— Tal vez si me acueste boca abajo durante el tiempo suficiente, toda la sangre se apresurará en mi cabeza y pueda morir. – Dijo Erick, dejando escapar un suspiro.
Era sábado por la tarde y Erick se había apoderado de mi mañana, después de que le envié un mensaje y le dije que no tenía nada que hacer en todo el día ya que estaba aburrida y solitaria. Actualmente, estábamos tumbados boca abajo en el borde de mi cama, con la cabeza tocando el suelo, mientras discutíamos lo mucho que nuestras vidas apestaban.
— No creo que vayas a morir. – Me reí, — Estoy bastante segura de que acaba de pasar un buen tiempo y aún sigues vivo.
— Maldita sea. – Erick volvió a suspirar.
— ¿Tienes hambre? – Le pregunté, poniéndome un poco ansiosa. Ni siquiera podía recordar el tiempo en que llevábamos acostados así, y parecía que los dos duramos horas observando la pared de la habitación.
— No.
— ¿Tienes sed? – Pregunté. Erick se rio en voz alta y sacó su teléfono fuera, los dedos tecleando la pantalla mientras continuaba colgando boca abajo.
— Estoy cansado. – Respondió finalmente.
— Yo también. – Estuve de acuerdo, porque era cierto. No había dormido mucho la noche anterior, porque a pesar de que ya habían pasado unos días desde mi encuentro con Christopher la noche me eligió para realmente pensar en ello. Y mis pensamientos me mantuvieron despierta hasta la madrugada, así que cuando finalmente me quedé dormida fue prácticamente la misma hora en que me levanté de nuevo.
— En serio, no he dormido en casi dos semanas.– Erick dijo, sin dejar de reír ligeramente mientras dejaba que su teléfono cayera al suelo delante de su rostro, mirando mientras esperaba una respuesta a cualquier texto que había acabado de enviar.
— ¿Por qué? – Cuestioné.
— Pesadillas. – Erick respondió en voz baja.— Tengo un montón de pesadillas y sueños recurrentes.
— Oh. – Asentí con la cabeza lo mejor que pude mientras me sentaba bien. Quería preguntarle más acerca de las pesadillas a Erick, pero no quería incomodarlo, así que me quedé en silencio.
— En su mayoría son flashbacks. Retrocesos realmente vivos. Tomo medicinas por ello, aunque a veces no las tomo. – Se encogió de hombros.
— Estoy segura de que, si tomas los medicamentos, tendrías un sueño mejor en las noches. – Dije, sólo como una sugerencia. No iba a obligar a Erick a tomar el medicamento cuando él no quería, porque no era mi lugar obligarlo a hacer algo así, pero sabía que se sentiría mucho mejor si él escuchara a sus médicos y se tomara los medicamentos que le prescribieron.
— A veces son buenos flashbacks, y no quiero perdérmelos.– Dijo Erick, viendo su teléfono una vez mas.
— ¿A qué te refieres? – Pregunté.
— Que... A veces son recuerdos de hace unos años.
Cuando vivía con Christopher y mi hermana, y su papá no me odiaba tanto y nada era tan malo cómo lo es ahora. – Erick explicó.
— Oh. – Asentí, jugando con las puntas de mi cabello.
— Ahora Christopher probablemente me odia también, no lo sé. – Erick suspiró, — Ya ni siquiera quiere tratar de hablar conmigo.
— Supongo que es en una parte mi culpa. – Me reí nerviosamente, deseando que mi comentario no empiece otra discusión. Acababa de recuperar a
Erick, no podía soportar perderlo otra vez por algo estúpido cómo esto.
— Es culpa de los dos.... Todo es nuestra culpa.– Erick se corrigió. Dejo de mirar su teléfono otra vez, viéndolo cada segundo, la expresión de su cara mostraba que estaba preocupado y un poco ansioso.
— Supongo. – Me encogí de hombros.
— En serio deseo que ustedes dos dejen de ser tan tercos y vuelvan a estar juntos. – Gimió. Finalmente se dio la vuelta y se dejó caer al suelo, agarrando su cabeza como si le doliera por estar del lado correcto
otra vez.
— No somos tercos. – Discutí, aunque sabía que si lo éramos. Me di la vuelta también, ahora a un lado de Erick en el suelo.
— Si lo eres. – Se burló, — Están molestos entre ustedes por cosas estúpidas, aunque todos pueden ver que en lo muy profundo quieren regresar.
— No son cosas estúpidas... – Dije silenciosamente, porque ni siquiera podía recordar por qué Christopher y yo terminamos y porque estábamos enojados en primer lugar.
— Está molesto contigo por mentirle y casi tener sexo conmigo «lo siento» y tú estás básicamente molesta sólo porque él está molesto contigo. Y por ser un idiota. – Erick rio entre dientes, — Pero si, por cosas estúpidas.
— Supongo que tienes razón. – Suspiré.
— Sabes que la tengo. – Erick contradijo.
— Si. – Me reí con el corazón en dos, mis dedos seguían enrollándose entre las puntas de mi cabello.
— Yo sólo... Deseo que todo vuelva a la normalidad. Las cosas son mierda ahora, siento que mi vida entera va cuesta abajo.
— La vida siempre ha sido mierda, Liv. Murphy, sólo te tomó un tiempo descubrirlo.– Erick se sentó, y se arregló el cabello con la mano.
Sólo solté un gran suspiro como respuesta, porque otra vez Erick tenía razón y no sabía cómo responderle.
— Sabes, – Erick tosió, aclarando su garganta. — Me voy al final del año escolar.
— ¿Te vas? – Pregunté, olvidándome por un momento que sabía de qué estaba hablando.
— Ese lugar de rehabilitación.
— ¿Enserio te van a hacer ir allá? ¿Pensé que ya estabas mejor? – Pregunté. Podía sentir que me estaba empezando a dar pánico, porque ¿qué iba a hacer sin Erick? Digo, siempre tendré a Zabdiel, y a Brooke, y tal vez Joel, pero mientras Christopher y yo sigamos con esto no parecía que regresaríamos a estar juntos pronto. Si Erick se va me sentiría completamente sola otra vez.
— Tal vez iré ahí o viviré en las calles. El papá de Chris ya no me quiere viviendo ahí más.– Erick se encogió de hombros, dándome una triste sonrisa.
— Puedes vivir aquí, ¿no? – Sugerí. Teníamos mucho espacio, y Erick ya se sentía como en casa la mitad del tiempo que estaba ahí. — No creo que mis padres lo noten, puedes quedarte en una habitación de visitas.
— No podría hacer eso. – Erick rio entre dientes, sacudiendo su cabeza.
— ¿Por qué? – Me quejé. No debí haber empezado con esto, sabía que no funcionaría. Erick necesitaba ayuda, y si esto es lo mejor para él no debería tratar de detenerlo de tener lo que necesita.
— Será mejor para mi si voy allá. Necesito arreglar las cosas, necesito ayuda. – Erick explicó.
— ¿Puedo visitarte? – Pregunté, sonriendo.
— Si realmente te importa. – Erick se encogió de hombros.
— Podemos escribir cartas. – Sugerí. Siempre quise un amigo lejano para escribirle cartas, tal vez está era mi oportunidad para tener uno.
— Mi letra es una mierda. – Erick se rió.
— Excusas, excusas. – Bromeé, sentándome y arreglando mi cabello. Erick se paró, agarrando su celular del suelo.
— Necesito irme ya. – Dijo lentamente, ofreciéndome una mano para que parara.
— Oh. – Dije suavemente, mirando al suelo. Sentí que había hecho algo malo para que se quiera ir, aunque en el fondo de mi cabeza sabía que ese no era el caso. — Okey.
— Te veré luego, ¿supongo? ¿En la escuela o algo así? – Erick cuestionó. Aún era difícil para nosotros tratar de juntarnos en la escuela o encontrar tiempo para hablar en algún lugar, porque Christopher nos veía a donde sea que vayamos. Probablemente pensaba que uno de los dos íbamos a salir con algo otra vez.
— Sí. – Asentí, jalando a Erick para abrazarlo. Frotó mi espalda y dejó un rápido «pero dulce» beso en mi frente antes de alejarse de nuevo.
— Adiós, Liv. – Erick dijo, lamiendo sus labios mientras caminábamos a la puerta de mi habitación, la cual seguía abierta de cuando vino hace unas horas.
— Adiós. – Dije viéndolo salir, cerrando la puerta detrás de él.
Me acosté en la cama otra vez y cerré mis ojos, tratando de dormir un poco por todas las horas que me pasé mirando al techo anoche. Ya había dormido un par de horas cuando escuché a mi celular vibrar en la mesa de a lado, lentamente me giré para contestar. Tuve tiempo para ver quien llamaba antes de contestar, y vi que era Christopher, y me empecé a preocupar un poco.
— ¿Hola? – Pregunté lentamente, temiendo de que algo estaba mal. Christopher estaba molesto conmigo, ¿no? ¿Por qué llamaría?
— Hola, ¿li-Murphy? – Christopher preguntó, tosiendo un poco de veces.
— ¿Sí? – Cuestioné.
— Hola, um, necesitamos hablar, ¿podemos juntarnos en algún lugar? ¿Está noche? – Chris preguntó rápidamente, sin darme mucho tiempo para pensarlo.
— Sí, claro. – Asentí para mí misma, pensando que esta finalmente era la oportunidad de sentarme con Christopher y explicarle todo, y con suerte hacer las cosas... mejores.
— Okey, genial. – Christopher rió. — Te mandaré una dirección por mensaje, adiós.
Y con eso, Christopher colgó, dejándome muy confundida y nerviosa porque me juntaría con él hoy en la noche.
Holiii les dejo este capítulo ya que suspendieron la clase de mañana, y es lo más probable que esté ocupada el fin de semana.
¿En que terminó creen que queden Liv y Chris?
No se olviden de votar y comentar
A...