Christopher y yo estábamos en su casa y no estábamos de humor para enrollarnos, literalmente nos acostamos en su cama y no hicimos absolutamente nada.
De hecho, me gustó, porque me encantaba pasar tiempo con Christopher sin importar lo que estuviéramos haciendo. Si él quería ir a algún lugar me gustaría ir con él, pero estaba totalmente bien quedándome en casa con él, si eso era en lo que él estaba de humor para hacer. Sólo estar en la compañía de Christopher era suficiente para mí, no teníamos que hacer nada muy especial para pasar un buen rato.
— Murphy. – Christopher susurró, sus dedos trazando círculos en parte de la piel expuesta en mi cadera.
Habíamos estado acostados en silencio entre nosotros durante casi 20 minutos, y pensé que Christopher se había quedado dormido.
— ¿Sí? – Le respondí, inclinando mi cabeza hacia atrás un poco para tener una mejor vista de él.
— Hoy en el almuerzo, ¿a dónde fuiste? – Preguntó. — Fui a conseguir tu agua y luego desapareciste.
Cambié de posición otra vez hasta que estaba acostada boca abajo con la barbilla apoyada en el pecho de Christopher, así podía mirarlo. Dejé escapar un gran suspiro, luchando conmigo misma acerca de si debía o no decirle a Christopher la verdad.
— ¿Zabdiel no te lo dijo? – Le pregunté.
— El no estaba allí cuando llegué. Joel dijo que no se sentía bien y fue a la enfermería, pero no estaba seguro de a dónde se había escapado.– dijo Chris, lamiéndose los labios.
— Oh, le dije que te dijera a dónde fui. – Dije en voz baja. Probablemente debería haber escuchado lo que Zabdiel me decía en el comedor, antes de correr a hablar con Erick. Realmente lo hizo parecer un poco urgente, pero supongo que simplemente me dejé llevar por otras cosas.
— ¿Y a dónde fue eso? – Los labios de Christopher rompieron en una sonrisa llena mientras miraba hacia mí. Movió la mano a la parte superior de mi cabeza y pasó los dedos por mi pelo, que se sentía mucho mejor de lo que hubiera imaginado.
— Tuve que darle algo a una maestra, y quería asegurarme de que lo tuviera de inmediato.– Mentí.
Decidí que era una mentira mucho más fiable que lo que había dicho previamente a Zabdiel, teniendo en cuenta el tiempo que en realidad pasé hablando con Erick.
— Oh, está bien. – Christopher asintió. — ¿Fue la tarea de matemáticas? He olvidado entregarla también.
— Sí. – Dije en voz baja, sintiéndome muy mal por el hecho de que le estaba mintiendo de esta manera.
Podría fácilmente decirle que había estado hablando con Erick, pero no estaba segura de cómo cualquiera de ellos lo iba a tomar. Erick, obviamente, no quiere que le diga a Christopher acerca de nuestra amistad y sé que Christopher se molestaría cuando se entere de que he estado hablando con Erick a sus espaldas. Me sentí mal por mentirle a Christopher, pero estaba dividida. Me importaban mucho los dos chicos como para hacerle eso a alguno de ellos.
— Solo estaba un poco preocupado. Ya sabes, es un poco raro cuando tu novia desaparece fortuitamente. – Christopher se rió, inclinándose para darle un beso en la frente.
Le devolví la mirada antes de moverme de nuevo y me acurruqué en su pecho, una vez más, lo que nos situaba de nuevo en la posición que estábamos antes. Christopher envolvió su brazo con fuerza alrededor de mi cintura y suspiró, relajándose de nuevo.
Era un lunes por la noche, así que sabía que pronto mi papá iba a venir a casa del trabajo y me esperaba allí para la cena, así que tendría que salir pronto. No quería irme de la casa de Christopher, todo era mucho mejor aquí. Era tan tranquilo, a pesar de que mi casa nunca fue tan ruidosa. No había casi nunca ninguna pelea aquí, sin embargo, y parecía que mis padres siempre estaban peleando en las raras ocasiones que ambos estaban en casa al mismo tiempo. Las cosas eran mucho más simples cuando estaba aquí, era como un escape.
— ¿Murphy? – Christopher susurró de nuevo, hablando de repente.
— ¿Uh huh? – Le pregunté, esta vez sin molestarme en moverme y mirarlo.
— ¿Por qué te gusto? – Preguntó Christopher.
— ¿Qué clase de pregunta es esa? – Me burlé. De hecho, me decidí a sentarme, ya que no me gustaba el hecho de que no estaba mirando a Christopher mientras hablaba.
— No sé, quiero decir, cuando nos conocimos, ¿qué te hizo actuar de la manera que lo hiciste? – Se incorporó lentamente, así, teniendo problemas para poner las palabras correctas juntas.
— ¿Actuar de qué manera? – Le pregunté.
— Sólo me parece que te gusté muy pronto, a pesar de que me comporté como un idiota. Me preguntaba que te hizo acercarte a mí. – Dijo en voz baja, mirando hacia abajo a su regazo mientras cruzaba sus piernas sobre ellas mismas.
— Bueno, no lo sé. – Me encogí de hombros. — Te lo dije antes, sólo estaba interesada en ti. Quería entenderte.
— Huh. – Christopher asintió lentamente.
— ¿Por qué? ¿Está todo bien? – Le pregunté, de repente me pregunté si había algo mal, y por qué Christopher actuaba de esa manera.
— Si, todo está bien. Tenía curiosidad, me parece que nos enamoramos muy rápido. Todo sucedió tan rápido. – Murmuró la última parte para sí, moviendo la cabeza.
— El amor no tiene límite de tiempo. – Espeté.
— ¿El amor? – La cabeza de Christopher se giró, y él apenas susurró. — ¿Quieres decir que...?
— No. Quiero decir... uh, yo no lo sé. – Interrumpí a Christopher antes de que pudiera terminar, no quería que siguiera.
Sinceramente, no tenía ni idea de si me gustaba Christopher o no, sobre todo porque nunca había estado enamorada antes. Christopher sabía, obviamente, por Kenzie. Pero nunca había estado en una relación con alguien que se sintiera lo suficientemente especial como para llamarlo amor, y realmente no sabía lo que se sentía. Supongo que solo sabré cuándo llegará el momento, como que algo realmente grande va a suceder y un interruptor se irá a encender, y me daré cuenta que me habré enamorado.
— Tu... no, no puedes. – Christopher continuó sacudiendo la cabeza, pensando mucho en esto.
— Christopher. – Suspiré, poniendo una mano en su rodilla para conseguir que se calmara. El estaba entrando en pánico absoluto, por esta pequeña cosa que he dicho, que yo ni siquiera quería decir.
— Lo siento, lo siento, olvida lo que he dicho... – Christopher dijo, apartando la mano de encima.
— Lo siento. – Le pedí disculpas. Sabía que Christopher tenía un tiempo duro con todas estas cosas del amor, sobre todo después de lo que pasó con él en su última relación. Me di cuenta qué puede ser difícil para él enamorarse de nuevo, también teniendo en cuenta lo rápido que nuestra relación parecía moverse.
— Tengo miedo. – Christopher susurró, alejándose de mí un poco.
— Lo sé, está bien. No debería haber dicho nada.– Le aseguré, tragándome un gran nudo en la garganta.
Entendí por qué Christopher había dicho lo que dijo, pero me dolía el hecho de que mi novio no quisiera que yo lo amara.
— Aw, Murph, no te molestes. – Christopher suspiró.
Estiró sus brazos hacia fuera, invitándome a acercarme. Me arrastré por la cama hasta que estuve lo suficientemente cerca de Christopher, donde pudo envolver sus brazos alrededor de mí desde atrás, tirando de mí en su regazo.
— No estoy molesta. – Murmuré.
— Mhm. –. Christopher se rió en voz baja. Él apoyó la barbilla en mi hombro, inclinándose cada pocos segundos para dejar un breve beso en mi cuello.
— No estoy molesta. – Repetí en voz baja, con ganas
de asegurarse de que Christopher supiera que no estaba enojada con él.
— Trato de ser un buen novio, bonita. – Christopher dijo, sus labios que ahora trabajan en su camino hasta mí. — Soy un buen novio, ¿verdad?
Mi latido se aceleró en el uso de la palabra bonita, Christopher nunca me había llamado así antes.
— Eres un buen novio. – Dije, volviéndome hacia él.
Puse una pierna a cada lado de su cuerpo y Chris se recostó un poco, como si él ya supiera lo que venía.
— ¿Estás segura? – Christopher me sonrió.
Asentí con la cabeza, inclinándome totalmente y presionando mis labios con los de Christopher. De inmediato me trajo de vuelta en la cama, colocándonos a los dos más cómodos. Alzó la mano y ahuecó los lados de mi cara, permitiéndole profundizar el beso. Después de unos segundos sus manos hicieron lentamente su camino hasta mi cintura, donde dejó que cuidadosamente viajaran sus manos bajo mi camisa.
Fuimos interrumpidos por el sonido de un portazo en puerta principal, que se escuchaba muy fuerte ya que la casa había estado en silencio antes. Me aparté de Chris, quien estaba claramente sorprendido por el ruido repentino.
Christopher ladeó la cabeza hacia un lado, atento a que podría ser lo que ahora estaba en su casa.
Después de un segundo, dijo...
— Ese es mi papá.
— Ah, ¿sí? – Le pregunté, pensando en por qué eso era un gran problema. Christopher y yo habíamos estado solos en su habitación un par de veces mientras su padre estaba en casa, pero él ni siquiera se molestó en comprobar que estuviéramos haciendo.
— De hecho, tengo que ir a hablar con él acerca de algo, si eso está bien. – Christopher dijo en voz baja, comenzando a incorporarse. Rápidamente me bajé de Christopher, permitiéndole bajar de la cama.
— Sí, adelante. Voy a esperar aquí. – Sonreí, ajustando mi camisa que se había desacomodado en los últimos minutos.
— Ya vuelvo. – Christopher dijo, de pie ahora. Se inclinó rápidamente y dejó un breve beso en mis labios antes de salir corriendo de la habitación.
Casi tan pronto como Christopher se había ido, Erick entró por la puerta y se fue directo a la cómoda de Christopher, abriendo el cajón superior. Era el mismo cajón que había estado revisando una vez antes, y parecía como si supiera exactamente lo que estaba buscando.
— Sé lo que tú y Christopher estaba haciendo hace unos pocos minutos. – Erick dijo, sacudiendo la cabeza mientras buscaba en cajón. — Asqueroso.
— ¿Qué estás haciendo? – Le pregunté en voz baja, aunque sabía que Christopher no nos estaba poniendo atención, escogiendo ignorar la pregunta de Erick.
Erick se dio la vuelta y cerró el cajón, con un CD ahora en sus manos. Hizo un gesto a su alrededor por un segundo, sin darme la oportunidad de ver quién era el artista.
— Fue de mi hermana.
— Oh. – Asentí con la cabeza, no quería entrometerme y preguntar por qué lo quería.
Erick se acercó a mí y se puso de pie al final de la cama de Christopher, mirándome. Metió la mano en el bolsillo de atrás y sacó su teléfono, lo arrojó hacia mí.
— Guarda tu número.
— ¿Por qué? – Le pregunté, cogiendo el teléfono.
Sorprendentemente no tenía clave de acceso en él, a pesar de lo resguardado que él es.
— Necesito textearte más tarde. – Respondió simplemente, esperando que yo escribiera mi número.
— ¿Por qué? – Repetí.
— ¡Tengo problemas de chicas! – Erick exclamó, pero rápidamente se tranquilizó de nuevo. — No tengo tiempo para explicar.
— Está bien... – le dije con vacilación, entregándole su teléfono.
— Me tengo que ir. – Erick dijo en voz baja, dándome palmaditas en la parte superior de mi cabeza un par de veces antes de dar la vuelta lejos de mí, tratando de salir de la habitación con la mayor discreción posible. No funcionó, porque se topó con Christopher.
— hey, Erick. – Christopher dijo, poniendo una mano sobre el hombro de Erick y afirmándose.
Erick levantó el CD que había agarrado hace unos segundos y se lo mostró a Christopher, quien asintió con la cabeza. — Está bien. – Christopher luego se inclinó y le susurró algo a Erick que yo no era capaz de oír, y Erick asintió rápidamente, sus ojos muy abiertos. Christopher palmeó a Erick en la espalda, enviándolo afuera, antes de entrar de nuevo en su propia habitación.
— Así que, uh, yo iba a pedirle que te quedaras a cenar, pero mi papá no está en el mejor estado de ánimo en este momento y creo que sería mejor si tú... no estuvieras por aquí. – Explicó Christopher.
Me levanté de la cama, ya a punto de irme.
— Está bien, tengo que ir a casa a cenar con mis padres de todos modos. – Me encogí de hombros.
— Lo siento. – Christopher se rió entre dientes, sabiendo lo mucho que odiaba las cenas familiares.
— Está bien. – Me reí, recogiendo todas mis cosas que había dejado en el suelo y llevándolas conmigo mientras yo seguía a Christopher fuera de su habitación.
Una vez que logramos salir de la casa de Christopher me agarró la mano, entrelazando nuestros dedos mientras regresábamos a mi casa.
— Mi padre y Erick no están hablando en este momento, así que las cosas son un poco tensas cuando los dos están en la casa. – Christopher habló por fin, rompiendo el silencio entre nosotros.
— ¿Por qué no están hablando? – Pregunté. Me di cuenta de que Erick nunca me había dicho lo que el papá de Christopher hizo para hacerlo dejar de hablar con él, y yo tenía curiosidad.
— Es un poco complicado, Murphy. – Christopher suspiró.
— Oh. – Asentí con la cabeza.
— Erick es un chico raro, sabes, él no habla con personas que...
— El no habla con la gente que hace cosas malas.– Le dije, sin poder detenerme. Traté de no parecer demasiado sorprendida de haber permitido ese desliz, temiendo que Christopher se daría cuenta y me atrapara. Iba a hacerlo tarde o temprano, pero yo preferiría que fuera tarde.
— ¿Cómo lo sabes? – Preguntó Christopher. Se detuvo por un segundo y me devolvió la mirada, una mirada de confusión se extendió por su cara.
— Sólo lo supuse. – Me encogí de hombros. — Simplemente tiene sentido.
— Ja, claro. – Christopher asintió. Empezó a caminar de nuevo, y yo pensé que habíamos terminado con esta conversación. Casi lo había estropeado dos veces hoy, no necesitaba correr más riesgos. — Pensé que tal vez él te lo había dicho o algo
— Erick no me habla. – Mentí de nuevo.
— Sí, no lo creo. – Christopher se rió en voz baja, y yo también. Christopher dio a mi mano un pequeño apretón, diciendo en voz baja: — Me lo dirías si lo hiciera, ¿verdad?
— Por supuesto.– Asentí con la cabeza, tratando de no mirar a Christopher a los ojos. No podía soportarlo más, odiaba mentirle.
— A veces siento como que él nunca va a volver a hablarme de nuevo. – Christopher se echó a reír, encogiéndose de hombros.
— Nunca se sabe. – Suspiré. Caminamos por el resto del camino en silencio, estaba demasiado asustada de dejar escapar algo que no debía decir o saber de nuevo.
— Te veré mañana. – Christopher dijo ya que ahora estábamos en frente de mi casa. Ambos habíamos decidido que era mejor si Christopher no me acompañaba hasta mi puerta más, ambos temíamos que mi mamá saltara y nos gritara de nuevo.
— A las 7:15, ¿verdad? – Le pregunté, sonriendo.
— 7:15. – Christopher asintió, inclinándose rápidamente y besándome por unos segundos antes de que finalmente se alejara.
— Así que Liv, ¿sigues viendo a ese chico?– Preguntó mi padre, cortando la comida en su plato. Era de pollo, de nuevo.
Sólo nos sentamos a cenar hace unos 10 minutos y yo ya estaba molesta, deseando poder levantarme y salir. Mis padres ni siquiera estaban siendo intencionalmente molestos esta noche, simplemente sucedió.
— ¿Christopher? – Cuestioné.
— Sí, él. – El asintió con la cabeza, con la boca llena de comida ahora.
— Lo estoy. – Dije, mirando directamente a mi madre, que no se veía muy feliz.
— Ella sabe que no debe hacerlo. – Mi madre añadió, poniendo abajo el cuchillo y el tenedor.
— ¿Por qué no? – Preguntó mi padre, completamente ajeno a todo lo que mi mamá había hecho mientras estaba en viaje de negocios de nuevo.
— Ya hemos hablado de esto, Charles. – Mi mamá dijo con severidad, mirando a mi padre desde el otro lado de la mesa.
— Deberías invitarlo a cenar o algo así. – Mi padre asintió con la cabeza y se volvió hacia mí. Oí a mi madre jadear de su lugar en la mesa, completamente horrorizada de que mi padre pudiera sugerir algo así.
— Eso va a darle a tu esposa un ataque al corazón.–
Me reí entre dientes, haciendo un gesto a mi mamá.
— Ella lo va a lograr. – Mi padre se encogió de hombros.
— ¡Esteban! – Mi madre gritó, golpeando sus manos sobre la mesa. Tomé esa oportunidad para deslizar mi plato lejos de mí y levantarme de la mesa, en silencio empujando mi silla.
— Piensa en ello, ¿de acuerdo Liv? – Mi padre se rió, haciendo caso omiso de mi mamá. — Estaré en casa este sábado, a ver si él quiere venir.
Asentí con la cabeza al salir de la sala, con ganas de llegar lo más lejos de mis padres como fuera posible. Les oía discutir mientras caminaba por las escaleras, y rodé los ojos cuántas veces mi mamá trató de insistir en que mi nombre era Olivia y sólo Olivia.
Supongo que no sería tan malo si invitara a Christopher a cenar, puede incluso cambiar la opinión de mi mamá sobre él. Tal vez si todos nos sentamos y cenamos juntos, ella se daría cuenta de que en realidad no está mal del todo, y todo lo que ella había pensado antes era sólo un gran malentendido. Decidí que iba a pedirle a Chris si es quería cenar con nosotros el sábado, pero igual entendería si él no quisiera venir.
Una vez que estaba segura en mi habitación cerré la puerta detrás de mí, por si acaso alguien trataba de venir a hablar conmigo después. Tomé mi teléfono de mi bolsillo trasero y lo tiré en mi cama, justo a tiempo para ver que se encendía con otro nuevo mensaje de texto. Me dejé caer en la cama y me acosté sobre mi estómago, recogiendo a mi teléfono de nuevo y leyendo los mensajes nuevos, que yo asumía eran de Erick.
Es casi Navidad. ¿Qué quieres para
Navidad?
Oh, espera hey, soy Erick, por cierto.
Liv oh Dios, necesito tu ayuda.
Malia va a romper con su novio pronto,
¿significa que tengo que empezar a hablar con ella?
¿No puedo solo follarla silenciosamente?
Me reí, escribiendo rápidamente de nuevo una respuesta.
Sí, debes follarla silenciosamente. Como un ninja.
Hey hola espero que se encuentren bien, solamente quería hacerles una pregunta...
¿Creen que sea buena idea volver a editar la historia El dios del placer?
Se me ha antojado volver a subir capítulos de aquella historia, pero a decir verdad igual me causa un poquito de miedo subirla y que la vuelvan a eliminar, o que algo suceda con la historia.
Aun que a decir verdad estoy intentando hacer un todo un borrador de todas las historias que ya están publicadas y de las que están por venir...
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A...