Meses después
— mamá, tu panza parece una pelota.
— gracias hija, ya sabía. –le sonreí.
Ya estoy de siete meses...en cualquier momento me explota la panza.
Hace un mes no enteramos que era un varoncito, estamos los tres emocionados, más Bianca.. ahora esta segura que no va a dejar de ser la princesa de su papá.
— amores llegué. –habla Matías.
— papi. –sale corriendo Bianca.
Matías la alzó, se acercó para dejar un beso en mis labios y otro en mi panza.
— ¿qué es eso amor?. –mire la caja.
— un regalo mi reina, espérame.
Dejó a Bian en el sillón y me pasó la caja, la abrí.. eran letras, formaban el nombre de nuestro hijo.. Matías quiere que se llamé Noah, así vamos a ponerle.
— y papá ya compró el regalo de esta nenita. –mira a Bianca.
— sii, en una semana es mi cumpleaños, si.
Con Matías no podemos creer que ya vaya a cumplir cuatro, cuatro años.. es una locura.
Tocaron la puerta, Bianca nos quedó mirando.
— anda abrir amor, es tu regalo principal.
Bianca fue corriendo abrir, Matías me quedó mirando sin entender también.
Resulta que por el cumpleaños de Bian, vienen de Argentina los abuelos maternos y paternos, también sus tíos yyy de Inglaterra también vienen.
— TÍO SHULIAN. –Bianca se trepa cómo un garrapata.
— ya nos quedó en claro quien es el favorito. –se queja Santino.
Ornella y Sofía vinieron a abrazarme. Con Sofi nos abrazamos de costado.. pues las dos teníamos pelotas.
Mi papá me abrazó y llenó de besos la panza.
— BENJA. –grita Bianca. NAHUE, AGUS, RAFA, TODOS MIS TÍOS VINIERON A VERME.
— me siento ofendido. –habla Santino.
Nos reímos. Bianca esta asi de ofendida porque el bebé de Santino es nena, doña celositis.
— no se quien habló mami. –se mira las uñas.
— ¿me podes dar un abrazo?. –la alza Ornella. Hola, ¿te olvidaste de mí?.
— nunca madina.
La llenó de besos. Me acerqué para agarrar a Luca, estaba tan grande. Dentro de poco también ya cumplía el año, no puedo creer cómo pasaron las cosas, tan rápido.
Nos sentamos a tomar mates, Sofía estaba sentada enfrente mío jugando a las muñecas con Bianca, pero Santino se acercaba y Bianca se iba con Ornella.
Cómo había extrañado a mi familia, muchísimo.
(...)
— vamos a comprar. –avisa Santino.
— no se pierdan en el camino. –grita Ornella. Lleva a Luca.
— pero amor. –la mira Julián.
Suspiró y agarró al bebé, Bianca también quiso ir, Benja también. Tenían que volver si o si ahora, fue una estrategia buenísima.
Con mi mamá, mi suegra y mis cuñadas estábamos jugando a las cartas, parecíamos viejas, pero bueno, iba ganando.
— dale pendeja chota ¿cómo vas a tirarme un +4?. –me mira Ornella. Yo te compraba helado.
— pero yo no fui tarada, si se cambió la ronda idiota.
— fui yo y más respeto. –habla mi mamá.
— perdoné.
Nos empezamos a reír. Con Sofía nos estábamos carteando, era obvio.
Mi papá y Gallardo estaban preparando el asado, otra cosa no se podía pedir, ya teníamos todo.
— volvimos y secos, de todos nos pidieron estos pendejos. –se queja Agustín.
— más respetó que te faltan dos todavía hermanito. –me reí.
— siempre tío decía, pero es lo mismo.
— vos perdes a los nenes Agustín, no quiero imaginarme a un hijo. –dice Ornella. Perdiste a Amira cuando era chiquita en la cancha, y después a Bianca EN LA CANCHA.
— ¿me perdió? ¿¡qué clase de hermano sos!?. –lo mire mal.
— yo ese dia conocí a mi papi. –habla Bianca. Estaba llorando en un rincón solita y se acercó.
— lo de Amira fue sin querer, Bianca no me dejaba ver el partido y la descuide dos segundos.
— nunca vas a cuidar a Luca vos. –lo mira Julián.
— cállate que a vos se te perdió en un pelotero y me hiciste buscarlo por todas las pelotas, para que al final venga la empleada y diga que estaba con ellos.
Julián se fue rápido con Luca, Ornella quedó recalculando todo.
Extrañaba las peleas familiares.. los extrañaba.