Cada vez más cerca

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Kaminari se sentía en paz consigo mismo desde que, a prueba de práctica y error, junto con el padre de Bakugou lograron finalmente confirmar de que el estado de su embarazo estaba óptimo y fuera de todo peligro del Gas de Tum. Y gracias a un par de trucos con magia, pudo verificar el núcleo mágico del futuro bebé, que no tenía ninguna esencia demoníaca y se desarrollaba dentro de lo normal.

Lo único raro sería que era un núcleo un tanto más grande que el de la mayoría de los bebés pero Masaru y él pensaron que se debía a la combinación de sangre. Nada que pusiera en peligro al cenizo.

—Siento que ahora sí puedo respirar en paz —suspiró el rubio viendo los últimos papeles con los exámenes —Bendita sea la Diosa Lunar.

—Bendita sea —repitió el castaño, un tanto divertido de que al más bajo se le hubiera pegado una de sus tantas costumbres y luego miro hacia su hijo que estaba rodando los ojos —Katsuki, no te molestes. Es normal que ambos estuviéramos preocupados.

—Son dos exagerados. Ya sabía yo que este bebé estaría bien —señalo el cenizo, tocando su ligero y abultado estómago sobre la tela de la ropa —Incluso Shoto lo sabía.

—Es mi deber preocuparme, ¡recuerda quién me puso a cargo de tu embarazo y parto! —se quejo el rubio haciendo pucheros —Todo tiene que salir perfecto. Ah, lo que me recuerda, ¡es hora de tu almuerzo!

El de ojos dorados se paró un momento, yendo en dirección de la bandeja con las tazas de té y los bocadillos que dejaron de lado. Las acercó a la mesa donde estaban los tres sentados y se volvió a sentar en lo que le pasaba a el cenizo su último antojo, un té caliente de limón con unas galletas de sabor avena y chispas.

Últimamente, quería muchas cosas calientes. El té, la cena, los bocadillos. Evitaba las frutas como la manzana y la banana y elegía las naranjas o frutillas. A el rubio que se le hacía que era por la sangre de dragón del bicolor. Generalmente, los dragones tenían gusto por las comidas calientes y un tanto ácidas. Las frías les daban dolor de estómago y las muy dulces podían provocar náuseas. Así que intentaba tener a mano las posibles preferencias diarias del cenizo y contaba con Tenya para ayudarlo con las compras si le faltaba algo.

—La boda será la semana próxima, ¿podrás manejarlo, Katsuki? —quiso saber el castaño que estaba preocupado por si su hijo podría aguantar toda la presión de ese día —Las ceremonias empiezan desde temprano.

—Y luego tendré tres días de descanso con Shoto en un tranquilo templo, estaré bien, viejo —aseguró el cenizo con suficiencia —Puedo hacer todas esas malditas ceremonias sin problemas. Además, la vieja se hará cargo del clan por un año todavía, hasta que el bebé no me necesite diariamente.

—Los bebés de los dragones tienen un crecimiento bastante acelerado —comentó el rubio pensativo —Ya a los seis meses son capaces de caminar por su cuenta. Será divertido verte perseguir a un pequeño bebé.

—Eso si se parece a Shoto, puede salir como yo y ser tan normal como un bebé humano —bufo el cenizo acariciando su estómago nuevamente —Aunque, bueno, no sería una sorpresa si eso pasara.

Masaru optó por dejar a los más jóvenes solos para volver a sus actividades. En lo que Katsuki comía su almuerzo, el rubio le contaba sobre las medicinas que le dejaría para su ceremonia matrimonial con Shoto, como estarían varios días dentro del Santuario de la Noche, tenía que prepararse para cualquiera emergencia. Hasta ahora, el único problema que había tenido eran las náuseas y el agotamiento, aparte de que dormía más horas que las acostumbraba. Según el de ojos dorados, su cuerpo se estaba adaptando bastante bien a un bebé dragón, las madres solían tener más dolores musculares en esos meses y él estaba como si nada. En verdad tenía suerte.

La pareja del líder [TodoBaku]Where stories live. Discover now