acuerdo- dije sin dejar de mirarla.
Termino de acercarse y le dejo en el suelo, se agachó con una sonrisa y le ató los zapatos.
- Con más cuidado y nada de correr hacia las puertas- le advirtió.
- Perdona Sofi- dijo el avergonzado.
- Tranquilo pequeño- le colocó la chaqueta y le sonrió- Ve con cuidado-
El asintió feliz y se fue con su amigo. Después me miro o más bien me repaso con la mirada porque sus ojos fueron desde mi cabeza hasta mis pies. Me fue imposible no ponerme nerviosa, esos ojos verdes eran penetrantes.
- Hola- conseguí decir.
- Hola- dijo sin despegar la mirada de mi cuerpo- Estas muy guapa- sonrió.
- Tu también- le sonreí de vuelta.
- Tu también Maddison- dijo mirado detrás de mi.
- Gracias- me giré para mirar a mi hermana, la cual estaba feliz por haber recibido otro cumplido.
- ¿Qué te ha pasado?- preguntó mi madre precupada, al parecer no la había visto.
- Un rasguño- respondió.
- Ryan le pego un puñetazo- dijo mi hermana.
- ¿Qué hizo, qué?- preguntó mi padre, que tampoco sabía nada.
- No es nada señor- dijo seria.
- ¿Se la devolviste?- asintió- Pues menos mal que no me hiciste caso- suspiro aliviado.
Puso su mano en su oído y asintió.
- Disculpen me- nos miro.
La vi irse tan rápido como vino, hablo con uno de los guardias y salió por la puerta principal. Tardo en volver a entrar, lo se porque cada minuto miraba la puerta para vovler a verla. Cuando lo hizo se posicionó en una de las puertas de salida y comenzó a mirar todo el lugar.
Es que hasta a esta distancia se veía preciosa. Ese traje la hacía lucir imponente, segura, sexy... benditos trajes.
Después de un rato me di cuenta de que varias chicas que estaban en las mesas cerca de ella no paraban de mirarla. Algunas susurraba en su dirección, otras le sonrían y otras mandaban a un camarero con una bebida, la cual ella negaba. Lo peor de todo era como la miraban, parecía que se la comían con la mirada, eran unas pesadas. Y la mitad o estaban casadas o de pareja, ¿que se creen? Vi a una de ellas levantarse e ir hacia ella y como no aguantaba más ver como la miraban, me levante también. Camine intentado no verme desesperada por llegar antes, pero llego un momento en el que no me importó, no iba a dejar que esa adúltera se acercara a mi chica.
Para mi desgracia ella llegó antes, pero no me precupo, su conversación no iba a durar mucho, ya me encargaba yo de eso. Cuando comenzó a tocar su traje de forma provocativa, las ganas de pegarle un puñetazo en esa cara polioperada aumentaron.
- Quizá luego podríamos...- carraspee mi garganta.
- Señorita Hudson- Sofía me miró seria.
- Sofia- sonreí.
- La hija mayor del presidente, un gusto- sonrió la mujer, visiblemente molesta por interrumpir su conversación.
- Igual- la mire mal- Necesito hablar contigo- volví a mirar a Sofía.
- ¿Ha pasado algo?- me miró precupada.
- Si- menti.
- Gracias por la invitación señorita Manson, pero no puedo aceptarla- dijo respetuosamente.
Toma, vete con tu viejo marido mala víbora.
- Una pena... Hasta luego- le guiño un ojo y se fue.
- Deberías ocultar mejor tus celos- comento con una expresión seria, aunque no cuadraba con su voz.
- Esas adulteras llevan mirándote toda la noche- dije un poco molesta.
- Lo sé, porque llevo rechazando sus propuestas, números e invitaciones todo el rato- contestó.
- Aún así, no me parece adecuado, estas trabajando- me cruce de brazos.
- Tampoco lo es una escena de celos y mira- me miró de reojo.
- He venido a salvarte- dije intentado convencerla, aunque se que es inútil.
- Morgan, por mucho que quiera, vestida así eres a la única que puedo ver y ya me está costando centrarme en el resto así que porfavor, no les hagas ni caso- me miró.
Sonreí ante aquello, me gustó escuchar eso.
- ¿Tu estas bien?- pregunto- No lo digo por esto si no por lo otro-
- Sorprendente si, osea me duele la traición, pero creo que el fondo era mejor asi, ya no era lo mismo- respondí.
- Entonces me alegro que ya no estés dejando mocos por todos lados- le golpee el brazo disimuladamente- Iba a decirte que era broma, pero creo que Mery sigue frotando mocos de la camisa- sonrió.
- Tu me dejaste dormir encima tuya- contraataque.
- Y no me arrepiento- dijo seria.
- ¿Eso significa que no hay normas para mi?- ella soltó una pequeña risa.
- Sigue habiendolas, pero me cuesta aplicarte las- respondió.
- A parte de la distancia y el contacto físico, ¿cuales hay?- pregunte curiosa.
- Esos vestidos, distraen demasiado, mira a Austin- me giré para buscsrle con la mirada.
Estaba mirando a Maddison cada cinco segundos, era adorable.
- Pues ignora me- bromee.
- De qué me sirve ignorarte si te pienso a cada segundo- susurro.
La mire y cuando volví a ver esos ojos verdes las mariposas en mi estómago se revolucionaron. Su mirado se poso en mis labios un instante y las ganas que tuve de besarla cada vez eran una tortura más grande.
- Sofía...- inconscientemente me acerque.
- Deberías ir con tus padres Morgan- dijo mirando me.
- ¿Por qué no me besaste antes?- desde que pasó no pude quitar me lo de la cabeza.
- Ese es otro límite- dijo- No puedo sobrepasar ese limite- en su voz había un hilo de pena- ¿Podemos hablar esto en otro momento?-
Asentí sin saber que decir, porque aunque diga que es un límite, no negó que quisiera hacerlo.
Estaba de camino a mi mesa, pensado con una sonrisa en aquello cuando escuche un estallido en la puerta y alguien encima mío. Al caer no me hice daño, el golpe se lo llevó el cuerpo que me tapaba.
- ¿Estas bien?- escuche decir a Sofía.
- Si..-conteste un poco conmocionada.
- Vamos, tenéis que iros- dijo apresurada.
Los gritos y los pasos de la gente se hicieron presentes en mis odios. Todo el mundo corría desesperado hacia las puertas de salida.
Sofia me ayudó a levantarme y cubrió mi cabeza y mi cuerpo con el suyo. En cuestión de segundos me recibí con mi familia.
- Sacarles de aquí- ordenó Austin y Rebeca.
- Falta Tom- dijo mi madre asustada.
Todos giramos la cabeza para buscarle, pero cuando escuchamos los disparos y los gritos, cerramos los ojos con miedo.
- ¡Proteger los!- gritó Sofia, corriendo hacia el otro lado.
Varios hombres vestidos de negro y con pasamontañas se pusieron en su camino, pero ella los derribo en cuestión de minutos. Soltaba golpes y los esquivaba como si supiera sus movimientos. Fue hacia una de las mesas y levantó el mantel. Tom salió asustado y se agarró a sus mano. Esos hombres no paraban de entrar, algunos llevaban pistolas, otros unas barras de metal y otros unos puños americanos. Parecían buscar a alguien con la mirada, porque el resto le daba igual.
Volví a mirar a Sofía, tres de los hombres se acercaban a ella, así que colocó a Tom detrás suyo y se preparo. Paró el puño de primero y le pego una patada en el estómago al segundo, haciendo que su cuerpo chicas contra la mesa. El tercero fue a atacarla, pero ella lo esquivo y retorcio tu brazo, le pego una patada en la cara y aprovecho la barra que tenía para darle en la cara al primero, dejándole inconsciente. El de la mesa se levantó dispuesto para darla, pero ella fue más rápida y lo noqueo. Cogió a Tom en brazos y corrió hacía nosotros.
- Mi pequeño- mi madre le agarró al borde de las lágrimas.
- Iros a los coches ya- ordenó seria.
Rebeca abrió una de las puertas de salida haciendo que la gente saliera más rápida y no se amontonara.
Un coche negro se paró ahí, Charlie abrió la puerta.
- Vamos arriba- grito.
Mis padres subieron corriendo, pero Maddison y yo no nos movimos.
- Vamos- dije tomando su mano.
- Vete Morgan, ponte a salvo- me miró.
- No pienso dejarte aquí con esos tíos armados- ella sonrio.
- Yo también lo estoy- abrió su chaqueta, dejando ver dos pistolas.
- CHICAS VAMOS- grito mi padre.
- Estaré bien, te lo prometo- dijo con intención de tranquilizarme.
- Rebeca lleváte las- ordenó, ella asintió y comenzó a arrastrarlos fuera.
- Estarán bien- dijo- Son los mejores- comento.
Las dos subimos a regañadientes de a la furgoneta. Al mismo tiempo que la puerta de la furgoneta se cerraba la suya también.
- Los cinturones- avisó Rebeca.
Todos nos lo pusimos y ella comenzó a conducir como si fuese una carrera.
- ¿Chicos me recibís?- dijo Noah atrás.
Estaba tan distraída preocupándome por Sofia que ni me había dado cuenta de que estaba ahí.
- Lo hacemos teclitas- respondió Austin.
- Sofia a tu izquierda- dijo el concentrado.
- Gra..cias..- respondió ella con la respiración entrecortada.
- Austin a tus doce- volvió a hablar.
- ¿Qué pasa?- pregunto Madisson preocupada.
- Nada, están peleando- respondió como si fuera normal- Arma a tus nueve Sofía- dos disparos sonaron.
Mi corazón dio un vuelco al escucharlos, esto era demasiado.
- Son mercenarios- la escuche decir- ¿Os siguen?-
- No te sabría decir todavía no he conseguido salir- pego un voluntario para esquivar un coche- Dame...un...momento- metió otra marcha y volvió a girar el volante.
Sus movimientos eran precisos y claros.
- De momento no, ¿coches?- preguntó.
- Ranger Rovers- respondió Charlie.
- Noah, necesito que me hagas una lista de las personas que ya han salido- dijo Sofía.
Más disparos se escucharon, mi madre decidió taparle los oídos a Tom.
- Estoy en ello....- tecleo algo en el portátil- La mayoría de los ministros y políticos han salido del edificio y están en sus coches- respondió- Menos el de interior, su identificación sigue dentro de edificio- dijo.
- Chicos nos siguen- dijo Rebeca.
- Mierda- susurro Charlie- Sofía, tenemos a tres coches detrás nuestro.
- Rebeca, gana tiempo e intenta esquivarles- dijo Sofía agitada.
- Como digas jefa- metió quinta y comenzó a esquivar coches como loca.
Charlie sacó una pistola de detrás de su chaqueta, deslizo la parte de arriba hacia atrás, un click sonó y miró la ventana.
- Agachar la cabeza y no la levantes hasta que os diga- todos hicimos lo que pidió- Baja la ventanilla guapa- Rebeca presiono un botón y está bajo un poco.
El sacó un poco la cabeza y apuntó con su arma a uno de los coches. Disparó varias veces haciendo que las ruedas delanteras del coche que estaba más cerca de nosotros se pincharan. El conductor perdió el control y el coche acabó destrozado y rodando por el asfalto.
Volví a meterse, la ventanilla subió y varios disparos impactaron en nuestro coche. Noah sonrió ante aquello, como si fuese una broma.
- Coche blindado capullos- se colocó las gafas con una sonrisa- Ese grupo debe de ser los últimos chicos-
- Austin al suelo- gritó Sofia.
Varios disparos continuados sonaron. Maddison y yo nos miramos.
- ¿Chicos?- preguntó Noah- Darme una respuesta-
Los segundos pasaban y ninguno hablo, no había respuesta. Rebeca nos miro por le retrovisor, Charlie miraba a Noah impaciente y el lo hacía mirando al portátil.
Maddison desesperada se desabrocho el cinturón y tomó el caco que tenía Noah.
- Por tus Santos muertos Austin responde- dijo entre preciaoda y molesta.
- Sigo vivo- ¿por que lo decía en singular?- Sofia también- dijo.
Suspiré de alivio, esto me estaba entrenando. Le devolvió los cascos y se sentó, abrochandose el cinturón de nuevo.
- Sujetaros a algo- aviso Rebeca.
Segundos después estábamos cogiendo una curva tan rápido que todos acabamos hacia un lado del coche.
- ¿Todos bien?- preguntó cuando volvimos a ir en línea recta.
- Si- dijo mi padre agitado.
- Sofia no los consigo perder de vista- dijo Rebeca viendo sus retrovisores.
- Ya...casi..hemos...ay..hijo de puta..- soltó.
- Buen trabajo, puñitos- dijo Austin.
- Vuelve a llamarme así y te quedas como ese- amenazó.
Reí ante aquello, pero creo que fue más por la tensión y los nervios que por su amenaza.
- Ya vamos- dijo- ¿Donde estáis?-
- A veinte minutos de vosotros, diez si cogéis la tercera salida y girais a la izquierda- agregó Noah.
- Nos vemos ahora- finalizó.
Rebeca giro en otra calle, pero maldijo cuando vio que aún seguían tras nosotros.
- ¿Alguien tiene un pendrive o algo con señal?- pregunto Noah- Mi ordenador detecta otra señal dentro del coche a parte de la mia- nos miro.
Mi padre rebusco algo en sí bolsillo y sacó un pendrive.
- Esto debe de ser- dijo el
- Dame lo- dijo extendiendo su mano.
Lo enchufó al portátil y comenzó a teclear rápido.
- Madre mía- susurro- Esto tiene un monton de información codificada y una Red muy extensa, por eso no puedes esquivarles, esto emite una señal que les permite localizarnos- dijo.
- Pues quítala- dijo frustrada.
- Me llevará unos minutos- aviso.
- Puedo aguantar unos minutos, tu hazlo- seguía esquivando coches.
- Sofia, Austin la siguiente calle a la derecha, nos veréis en cuando gireis- sigio mirándo su portátil.
- Esta bien- dijo Austin.
Segundos después el sonido de dos motos nos hicieron mirar por las ventanas. Una moto se colocó en el derecho mientras que la otra estaba en el izquierdo.
Una era Sofia y otro Austin, pero no sabría decirte cual es cual. Ambos iban con un traje diferente y el casco negro.
- Yo me encargo de la de la derecha, tu de la izquierda- dijo Sofia.
- Entendido- dijo Austin.
- Rebeca quiero que sigas, mientras nos encargamos, en cuanto puedas giras, mientras que enten entretenidos con nostoros no podran seguiros, asi le dsre tiempo a Noah para quitar el localizador ese- ordenó.
- Esta bien jefa, ¿nos vemos en casa?- pregunto.
- Más te vale regalarme tu chocolate- dijo seria.
- Oye esta vez no ha recibido un tiro por mi culpa- la mire mal.
Osea que ella era la culpable de aquello. Más disparos sonaron, ambos se movieron para esquivarlos.
- ¿Listo Austin?- preguntó Sofía.
- Cuando digas- respondió.
Las dos motos aceleraron a una velocidad descomunal. Adelantaron a todos los que había por delante como si nada. Bajaron de las motos cuando estuvieron a unos quince metros de nosotros. No podíamos ver que hacían solo parecían esperarnos. Dejaron un hueco lo suficientemente grande para que pasáramos.
A medida que nos acercamos vi colo ambos tenían unas pistolas en sus manos. Apuntaban a nuestros laterales. Una vez pasamos por el medio todos miramos hacia atrás. Los dos dispararon a las furgonetas. Tenían tanta puntería que a ninguno de aquellos les dio tipo a sacar su arma para disparar. Pincharon sus ruedas delanteras haciendo que uno de los coches pegara un volantazo y se cosas con una farola que se les cayó encima, mientras que otro acabó rodando justo como el otro.
Seguí mirando, pero avanzábamos con tanta velocidad que cada vez les veía menos.
- Listo, localizador desactivado- dijo Noah feliz- ¿Todos bien?- pregunto.
Quitando que tengo una nudo en la garganta y una presión en el pecho que hace que respirar see vuelva un mundo si, todo bien.
- ¿Sofia? ¿Austin?- preguntó Charlie.
Otro disparo sonó, este fue más fuerte que el resto.
- Bien- dijo Austin un poco nervioso.
- ¿Sofía?- preguntó de nuevo.
Unos segundos pasaron hasta que Algo se escucha.
- No...no, perdona yo no quise...- sonó una voz que mo conocíamos, parecía estar suplicando- Porfavor...¡pum!- otro disparo sonó.
- Este hijo de puta me ha rayado la moto- bufo- Estoy bien- añadió después.
El nudo que tenía se aflojó al escuchar su voz. Estaba bien, eso fue lo que me repetí hasta que llegamos. Pasamos a cada y todos fuimos al salón a esperar les. Los minutos pasaban y todavía no escuchábamos la puerta abrirse. Cuando no salía yo al pasillo lo hacía Maddison y viceversa.
- ¿Por qué tardan tanto?- preguntó desesperada.
- Dales tiempo cielo- dijo mi padre.
Se levantó y nos abrazo a las dos para intentar calmar nos. No se si a mi hermana le funcionó, pero a mi no. Necesitaba verla, ver que estaba bien y que no le había pasado nada.
Cuando la puerta se abrió las dos nos separamos de él y miramos la puerta del salón. Austin fue el primero en entrar, tenía la cara con algunas motas negras y una pequeña raja en su ceja. Sofia fue la siguiente en entrar, su labio seguía igual solo que la herida había sangrado, también tenía una raja encima de la ceja y otra en su brazo.
Las corrimos hacia ellos y les abrazamos. Sentí como Sofía se quejo al rodear la por sus costillas, pero tampoco me apartó.
- ¿Estas bien?- susurró mientras me abrazaba de vuelta.
- No vuelvas a hacerme eso- dije con mi cabeza en su pecho.
- Estoy bien- acarició mi espalda- Un poco magullada, pero bien- me separe para mirarla.
Sonrió levemente y volvió a comprobar que de verdad estaba bien.
Segundo después Tom se enganchó a su cintura y yo me aparté para que pudiera hacerlo en condiciones.
- ¿Estas bien pequeño?- se agachó despacio para quedar a su altura.
Otras cuantas muecas de dolor aparecieron en su cara.
- Si- susurro.
- Ven- ella abrió sus brazos y mi hermano rodeó su cuello.
Ella cerró los ojos mientras apoyaba su cabeza sobre el hombro de mi hermano.
Charlie se acerco y la abrazo cuando termino con él.
- Voy a ir a por cosas para curar las heridas- dijo mi madre.
- Eres un imbecil- grito mi hermana molesta- Me has asustado- le pego en el pecho.
- Ay ay- se quejo.
Sofía me miró y negó, pidiéndome que no le hiciera lo mismo. Poco después mi madre vino con un kit de primeros auxilios. Los dos se sentaron en el sofá y ella se colocó delante suya. Yo me puse a su lado y ayude a Sofía con la herida de la ceja y del brazo que eran las que más sangraban.
Ella se negó a taparlas, dijo que quería ducharse primero así que la acompañe a su cuarto y, por mucho que insistí en ayudar la, ella se negó.
Una vez entramos fui directamente al baño, encendí el grifo, regule la temperatura del agua y dejé que se llenará la bañera. Una vez lo hizo apague el agua y deje todo a mano para ella. Es lo menos que podía hacer, acaba de salvarnos la vida.
- Te he preparado el baño, te déjate para que te relajes un poco, cuando acabas te vendare todo eso y nada de no hace falta- le advertí.
Ella solo sonrió y mi miró.
- Gracias- dijo.
- A ti por protegerme- la mire una última vez antes de salir- Estaré fuera por si me necesitas- asintió y salí.
Espere fuera todo el rato como le dije. Suspiré intentando recobrar un poco la compostura. Todo había pasado tan rápido que no tuve tiempo de asumir toda la persecucion, los disparos, los golpes, los gritos.....todo.
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