— ¿Por qué él no come? – Maya cuestionó, mirando
a Christopher en la distancia.
— No le gusta la comida de aquí. Por lo general se pone a comer algo camino a casa .– le respondí, orgullosa de haber aprendido este pequeño dato de él.
— ¿Él come fuera cada noche? – Preguntó Joel. Me
encantaba hablar de Christopher alrededor de Joel,
porque él se emocionaba. Estaba tan fascinado con
Christopher, a veces era más fácil hablar con él
acerca de mi pequeño crush, que con Maya.
— Bueno, sí. Sólo comida rápida o algo así. – Me
encogí de hombros. — O, a veces, si su padre está en
casa, él cocina, el sábado pasado tuvimos un poco
de lasagña.
— ¿El sábado pasado? – maya se inclinó hacia
delante.
— Ah, ¿sí? ¿Qué, teníamos planes? – Rodé los ojos
otra vez, cansada de que Maya informara que
teníamos planes después de que ocurrieran.
— Pensé que iríamos al centro comercial. – Maya
dijo fríamente, arrastrándose lejos de Zabdiel.
— Nunca me llamaste ni nada, no lo sabía. Lo
siento. – Dije, encogiéndome de hombros otra vez.
— Hablamos de ello el viernes, pensé que me ibas a
llamar. – Maya me frunció el ceño.
— ¿No fuiste al centro comercial hace dos fines de
semana? – Le pregunté.
— Maya necesita zapatos nuevos. – dijo Zabdiel en
voz baja.
— Cállate. – Ella dijo, golpeando a Zabdiel en el
pecho. — Necesitaba zapatos nuevos.
— Bueno, lo siento. Llámame la próxima vez. – Dije,
dando a Zabdiel una mirada comprensiva. Él no se
merecía que Maya fuera tan mala.
— Liv, simplemente no entiendo por qué sigues
soplándonos fuera. – Maya frunció el ceño.
— Lo siento, no estoy tratando de soplarlos fuera. No
creía que tuviéramos planes definitivos. – Me
disculpé por tercera vez.
— Maya, no es gran cosa. – Suspiró Zabdiel. Trató
de calmar a su novia rosando el hombro con su
mano, pero ella se lo quitó de encima. Ellos han
estado peleando mucho últimamente, pero
obviamente yo no había estado alrededor lo
suficiente para saber qué pasaba.
— ¡Apenas te veo, Liv, sólo pasas tiempo con
Christopher ahora! – Maya gritó.
— El es mi amigo. – Me encogí de hombros.
— ¡Bueno, tú eres mi mejor amiga! – Maya se quejó... — ¿Qué hay de mí?
— Maya, Christopher realmente no tiene muchos
amigos, Liv está siendo amable. – Joel añadió, y esta
fue la primera vez que estaba realmente tan
agradecida con uno de los aportes de Joel.
— Ahora tu pequeño crush con él se te ha salido de
las manos, ¿no crees? –Preguntó maya, cruzando
los brazos.
— No, de hecho creo que está funcionando. – dije,
reclinándome en la silla. Estaba enojada con maya, ella estaba echándome la culpa por hacer
exactamente lo que me dijo que hiciera en primer
lugar. Estaba «arreglando» poco a poco a
Christopher.
— A él le gusta ella también. – Joel dijo en voz baja y
Zabdiel asintio.
— ¿Le gusto? – Interrogué.
— El me dijo que le gustabas. – Joel dijo, dándose la
vuelta rápidamente para mirar a Christopher, que
estaba sentado solo en el otro lado del comedor.
— Yo ni siquiera sabía que ustedes hablaban tanto.–
Fruncí mis cejas hacia Joel. Sabía que habían
hablado unos minutos, pero no creía que
Christopher iba a parlotear sobre su vida personal
con Joel.
— He empezado a caminar con él en clase de
gimnasia. Me dio un cigarrillo, el otro día. – Joel
sonrió, obviamente orgulloso de que a Christopher
le agradaba lo suficiente como para compartir
cigarrillos con él.
— ¡Oh, muy bien! – Maya exclamó. — ¡Está
lentamente convirtiéndolos a todos ustedes en
adictos a las drogas!
— Maya, está bien. – dijo Zabdiel, llegando a ella de
nuevo. Ella le dio un manotazo a su mano.
— ¡No me toques! – Ella gritó.
— ¿Qué te pasa? – Preguntó Zabdiel, mirando
preocupado. Me sentí mal por él, amaba más que a
nada a Maya y ella lo trataba muy mal.
— Pensé que sólo estabas fingiendo que te gustaba
hasta encontrar más información sobre el
accidente, de todos modos. – Maya volvió hacia
mí, haciendo caso omiso de Zabdiel.
— No, no en absoluto. Realmente me gusta – Negué
con la cabeza, preguntándome por qué Maya
incluso pensaba eso.
— ¿Alguna vez te enteraste de lo que realmente
sucedió? ¿Cómo mató a su novia? – Preguntó
Maya. Yo estaba echando humo ahora.
verdaderamente no era asunto de Maya lo que
pasó con Christopher y Kenzie. Él me dijo porque
confiaba en mí, y yo no iba a de decirle a Maya
sólo por su diversión.
— No importa, eso fue un accidente.– Dije con los
dientes apretados.
— ¿En serio? ¿Ahora no vas a decirme? – maya
gimió.
— Eso realmente no es asunto tuyo. – Zabdiel negó
con la cabeza, sin entender lo que había pasado con
Maya tampoco.
— ¿No vas a decirme tampoco? ¿Cuál es la gran
cosa?, ¿por qué estás escondiéndome esto? – Dijo maya, lanzando sus manos en el aire.
— Probablemente no quiere que nadie lo sepa. Él le
dijo a Liv porque le gusta y confía en ella, tú sólo
debes respetar eso. – Joel intervino de nuevo.
— ¡No puedo creer esto! ¿y que si mató a una chica?
¡El no tiene por qué ser tan reservado, todos
sabemos que pasó! – Maya gritó.
— ¿Qué es lo que te pasa? – Le pregunté. Esta no era
la Maya que yo conocía, algo pasaba con ella.
— ¿Qué te pasa? ¡Estás tirando por completo tu vida
por un chico que apenas conoces! – Maya gritó, y
me levanté de mi asiento. No iba a sentarme ahí y
escuchar a Maya gritarme por el resto del período
de almuerzo.
— ¡Prefiero desperdiciar mi vida en alguien como
Christopher que desperdiciarla pasando tiempo
contigo! – Grité. Agarré mi mochila del respaldo de
mi asiento y me dirigí hacia la mesa de
Christopher, sintiendo que iba a ser más
bienvenida alli.
— Hey, Murphy. – dijo Christopher en voz baja.
Levantó su mochila del asiento junto a él, dándome
un lugar para sentarme.
— Hola, Vélez. – Dejé escapar un gran suspiro. Apoyé la cabeza en mis manos, tratando de recordar todos mis pensamientos.
— ¿Qué pasa? – Preguntó, inclinándose hacia
adelante.
— Maya me está volviendo loca. Ella no va a dejar
de gritarle a todo el mundo. – le dije a Christopher,
mirándolo. Él ya estaba mirándome, con una
pequeña sonrisa en sus labios.
— Oh... – Christopher asintió.
— Ella no deja de molestarme porque yo no la llamé
para ir al centro comercial el sábado, y en su lugar
fui a tu casa.
— Ella parecía estar en un mal estado de ánimo en
clase de gobierno hoy, o en su periodo – Christopher
rió en voz baja a su último comentario.
— Yo sólo necesitaba alejarme de ella. – Dejé escapar
una pequeña risa.
— Bueno, eso es genial, porque en realidad tengo que
preguntarte algo. – dijo Christopher sentándose
derecho.
— ¿Oh? ¿Qué es? – Pregunté.
— Bueno, un par de cosas realmente. – Christopher se rió nerviosamente.
— Dilo.
— Hipotéticamente hablando... – Christopher
empezó.
— ¿En serio, Vélez? – Interrumpí. El sonrió, una risa
escapó de sus labios.
— ¿Es realmente necesario llevar un traje para la
fiesta de tus padres el próximo sábado? – Preguntó
Christopher.
— Si, lo siento. Se van a volver un poco locos si te
presentas como te ves normalmente. – Dije,
reprimiendo una carcajada ante la imagen de
Christopher en un traje apareciendo en mi mente.
— ¿Podría posiblemente, llevar a Erick? ¿Si está en
un buen estado de ánimo? – Christopher preguntó
de nuevo, haciendo que Erick pareciera más un
perro que un chico.
— Sí, por supuesto. – asentí. Esperaba que
Christopher y Erick comenzaran una pelea «o más
como Christopher llamando la atención de Erick»
en medio de la fiesta. No pensaba que sería gran
cosa, Joel iba a ir, él podría hacerle compañía a
Erick.
— Bueno, la última pregunta. – Christopher rió.
Probablemente sentía que era molesto con todas
las preguntas, pero me gustaba.
— Soy toda oídos. – Dije, en tono de broma
acomodando mi pelo lejos de mis oídos para probar
que estaba escuchando.
— Quieres comer algo de comida mexicana en
nuestro camino a casa desde la escuela? – Dijo,
sonriendo ampliamente.
— ¿Es una cita? – Sonreí.
— Si. – Christopher rió.
— Entonces sí, me encantaría comer algo de comida
mexicana contigo – Yo me reí más por el hecho de
que Christopher había reído, que por cualquier otra
cosa.
— Quiero decir, hipotéticamente es una cita.– Chris dijo, inclinándose más cerca.
— Tienes que parar. – Dije sin comprender, haciendo todo lo posible para contener la risa.
— ¿Hipotéticamente o...? – Christopher preguntó. Lo empuje lejos de mí, finalmente dejando salir otra
carcajada.
— Así que ya que se trata de una cita oficial, ¿va a ser
incluso mejor que la última? – Le pregunté.
— Eso no era una cita. – Christopher negó con la
cabeza hacia mí.
— Sí, fue, me besaste. ¡Y tu dijiste que lo era! –
Argumenté.
— Yo no te besé – Christopher dijo, simulando
confusión.
— Creo que lo hiciste. – Me rei.
– Oh, ¿realmente? ¿Se sintió así? – Preguntó
Christopher, y de pronto se inclinó hacia adelante y
puso sus labios sobre los míos. Se apartó en menos
de un segundo después, de nuevo, no me dio
ningún tiempo para reaccionar.
— Este fue un poco corto. – Hice un puchero.
— Para responder a tu pregunta. – Christopher siguió, ignorándome. — No sé si esta noche va a ser muy diferente. Realmente no se puede superar las
hamburguesas y hablar de música.
— Me puedes comprar flores. – sugerí, como una
broma, por supuesto.
— ¡Puedo comprarte flores! – Christopher levantó sus manos en el aire, como si estuviera sorprendido
que no había pensado en eso antes.
— Está bien, todo está arreglado. Me gustan los
tulipanes. – Dije, nombrando la primera flor que me
vino a la mente.
— ¿Tulipanes? ¿Hablas en serio? ¿Ni siquiera las
rosas? – Christopher exclamó.
— ¿Qué pasa con los tulipanes? – Le pregunté,
fingiendo dolor por que él se burló de mi elección
de flores.
— Bueno, está bien. Los tulipanes están bien. Solo
voy a salir en el octavo periodo y te compraré
flores. – Christopher rió, rodando los ojos.
Antes de que pudiéramos decir algo más, la
campana sonó, señalando el final de la hora del
almuerzo. Christopher y yo nos pusimos de pie,
lanzando hacia atrás las mochilas encima de
nuestros hombros.
— Estoy hablando en serio de esta cita– Christopher
sonrió.
— Lo sé. – Asentí.
— Nos vemos afuera justo después de la escuela, no
llegues tarde, Murphy. – Christopher rió antes de
irse caminado, dejándome con unas muy obvias
mariposas en el estómago.
Espero que les haya gustado este nuevo capítulo ❤️
Cuénteme que les va pareciendo la historia ❤️
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