7:15 || C.V.&TÚ

By chris_sonrisas

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Liv y Christopher vienen de mundos diferentes, pero se reúnen cada mañana a las misma hora 7:15. ✨Adaptadacio... More

✨7:15✨
Capitulo1:
Capitulo 2:
Capitulo 3:
Capitulo 4:
Capitulo 5:
Capitulo 6.-
Capitulo 7.-
Capitulo 8.-
Capitulo 9.- parte 1
Capitulo 9.- parte 2
Capituló 10.-
Capitulo 11.-
Capituló 12.-
Capitulo 13.-
Capitulo 14.-
Capitulo 15.-
Capitulo 16.-
Capitulo 17.-
Capitulo 18.- parte 1
Capitulo 18.- parte 2
Capitulo 19.-
Capitulo 20.- parte 1
Capitulo 20: parte 2
Capitulo 21.-
Capitulo 22.-
Capitulo 23.-
🫁NOTA IMPORTANTE 🫁
Capitulo 24.-
Capitulo 25.-
Capitulo 26.-
Capitulo 27.-
Capitulo 28.-
Capitulo 29.-
Capitulo 30.-
Capitulo 31.-
Capitulo 32.-
Capitulo 33.-
Capitulo 34.-
Capitulo 35.-
Capitulo 36.-
Capitulo 37.-
Capitulo 38.- pense en ti
Capitulo 39.-
Capitulo 40.- todo es nuestra culpa
🫀 NOTA 🫀
Capitulo 41.- lo siento
Capitulo 42.- amarte por mucho tiempo
Capitulo 43.- él te ama y tú a él.
🍃 Ultima nota 🍃

📍Prologo

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By chris_sonrisas

Eramos un poco disfuncionales, pero creo que así era como más nos gustaba.

Estuvimos juntos durante seis años, lo que era mucho más de lo que las de lo que duraron la mayoría de las relaciones de la secundaria. Todo iba constantemente arriba y abajo, como si estuviéramos atrapados en una montaña rusa y no podíamos bajar. Todo iría bien unos pocos meses y de repente todo se vendría abajo. Yo le diría que él estaba absolutamente jodidamente loco y él me llamaría una perra sobre-emocional, pero ni siquiera me importaba.

Christopher gritaba y me hubiera gustado tirarle cosas y al final no sería tan difícil darnos cuenta de lo equivocados que estábamos y llorar por eso.

Pero yo no quería cambiarlo por nada. Christopher era todo para mí, yo lo amaba más que a nadie que había conocido jamás. El siempre me decía que yo era todo su mundo y yo le creí. Nos peleabamos y luego dos horas más tarde ya estaríamos de vuelta en los brazos del otro, llorando sobre cuanto lo sentíamos.

Honestamente pensé que iba a ser así para siempre, pero estaba equivocada.

Una noche, a finales de Abril cambió todo. Él había hecho algunos comentarios sobre que nosotros no teníamos suficiente dinero y lo culpé por no tener un trabajo lo suficientemente bueno. Los gritos no pararon, las lágrimas nunca vinieron, y Christopher y yo continuamos discutiendo en la mañana.

Christopher empacó sus cosas y se fue, dijo que él no necesitaba más esto y que las cosas no estaban funcionando para nosotros. Yo le dije que no estaba feliz con nuestra relación de todos modos, así que estaba bien. Estuvo de acuerdo y eso fue lo último que supe de él. Yo no lo detuve, porque me sentía de la misma manera.

No pensé que pudieramos resolver esto. Pensé que era una buena opción para Christopher que se fuera y yo no quería volver a verlo. Yo sabía que sin importar lo que hicieramos, siempre ibamos a correr en circulos como ahora, y no quería eso. Me sentí así por mucho tiempo, hasta hace muy poco.

Empecé a perder la sensación de los brazos de Christopher envueltos a mi alrededor en la noche, y me perdí despertar en la mañana con el sonido de él tocando su música demasiado alto, mientras se preparaba para el trabajo. Me perdí que me llamara durante el día para decirme lo mucho que me amaba, y me perdí la forma en que nos ibamos a acostar en el sofá durante horas cada noche viendo películas antiguas. Quería tenerlo de vuelta, pero no había nada que pudiera hacer.

Christopher se fue hace 8 meses y no había sabido nada de él desde entonces. Nunca llamó para ver como estaba, nunca regreso a nuestro apartamento para recoger el resto de cosas que dejó atrás. No sabía si se había ido de la cuidad o si todabía estaba en algún lugar cercano. Era como si Christopher hubiera desaparecido completamente de la faz de la tierra, y yo estaba lamentando no ir tras él cuando tuve la oportunidad.

Salí de mi apartamento temprano en la mañana ese sábado para ir a buscar café y recoger algunas cosas de la tienda. Recogí el correo también, y la unica cosa cosa allí además de un montón de billetes era una carta en un sobre blanco con mi nombre en él, sin remitente.

Tomé el elevador hasta el cuarto piso, donde estaba mi apartamento, y miré mi teléfono mientras caminaba por el pasillo. Si la persona que estaba afuera de mi puerta no hubiera tosido y sacado de mi trance, no lo hubiera notado en absoluto.

— ¿Christopher? – finalmente susurré, mirándolo. El estaba de pie fuera de mi puerta, con las manos en los bolsillos, como si hubiera estado esperando por mi.

— Murphy, hola. – Christopher me sonrió.

Tragué saliva al escuchar el sonido de su voz. Hacía tanto tiempo que ni siquiera lo había visto, no estaba segura de como se suponía que debía reaccionar. Pensé que había perdido a Christopher para siempre, pero aquí estaba él, de pie frente a mi y yo ni siquiera podía hablar.

— ¿Qué estás haciendo aquí? – Le pregunté en voz baja. Christopher se hizo a un lado y me dejó abrir la puerta, manteniéndola abierta para él.

— ¿Eso es todo lo que tienes que decir? – Chris rió entre dientes, siguiéndome a la cocina. Agarró las dos bolsas de compras que tenía en mis manos y las puso sobre el mostrador antes de darse la vuelta para mirarme.

— Era una pregunta valida. – Me encogí de hombros, finalmente sintiendome con un poco más confianza al rededor de él

— Han sido casi nueve meses, ¿y ni siquiera puedo obtener un bonito «hola»?– Preguntó Christopher, levantando una ceja. Suspiré y tomé otro sorbo de mi café, todavía intentando encontrar las palabras adecuadas para hablar.

— Hola, Christopher. – Le dije después de un minuo, poniendo los ojos en él. Dejé el café en el mostrador también, al lado de la pila de correo que había recogido.

— Hola, – Repitió, cruzando los brazos sobre el pecho.

— Así que, ¿por qué estás aquí? – Le pregunté de nuevo, con la esperanza de que Christopher realmente respondiera mi pregunta esta vez.

— Solo vine a echarte un vistazo.– Christopher se encogió de hombros.

— No necesito que me echen un vistazo. – Dije, ofendida por como Christopher no pensaba que yo podía cuidar de mi misma por mi cuenta. Había pasado los últimos 8 meses yo sola y lo estaba haciendo bien, él no necesitaba aparecer ahora y fingir que le importaba.

— Yo solo quería asegurarme de que lo estabas haciendo bien. – Christopher suspiró, pasándose una mano por el cabello. Yo ni siquiera sabía como estaba parado aquí hablando conmigo tan normalmente; él había estado ausente durante mucho tiempo y ahora estaba aquí de nuevo y tratando de hacer parecer que todo estaba igual a como solía ser.

— Bueno, lo estoy haciendo muy bien. De hecho, estoy mejor ahora de lo que estaba hace 8 meses.– Mentí, cruzando los brazos sobre mi pecho.

— Bueno, eso es genial. – Christopher dijo, con una pizca de sarcasmo en su voz. Bajó la mirada hacia la pila de correo que yo había lanzado sobre el mostrador y hojeó las cartas, deteniéndose en la que no tenía remitente.

— No sé que es eso. – Dije en voz baja, antes de que Christopher incluso preguntara. Frunció las cejas y miró de cerca por un momento, luego la delizó hacia mi sobre el mostrador.

Los dos sabíamos de quién era, y yo sabía que los dos estábamos asustados de abrirla. Me alegré de que Christopher estuviera ahí conmigo, porque de lo contrario no habría sido capaz de leer la carta sola.

Abrí el sobre y saqué la carta de el, mis manos temblaban. Leí rápidamente la carta, casí olviando que Christopher aún estaba en la habitación conmigo. Una vez que había terminado, le pasé los papeles a Christopher, quién tomó los siguientes pocos minutos para leer la carta en silencio para sí mismo.

Después de un rato, se secó los ojos con el dorso de la mano y Christopher me pasó la carta de nuevo, ninguno de los dos dijo una palabra.

— Al menos sabemos que está bien.– Christopher dijo después de un momento, y me dio una pequeña sonrisa.

— Han sido casi 5 años, estoy harta de su mierda. –
Dije, sacudiendo la cabeza.

Poco después de que Erick se fue al centro de rehabilitación, se alejó poco a poco de Christopher y de mi. Por un año o algo así, estuvimos en contacto constante, siempre escribiéndonos cartas  y programando para visitarlo cada vez que tenía la oportunidad. Pensé que todo iba a salir bien, que Erick iba a estar mejor y muy pronto todo volvería a la normalidad.

Pero supongo que las cosas empeoraron y Erick decidió que Christopher o yo no lo vieramos más, El nos enviaría cartas de vez en cuando, básicamente solo para hacernos saber que él todavía estaba vivo, pero eso era todo. Ninguno de nosotros estába seguro de que era exactamente lo que había pasado y ninguno de nosotros tenía las respuestas a las muchas, muchas preguntas que teníamos para Erick.

— Estoy seguro que él estará al rededor eventualmente. – Christopher me aseguró.

— Si, claro. – Me burlé. — He esperado que Erick
«entre en razón» desde hace años y no ha pasado nada.

Cosas como esta no deberían molestarme, yo debería estar feliz sabiendo que él está feliz de vivir la vida por su cuenta, pero no lo estoy. Extraño a Erick, extraño a mi mejor amigo, y solo lo quiero de vuelta.

— Lo siento, Murph, sabes que si pudiera hacer algo sobre esto lo haría pero esto está fuera de mi control. El es un adulto ahora, el sabe que está haciendo.– Christopher suspiró, llegando lentamente y colocando una mano sobre mi hombro.

— Lo sé. – Asentí con la cabeza, tratando de no centarme en el heho de que Christopher me estaba tocando. Parecía muy surrealista para él estar allí de pie junto a mí después de tanto tiempo. Yo casi que no quería creerlo.

— ¿Todavía tienes mi gran caja de discos?– Preguntó
Christopher, rápidamente cambiando de tema. Se apartó del mostrador y comenzó a caminar por el pasillo, hacia mi dormitorio. — Esa es la única cosa que realmente me arrepiento de haber dejado aquí.
No la tiraste a la basura ¿verdad?

— No, no lo hice. – Dije, sacudiendo a abeza de nuevo. Seguí de cerca a Christopher cuando entró lentamente a la habitación, mirando como si tuviera miedo de dar un paso dentro.

— Estaba tan acostumbrado a ver este cuarto con ropa por todo el piso. – Christopher dejó escapar una pequeña risa cuando finalmente dio un paso adelante, en el centro de la habitación. Señaló a la cama, donde estaba aún hecha en el lado donde Christopher  dormía. — ¿Aún duermes en el lado izquierdo?

— Si, porque no me gusta...

— Dormir tan cerca de las ventanas. – Christopher terminó por mi. — No te gusta el sonido de los autos en la calle debajo de nosotros y no puedes soportar cuando el sol se filtra a través de las cortinas en la
mañana.

— Exactamente. – Asentí con la cabeza, un poco sorprendida de que Ashton recordara todo eso.

— Estuvimos juntos durante 6 años, Murphy, no voy a olvidar estas cosas con muchas facilidad. – Chris  se rió, notando cúan fijada yo estaba en su memoria.

— Lo sé. – Dije, asintiendo de nuevo.

— ¿Donde está la caja? – Preguntó Christopher, apuntando hacia la esquina de la habitación donde manteníamos su caja de discos. El tocadiscos estaba en la sala de estar, pero almacenabamos todos sus álbumes aquí para ahorrar espacio. Dejó el tocadiscos también, y supuse que lo hiba a tomar junto con los discos.

— En la sala de estar. – Dije en voz baja, mirando hacia el suelo. — Estuve viéndolos el otro día.

— Oh, está bien. – Christopher asintió, buscando aceptarlo, y comenzó a caminar de regreso. Se detuvo por un segundo y se centó en algo que estaba encima de la cómoda, habiéndolo dejado solo un par de horas antes.

Era la sudadera favorita de Christopher y también la mía, y siempre discutíamos sobre quién tenía que usarla. Empecé a robársela después de que habíamos estado saliendo cerca de dos años una vez que nos habíamos mudado a vivir juntos y medi cuenta que sin importar lo que yo hiciera, Christopher dejaría su ropa por todo el piso. La mayoría de las veces él cedía y me dejaba usarla para dormir, pero cuando Christopher se iba a trabajar la llevaba con él.

— La dejé a propósito. – Christopher susurró mientras salía de la habitación, evitando el contacto visual conmigo. Me arrastré destrás de él mientras entramos a la sala de estar, en busca de la caja de discos.

— Ahí está. – Dije, señalando el lugar junto al sofá donde había dejado la caja un par de noches atrás.

— ¿Todavía te gusta The Killers, Murphy? – Chris preguntó. Tomó asiento en el sofá «en su lugar usual, todo el camino a la derecha» y subió la caja a su regazo, comenzando a ver entre los discos.

— Si. – Asentí con la cabeza.

— Me lo imaginaba. – Chris sonrió, manteniendo los ojos fijos en la caja delante de él. — ¿Nada sobre ti ha cambiado?

— No realmente. – Me encogí de hombros. Le estaba diciendo la verdad, nada drásticos había cambiado en mi desde la última vez que vi a Christopher, excepto el hecho de que, obviamente, lo extrañaba mucho más de lo que lo hacía antes.

— ¿Cómo va el trabajo? – Preguntó Christopher, cambiando de tema una vez más.

— Igual que siempre. – Dije, encogiéndome de hombros otra vez. Yo había a empezado a trabajar para la empreza de mi padre hace poco más de un año. La mayoría de cosas que hacía era en linea, pero la paga era buena y era lo suficientemente facil que no tenía que estresarme demasiado. — ¿Qué hay de ti?

— Todavía estoy en la tienda de música, haciendo lo mejor para no ser despedido. – Christopher se rió para si mismo, sacudiendo lentamente la cabeza. Él tenía la mala costumbre de realmente hacer enojar a su jefe a proposito y casi ser despedido al menos una vez a la semana.

— Así que, exactamente igual a lo que estabas haciendo hace 8 meses. – Dije, tragando saliva.

— Más o menos. – Christopher asintió. Se levantó del sofá, dejando la caja donde él había estado sentado antes. Echó un vistazo alrededor de la habitación, asimilándolo todo. — Creo que extrañaba este lugar.

— ¿Si? – Pregunté. No pensé que Christopher realmente extrañara algo de este apartamento o a mi, pensé que lo había superado por completo y ya no le importaba. Supongo que estaba equivocada.

— Ya sabes, estaba en la casa de mi madre hace unas pocas semanas para Acción de Gracias. Ella preguntó por ti. – dijo Christopher, cambiando de tema Otra vez.

— Oh. – Dije en voz baja. — ¿Que dijo ella?

— Ella solo te extraña. Quiso saber cuando iba a mover el culo y vendría a hablar contigo de nuevo...– Christopher se rió neviosamente, mordiéndose el labio inferior.

— Bueno, finalmente lo hiciste. – Dije sin comprender. Traté de dejar escapar una pequeña risa también, pero no sonaba muy entusiasta.

— Si, por fin lo hice... Tenía tantos planes para nosotros, Murphy. – Christopher murmuró, evitando el contacto visual conmigo otra vez. — Te amé mucho, lo sabes ¿verdad?

— Lo sé. – Asentí con la cabeza lentamente, mi corazón se hundió un poco más por el hecho de que el dijo «amé» y no amo. Extaba bastante segura de que aún amaba a Christopher, pero no creo que el nunca más vuelva a sentir lo mismo.

— ¡Yo quería mudarme a una agradable casa grande!
¡Quería empezar una familia! – Dijo Christopher dando un paso más cerca de mi. — ¡Liv, quería pasar el resto de mi vida contigo!

— Nadie dijo que no podíamos hacer eso. — Dije, sacudiendo la cabeza. Comencé a caminar hacia atrás, de repente asustada de Christopher y de como estaba actuando. — Fue tu decisión irte, Christopher, lo hiciste por tu cuenta.

— ¡Pero me dejaste! – Christopher gritó, dejando escapar un gemido.

— Yo... Yo pensé que eso era lo que querías. – Dije en voz baja. — Pensé que sería mejor para los dos si nos separábamos.

Dejé que Christopher se fuera esa noche porque estaba enojada con él y en ese momento en serio creía que el que él se fuera era lo que yo quería. No me di cuenta hasta después que había ometido un gran error, y para entonces sentía que ya era demasido tarde.

— ¿De verdad crees que yo quería dejarte? – Chris se ahogó. Pude ver que las lágrimas comenzaban a formarse en las esquinas de sus ojos, y yo sabía que esto no iba a ser una simple visita. Esto iba a terminar muy bien o muy mal.

— Parecía que lo querías en ese momento. – Dije, asintiendo. — Te dejé ir porque pensé que era lo que querías, no quería retenerte más.

— Me fui porque me imagine que serías más feliz sin mi. Me preocupo por ti malditamente demasiado, Murphy, solo quería que fueras feliz. – Christopher dijo en voz baja, dando otro paso lento hacia mí.

— Pero...

— Pero tu eres feliz, ¿no? Acabas de decir que lo eras, de todas maneras. Eso esta bien, esto feliz siempre y cuando tu estés feliz, yo me encargaré de estar sin ti. – Christopher dijo rápidamente, interrumpiendome.

— Eres feliz, ¿verdad?

— No lo sé. – Me encogí de hombros.

— No puedes solo decir eso. – Christopher negó con la cabeza. Caminó hacia mi y agarró suavemente mis hombros, obligandome a mirarlo. — No puedes decir que no lo sabes. ¡No te deje sola por 8 meses solo para que me digas que no sabes si eres feliz o no!

— Pensé que era feliz... trate de ser feliz. – Dije en voz baja, con miedo de Christopher de nuevo.

— No eras feliz conmigo o hacia donde iba nuestras relacion, recuerdo que me dijiste eso el día en que me fui. Dijiste que estarías mejor sin mi. – Dijo Christopher, algunas lagrimas deslizandose por las esquinas de sus ojos.

— Eso era lo que pensaba en el momneto. No lo sabía, Chris, yo... yo no estaba pensando. – Negué con la cabeza, con mis propios ojos llenos de lagrimas esta vez.

— Me hiciste una promesa, Liv! – Christopher levantó su voz, su fuerza sobre mis hombros estaba aumentando. — Dijiste que nos ibamos a casar y a tener una familia pero relamente no querías decir eso ¿verdad? Me dejaste empacar mis cosas e irme sin siquiera pensarlo dos veces.

— ¡No entiendo por qué estás echandome toda la culpa, tu escogiste hacer eso! – Dije, finalmente recogiendo suficiente valor para empujar a Christopher lejos de mi.

Christopher me miró por un momento antes de limpiar bajo sus ojos con el dorso de su mano, dejando escapar un profundo suspiro.

— No sé, no sé, lo siento.

— Si, yo también. – Suspiré, cruzando los brazos sobre el pecho. — No sé por qué estamos aún discutiendo, Christopher. Solo toma tus tontos discos y vete.

— Oh, ¿entonces ahora mis discos son tontos?– Christopher se burló. Se alejó de mi de nievo, sacudiendo su cabeza.

— No empieces con esto de nuevo. – Dije, rodando mis ojos.

— No estoy empezando con nada. – Christopher dijo y me dio una sonrisa de suficiencia.

— En serio, Christopher, solo recoje por lo que viniste acá y vete. Por favor. – Le rogué. Había tenido suficiente por ahora y solo quería que me dejara en paz.

Christopher asintió y se dio la vuelta, dándome la espalda por un momento. Parecía estar pensando mucho acerca de algo mientras pasaba sus dedos por el pelo. Finalemnte se dio la vuelta y rápidamente se acercó a mi, ahuecando mis cara en sus manos.

— ¿Qué estás... – Susurré, pero Christopher me callo antes de que pudiera terminar la frase.

— Liv, ¿entonces cuerdas la primera vez que rompimos? – Preguntó Christopher, su voz en un suave susurro.

— Ashton, eso fue hace años...

— Liv, respóndeme. – Él habló con severidad pero mantuvo su voz suave. — ¿Recuerdas la primera vez que rompimos?

— Si, por supuesto que lo recuerdo...

— ¿Recuerdas lo que... – Christopher empezó a hablar pero en este punto yo tenía suficiente.

— ¡Para de interrumpirme! – Grité, inerrumpiendolo
por una vez.

— ¿Recuerdas que dije acerca de nosotros encontrando un camino de regreso al otro? –
Preguntó Christopher , ignorándome. — Te dije que si nos amabamos realmente, ibamos a encontrar la manera de estar juntos de nuevo.

— Si, lo recuerdo. – Asentí con la cabeza lentamente, sorprendido de que Ashton me hubiera permitido dacir una frase completa, por una vez.

— Bueno, yo estaba en lo cierto ¿no? – Preguntó, lamiéndose los labios.

— Ashton. – Dije en voz baja, poniendo mis manos en su pecho y empujándolo lejos de mi. Yo no quería contestarle, así que me di la vuelta y empecé a caminar hacia la cocina, pensando que tal vez si empezaba a sacar comida y cocinarla e ignoraba a
Christopher, Christopher querrá irse y salir.

— No huyas de mí, Liv, – Christopher dijo, y yo sabía que era grave porque él casi no utilizaba mi nombre así. Me siguió hasta la cocina, mi pequeño plan no funcionó de la manera en que pensé que lo haría.

— No estoy huyendo de ti. – Suspiré, empezando a poner las cosas en los armarios como Christopher se encargó de poner todo en la nevera. — Yo simplemente no creo que debamos hablar de esto ahora mismo, eso es todo.

— Entonces, ¿cuándo vamos a hablar de esto? Han pasado ocho meses Liv, no sé que más tengo que hacer.

— Escucha, Christopher, yo creo que fue justo que rompiéramos porque claramente no éramos felices juntos y...

— Eso es una mierda y lo sabes. Estábamos felices juntos, nos amábamos más que nada en el mundo.
Tuvimos una mala pelea y decidimos terminar las cosas y fue el peor error que he cometido.– Chris dejó de poner los comestibles y puso sus manos
sobre el mesón de la cocina.

— Fue una serie de pequeñas peleas que llevaron a esta grande situación y nosotros sabíamos que esto iba a suceder tarde o temprano. – Dije lentamente, tratando de no sentirme frustada ante él. Dejé de poner la comida en su lugar y me volví hacia él, cruzando los brazos sobre mi pecho.

— ¡Mierda, Liv! Pudimos haber trabajado en eso y lo hubieras sabido si no fueras tan terca.

— ¿Soy terca? – Me burlé, interrumpiéndolo de nuevo. — No quiero seguir recordándote que, Christopher, tú fuiste el primero en irte.

— Me fui porque te amo, ¡maldita sea! – Christopher gritó, dando unos pasos más cerca de mí de nuevo.
— Pensé que estarías mejor sin mí y por eso me alejé, mierda. ¿Eso es lo que haces por las personas que amas, no? ¡Pones sus sentimientos antes de los tuyos!

— Creo que deberías ir a casa, Christopher . – Suspiré. Ya había tenido demasiado tan temprano esta mañana. Estaría de acuerdo con hablar con Christopher sobre esto en otro momento, cuando ambos hayamos tenido tiempo de poner todos nuestros pensamientos juntos, no ahora. — Podemos hablar de esto en otro momento, pero ahora mismo creo que deberías volver a casa.

— No, no, no volveré a casa, porque sé que si lo hago encontrarías una excusa para no hablar conmigo sobre esto otra vez. – Christopher dijo, sacudiendo la cabeza.

— No, eso no es cierto...

— No puedo vivir sin ti, Liv. Y no pensé que iba a necesitarte tanto pero sí lo hago. Me duele que estás viviendo tu propia vida y yo estoy lejos para vivir la mía. Deberíamos estar juntos, se supone que debemos estar juntos. – Dijo Christopher con los ojos llenos de lágrimas de nuevo. — Aún te amo, te amo tanto, lo siento por todo, yo sólo quiero que vuelvas.

Me quedé en shock, no estando segura de lo que debía decirle en respuesta a Christopher. Por supuesto que todavía lo amaba, pero Christopher tenía razón, yo era terca, y no quería admitirlo tan fácilmente.

— Christopher, no estoy segura... – Mi voz se apagó, mi mente seguía corriendo.

— Te amo. – Me susurró, tomando mis dos manos entre las suyas. — Y no puedes decir que posiblemente no me quieres de vuelta.

— No lo sé...

Christopher me interrumpió de nuevo, pero esta vez en lugar de palabras, me interrumpió con sus labios.
Me beso lentamente al principio, pero a medida que me relajaba más y superaba la repentina sensación de sus labios apretados contra los míos, comenzamos a besarnos con más pasión, sus manos moviéndose en mi cintura acercándome más a él.

No sería capaz de decir exactamente cuanto tiempo nos quedamos así. Perdí la noción del tiempo, mi mente estaba de pronto en unacosa y sólo una cosa, y era Christopher. Me besó como si nada hubiera cambiado alguna vez entre nosotros, y como si los últimos ocho meses no hubieran pasado.

Christopher se separó después de un tiempo y se lamío los labios de nuevo, su respiración era pesada mientras me delvolvía la mirada. Me encontraba en un perded de palabras, una vez más, y no estaba segura de como iba a hablar incluso después de esto.

— Aún te amo, y si no me quieres, entonces supongo que está bien. – Christopher dijo, encogiéndose un poco de hombros, alejándose de mí otra vez. — Sólo tenía que decirte eso, sé que necesitabas saberlo.

— Christopher... – Suspiré, siguiéndolo mientras salía de la habitación.

— Yo sólo me iré ahora, lo siento si te molesté.– Dijo él en voz baja, haciendo su camino hacia la puerta principal.

— No me molestaste. – Dije, sacudiendo la cabeza. No entendía por qué se iba tan de repente, creo que después de la forma en que reaccioné a ese beso él sería capaz de saber lo que sentía por él.

— Lo siento. – Susurró de nuevo, abrió la puerta dejándose salir por ella.

— Christopher. – Lo detuve, extendiendo la mano y agarrando su muñeca para tirar de él. Me miró con una expresión de esperanza en su rostro, sus ojos
muy abiertos.

Quería decirle que todavía lo amaba, que quería que vuelva y que todo podía volver a la normalidad después de esto. Pero no dije nada, sin embargo, Christopher parecía como si hubiera tomado una decisión sobre esto y yo no quería molestarlo más.
Había sido una mañana loca y yo todavía pensaba que si nos uníamos en otro momento después de pensar esto, estaríamos mejor.

— Creo que estás olvidando de lo que realmente habías venido aquí. – Dije, señalando hacia el salón, donde había dejado la caja de registros que afirmó haber venido en primer lugar.

— No, está bien. – Christopher se burló, sacudiendo la cabeza. — No quiero eso de todos modos.

Se apartó de mí y salió del apartamento, cerrando la puerta detrás de él dejándome sola una vez más.

Sabía que esto estaba mal. Fue un error la última vez que esto sucedió y todavía era un error ahora.
Así que en lugar de regresar a mi habitación a llorar como lo hice la primera vez, hice algo al respecto, algo que debí haber hecho desde un principio.

Abrí la puerta y salí al pasillo, esperando que no fuera demasiado tarde. Corrí hasta el final del pasillo, donde se encontraban los ascensores y por suerte alcancé a Christopher mientras presionaba el botón para bajar.

— ¡Christopher! – Lo llamé, sorprendiéndolo, haciendo que mirara hacia mí.

— ¿Qué estás haciendo? – Preguntó en voz baja.
Estaba llorando un poco, las lágrimas en silencio corrían por su rostro cuando se puso delante de mí.

— No te vayas, por favor. – Le rogué. — Te amo, Christopher, y no quiero pasar otros ocho meses sola.

— ¿Por qué no lo dijiste en ningún momento hace un par de minutos? – Christopher cuestionó, olfateando una vez tratando de utilizar sus manos para deshacerse de las lágrimas en sus mejillas.

— No sé. No sé por qué yo no he dicho nada hace unos minutos y yo no sé por qué yo no dije nada hace ocho meses cuando decidiste irte. Tienes razón, soy terca, y siempre tengo que hacer las cosas complicadas. – Me reí con nerviosismo, asustada de lo que pudiera pasar después ya que Christopher no le gustaría darme otra oportunidad.

— Entonces, ¿qué estás tratando de decir?–Preguntó
Christopher, cruzando los brazos sobre el pecho.

— Creo que deberíamos internarlo de nuevo. Creo que tienes razón, que parece que nosotros encontramos un camino de vuelta al otro. Esto no es nada diferente de ese tiempo en que nos separamos cuando teníamos 18 años. – Le expliqué, mi estómago girando por lo nerviosa que estaba.

— No creo que debamos renunciar, todavía no. –
Las puertas del ascensor se abrieron y Christopher se centró en ellas por un momento antes de volverse hacia mí. Miró hacia atrás y hacia adelante varias veces, como si estuviera tratando de decidir entre irse y quedarse.

— Así que. – él habló por fin, dando un paso lejos del ascensor para acercarse a mí. — ¿Estás preguntando si podemos volver a estar juntos?

— Bueno, sí. – Dije, masticando mi labio inferior mientras miraba el suelo.

— Quiero decir, hipotéticamente, ¿que creo que deberíamos empezar de nuevo? ¿Crees que deberíamos intentarlo de nuevo? – Preguntó
Christopher.

— No exactamente hipotétcia... – Dije lentamente.

— Odio esto, me odio a mí misma por no seguirte y no puedo creer lo sola que me sentí los ocho meses
sin ti.

— ¿Qué estás tratando de decir? – Christopher pidió y casi dejo escapar un gemido. No sabía por qué parecía que no entendiera lo que estaba diciendo.

— Yo sólo te amo, Vélez, eso es todo. – Rodé mi ojos, un poco molesta por sus preguntas.

— Bueno, Murphy, yo también te amo. – Chris se rió en voz baja. Dio unos pasos más cerca de mí y envolvió sus brazos alrededor de mi cintura. El sonrió y se inclinó más, colocando lentamente sus labios sobre los míos de nuevo.

— Así que, hipotéticamente, ¿crees que podríamos intentar esto de nuevo? – Le pregunté, mordiéndome los labios de nuevo.

— Bueno, si estamos hablando hipotéticamente, entonces supongo que podemos. – Christopher se encogió de hombros, con una sonrisa juguetona en sus labios.

— Sólo te necesito a ti, Chris. Podemos probar las cosas e ir despacio otra vez, no es necesario apresurarse, y si las cosas no resultan entonces podemos romper otra vez, puedo irme o tú puedes
irte...

— Murph, no creo que pueda irme de nuevo si lo intenté. – Christopher se rió entre dientes, tirando de mí hacia adelante y besándome de nuevo.


~ Fin ~




Heyyyy este es oficialmente el final de esta magnífica historia... sinceramente espero que les haya gustado leerla, tanto como a mi adaptarla.

Muchas gracias a algunas personas por votar y comentar, se lo agradezco de corazón por haber echo eso y por brindarle un poquito de cariño a esta historia

Quizás nos leamos en otra historia 👀

A...

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