Nuestro camino

By Uzuchiha

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Dentro de la clase 1-A de la Academia U.A hay distintas personalidades y quirks, sin embargo, podemos afirmar... More

Introducción.
Capítulo 01: Buscar la respuesta
Capítulo 02: Cobranza
Capítulo 03: Pruebas de admisión
Capítulo 04: Mi espíritu
Capítulo 07: Corazón que bombea y desea sangre
Capítulo 08: Game over
Capítulo 05: Juego de habilidades
Capítulo 09: Enemigos y declaraciones de guerra
Capítulo 10: El festival deportivo de UA
Capítulo 06: Un buen inicio
Capítulo 11: Batalla de caballería
Capítulo 12: Torneo individual
Capítulo 13: Los Kuroka
Capítulo 15: ¡Segunda ronda!
Capítulo 16: Colisión
Capítulo 17: Bifurcaciones
Capítulo 18: El perrito que muerde
Capítulo 19: Primer golpe
Capítulo 20: Toma de decisiones
Capítulo 21: ¡Comienzan las pasantías!
Capítulo 22: Errores acumulados
Capítulo 23: Intenciones
Capítulo 24: La difícil vida estudiantil
Capítulo 25: Palabras que no se pueden decir
Capítulo 26: Conexión inesperada
Capítulo 27: Abandonados
Capítulo 28: ¿Es egoísta?
Capítulo 29: Cambio de hogar

Capítulo 14: Cerebro que bombea y desea sangre

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By Uzuchiha

☢ Kozlov Natsuki, antes de la Batalla de Caballería.

En el momento en que Midnight anunció que teníamos 15 minutos para armar nuestros equipos para la Batalla de Caballería, ignoré a la gente de mi alrededor y cerré mis ojos, concentrándome en lo que había visto durante el día y cuál sería mi equipo ideal. De todos los elementos que tenía ahí para elegir: ¿cuál me servía más?

Hogoko tiene el temperamento de un niño que no controla su rabia, pero ciertamente es poderoso, es un Kuroka después de todo. Si puedo darle dónde le duele, entonces me servirá mucho. Neito tiene un buen quirk; es un idiota, así que será fácil de convencer, sobre todo si le doy el papel protagónico... Me falta alguien más...

Me había interesado mucho en un chico de cursos generales, lo había visto de cerca durante la Carrera de Obstáculos. Apenas había tenido necesidad de mover sus músculos para cruzar la meta.

Con un plan ideado en mi mente, empecé por el elemento más importante: Hogoko. Como lo pensaba, nadie estaba interesado en hacer equipo con él incluso si su quirk era poderoso. Hogoko había sabido hacerse una muy mala reputación dentro de la clase, siendo especialmente agresivo y solitario, además de tener un aura... deprimente y deplorable.

Él siempre estaba triste, pero ni él mismo lo sabía.

—Hogoko —lo llamé, caminando hacia él. Me miró con molestia y se cruzó de brazos.

—Estás siendo tan confianzuda como siempre, Kozlov. ¿Cuántas veces te he dicho que no me llames por mi primer nombre?

—Perdona, es que temo que si digo Kuroka, quizás tu primita me responda. Ya sabes, la que llegó antes que tú en la Carrera de Obstáculos, está resaltando mucho en este festival, ¿no crees? Y yo que la veía tan pequeña y débil, está siendo toda una sorpresa.

Las manos de Hogoko se hicieron puños y su respiración se tornó pesada.

—Lo mismo podría decir de ti y esa chica Kozlov que está en la clase A. Esa que Aizawa nombra a cada rato por los parlantes y que llegó en segundo lugar en la carrera de obstáculos.

—No, Hogoko, qué dices —me reí genuinamente al ver cómo intentaba ganarme en mi juego. Puse mis manos en su pecho, apoyando mis garras en su ropa—. Yo soy Kozlov de sangre, Ayami no es nada más que una adoptada que se niega a soltar lo único bueno que tuvo en su miserable vida. Ella nunca será más que yo, ni aunque volviésemos a nacer, es algo que tú no puedes entender... porque tú estás en una posición similar a ella —sonreí—. Aunque tu meta es posible, la de Ayami no.

—¿A qué te refieres?

—Ninguno de los dos sabe realmente lo que vale. Ayami está acá para demostrarle algo a los Kozlov, tú estás acá para demostrarle algo a los Kuroka... ¿desde hace cuanto que un Kuroka no se gradúa como héroe?

—Desde Misaki.

—Desde la mamá de tu primita —me carcajeé—. El punto es: Ayami está acá para demostrarle algo a los Kozlov, pero ella no puede demostrarnos nada, porque ella no vale nada para nosotros, nunca lo hizo y nunca lo hará. Tú, por otro lado... tu clan ya sabe de lo que estás hecho, pero pareciera que todos lo ven menos tú... —vi el interés brillar en sus ojos y supe que ya había logrado lo que quería—, y tú mismo te estás poniendo la venda en los ojos, declarándole la guerra a esa idiota que mancha tu apellido sin siquiera ser capaz de generar un poco de fuego negro. No le declares la guerra, solo mátala. Al igual que yo haré con Ayami.

Terminé de convencer a Hogoko y seguí con Neito. No fue nada difícil hacerlo aceptar. Le dije que iba a ser el jinete y que nos encargaríamos de destruir al hablador rubio de la clase A. El mismo chico que había sido atacado por el villano de lodo el año anterior, ruidoso y orgulloso que desde el inicio del festival parecía no haberse dejado nada bajo la manga. Bakugou Katsuki era su nombre.

Mientras buscaba al chico del curso general, mi último integrante, vi a Katsuki hablando con Hanako y otros dos chicos de la clase A. Ellos serían nuestro principal objetivo.

Cuando di con la persona que buscaba, vi que ya tenía un equipo formado, pero era miserable.

—No es nada comparado a lo que te estoy ofreciendo —le dije, poniendo mis manos entrelazadas detrás de mi espalda y sonriendo de lado—. Quieres demostrarles a esos engreídos de la clase A que también eres capaz de hacer grandes cosas, ¿no? Entonces ven con nosotros. Nos hace falta un integrante como tú.

Él me inspeccionó durante unos segundos, con sus ojos flojos y de parpadeos lentos. Su piel era tan pálida que casi parecía de muerto.

—¿Por qué me escoges a mí?

—Tu quirk me resulta interesante —dije con sinceridad—. Apenas te has movido en todo este tiempo y lograste llegar hasta acá. Creo que se pueden llegar a hacer cosas geniales con ese quirk que tienes... ¿Cuál es tu nombre?

—Shinso Hitoshi —respondió—. Te estás esforzando mucho por parecer inocente, sé que solo quieres usarme.

—Eres muy inteligente, ¿no, Hitoshi? Traigo beneficios para ti también, no te chuparé toda la sangre. Esto es un win-win.

—Está bien, acepto.

Las tres personas que estaban reunidas entorno a él despertaron del trance en el que los había metido. Hitoshi fingió demencia y avanzó hacia mí.

—Antes de que nos reunamos con el resto del equipo —lo detuve, poniéndome justo frente a él—, quiero decirte que en nuestro quipo habrá un Kuroka que realmente no puede manejar muy bien sus impulsos. Si se da el caso, quiero que uses tu quirk contra él y solamente lo uses como planeabas hacer con esos otros tres —dije, haciendo un gesto con la mano en dirección a las personas que Hitoshi había metido en trance.

—Y si ese monstruo se enfada conmigo, ¿te harás cargo tú?

—Sí, yo me haré cargo de él.

Hitoshi me quedó mirando por unos segundos y sonrió de lado al mismo tiempo que entrecerraba levemente sus ojos.

—¿Y por qué no tienes miedo de que yo use mi quirk contra ti?

—Soy mucho más valiosa estando consciente. Y de todas formas, no te recomiendo usar tu quirk en mí. No soy una persona que perdona, mucho menos que olvida —concluí, mirándolo con seriedad.

Reuní a mi equipo y les pedí a Neito y Hitoshi que me hablaran sobre sus quirks, tanto sus pros como sus contras. 

—Shinso, puedes pedirle a ese Bakugou que te entregue sus cintas —propuso Neito.

—Sus compañeros no lo dejarán —negué antes de que Hitoshi pudiera responderle—. Tendremos que robarles las cintas primero, plantar el caos en ellos con el quirk de Hitoshi para así ganar tiempo e irnos al instante.

—¿Por qué no vamos tras los 10 millones de puntos si este equipo es tan fuerte? —inquirió Hitoshi con una ceja alzada.

—Porque todos los otros equipos irán tras esos 10 millones y eso será molesto.

—Y bien, te estás comportando como la líder, ¿pero cuál es tu quirk?

Hitoshi me miraba con sus brazos cruzados y rostro desconfiado.

Levanté una de mis manos a la altura de mi rostro y activé parcialmente mi quirk. Mis garras se hicieron más grandes, todo mi brazo desde mi hombro hasta la punta de mis dedos se ensanchó y mi piel se hizo verdosa a la vez que cambiaba de textura.

—Soy mitad cocodrilo —respondí sonriendo, sabiendo que podía ver mis dientes afilados—. Mi piel es resistente a golpes, tengo mucha fuerza y mis garras son bastante peligrosas.

El evento de caballería dio inicio y Neito se subió a nosotros.

—Recuerda, Neito, solamente debes hablar lo suficiente para sacarlo de sus cabales y que se le suelte la lengua para que cuando Hitoshi le hable, Katsuki responda. Nada más.

—Eres muy aburrida, Kozlov.

Puse mis ojos en blanco y me aguanté un suspiro. Aburrido o no, era un plan que nos iba a funcionar, debía ser cuidadosa con ese chico Katsuki, era el único de ese equipo que realmente podía llegar a preocuparme.

Mi plan funcionó. Neito copió el quirk de Hogoko y le arrebató la cinta con los puntos a Katsuki, a pesar del pajarraco de fuego que Hanako había mantenido siempre alrededor de la cabeza del jinete. Sembramos el caos dentro del equipo Katsuki gracias al quirk de Hitoshi y nos fuimos.

—¿Y ahora? —preguntó Hitoshi.

—Debemos estar alertas, tenemos varios puntos y alguien puede pensar en quitárnoslos —respondí, mirando hacia todos lados—. Aunque sería una decisión estúpida venir tras nosotros.

Tenía mi quirk semiactivado para endurecer mi piel, aumentar tanto mi fuerza como el tamaño de mis garras. Cualquiera que se atreviera a acercársenos la iba a pasar mal. 

Debía admitir que estaba deseando que alguien fuera detrás de nosotros y tener una excusa de usar mis garras. Y si las cosas se llegaban a poner feas, quizás usar mis dientes también. La idea de hacer sangrar a alguien de esa manera me hizo sentir emocionada.

Entonces, los vi corriendo hacia nosotros: Katsuki venía echando humo de la rabia.

—Neito, vienen por los puntos —le avisé—, ponte en guardia.

Neito volvió a copiar el quirk de Hogoko y se preparó para la pelea. 

—¡MUÉRETE! —gritó Katsuki, estirándose para atacar a Neito, quién desvió el ataque de Katsuki, le copió el quirk y contratacó.

—¡Ah, qué buen quirk tienes! —sonrió Neito.

No digas nada que les pueda ayudar a saber cómo funciona tu quirk, idiota.

—¡Bakugou, ¿alguien más tiene el mismo quirk que tú?!

—¡Cállate, Pelosmierda!

Insultando a su caballo principal, Katsuki volvió a lanzarse contra Neito, esta vez con más fuerza. Neito, que había copiado el quirk del chico pelirrojo de la clase A, recibió el impacto de la explosión de Katsuki.

Estás presumiendo ahora.

—Quirk de copia —dijo Katsuki, mirando a Neito con cuidado.

Si él vuelve a lanzarse, seré yo quién responda.

—Ya hicimos suficiente —dije—, tenemos que retroceder ahora, Neito, recuerda lo que hablamos.

—Hazle caso a Kozlov, Monoma —me apoyó Hogoko.

Lo miré con una ceja alzada. Hogoko estaba demasiado paciente y calmado.

Neito cedió a nosotros y nos alejamos, siempre alerta por si nos seguían. Katsuki nos miraba con rostro serio y tranquilo, definitivamente nos había fijado como objetivo.

El equipo de Katsuki hizo un ataque rápidamente. Un ave de fuego, mucho más grande que el anterior, nos tapó el camino. Noté que el ave se movía erráticamente y había momentos en los que perdía forma y era simplemente una bola de fuego suspendida en el aire.

Hanako no tiene la habilidad suficiente para manejar esa cantidad de fuego. De todas formas con eso puede quemarnos, pero Hogoko se encargará de eso.

Katsuki se lanzó contra nosotros de nuevo. Neito se cubrió utilizando el quirk de endurecimiento, pero como ya había pasado un rato desde que lo había copiado, no fue tan eficiente y Katsuki logró dañarlo. Neito se desestabilizó y creí que se caería.

—¡Hogoko! —le hablé. Katsuki no estaba a mi alcance, no todavía.

—¡Sero, trae a Bakugou!

La reacción de ese Sero fue rápida, y antes que Hogoko pudiera atacar a Katsuki, su equipo se lo llevó lejos de nosotros.

—Ustedes no se rinden, ¿verdad? —les preguntó Hitoshi—. Sus esfuerzos son inútiles, estaría bien que se dieran cuenta de eso.

No hubo ninguna respuesta verbal, en cambio, Katsuki le mostró los dos dedos del medio.

Las alas del halcón de fuego se definieron y supe que Hanako iba a hacer algún movimiento.

—Hogoko, borra ya esa mierda —siseé.

Pero Katsuki nuevamente saltó hacia nosotros y Hogoko, que era hombre, por supuesto que no podía encargarse de dos cosas a la vez y prefirió repeler a Katsuki que al ave de fuego. Katsuki utilizó una explosión para lanzarse a sí mismo hacia el aire y con otra explosión cayó violentamente sobre nuestro equipo, específicamente sobre Neito. Tuve que apoyar bien firme mis dos pies en el suelo para no ceder ante la potencia de Katsuki.

Ahora serás mío.

Me lamí los labios.

Katsuki le dio un puñetazo a Neito, una patada a Hitoshi e intentó hacer lo mismo conmigo, pero sostuve su pierna justo por debajo de su rodilla. Si mi brazo hubiese sido más largo, hubiera logrado tomar su rodilla y destrozársela.

—¡Tú puedes, Bakugou! —lo alentó su equipo.

Sonreí contenta, apretando levemente su pierna y mirándolo directamente a sus ojos, que eran rojos y tenía pupilas verticales.

—¿Crees que lo tendrás tan fácil, Bakugou Katsuki?

Con mis garras, simulé hacerle cariño en su pierna. Él miró mis garras y luego volvió su vista a mis ojos.

Sero trató de llevárselo, pero se lo impedí. Tenía mis pies bien sujetos al suelo y también había agarrado a Katsuki sin intenciones de soltarlo.

Podía ver en los ojos de Katsuki que él sabía lo que yo iba a hacerle. Estaba expectante y yo disfrutaba eso.

Sabes que puedo hacerte daño, ¿no me pedirás que pare?

Volví a apretar su pierna, sin llegar a hacerle verdadero daño. Él tembló un poco, verdaderamente poco, casi imperceptible. Mi sonrisa se hizo aún más grande y Katsuki finalmente reaccionó: me lanzó un puñetazo. Solté su pierna y agarré su muñeca. Nuestros reflejos estaban igualados, pero gracias a que él estaba en una posición incómoda, yo tenía la ventaja.

—¡BAKUGOU, CUIDADO!

Muy tarde. La muñeca era un muy buen lugar para hacer heridas.

Enterré mis garras en Katsuki. Tenía una piel maravillosa, muy firme, lisa y se notaba ligeramente tostada por el sol. Mis garras pasaron fácilmente a través de ella. Mis dedos se calentaron gracias a su sangre brillante.

—No la sacarás gratis, Katsuki. Vi la forma en la que te temblaban los brazos cuando terminaste la carrera de obstáculos. Las explosiones deben generar mucha presión en tus bracitos, ¿verdad?

Katsuki no me respondía, solamente me miraba de esa forma en la que yo amaba que me miraran: con sorpresa, con un poco de miedo.

Lo había estado observando, por supuesto. Siempre observaba a la gente y él obviamente no había sido la excepción. Además, no es como si Katsuki fuera de ese tipo de personas que pasaban desapercibidos. Él buscaba la atención y debía hacerse cargo de las consecuencias que eso traía.

Buscaba que todos le miraran. Pues bien, que tomara responsabilidad. Había logrado que yo lo mirara.

—¡Suéltalo! —gritó Hanako. Miré con enfado a Hogoko, con mis ojos diciéndole "Ocúpate de tu primita"— ¡No es necesario que le hagas tanto daño! ¡Suéltalo!

Su último "suéltalo" había sonado más como una orden que una petición. Apreté mi mandíbula y pensé en simplemente romperle la muñeca a Katsuki.

El pájaro de fuego se abalanzó hacia mí, pero antes de que pudiera acercarse demasiado, Hogoko casi lo hizo desaparecer con su fuego negro.

—¿Qué planeabas hacerme con tu pajarraco? —inquirí— ¿Y así me hablas de daño innecesario?

—Tu fuego no puede hacer nada contra el mío, Hanako. Y tu amiguito tampoco.

Hogoko aprisionó una pierna de Katsuki.

No me gusta compartir presa, realmente...

Pero no era momento para pelear con Hogoko, si lo hacía, sería solamente igual a él: cediendo a impulsos tontos dignos de un niño pequeño. En vez de ponerme a pelear, debía concentrarme. Katsuki estaba en una mala situación y probablemente su equipo saltaría en su ayuda: yo le sostenía una muñeca, Hogoko lo tenía agarrado por una pierna y él apenas colgaba de Neito, sin soltar las cintas con puntos.

Estaba lista para dar la orden de ponerse en guardia, ya que el equipo de Katsuki se veía más que dispuesto a rescatarlo, pero antes de poder decir nada, el halcón de fuego voló hacia mí. Aunque era más pequeño que antes, seguía siendo fuego. Para peor, voló hacia mi rostro, específicamente mi boca.

Dado a que con una mano estaba sosteniendo a Neito y con la otra a Katsuki, tuve que elegir a quién soltar para poder protegerme del fuego. Solté a Katsuki, puesto que si soltaba a Neito y éste caía, sería una derrota inmediata. En el mismo momento en que solté a Katsuki, el chico pelirrojo de la clase A impactó de frente contra Hogoko.

Entonces, Katsuki fue separado de nosotros. Volvió con su equipo y con algunos de nuestros puntos.

Me dio una puntada en el pecho de la rabia.

—¡¿Qué hacemos ahora?! —gritó Neito.

Escuché su grito como si hubiese estado sumergida en agua.

La sangre de Katsuki que tenía en mi mano se estaba enfriando.

El pecho me ardió con rabia, casi quemándome por dentro. Esa idiota, familiar de Hogoko, casi me había dado en mi punto débil, Neito no había sido capaz de proteger nuestros puntos y Katsuki había logrado escapar de mí.

Quería hacerlos sangrar a los tres.

—¡SE ACABÓ EL TIEMPO!

Me miré la mano, dónde tenía la sangre de Katsuki. Comenzaba a secarse. Sabía que habíamos pasado la ronda a pesar de haber perdido los puntos que habíamos robado, así que no me mantuve más tiempo ahí y empecé a caminar hacia el baño. Alguien me habló, pero no supe quién era ni volteé a ver. Solamente quería llegar al baño, necesitaba llegar al baño. La sangre de Katsuki se estaba secando sobre mi piel y yo corrí.

Cuando llegué fue un alivio. Estaba vacío, pero aún así me encerré en un cubículo individual y me detuve en seco. Me apoyé contra una de las paredes y puse mi mano frente a mí. La sangre ya estaba fría.

Esto va a apagar el fuego en mi pecho...

Primero me llevé los dedos índice y corazón a la boca, los lamí diciéndome a mí misma que debía tener cuidado, ser lenta. Quería saborearlo y no simplemente devorarlo. Cerré los ojos y recordé cómo el miedo intentaba esconderse en las pupilas de Katsuki mientras me miraba.

Él sabía que yo le podía hacer daño...

Pasé mi lengua por el dorso de mi mano, que también tenía su sangre. Mi lengua de cocodrilo pasó por mi piel y creí estar comiendo caramelo.

Sentí un escalofríos recorrer mi espalda, me encogí en mí misma y presioné mi cuerpo contra la pared helada de cerámica del baño al mismo tiempo que apretaba mis piernas la una contra la otra.

Con mi lengua limpié cada rastro de su sangre que pudo haber quedado en mi piel, disfrutando cada segundo que me tomaba. Me alimenté de la prueba de que yo le había hecho daño. Cuando terminé, caí en cuenta de algo que en realidad ya sabía hace un rato: quería más, y por sobre todo, quería saborearla cuando estuviera caliente.

El cuerpo se me había acalorado. Me saqué la chaqueta del uniforme de educación física y abrí mi boca para liberar el calor que se había acumulado dentro de mí, igual que los cocodrilos.

Enterrar mis garras en Katsuki había sido una cosa... apostaba que enterrar mis dientes en él sería algo completamente distinto.

Con el solo pensar en morderlo mi temperatura corporal volvió a subir, así que me dije a mí misma que por el momento, debía alejar esos pensamientos de mí.

Fui a lavarme la cara, esperando que con eso se me bajara un poco el calor, también me mojé el cuello y los brazos. Una vez conseguí bajar mi temperatura, volví a ponerme la chaqueta del uniforme. 

Era la hora del almuerzo, los que seguíamos en la competencia podíamos descansar y comer, por mi parte, no tenía hambre, así que fui a la azotea del edificio a descansar en paz. Me puse audífonos para escuchar música mientras dormitaba y recargaba energías para el Torneo Individual.

Cuando llegó la hora, fui a las gradas y me senté a esperar que llegara mi turno. Me tocaba contra ese chico pelirrojo de la clase A, por lo que leí en las pantallas, se llamaba Kirishima Eijiro. Su quirk era de endurecimiento y por lo que había visto en la Batalla de Caballería, no sería un problema ganarle. No tenía fuerza, agilidad ni velocidad destacable.

En las gradas, me senté apartada de mis demás compañeros de la clase B. No estaba interesada en comentar con ellos los enfrentamientos. El primero combate del Torneo fue entre Hitoshi y un chico llamado Midoriya Izuku: en cuanto Izuku respondió a las provocaciones verbales de Hitoshi, pensé que ya había firmado su derrota, pero cuando estaba a punto de salir de los límites, se detuvo y ganó. Me pareció extraño y curioso que aquel chico poco llamativo pudiera librarse de esa forma de un quirk como el de Hitoshi.

El segundo combate terminó en cosa de segundos. Todoroki Shoto vs Sero Hanta. Shoto había producido tantísimo hielo, que casi lastimó a las personas que estábamos en las gradas.

Mh, apuesto que él también tiene una sangre deliciosa, pensé mientras veía a Shoto derretir su hielo, pero no es ardiente como Katsuki, ni tiene mala personalidad como Katsuki.

Cuando vi que en el siguiente combate participaría Katsuki, me emocioné y puse más atención. Él estuvo muy bien, y me reí un poco cuando vi que en su ataque final, sus brazos quedaron temblando de una manera que demostraron toda su debilidad. Obviamente, Katsuki ganó el encuentro contra esa tal Uraraka Ochako.

Antes de pasar al siguiente combate, la clase A llamó la atención de todo el público cuando Ayami colgó a uno de sus compañeros por la baranda de la grada. El chico rubio que Ayami sostenía por los pies con un solo brazo, tenía puesta una falda que dejaba ver su ropa interior. Aizawa, el profesor de esa clase, los retó bastante fuerte por los parlantes:

—¡KOZLOV SUELTA A KAMINARI! ¡PERO SUÉLTALO EN EL PISO A TU LADO, NO LO MATES!

Ese pobre Kaminari Denki participó del próximo combate y lo vencieron rápidamente. Conocía a Yaoyorozu Momo desde hace antes, así que no me sorprendió su victoria. Ella no era una incompetente.

Como en el siguiente combate participaba Ayami, puse bastante atención. Obviamente Neito perdió contra ella. Ni siquiera la obligó a hacer algún movimiento riesgoso como Ayami solía hacer en las peleas. Fue decepcionante. Al menos, el combate que los sucedió fue más divertido: Hogoko vs Hanako. La niña duró más tiempo en la Arena de lo que yo pensaba, y también sorprendió a Hogoko. Al concluir la pelea, él no la pudo humillar como quería y, a pesar de que Hanako hubiese perdido, se vio más satisfecha con los resultados que él.

Cuando Hogoko volvió a las gradas, sonreí y sin tapujos le dije:

—Te tardaste mucho venciéndola. Te viste patético. Incluso te arrinconó tanto que tuviste que usar el Coal Mode.

En cuanto dije eso se detuvo en seco y me miró con sus ojos entrecerrados, para luego retroceder sus pasos e ir a sentarse en los asientos de atrás.

Bostecé viendo la pelea de un chico de la clase A llamado Iida Tenya contra una chica de la clase de soporte llamada Hatsume Mei. Fue un chiste y al final Mei solamente salió de los límites de la cancha.

Me levanté, puesto que mi combate era el último de la primera ronda.

—Buena suerte, espero que aplastes a ese Kirishima —dijo Neito.

Sonreí y me acerqué hasta él. Me incliné sobre su cuerpo y puse mis manos en sus hombros. Me acerqué hasta que pude sentir su respiración nerviosa en mi rostro.

—A diferencia de ti, yo no necesito la buena suerte para vencer a alguien.

Me erguí en mi lugar, le sonreí de lado y me fui de las gradas. Pronto me encontré en la cancha.

—¡Y en nuestro último combate de la primera ronda...! ¡Por un lado tenemos a Kozlov Natsuki! ¡Oh, otra Kozlov! ¿Tendrá algún parentesco con tu alumna Kozlov Ayami, Aizawa? —se escuchó como si Present-Mic le "susurrara" a Aizawa.

Puse los ojos en blanco y respiré fuerte. Mi familia debía quitarle nuestro apellido de una buena vez a esa adoptada.

—Sigue haciendo las presentaciones —respondió Aizawa de mala gana—. Ya te lo dije, si vas a hacerlo, hazlo bien.

—Oh sí, sí. Ejem, ejem —se aclaró la garganta— ¡Y por el otro lado tenemos a nuestro honesto Kirishima Eijiro!

—¡Tengamos una buena pelea! —me dijo el chico, chocando sus puños entre sí con su quirk de endurecimiento activado. Me sonreía y sus ojos brillaban.

—Yo tendré una buena pelea —le aseguré.

—¡Que comience el octavo combate!

Activé parcialmente mi quirk y él lo activó por completo. Sabía que Eijiro tenía una buena capacidad para dar y aguantar golpes, así que no pelearía de esa manera con él.

Corrí hacia Eijiro y él adoptó una pose defensiva. Cuando estuve cerca de él me lancé al suelo con el cuerpo de costado y mis pies apuntando en su dirección. Me deslicé por el cemento y con el empeine de mi pie lo golpeé en el tobillo con fuerza, logrando desestabilizarlo. De no ser por su quirk, le hubiese causado un esguince o directamente roto el pie.

Lo vi perder el equilibrio y supe que era mi oportunidad. Todavía en el suelo y de costado, apoyé mis manos en el cemento e hice fuerza de tal forma que levanté todo el resto de mi cuerpo, quedando mis pies a la altura de su rostro. Apunté a la garganta, específicamente a su manzana de Adán. Lo pateé con fuerza con ambos pies y él retrocedió agarrándose el cuello con las manos.

Volví a hacer fuerza con mis manos apoyadas en el suelo, esta vez para ponerme de pie de un solo salto. Una vez estuve de pie, corrí hacia él y salté para agarrar su cuello con mi brazo. Enrollé mi brazo alrededor de su cuello y lo apreté contra mi cuerpo, ahorcándolo.

—No trates de huir —dije. Pude expulsarlo de los límites en ese momento, pero quería ver su rostro antes de hacerlo. Me estaba emocionando—. Tengo más fuerza que tú. Soy una depredadora después de todo —susurré, activando aún más mi quirk, provocando que mi cuerpo creciera un poco y mi piel se volviera más dura y con un característico subtono verde.

Subió su mirada y me sentí satisfecha. Sus venas se notaban a través de su piel y sus ojos estaban cristalizados. Debía reconocer que era un chico fuerte. A cualquier otro le habría pulverizado los huesos si le hubiese aplicado el mismo nivel de fuerza que le estaba aplicando a él. Incluso si su quirk consistía en endurecerse, no es como si en el pasado yo no hubiese roto troncos enteros en medio de mi entrenamiento.

Él estaba perdiendo fuerza gracias a que lo estaba ahorcando, impidiéndole el paso de oxígeno a su cerebro. No me fue difícil sacarlo de los límites. Quería quedarme más tiempo con Eijiro bajo mi brazo, viendo su rostro al borde del ahogo, pero sabía que eso no sería muy bien visto por los supervisores de UA, y no quería llamar la atención de esa forma. No que ellos me vieran así, por lo menos.

—¡Kozlov Natsuki pasa a la segunda ronda del Torneo Individual!

Volví inmediatamente a las gradas, viendo que mi siguiente oponente sería Tenya. Él solamente era veloz y tenía buen porte, pero nada más. Sería incluso más fácil de vencer que ese chico Eijiro.

Y el siguiente oponente de Hogoko es Ayami... pensé, subiendo las escaleras. Si Ayami lo derrota, entonces las dos nos encontraremos pronto...

Reí tapándome la boca con ambas manos. Me alegraba tanto que UA organizase un festival así. Hace días que no me divertía tanto.



*natsuki casi siempre trata a las personas por su primer nombre, el de pila, a no ser que no se lo sepa. por eso a monoma lo llama neito, a shinso le dice hitoshi, etc etc


n/a:

natsuki es un personaje realmente difícil de escribir para mí, no sé qué haré con ella en un futuro sdlasdk bueno, lo iré descubriendo sobre la marcha i guess


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