En las sombras de la noche, con un revolver en la mano y en la otra una botella de agua ardiente que recién robo a un hombre que en la cantina cuando se descuido para ir al baño. En el pecho odio y maldad, deseos de vengarse, asechando como un gato herido que solamente desea matar....
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Estas son ya mis últimas horas, no importa lo que haga o a donde quiera irme, si no fuera hoy, sería mañana, aún no puedo creer que todo termine de esta manera, cómo siquiera yo lo hubiese adivinado, cuando era una niña, cuando crecí y me enamoré, todo empezó desde que le quité la vida a Sergio, desde que mi papá murió porque su corazón no pudo resistir la crueldad humana que hubo en mi, desde que manche mis manos con la vida de Toya, y seguí, llevo en mis espaldas la injusticia, el horror y la maldad.
Todos estos días han transcurrido normalmente, nunca me sentí tan ajena y extraña a la vida de mi entorno, no puedo creer que estuve tantos años confinada a mi dormitorio, con medicamentos y mis delirios propios, nadie lo hizo por mi, lo hice yo misma, al final y al cabo siempre he hecho todo sola, por eso hoy volaré sola a cumplir lo que me ha tocado.
He cumplido con todo lo que la gitana me pidió, desde lo lógico hasta tragarme el orgullo, ya no importa, lo que más alegría me da es que en mis últimos días pude tener a mi hija, y escucharla llamarme mamá, nunca había querido verlo pero la cara de Sergio, y hasta alguno de sus gestos están grabados en su rostro, aún recuerdo cuando nació y que la repudié desde ese instante, era tan bonita, inofensiva, pero también el recuerdo latente de mi dolor. Pobre Leonor, le arruiné la vida, siempre luché por tenerla lejos, hacerle el mal, y creo que después de todo lo conseguí.
Yo se que no logro nada con haber pedido disculpas, clamar a las entrañas de la tierra para que los muertos me perdonen, ya no remedio nada. Por momentos pienso que todo eso que algún día vi no eran fantasmas verdaderos, pero si los fantasmas de mi culpa que no me dejaban en paz por los remordimientos.
Todo luce tan efímero para mi ahora, esas cosas banales que a todos preocupan, para mi hoy ya no valen nada, ahora si puedo decir cambio mi reino por un poco de tiempo para vivir.
En la gaveta de mi ropa contemplo la botella de veneno que me dieron, me eriza la piel pensarlo, a nadie le agrada planear su muerte. Mi dormitorio esta limpio, tengo inquietud de cómo vaya a ser ese momento, no quiero sufrir, aunque cualquier cosa es mejor que la horca.
Me he bañado tan bien como pueda ser posible, y escogido ropa limpia, modesta, pulcra, el reloj de mi pared dice que son las ocho de la noche, me siento tranquila después de todo, aún faltan cuatro horas para el plazo que me indicaron, No es cierto, estoy nerviosa e inquieta, pero no es por el veneno, no es por mí, algo en mi corazón me dice que esta por suceder.... No se qué....
Escucho ruidos raros en el jardín, me asomo y solamente veo a las plantas y a un gato rondar, no se que es....
Escucho en la sala la voz de mi hija, esta acompañada, aún tengo tiempo iré a ver....
Bajo las gradas lentamente, logro ver a la persona que acompaña a Leonor, es una mujer con un niño como seis años, no la conozco, jamás la había visto por aquí, pero mi hija parece conocerla bien...
-El no te ha buscado? Ya sabe Camilo de todo esto?
-No me ha buscado, pero he escuchado que se la pasa tomando en las cantinas, mejor si no lo hace. Camilo ya sabe mi pasado, ya sabe también lo del niño,Que te dijoPues no mucho, solamente que no va a juzgar mi pasado, y que esta ya bastante agradecido de que yo lo quiera,Es un hombre maravilloso realmente, lastima no conociste a su hijo
-Por
Era muy buen muchacho, fuimos novios un tiempo, pero mi madre nos separóEra muy mala verdadYa no la juzgo, pero creo que si me hubiera dejado ser feliz con Guillermo todo sería tan distinto, pudimos ser una familia muy feliz Esperanza
-Te entiendo, yo también tuve una vida triste Por Mi abuela sufrió mucho porque su esposo tuvo también una aventura, cuando mi mamá me tenía, se metió con una mujer que por cierto se llamaba igual que tuJajaja
- pero no era yoNo, jaja,
pero contaba mi madre que mi abuela se enojó tanto que pago a una vieja gitana para que maldijera a ese mal hombre y a la mujerzuela que rompio el matrimonio
-Será que existe todo eso de las maldiciones, no lo creoPues yo no supe mucho, solamente que mi abuelo se había suicidado cuando se entero que la mujer con la que él habia engañado a mi abuela habia tenido a una hija y que un hombre se había casado con ella, parece que era un militar, no sé el nombre, pero luego contaban en mi pueblo que a esa mujer también le fue muy mal, porque mi abuela no solamente maldijo a mi abuelo si no a la mujer, supe que murió al dar a luz a la hija que llevaba en el vientre. Ya nunca supiste más de eso, No, mi mamá murió joven, creo que consumida en el odio, y la mujer que sería su media hermana nunca supe nada, yo tuve que trabajar muy joven para mantenerme, luego ya vez lo que me pasó con bueno Diego.
-Descuida no me afecta, no te preocupes, que historia la tuya, al menos la sabes, yo no sé nada del pasado de mi mamá, ni de más arriba, solamente lo que ya sabemos claro de lo que hizo mi mamá desde antes que yo naciera con mi papá.
-Creo que nos ha ido peor a nosotras que las protagonistas de las maldiciones
-Jajaja si
Minerva sintió que ya nada podía ser peor, eso tenia que ser obra del mismo diablo en persona, ella si conocía bien esas historias, y que esa mujer que hoy estaba sentada con Leonor hablando de ello era su prima, ahora ella misma empezaba a creer en sus fantasmas personales y en maldiciones. Tuvo el tentador deseo de entrar e intervenir en aquella plática, también ella queria saber, y no le gustaba que ahora tantos años después alguien hablara de su madre con desdén. Pero ya no tenía sentido después de todo, que objetivo aclarar un pasado que ya está muerto. Tal vez era lo mejor, guardar silencio, hoy el pasado, y hasta la misma maldición si es que como dijo Leonor existía, hoy terminará todo, hoy se muere todo conmigo-. Pensó Minerva mientras subía las gradas de nuevo.
Giró los pies, y volvió a ver por la puerta a su hija, era la última mirada, una mujer muy bella, si se parece tanto a su papá, Sergio nació en Leonor definitivamente... Te dejo mi bendición hija, que Dios te proteja, y que seas feliz — Dijo desde el fondo de su corazón.
Caminó por el pasillo, y entró al dormitorio de sus nietas, dormían como ángeles, se sentó entre las cunas para llevarse ese bello recuerdo en el alma.- si existe otra vida yo las cuidaré pequeñas, las bendigo y que su vida sea limpia, buena y feliz, esto también lo hago por ustedes, para que al menos no sean contaminadas con la sangre y el dolor que estas paredes llena por más nuevas que sean.
En el babero de las niñas puso una pequeña medalla, para la hora que las viera su mamá ella ya no estaría, ahora si sentía triste, no había tomado conciencia de todo lo que dejaba al morir, cosas pequeñas que pudieron hacerla feliz, y que la vida seguiría con o sin ella. Viendo a las niñas caminó el tiempo, ese dormitorio le daba paz, calidez y esperanza, que todo valdría la pena, sin notarlo se quedó dormida sobre la barandilla de la pequeña Victoria
señora, señora — era Patricia moviendo su brazo
-perdon que paso,
que hago aquí
se quedo dormida viendo a las niñas señora
si, es cierto ya recuerdo, perdón me voy a mi cuarto
que descanse señora y que su camino sea bueno
como
un decir señora
ya, bueno feliz noche
Repentinamente ese rostro de Patricia le inspiraba inquietud, algo en su mirada y esa frase de "su camino sea bueno" era demasiado apropiada para el momento. Cuando entró a su cuarto sin imaginarlo eran ya las once, todo estaba en silencio profundo, ya faltaba poco, prendió los inciensos con aroma a sándalo que le dijeron prendiera una hora antes, re acomodó la cama y miró bien que todo estuviera en orden. Sobre su mesa un sobre blanco con el nombre de Leonor, ella se iba sola, pero su verdad se sabría, nada se lo había prohibido, su hija merecía un pequeña explicación de porque ella decidió morir esa noche. Seguía caminando el reloj, ya faltaba menos, media hora, aseguró la puerta para que nadie pudiese entrar, y la ventana para que el aroma tan fuerte del incienso saliera... no pudo imaginar que ese había sido un terrible error... sacó las velas que tenía escondidas en otra de sus gavetas, y las puso en el lugar que le habían indicado, tomó un poco de agua, la sed de la angustia la mataba, morir tampoco es fácil... Escuchó pasos caminar por el corredor, eran livianos, Emilia que iba para su dormitorio, los conocía todos, tantos años de encierro afinan el oído, aunque no lo suficiente. Quince minutos para las doce, sacó el veneno de la gaveta, la cuenta empezaba, quince minutos de vida....
-ahora eres una maldita bruja desquiciada? Una voz de hombre, entre ebrio y colérico invadió el dormitorio, Minerva se quedó petrificada, eso no era posible, giró sobre el talón y vio la imagen más aterradora... Esa piltrafa humana, un hombre con ropa mal oliente, desgarrada, la cara llena de tierra y marcas de pelea, era Diego, con olor a licor de muchos días, con una botella casi por terminar en su mano, y un revólver en la otra.
- no te atrevas a gritar zorra, ahora haces encantos con magia mujerzuela?
No hago nada, que deseas Diego
Tomar mi venganza maldita perra
Venganza de que
Vida por vida
No entiendo Del saco viejo se sacó un papel estrujado lleno de suciedad, y se lo tiró a Minerva a los pies, era una carta de casi treinta años, no podía ser, era su letra, su firma, no era posible que haces con una carta de este hombre
-lee bien perra, De pronto todo era claro, se leía bien, Diego era el primo de Sergio el papá de Leonor, se lo mencionó muchas veces, y hasta ella vió cuando escribió esa carta en una mañana que estaban juntos, como ese hombre dio con ella, y peor aún, era el esposo de Leonor Había olvidado todo de ti Diego, y que declaraste en mi contra en el juicio, pero aún no tenía nada claro, Leonor no sabía nada tampoco,
-como pudiste Ella ya lo sabe todo, sabe que me casé con ella para vengarme de ti, para destruirte,
Nunca la quisiste maldito
Claro que no, por ella mataste a mi primo No fue por ella animal, fue porque ese estupido fue a chantajear a mi papá, para casarse conmigo, y luego resulta que se arrepintióMentira
No lo es, no lo es!!Tu lo mataste, eso es
Nunca he dicho que no, mañana me van a colgar por esa muerte y las demás, voy a pagar mi culpa
No perra, no vas a pagar nada de esa forma, yo te voy a matar con mis propias manos, para vengarlo a él, además ya supe que me dejaste sin nada, mirame!!!! Mira en lo que me convertí en un indigente asqueroso
Esa no es mi culpa tu asi lo quisiste
Tu me dejaste en la ruina maldita Basta de insultarme, si me vas a matar hazlo ya y deja el circo
Sabes, viendote bien no es mala idea aprovechar algo antes de matarte
Cómo
Si, hace meses no toco a una mujer decente desde que tu hija me abandonó solamente tengo rameras sucias, y tu te vez limpia y muy buen cuerpo para ser una vieja
No tienes respeto ni por una vieja
No, tu no te mereces nada Como un perro furioso tiró a Minerva a la cama, mientras la botella con escaso licor se cayó rompiéndose en el suelo, mientras le encajaba el revolver en el vientre para que no gritara. Subió su falda y comenzó a manosearla lascivamente, el estómago de Minerva se revolvió y su mente daba vueltas, no era posible que minutos antes de morir como castigo todavía fuera ultrajada, forcejeó con el hombre que tenía sobre ella con todas sus fuerzas, pero como instintivamente soltó un grito que se escuchó en todos los rincones de la casa.
- Maldita perra, deja de ladrar! Gritó Diego enfurecido, mientras le propinaba un puñetazo en el rostro Con más deseos intentaba abrirse el pantalón para poder abusar de Minerva, que estaba sola en ese momento, era su gran oportunidad, cobraría venganza desde la raíz....
Los gritos de las sirvientas sacaron a Diego de su furia Doña Minerva que le pasa!!!
Mamá qu pasa! Si no abres tiro la puerta No hables perra, dijo Diego tapándole la boca con su sucia mano derecha,
Por primera vez en muchos años los ojos de Minerva se llenaron de lágrimas enormes, se sentía humillada, destruida y rota, tener a ese hombre asqueroso sobre su cuerpo, que la tocara y saber que abusaria de ella antes matarla le causaba más que asco, deseos de estrangularlo con sus propias manos. Como pudo sacó fuerzas de sus entrañas, y le dio un golpe a Diego en la entrepierna, con lo que cayó agarrandose las piernas, Minerva saltó de la cama, para quitar el seguro de la puerta, un disparo del revolver que Diego llevaba se escuchó por toda la casa... no te atrevas, vuelve aquí maldita, voy a terminar lo que empecé ahora ya todos saben que aquí pasa algo, vendrán por mi nadie te quiere, que más te da satisfacerme un rato, es más te haré un favor, que mueras dignamente y no ahorcada como te condenaron
eres un maldito no sabes cuanto te odio y me iré odiándote, volveré de donde sea para matarte que miedo me das debería
El reloj de la pared dio un campanazo, eran las doce, la hora, y ella peleando con ese desgraciado, un sonido en el picaporte....
Patricia entró de repente, era la única que tenía llave maestra de la casa. Se quedó petrificada al ver al hombre en el dormitorio, y Minerva aterrorizada en la pared. No te atrevas a salir de esa puerta, ven acá maldita No Del umbral de la puerta apareció Leonor con cara de susto, no podía creer que su marido estuviera ahí y haciendo eso si no vienes la mato a ella, dijo Diego apuntando a
-Leonor hija vete, la voy a matar como perro,
si no vienes aquí Minerva
no mamá no vayas el no va a matar a nadie esta más asustado que nosotras, lo conozco
Un disparo resonó cerca de la cara de Leonor, destrozando la pared del costado
- no juego, ven aquí Minerva, A un lado de Leonor otra mujer veía incrédula la escena, todo aquello parecía de cuento mal escrito.
Minerva encaminó sus pasos a la dirección de Diego, prefería que la matara a ella y no a su hija, no ahora. Diego la tomó por el cabello y la tiró a la cama, parecía no importarle ni la presencia de Leonor, ni de nadie en ese cuarto, estaba tan decidido a vengarse que nadie lo podría haber detenido.
Sin pensarlo, sin medir consecuencias... dos mujeres se miraron entre sí, y supieron que tenían que actuar, corrieron a la cama para intentar detener a Diego como un par de fieras queriendo defender a su manada. Diego se levanto queriendo quitarse a las dos mujeres de encima, golpeó la pared con una de ellas, lastimándole la cabeza, mientras la otra luchaba por quitarle de las manos el revólver que llevaba, Un disparo nuevamente se escuchó, Diego cayó al suelo sobre el cuerpo de una mujer... cubierta de sangre, le había disparado.... Y ahora yacía con los ojos cerrados debajo de él.....