Mentiría si dijera que estoy bien. Mentiría al decir que esta ciudad es buena para visitar, mierda, claro que no. La oscuridad que emana de lo más profundo del corazón de Gotham, me está consumiendo completamente. Esto para cualquier persona sería dramatizar, pero como mujer de otro mundo siento que no puedo estar ni un minuto más sintiendo esta agonia.
En todo caso, aquí estoy, sentada en la cocina de la mansión de Bruce Wayne, intentando no pensar en nada pero tal vez, eso no es buena idea viniendo de mi, ¿En qué estoy pensando?
—Tranquila... —Susurró alguien, parecía temeroso, no estoy segura de quién pero no estoy preocupada, no estoy en este mundo, algo me está llamando, algo me está bloqueando, nisiquiera hago el intento de responder, simplemente-
—Baja los cuchillos. —Interrumpió Dick. Sentí que volvía a mi y me percaté de los cuchillos levitando a mi alrededor. Rápidamente los dejé caer tomando mi cabeza entre mis manos por un momento pensando en qué habría pasado si no salía de ese trance.
Volví a la realidad, era gar atemorizado a un lado de Dick quien tenia una mirada seria, sus ojos querían decir algo pero antes de que quisiera dar un paso más, me levanté. Estaba a punto de hablar pero lo interrumpí.
—Yo... Lo siento. Lo siento mucho. —Dije con la mirada baja. Mis manos comenzaron a arder por alguna razón acompañado de mis sentimientos dispersos en salvarlos y destruir cuialquier cosa que se me cruzara sin ninguna exolicación. Harta de luchar conmigo misma salí de allí rápidamente para ir a la habitación, percibí los pasos de Dick pero no estaba para hablar así que intenté ser más rápida que él.
Nunca funciona.
—No creas que evitando el problema se solucionará. —Mierda. Siempre me hace lo mismo. Nunca puedo cerrar la puerta a tiempo, siempre llega a poner su mano y claramente no voy a usar fuerza por el simple hecho de que podría dejarlo sin dedos. Es tan frustrante. —Hablemos, por favor.
—¿De qué? ¿De como soy una amenza para los Titans? creéme, ya me hubiera ido si tan solo me dejaras ir. No sé qué es lo que tengo, no sé porque me siento tan enferma, tan insaciable, tan vacía. Es como si una mierda sobrenatural estuviera en busca de mi. —Dije sin ejercer fuerza sentandome en mi cama. -Estoy tan cansada de esto. No puedo evitar sentir que en cualquier momento podría degollarte a tí o a cualquiera que me encuentre en un estado que nisiquiera puedo controlar. —Suspiré con frutración. Escuché sus pasos hacia mi y derrepente lo tenia arrodillado a mi altura.
—Pero podrás hacerlo. Sé que nunca nos harías daño. Recuerdo la primera vez que pasó. —Negó incrédulo.
—Casi te clavo un cuchillo en toda la cara. —Me dejé caer de espaldas al colchón.
—Pero no lo hiciste. A pesar de quedar a 1 centimetro de mi cara, paraste.
—¿Y si ya no puedo parar?
—Mátame. —Rápidamente me levanté para mirarlo a la cara con una expresión de susto. —Si el destino quiere que muera, entonces moriré. Tal vez sea el empujón que necesites para controlar tus poderes.
—Poderes. —Bufé volviendo a recostarme.—Estoy segura de que algo está a punto de pasar, algo que traerá mucho sufrimiento. Y no, no será que yo te mate, maldito psicópata. —Negué con media sonrisa, sentí que él igual sonrió un poco más aliviado.
—Sería un honor morir por una causa cósmica. —Le di un pequeño golpe en el brazo y senti como me daba la espalda sentandose en el borde de la cama comenzando a hablar seriamente. —Sé que es dificil, todos aquí estamos intentando mejorar con nuestras habilidades e intentamos mejorar como personas, creo. A nadie le gusta ver como todos ahí afuera se sacan los ojos. Pero nosotros elegimos quien ser y con quien ser. Yo elijo ser alguien que salva a Gotham como puede y contigo elijo mejorar cada día para nunca perderte. —Me dió una sonrisa tierna para luego ponerse de pié. —¿Tú quién eliges ser?
Lo pensé por unos segundos pero nada salía de mi boca. Al levantarme para verlo, ya no estaba.
¿Cómo elijo ser?
[...]
—Tengo tantas ganas de agarrarlo y matarlo con mis propias manos. —Dije apretando los puños con furia haciendo que de estos salga energía dorada. —No puedo creer que esté vivo y para variar, ahora es malo. —Me encogí de hombros y fuí en busca de agua, estaba cansada pero la conmoción seguía en mi al acabar de pelear con Jason.
—No hay manera de que sea él. —Dijo Kory negando con la cabeza. —¿Quién es el loco que ahora revive muertos?
—Sea quien sea hay que encontrarlo ya. ¿Y si está reviviendo a más personas? —Susurré la pregunta para mi misma un poco más calmada, intentando entrar en razón. Todos estaban pensativos, ¿Por qué alguien está reviviendo muertos y justo a Jason. —Tengo que irme. —Solté derrepente recordando que mi gatita no tenía comida asi que debia comprar y ya iba a cerrar todo. Tenía que salir volando. Literalmente.
Me despedí de todos con la mano y aceleré mi paso sin percatar que Dick estaba detrás de mi.
—Te felicito. —Dijo antes de que abriera la puerta. Me giré mirándolo incrédula.
—Gracias. —Dije sonriendo sin saber a que se refería. Se acercó y me devolvió el gesto abrazandome, lo acepté gustosa. Casi nunca demuestra afecto. Rarito.
—¿Cómo te sientes?
—Bien, creo. La noticia de Jason todavía está fresca en mi mente pero se procesa rápido. O eso espero.
—Hablo de ti, de tus habilidades. —Lo miré extrañada. —Te superaste más de la cuenta. Eres una persona completamente diferente a esa chica tan insegura de su poder. Siento que estoy enfrente de una diosa que podria partir el mundo en dos. Solo si quisieras claro.
—Obviamente quiero destruir planetas, es mi sueño frustrado. —Dije con los ojos entrecerrados intentando intimidar pero solo consiguió hacerlo reir. —Gracias por creer en mi. Si te soy sincera mi visión a futuro de ese entonces era simplemente desear mi muerte por el resto de mis dias. Pero ahora no tengo porqué contener la energía pura que sale de mi teniendo la posibilidad de usarla para salvar a las personas que más me importan.
—Estoy orgulloso de ti. —Declaró cruzado de brazos sonriendo apenas.
Esas palabras me tocaron el corazón. Mis ojos comenzaron a humedecerse y sonrei para ocultarlo.
—Jódete, Grayson. —Dije para después abrazarlo. Esta vez con más ganas, demostrando mi más sincero afecto por él. Tardó unos segundos en corresponderme, parecía que pensaba en algo más para decir.
—Te quiero. —Susurró totalmente vulnerable escondiendo su rostro en mi cuello. Senti como mi corazón se hacía pequeño y la ternura recorría mi cuerpo entero haciendo que simplemente acaricie su cabello.
Era un silencio lindo. Qusiera nunca irme de su lado aunque no hay nada que nos ate del uno al otro porque nisiquiera éramos pareja. Nos comportabamos a veces como una, nos celábamos, dormíamos juntos pero al final del día ninguno decía nada sobre las emociones, entonces cada uno seguía su camino a pesar de sentir que en cualquier momento nos perderiamos por el hecho de que, en la vida amorosa siendo parte de un grupo que salva la ciudad de Gotham, nunca puede haber un espacio para el amor. La ciudad solo tiene tiempo para atrocidades y soluciones.
Suspiré aceptando aquel final pero simplemente quiero disfrutar el momento sin pensar en las consecuencias que podría traer un desamor e incluso, la gran posibilidad de perderlo. Es diferente dejarlo ir por un amor que no funciona a dejarlo ir para siempre, ni siquiera verlo de vez en cuando, solo vivir con el recuerdo de haberlo perdido en algún enfrentamiento, sin chance a salvarlo, sin esperanzas de volverlo a ver. Son pensamientos que a veces no me dejan dormir, sobrepensarlo me hizo daño y la dependencia emocional hacia él va incrementando pero nunca se lo hice saber. Él debe lidiar con sus propios demonios.
Todavía no encuentro las palabras para decirle que puede contar conmigo par lo que sea y no deberia luchar solo con todo esto pero sé que no me hará caso. En todo el tiempo que pasé a su lado, aprendí algo importante sobre él: Puedo salvarlo de cualquier persona, pero no puedo salvarlo de si mismo.
La comida de mi gata va a tener que esperar hasta mañana, por hoy puede comer conmigo la cena. Sonrei para mi misma, el probable que ya haya cenado por lo despistada que soy dejando comida en todos lados.
[Extra]
—Bien. Imagina esto: qué tal si Gotham en realidad fue construida encima de un cementerio de hace mil años y cada noche un fantasma posee a una persona para que haga cosas feas. —Analicé caminando a su lado. No era el momento pero hay cosas que se me pasan por la mente que necesito decirlas a pesar de que sea estúpido.
—Sí. —Dijo sin expresión alguna. Lo miré enojada puesto que cada vez que le digo alguna teoria así se limita a escucharme. Sabe que no hablo en serio, pero igual ¡Necesito atención!
Una bomba de humo nos hizo parar asi que por instinto agarré su mano para que no se alejara de mi.
—Al fin llegaron los novios. —Una vez desparecido el humo, inmediatamente solté su mano para mantenerme alerta de aquella voz pero la palabra "novios" me desconcertó un poquito. —¿Por qué tardaron tanto?
—Vinimos tan pronto como pudimos. —Empezaron con la típica charla antes de una pelea. Yo no dejaba de pensar en aquella voz, no puede ser que esté pensando en esa posibilidad.
Derrepente comenzó a disparar a Dick así que con sencillez levanté la mano manteniendo las balas en el aire y con la otra creé una especie de onda de energia para desviar el arma haciendo que lo golpeara en la cara mientras Nightwing se refugió.
Intenté captar su atención para que siguiera hablándome. A pesar de la distorsión, estaba completamente segura de quien se encontraba detrás de aquella máscara.
—¿Quién eres? —Pregunté amenazante.
—Soy al que buscarán cuando tu noviecito los decepcione.
Gotham es mía ahora.
—No es mi novio maldita sea. Por mí, matalo, me da igual. —Dije con sarcasmo.
—Eso ya lo veremos. —Soltó apareciendo de la nada haciendo que el tipo rojo comenzara a dispararle pero vaya que no sirvió de mucho. Antes de que una bala pudiera tocarlo, ya tenía un escudo color dorado trasparente. Me miro con una cara de "claro que no te da igual, me amas." Maldito.
La pelea continuó, intentaba a toda costa que no lastimara a Dick y siendo sincera, no era para nada dificil.
Algunos golpes los repartia él, otras veces yo, sin duda era bueno haciéndolo. Pero ya estaba cansada y no tenía dudas.
—Jason. —Los dos pararon en seco, el "nombrado" se giró lentamente, no sabía que expresión traía debajo de la máscara pero estaba segura de algo: se sentia familiarizado.
—En persona. —Dijo haciendome sentir asombrada de mis propias conclusiones. —Aunque tengo un nuevo nombre ahora. Lo escucharán mucho por aquí. Red Hood.
Nightwing estaba en un estado de shock así que Jason aprovechó para comenzar a dispararle, pero Dick fue más rápido y logró refugiarse.
Antes de que pudiera seguir disparando, comencé a envolverlo con mi energía atrayendolo a mi en lo que intentaba moverse. Los dos ahora estabamos desafiando la teoria de la gravedad, podía notar nerviosismo en su persona. Tal vez estaba pasandome de poder.
—Asi que red hood. —Sonreí cinicamente, no podía sentir remordimiento por alguien que queria lastimar a mi compañero. —Si vas a andar por ahí jugando a ser un mafioso, traficante, quiero que sepas dos cosas. —Sugerí con una voz tierna para luego cambiar drásticamente a una amenazante. —Primero, mientras yo esté viva, nunca lograrás lastimar a Dick. Segundo... —Lo acerqué más a mi, con la fuerza de mi poder quitaba de a poco de su máscara. Podía sentir la mirada de miedo y por fin confirmé mi sospecha con mis propios ojos que desprendían llamas doradas.
Lo giré para que Nightwing también pudiera comprobarlo y escuché que susurró "Jason" confundido.
Me acerqué al oido de "Red Hood" lentamente, respirando cerca de su cuello aprovechando de que no podía mover ni un solo dedo.
—Gotham es mía ahora.