CAPITULO XX MARAÑA DE PENSAMIENTOS

457 17 2
                                    

Últimamente me siento mucho más perdida y fuera de lugar que jamás en mi existencia, ni en tantos años que pase el final de mi infancia y el inicio de mi adolescencia lejos de mi casa, en un país extranjero y con gente distinta, me sentí como ahora, creo que ya no sé nada de nada, incluso siento roto mi lazo de sangre familiar, si en este momento me vinieran a contar que soy adoptada y que mi familia es del otro extremo del mundo bien podría creerlo.  

Por las mañanas me levanto y veo por la ventana, ni siquiera siento afinidad alguna a este lugar, y ahora más que nunca siento que tampoco pertenezco a esta vocación,  mi mente es peor que una terrible tela de araña bien hilada que no se ni por donde comenzar a desenredar, si la locura de mi mamá con horribles episodios de odio hacia mí, mis recuerdos de la infancia en la quebrada y que ahora se han vuelto borrosos y mucho más confusos, tal vez desentrañar el aura de misterio que respiró siempre en la casa, sombras pasar, sombras venir, los murmuros de mi nana con Camilo, siempre hablando quedo, entre las velas de la cocina en muy altas horas de la noche, nunca quise decirlo pero desde la entrada de la hacienda siempre sentí un frio espeluznante y el olor fétido a la muerte, un olor que nadie parecía notar, solamente yo, supongo hasta el alma se acostumbra a la presencia de lo malo, se vuelve cotidiano, normal y hasta soportable.   

Otro pequeño nudo se aparece en mi enjambre de pensamientos, y es Guillermo,  ya no sigo creyendo en sus palabras, ni en esas promesas vacías, es más en la última visita de Camilo siento que no me dijo la verdad, seguramente para este momento hasta ya haya formado una familia, claro solamente a mí se me puede ocurrir creer en un mundo de dulce y fantasía, la realidad es otra y no la puedo negar.   En mi mente da vueltas y vueltas lo que me dijo la gitana, no creo en supersticiones, ni mucho menos en las brujas y todo eso que no me extraño pero a la vez tan real como la neblina donde se disipó tan rápido como apareció, en fin la vista algunas veces es lenta, los nervios alteran la percepción, y no me voy a quitar energías pensando en esa tontería. 

Algo que me inquieta muy sobremanera es mi confusión de sentimientos, no quiero tan siquiera admitirlo, eso sería mi ruina, no puedo aceptar que estoy nuevamente enamorada, y menos de un sacerdote, eso es un pecado mortal, todo todo es una total locura,  no sé qué es lo que quiero, algunos días daría mi vida porque de pronto apareciera Guillermo para llevarme lejos de este lugar, a comenzar una nueva vida, de ser posible en la china, para no volver a escuchar nada de sombras caminar o agua encantada de un río.   Otras quisiera irme yo por mi cuenta, dejar el noviciado, e irme a vivir sola, hacer todas esas cosas que nunca he podido. 

Creo que  lo mejor será apagar esta vela, meterme a la cama y dejar de pensar en tonterías, que nada bueno me han de traer, la vida seguirá su curso y que pase lo que tenga que pasar, ni modo de ponerme a cambiar la ruta que lleva un río.

Toc! Toc!! Toc!   Tres golpes firmes pero muy discretos en la puerta despertaron el sueño de Leonor, que aún no era profundo, se levantó muy desconcertada y  miró la hora, era más de la media noche, por debajo de su puerta vio como una hoja de papel se deslizaba y seguidamente pasos que se alejaban de su puerta, recuperó la sobriedad y corrió por lo que habían dejado para ella.  

EL ALMA QUE ACOMPAÑA A LA MUERTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora