La primera impresión era muy importante.
Por lo tanto, cuando Keigo se abalanzó sobre Denki gritando lo mucho que lo extraño y llenado su cara de besitos que parecían de una madre que había sido separada de su hijo por años, la tensión dentro del ambiente se quebró como la ramita de un árbol. El rubio soltó chillidos de risas nerviosas, esas que pueden ser risas o llanto según quien lo escuché. Eijirou, en un intento por ayudarlo, le agarro del brazo y se lo llevó contra su pecho, con una sonrisa amigable que era muy diferente a la mirada aguda que le dirigió el mayor.
Katsuki sintió que el ambiente dentro de la habitación bajo unos cuantos grados y buscando la causa de eso, se encontró con los ojos azules de Tenya que parecían querer que su amigo estuviera tres metros bajo tierra. De la nada estaba muy confundido y perdido.
—Oh, ¿que es esto pequeño Denki? ¿apenas tres meses fuera y ya tienes una pareja? —tanteó el rubio mayor el terreno, teniendo miedo de que ocurriera una masacre.
— ¡Ojalá, Kei-nii! —debido a los nervios, al menor se le salió el apodo del contrario y agrego con una risa menos tensa —Él es Kirishima Eijirou, el amigo y compañero de Bakugou Katsuki. Ah, Bakugou esta ahí con Todoroki. Y creo que sería bueno que los saludaras Kei...Keigo-san.
El rubio no repitió el apodo por segunda vez porque, uno, recordó que estaba mal y dos, vió a Iida Tenya detrás del mayor, junto a la puerta sin entrar todavía. Pensó que el más alto no dudaría en regañarlo por ese error, por ser tan informal en una reunión importante y se sintió avergonzado, se acercó más al pelirrojo en busca de protección y pudo jurar que los ojos azules del más alto lo vieron aún peor.
—Hum, creo que Iida también debería pasar a la invitación —murmuró incómodo, poniéndose de pie y buscando el agua caliente para un té — ¿Se quieren sentar?
Keigo admiro que el pequeño niño travieso que conocía se estuviera esforzando por mantener las apariencias, cuando él mismo se encargó de destruir eso. Por respeto y cariño, le siguió el juego, se sentó cómodamente en un cojín delante del muchacho pelirrojo y tiro del yukata de Tenya para que hiciera lo mismo, le susurro que cambiará esa cara que parecía que no podía ir al baño e inclino la cabeza a la derecha, dónde Shoto se encontraba en un futón con el joven que reconoció como su prometido.
Debo reconocer que es lindo. Se parece a su madre pero su aura mágica es más poderosa, casi tanto como la de Sho.
Los dragones eran, por excelencia, las criaturas mágicas más poderosas de todas. Sin embargo, una de las razones porque había dos clases que gobernaban el Valle de Anteri y no uno solo, era porque los espíritus zorro también tenían un nivel de poder importante. Además de eso, los Zorros de la Luna Roja eran casi de la misma antigüedad que los dragones y tenían muchas tradiciones y un gran sentido de la responsabilidad con sus pares, aparte de un gran respeto por las demás criaturas mágicas.
Aún si en una batalla la desventaja era notable nunca se sabía cuál de los dos bandos podía ganar. Por esa razón, el Dragón del Sol y los Zorros de la Luna Roja juraron hace mucho tiempo nunca pelear entre sí. Sería una gran perdida para ambos bandos y siempre consideraron que el Valle de Anteri se podía repartir equitativamente entre ambos. Pese a que se podían considerar aliados, era la primera vez que surge un matrimonio.
A Natsu le interesa lo que Sho piense de este matrimonio, más de lo que su madre pudo haber visto o no, pero siendo que Sho acepto desde el principio, ¿tendrá más sentido decirle que parece que su prometido ya está enamorado de él? ¿eso lo dejaría más tranquilo o haría que viniera corriendo hasta acá para comprobarlo él mismo?
Hawks muy pocas veces no acertaba sobre el comportamiento del albino —y secreta pareja— acerca de su hermano menor. Natsuo era sobreprotector y exagerado. Tal vez, si bien le diría que la relación de su hermanito parecía ir bien, agregaría que no debí ir a molestar al clan del Zorro de la Luna Roja.
—Es un honor conocerlo, Katsuki-san —hizo una ligera reverencia el mayor en señal de respeto —Mi nombre es Keigo Takumi, sirvo a Natsuo Todoroki. Y el que esta a mi lado es Tenya Iida, viene en nombre de su hermano mayor que sirve a Fuyumi Todoroki.
—Es un honor tenerlos aquí a ambos —devolvió la reverencia el de ojos rojos —Espero que estén a gusto.
—Es un lugar muy hermoso el que tienen —sonrió el rubio de manera relajada, para después mirar hacia el bicolor que seguía en la cama e inclinar más la cabeza —Sho, ¿ya has salido a pasear por aquí? Si es posible, después me gustaría ver algunos lugares. Sería lindo si pudieras acompañarme.
Hubo un tiempo de silencio, hasta que el mismo Shoto negó con la cabeza y luego, agarrando su cuaderno que estaba lealmente a un lado de su futón, se puso a escribir un par de notas. Cuando terminó, las doblo prolijamente por la mitad y con sus ojos, le pidió a Katsuki que las pasará.
El cenizo estuvo tentado a leer el contenido pero no lo hizo. Confío en que lo que sea que el bicolor hubiera puesto ahí era para ayudarlo y se las paso a los otros dos. Hawks tardo menos de un minuto en leerlas, arrugó el ceño un par de veces, algo que hizo que Kaminari se pusiera nervioso y que provocará que se le cayera algo de té en la mesa. Kirishima estaba limpiando ese desastre cuando le tocó a Iida leerlas. Sus expresiones fueron menos discretas, su rostro se puso pálido en un punto en que alzó la cabeza y miro al de ojos dorados con atención.
El menor se sintió incómodo por eso. E intento esquivar la mirada del otro. A su derecha, el pelirrojo le susurro que todo estaba bien y que no tenía nada de lo cual preocuparse. Fue entonces en que el mayor de todos volvió a hablar.
—Al parecer tienen una muy buena historia que contarnos —dijo, pasando por sus ojos a todos en la habitación y terminando en el bicolor y el rubio —Antes de comenzar, Denchan, ¿te sientes bien?
—Y-Yo estoy muy bien —tartamudeo debido a los nervios el rubio y al ver que el mayor le veía con seriedad, agrego —En serio. Aquí tienen un lugar que curo mis heridas. No...¡ay!
Takumi agarro la muñeca del menor en un veloz movimiento e inspeccionó su flujo espiritual, arrugó el ceño y después, le soltó, tenía una sonrisa de alivio en la cara.
—Lo siento, es que siempre dices que estás bien incluso cuando no es así, Denchan —se disculpo el rubio —No podía estar tranquilo hasta asegurarme. Ahora, sí, digan todo y con lujo de detalles.
Bakugou intercambio una mirada con Kaminari, el cuál tenía un leve puchero en los labios y al mirarlo a él, le brindo una ligera sonrisa. El rubio le dijo que empezaría con su parte y que después él y el pelirrojo podrían continuar con el resto. Dándole una mirada de lado a Todoroki, el cenizo comenzó.
Keigo estaba en un estado de preocupación, impresión y desconcierto. Por un lado, admiraba mucho a Katsuki Bakugou por meterse sin dudarlo en el Abismo, el territorio de los demonios y por enfrentar a un dragón envenadado con el Gas de Tum, el cuál era sabido los dejaba sin raciocinio y con una sed de sangre aterradora. Por otro lado, se debatía en qué debía hacer a continuación, en palabras de los menores, los culpables del incidente eran dos miembros del clan del Zorro de la Luna Roja y un demonio. Lo normal —y lo que seguramente pediría su acompañante— sería que los castigará de alguna forma.
Pero en las notas que le dió Shoto le pidió dos cosas. Primero, que por favor no se lo llevarán. Segundo, que no castigará a Mirio, Tamaki e Izuku —los tres culpable del accidente— porque no creía que hubieran tenido la intención de lastimarlo a él o al rubio.
Estaba en un verdadero dilema. Natsuo iba a querer saberlo todo una vez volviera a las Montañas de Iruyuki y, seguramente, iba a enloquecer cuando lo supiera. Podría calmarlo, claro. Incluso podría recurrir a Tenko para que convenciera a Touya de calmar a su hermano. Y si bien Fuyumi podría ponerse nerviosa, bastaría con una visita suya a su hermano menor para ponerla bien y no haría un gran escándalo por eso, como sí haría su tercer hermano.
Tal vez, podría pedirle al bicolor unas cuantas notas para pacificar esa situación. O hablaría con Rei, ella siempre ayudaba en esas situaciones. Sí, haría eso.
Hawks siempre tuvo la magnífica habilidad de aliviar sus preocupaciones en segundos. Lo que podía ser un enorme problema, lo destrozaba con pequeñas cosas que marcaban una gran diferencia. Una vez se sintió tranquilo, miro hacia su derecha, dónde Tenya seguía bastante pálido y sus manos apretaban las notas que les dió el bicolor.
Bueno, para él esto no será fácil de solucionar y mucho menos olvidar, ¿qué puedo hacer?
—Keigo-san —la voz del rubio menor llamo la atención del contrario — ¿Qué piensa hacer ahora? ¿Le va a contar todo a la familia Todoroki?
—Es mi deber, así que, no tengo otra alternativa —al ver que la expresión del menor se volvió a nerviosa, se apresuro a calmarlo —Pero hablaré a favor de los que causaron esto, ya que esa es la voluntad de ambos. Si no quieren que reciban un castigo, así será.
Denki y Shoto se sintieron aliviados al escuchar eso. El primero tuvo la oportunidad de conocer a Mirio y Tamaki apenas llevando unos días en el Pasillo de las Orquídeas cuando quería saber todo lo que sucedió en el Abismo —el cenizo se lo contó en parte pero no ciertos detalles que eran privados— así que, pidió tener una charla con los involucrados. Su historia lo conmovió y no quería que sufrieran más de lo que ya sufrieron, pasando ambos por un destierro —uno obligado y el otro voluntario— y un castigo. El segundo comenzó a recibir las visitas de Mirio en las últimas semanas, el rubio se arrodillaba delante de él por unos minutos para pedir por su perdón y después conversaban por un rato, o más bien, el mayor se dedicaba a hablarle. Era una compañía muy agradable y diferente a la que siempre tenía, aparte de que le recordaba un poco a sus hermanos mayores.
Ninguno tuvo el gusto de conocer todavía a Izuku pero como era el amigo de la infancia de Katsuki —y una persona a la cual le tenía mucho cariño por lo que ambos escucharon de Eijirou— tampoco le deseaban un castigo por parte del Dragón del Sol.
—Le estoy agradecido por su comprensión —habló el cenizo que estaba también aliviado por las palabras del mayor —Si quiere pedir alguna cosa, ya sea por la seguridad de mi prometido y Kaminari u otro motivo, puede hacerlo.
El rubio mayor tuvo una brillante idea ante esa propuesta y poniendo sus manos sobre los hombros del más alto que lo vio confundido, pidió lo siguiente.
—Bueno, ya que entre nuestros clanes la comunicación es bastante difícil, ¿qué les parece si Ten-chan se queda con ustedes un tiempo? —propuso el mayor —Él podría brindar información sobre Sho en un tiempo muy corto y podríamos usarlo para enviar cartas. Sería útil.
Bakugou se sintió un poco confundido. Por lo que tenía entendido, sin importar que tan rápido fuera un dragón, seguiría tardando unos tres a seis días en llegar hasta el territorio que tenía el Zorro de la Luna Roja. Ni siquiera Kirishima podía cubrir esa cantidad de territorio en un tiempo menor.
Todoroki al notar que el cenizo estaba tardando en responder, escribió algo rápido en una de sus notas y le tomo de la mano para que la leyera. Él lo hizo de inmediato.
Iida es un Dragón Azul. Son los más veloces aunque no tanto como Keigo-san que es un Dragón Fénix. Puede hacer un viaje desde las Montañas de Iruyuki hasta aquí en menos de dos días.
Eso era bastante increíble, en opinión del cenizo e increíblemente útil. Además, podría ser posible que a su prometido le gustará mantener una comunicación constante con sus familiares. También le sería útil a él en caso de que en algún momento tuviera que enviar regalos por compromiso u algo así a sus familiares políticos.
—Me parece bien —aceptó la propuesta de inmediato.
Y mientras Keigo sonreía alegremente por salirse con la suya y Tenya pensaba en qué lo estaba metiendo, Katsuki solo podía preguntarse, después de unos minutos de reflexión, cómo fue que Shoto fue capaz de adivinar el motivo de su preocupación.
¿Acaso para él era tan obvio? ¿O ya lo conocía lo suficientemente bien cómo para saber lo que pasaba por su cabeza?
Cuál fuera que fuera la respuesta, el cenizo tenía el rostro sonrojado y guardo la nota en su yukata sin que nadie le viera.
Gracias Keigo-san.
—De nada, Sho —sonrió el rubio con cariño —Se te ve bastante contento, ¿es por tu prometido?
Después de la conversación que mantuvieron, Keigo insistió en pasar un tiempo a solas con Shoto para contarle acerca de "asuntos privados de la familia Todoroki". Una mentira para poder conversar con el menor acerca de Katsuki sin nadie presente. El mayor tuvo la suerte de que el cenizo no puso la menor objeción a su pedido y que se fue junto con todos los demás para dejarles la habitación. Únicamente, le aviso que el bicolor estaría cansado luego de unos treinta minutos y que era mejor si lo dejaba dormir.
Algo muy tierno, si se lo preguntaban.
Aunque más tierno era ver como el rostro del bicolor, un pequeño dragoncito que conocía desde su nacimiento, ponerse por primera vez tan rojizo y adorable. Le recordaba mucho a su Natsuo, cuando cada vez que le hacía una pequeña broma o le robaba un beso, se ponía rojo hasta sus orejas.
No se burle de mí.
—No me estoy burlando de ti —se rió el mayor al leer la nota y la mirada de "no te creo nada" por parte del bicolor —Es en serio. Solo lo digo porque es la primera vez que te veo así.
¿Tengo un aspecto extraño?
—No, solo te percibo diferente. Más relajado creo que sería la palabra correcta —respondió el de ojos amarillos —Estabas ansioso por lo del matrimonio, por lo que encontrarte de esta forma es un verdadero alivio.
Estaba ansioso porque no sabía si me llevaría bien con Bakugou. Ahora es diferente.
Keigo asintió al leer la nota. Recordaba claramente al bicolor escribiendo cartas a su prometido —cartas que no tuvieron jamás una respuesta que él supiera— y enviando regalos, con una cara que mezclaba la ansiedad y la inquietud. Parecía estar esperando por algo que no sabía que pasaría o que no estaba seguro de aceptar si es que pasaba.
— ¿Y qué cambio exactamente? ¿O fue la forma en que se conocieron lo que causó ese cambio? —quiso saber con curiosidad el mayor.
Cambio el hecho de que, apenas lo ví, supe que no iba a querer a otra persona en mi vida. No sé cómo lo supe, pero cuando lo ví, solo tuve esa certeza. De que lo amaría, sin importar cuánto tiempo me llevara.
Hawks sonrió de forma torpe cuando leyó esa nota y le dió una palmada en el hombro al bicolor, que tenía el rostro un poco más rojo que antes debido a su confesión.
—Sí, conozco esa sensación, Sho —murmuró bajito y después, agrego en un tono más alto y alegre —Ahora necesito que escribas unas cartas más. Para todos —recalcó cuando noto que el menor ponía una carita de fastidio —Pon la verdad ahí y después lo que quieras. Ah, no se vale escribir una sola oración para Enji-san con no me jodas, llegué bien. Se va a poner histórico.
Todoroki suspiro pero se resignó a su destino y comenzó a escribir las cartas que le pidió Takumi.