— papi ¿cuándo te vas a sacar eso del brazo? Yo quiero que me alces bien.
— todavia faltan unos días mi amor.
— ¿me peinas?.
Esta me esta tomando el pelo definitivamente.
— hija. –se ríe Amira. No seas así.
— upsi, fue sin querer. –me sonríe. Perdón papi.
— no pasa nada mi amor. –le sonreí.
Nos sentamos a tomar mates con Amira en la sala, Bianca estaba jugando con los perros.
— PAPI MIRA A MINNIE.
Fuimos rápido con Amira, estaba acostada.. raro de ella.
— Mati... –me miró Amira.
Me tire al piso, la empecé a mover para que se despierte.
— SALÍ.
Patee al perro que se quería acercar a la mierda.
No reacciona.
Me voy a poner a llorar, ahora.
— ¿qué le pasó a Minnie, mami?.
— veni, vamos. –la alzó.
— llama a un veterinario.
— si amor.
Ya sabía lo que estaba pasando, pero no quiero aceptarlo.
La abracé y empecé a llorar cómo un nené chiquito, fue mi primera responsabilidad, no puedo.
— amor, llego el veterinario.
Me levanté, sabía que Amira estaba igual que yo, Bianca pobrecita no entendía nada.
— ¿va a estar bien, no? Solamente nos debe estar asustando. –dice Ami.
— no se, no se. –me tape la cara. No tengo idea.
Me seque las lágrimas y a los minutos viene el veterinario.
— la envenenaron. –nos mira. Si se daban cuenta en el momento podíamos salvarla, no aguanto.
Me tape la cara para llorar, Amira le pagó al señor y se fue.
— mi amor ya esta. –me abraza. Estuvo muchos años con nosotros.
— NO SE MURIÓ DE VIEJA, LA ENVENENARON. –la mire. Fue lo único que me quedó cuando te fuiste, lo único que tenía tuyo Amira.
Me acerqué para abrazar a Minnie.
Caminamos hasta el patio donde le hice un posito, llamamos a Santino y Sofía.
— ¿hace falta esto?. –habla Sofía.
— si, ahora vamos a esperar a que atiendan Ornella y Julián. –me seque las lágrimas.
— entiendan chicos. –susurra Ami.
— HOLIS.
En la cámara se dejan ver a la parejita.
— uy esas caras. –habla Julián. ¿Qué pasó?.
— se murió Minnie. –anuncié.
— AL FIN, CHANCHA PUTA. –grita Ornella.
— pero cállate cornuda. –la mire mal.
— entiendan, Minnie fue muy importante para Mati. –me saca el celular Ami.
Agarré a mi hija, la dejé en su posito, le puse su peluche favorito y su ropita de River.
Pasamos a decir algunas palabras.
— me caias mal. –habla Ornella. Pero admito que ciertas veces me dabas ternura y hambre también, pero lamento mucho.. DONALD VENGÓ SU MUE...
Sentimos que cortaron.
— me hiciste muy feliz. –me seque las lágrimas. Fuiste alguien muy importante en mi vida, tus ronquidos que tanto odiaba, darte comida, sacarte a pasear... te voy a extrañar mucho.
Sofía se escondió en el pecho de Santino para empezar a llorar.
— yo si me encariñe con la chancha, Santino abrázame.
Le empezamos a tirar tierra, hasta taparla, Bianca dejó flores alrededor.
Entramos, me siento muy mal.
— hola tata. –habla Bianca. ¿Podes venir a buscarme? Mi papi le hizo un velorio a la chancha, tengo miedo.
Sentimos eso de Bianca y nos reímos apenas.
— yo quiero saber quien la envenenó, para matarlo. –los mire. Sacando a Amira, uno de ustedes fue.
— ¿perdón? YO LLORÉ. –me habla Sofía.
— chinito, son cosas que pasan.. la dejábamos en el patio siempre.
— yo ni vivo acá. –se ríe Santino.
— era mi hija. –me tape la cara.
— no puedo creer que hayas considerado a eso hija, YO QUE SOY ENTONCES. –habla Bianca. Imperdonable.