| 8. Llamada de auxilio parte 2 |
Kat
— ¿Kat? — murmura Harry débilmente —. ¿Qué haces aquí? Vete.
Harry hace un esfuerzo por incorporarse pero estaba demasiado débil para moverse. Altair y Avner debieron usar sangre de hombre muerto en él, ese par de chicos son unos monstruos. Kendall y Niall estaban completamente inconscientes, se me formó un nudo en el estómago, la última vez que vi a Niall fue cuando Alastair secuestró a Drake para intercambiarlo por los amuletos mágicos, murió por culpa de Alastair, o eso creíamos todos. Estaba aquí todo este tiempo a manos de este par de demonios ¿Cómo es que terminó aquí?
— Altair y Avner me secuestraron — explico. Busco alguna forma posible de abrir las jaulas pero estaban selladas mágicamente.
— Vete — repite Harry —. Ellos regresarán en cualquier momento.
— No, no te dejaré — Harry me mira fijamente, sus ojos verde esmeralda habían perdido su brillo característico dejándolos opacos, debe ser por la falta de sangre o porque tiene veneno en sus venas. Estiro mi brazo lo suficiente para que Harry pudiese tomar mi sangre y mejorar aunque sea un poco.
— ¿Qué diablos crees que haces? — Cuestiona Harry mirándome seriamente.
— Te ayudo ¿A ti qué te parece? — respondo —. Vamos, bebe un poco
— ¿Te volviste loca? — rechaza por completo mi idea —. Puedo matarte, Kat. Y no me arriesgaré a hacerte daño.
— No lo harás — digo totalmente convencida —. Confío en ti
— De ninguna manera — se niega
— Mira, Louis y mis hermanos vendrán por nosotros — respondí —. Necesitas estar fuerte
— Eso es lo que me he dicho desde hace un mes, Kat — suspiró Harry —. Y nadie ha venido a sacarme de este infierno
Retiro mi brazo. No iba a haber forma de que Harry accediera a tomar mi sangre. Es tan cabezota como Louis, ahora entiendo por qué ellos dos se llevan tan bien.
— Bueno, todo mundo creía que estaban de vacaciones — comento —. Pero hablé con mis hermanos, ellos vendrán.
— No es tan fácil como parece, Kat — responde Harry —. Aunque no me guste admitirlo, este par va dos pasos delante de nosotros. No va a hacer nada fácil.
— Hay que tener esperanza — suspiré
— ¿Cuánto tiempo llevas aquí? — pregunta Harry
— Cinco días — respondo —. ¿Tú desde cuándo estás aquí?
— Un mes, quizá más — dice Harry
— Saldremos de aquí — digo segura
Harry hace una sonrisa de lado. Supongo que es agradable tratar con alguien con humanidad después de tanto tiempo encerrado. Harry me hace un ademán para que permaneciera en silencio, yo no oía nada pero el debía escuchar algo con su sentido súper desarrollado del oído.
— Están en el pasillo a punto de bajar las escaleras — advierte Harry —. Vete, ahora.
No lo tuvo que repetir dos veces. Si Altair o Avner me llegasen a encontrar aquí abajo, complicaría absolutamente todo. Salgo del sótano a toda velocidad y regreso a la cocina, tomo otro vaso de cristal de las encimeras de la cocina, salto lo que solía ser un vaso hasta que intenté lanzarlo a la cabeza de Avner y me sirvo un poco de agua. Altair entra a la cocina con los restos de lo que parecía ser una taza. Altair tira los restos de cristal en el basurero.
— Debe ser una broma — suspira Altair —. ¿Quién demonios rompió ese vaso?
— Avner — miento
— Y es por esto que no tenemos cosas bonitas — suspira. Al parecer aún no conocen ese mágico hechizo que Louis siempre ocupa cuando hace estar algo en mil pedazos por accidente.
— ¿Puedes materializar cosas pero no repararlas? — pregunto —. Qué irónico
— Mis hechizos suelen ser para torturar, matar y tener la ventaja — responde Altair —. No para uso doméstico
— Ah — murmuro
Dejo el vaso en la barra y me escabullo rápidamente. Regreso a mi habitación de prisionera y cierro la puerta. La peor parte de mi secuestro aparte de estar a merced de un par de psicópatas, es que he tenido la misma ropa por cinco días. Al menos por las noches he tenido la oportunidad de limpiarla y tenerla seca para el día siguiente, así que eso era lo que tenía que hacer ahora. Me quito mi blusa a cuadros y me quedo con el top blanco que había lavado la noche anterior. Lavo mi blusa y la dejo tendida en el perchero del baño para que secara. Mis jeans aún estaban limpios por lo que no los lavo.
Me acomodo en la cama, las sábanas estaban frías, pero no tardarían en calentarse.
Podría decir que mi sueño era absolutamente perfecto. Verlo a él era completamente mágico, incluso más que mi vida durante el último año, me hacía sentir estúpidamente feliz. A su lado, todas esas canciones románticas comenzaban a cobrar sentido. Louis sonríe y es imposible no sonreírle de vuelta. Me sentía en la cima del mundo, y no por estar literalmente en la cima de un barranco, viendo apenas una sola parte del frondoso bosque, sino porque estar con él es como tocar el cielo con las manos. Louis me mira fijamente, sus brillantes y juguetones ojos hacen que me olvide de todo, sentí que el tiempo se había detenido y que el momento duraría para siempre. Louis juega con mi cabello, me estremezco por su suave y tierno tacto.
— Te quiero, Kat — susurra en mi oído.
Siento una sensación que nunca había sentido en mi vida. Eran demasiadas emociones juntas como para describir una por una. No tenía duda que yo también lo quería y mucho.
— Te quiero, Louis — respondí
Louis corta la poca distancia entre nosotros y me besa. No dudo en regresar el beso, me aferro a él rodeándolo con mis brazos y jugando con su suave cabello castaño. Louis baja sus manos a mi cadera y me acerca más a él.
Y entonces el sueño cambió....
Louis se aparta de repente, da un par de pasos alejándose de mí. Hace su típico gesto de desordenarse el cabello cuando algo va mal, intento acercarme pero él insiste en mantener la distancia. Se cubre el rostro con las manos y permanece inmóvil. Me acerco asustada, su respiración era agitada, cosa que hizo que mi pulso acelerara, me estaba preocupando. Toco su hombro intentado calmarlo, Louis aparta sus manos de su rostro y su expresión cambiaba por completo. Esa expresión simpática y tierna de su rostro había desaparecido por completo, ahora solo quedaba una expresión gélida y una mirada siniestra. El color celeste de sus ojos fue reemplazado poco a poco por un rojo escarlata. Mi corazón dejó de latir una fracción de segundo, estaba tan asustada, no quería dejarlo pero mi sentido común solo me pedía a gritos que saliera corriendo lo más rápido posible y no volteara.
— ¿Louis? — gimoteo. Estaba realmente asustada
Sus finos labios forman una sonrisa macabra, mil veces más escalofriante y sexy que la del payaso asesino que consiguió traumar a mi hermano Dan de por vida, seguida de una risa malévola.
No lo pienso dos veces y comienzo a correr. Procuro tener cuidado de no tropezarme con las raíces salientes de los árboles, o peor, estamparme contra un árbol. Tengo el instinto de voltear hacia atrás, él no me estaba persiguiendo. Vuelvo mi vista al camino y él se encontraba justo enfrente, giro a mi izquierda y sigo corriendo. Algo me sujeta de los tobillos y caigo al suelo. Louis me miraba fijamente, sus ojos rojizos eran penetrantes como agujas. Siento mi corazón acelerarse como si corriera una maratón a 1000 kilómetros por hora, si fuese una caricatura, mi corazón ya se habría salido de mi pecho.
— ¿A dónde ibas, Kat? — pregunta con un tono de voz irreconocible
— Lou, éste no eres tú — tartamudeo
— Este siempre he sido yo, Kat — responde —. Ahora lo único que quiero hacer es matarte.
— ¿Qué? — nunca en mi vida había estado tan aterrada como ese momento —. ¿Por qué?
— Tú sabes por qué — sonríe
Siento una presión en mi cuello, me faltaba el aire y me era imposible respirar. Me estaba ahorcando, y parecía disfrutarlo. Louis saca una daga, cierro los ojos mientras las lágrimas correr por mis mejillas. Después, siento la fría navaja de la daga atravesando mi pecho.
Despierto al instante con un sobresalto. Cada pulgada de mi cuerpo estaba cubierto de sudor frío, esa había sido la peor pesadilla de mi vida, mucho peor que soñar con la muerte de mamá, incluso tenía lagrimas corriendo por mis mejillas, estaba tan alterada que creía que mi corazón saldría de mi pecho de tan agitada que estaba, tenía la sensación de que una fuerza mágica aun apretaba mi cuello, haciéndome sentir un escalofrío terrible. Ulrich estaba sentado al borde de la cama, llevaba una camiseta negra sin mangas y un pantalón de pijama gris, sus ojos castaños me miraban fijamente.
— Tranquila — me dijo suavemente, tocándome el hombro izquierdo con su mano, esto me hace sentir un reconfortante calor —. Solo fue una pesadilla
Corto la distancia que había entre nosotros y lo abrazo dejando de lado el hecho de que sea un demonio malvado y me haya secuestrado. Estaba terriblemente asustada y necesitaba un abrazo. Él se desconcertó unos segundos pero me rodea con sus brazos que tenían la calidez que necesitaba justo en ese momento. Me impregno de su loción y su común aroma a mentas. Me fui tranquilizando un poco, luego una vocecilla en mi cabeza diciendo "¿Te volviste loca, Katherine? ¡Estás abrazando a un demonio!" me hizo reaccionar. Me separo de él e intento no mirarlo, aunque podía sentir la sangre acumularse en mis mejillas.
— ¿Y eso qué fue? — pregunta desconcertado
— Un impulso — respondo. Me abracé a mis piernas y respiré hondo
— ¿Estás bien?
— No — Niego. Y ahí es cuando me percato de que las lágrimas vuelven a salir de mis ojos sin mi consentimiento
— ¿Quieres hablar de eso? — pregunta intentando ayudar. Este chico puede llegar a ser un encanto si quiere.
— Fue horrible — balbuceo intentando no explotar y llorar como recién nacido. Abrazo mis piernas con más fuerza y cubro mi cabeza entre mis rodillas.
— ¿Quieres hablar de algo más?
— ¿Nunca has tenido una pesadilla que se siente tan real? — pregunté
— Sí — asiente —. Todo el tiempo.
— ¿Qué es? — pregunté con curiosidad
— No importa cuánto tiempo haya pasado, la pesadilla siempre seguirá ahí — murmura tocándose el hombro y distingo una cicatriz causada por alguna quemadura —. Siempre recordaré el momento en el que mis padres murieron en frente de mí por culpa de unos brujos. Dicen que los demonios somos los monstruos, pero yo digo que son ellos los que nos hacen como somos.
Siento un poco de empatía por él, por primera vez noté una pizca de humanidad en él.
— Debió ser horrible.... — hice una pausa —. Yo también vi morir a mi mamá — dije de repente —. Bueno, no lo recuerdo muy bien, era muy pequeña, pero el recuerdo sigue ahí.
— ¿Qué pasó?
— Ella se ahogó en un lago — respondí —. Solo tengo presente a mis hermanos gritando por ayuda.. cuando intentaron reanimar a mi mamá pero ya era demasiado tarde...
— ¿Quieres hablar de tu sueño? — preguntó
Asentí, tal vez hablar de esa terrible pesadilla con alguien ayude a relajarme. Empecé a contarle todo, omitiendo algunos detalles cursis y esas cosas, claro. Cuando finalmente llegué a la parte en la que Louis cambiaba tan repentinamente, sentí mi piel erizarse y el terror recorrerme por completo como si estuviese reviviendo mi pesadilla.
— Hey — dice Ulrich tomando delicadamente mi cara con su mano, toma mi mentón y hace que mi mirada se encuentre con sus ojos color moka —. Todo está bien, solo fue un mal sueño.
Asiento levemente intentando grabarme en la cabeza que había sido una pesadilla. Solo eso. No había posibilidad alguna de que algo así pasara, ni en una dimensión paralela Louis sería así. Ulrich se acerca aún más y me rodea con su brazo, eso me tranquilizó bastante y de alguna extraña manera me hacía sentir segura y a gusto con él.
Demonios, Kat, sí que eres débil y vulnerable en este momento, y no podemos olvidar lo torpe. El miedo causado por la pesadilla iba desapareciendo poco a poco.
Seguí hablando con el misterioso y aterrador chico, si no me hubiese secuestrado ni causado tanto caos en los últimos días, nunca hubiese creído que es un demonio. Por extraño que parezca, me agradaba poder conversar con él, supongo que es porque está en su modo amable, porque su modo normal es totalmente malévolo y despreciable.
— ¿Mejor? — pregunta amablemente con una pequeña sonrisa
Realmente nunca me esperaba que alguien como él aún tuviera algo de humanidad. Y no lo digo porque sea un demonio, sino porque es un psicópata.
Asiento levemente.
— Vuelve a dormir — me dice
— No, no podré dormir — respondo —. No después de eso. Quiero irme a casa, quiero estar con mis hermanos y con.... — estuve a punto de mencionar a Louis pero un escalofrío me recorre por completo
— Tu novio — termina por mí. Aparta su brazo de mi hombro.
— Sí.... — asiento —. No eres tan malo después de todo.
Él me sonrió. No era una sonrisa diabólica o arrogante como las que acostumbra, era una sonrisa sincera, debería sonreír más a menudo.
— No me conoces, preciosa — acomoda un pequeño mechón de mi cabello detrás de mi oreja —. Descansa. — se levanta y se dirige a la puerta.
— ¿Y eso qué fue? — pregunto algo impresionada por eso
— Un impulso — sonríe.
Sale de la habitación y cierra la puerta dejándome sola. Dejo escapar un suspiro y me vuelvo a acomodar en la cama, miro el reloj, había estado hablando con él casi tres horas. No entiendo cómo se las arregló para dejar mi mente en blanco, pero lo hizo. Estaba demasiado tranquila, como si no hubiese tenido una horrible pesadilla hace un par de horas.
Quién lo hubiera dicho, el chico no es tan perverso. Al menos no cuando no tiene esa mirada de asesino en serie, o cuando apuñala a un chico 37 veces en el pecho, o intenta matar a Louis. En realidad, siempre ha sido bueno conmigo, si exceptuamos la parte en la que me secuestró y frustra mis intentos de escape, pero siempre me ha tratado con delicadeza.
Mi sentido común volvió a mí y reaccioné, él y su sádico amigo demonio tenían a Harry, Niall y Kendall en su sótano desde hace meses. Me maldije a mí misma por dejar que se acercara demasiado ¿En qué diablos estaba pensando?
Me acomodo y me cubro con las sábanas. No recuerdo mi sueño, pero supongo que fue totalmente lo contrario al anterior pues desperté completamente feliz. Era difícil decidirme si era por mi buen sueño que no recuerdo, o porque había llegado el día en que por fin volvería a casa con mis hermanos.
Salgo de la cama y entro al baño a ducharme. Por suerte mi blusa se había secado por completo durante la noche, me visto rápidamente y seco mi cabello con la toalla. La mañana estaba fría y lluviosa, era uno de esos días en los que daban ganas de tomar chocolate caliente con bombones y tener un maratón de películas.
— Tu desayuno — dice Altair entrando a la habitación. Chasquea los dedos y aparece una bandeja de comida con hotcakes y chocolate caliente, me había leído el pensamiento —. ¿Cómo dormiste?
— Bien — respondo tomando la taza de chocolate. Soplo un poco para evitar quemarme los labios y la lengua con el chocolate.
— ¡Ulrich! — grita Hunter de repente —. ¡Ulrich! — entra a la habitación
— ¿Qué ocurre? — pregunta Altair
— Tenemos visitas — responde Avner
— Maldición — refunfuña Altair
Llegó la hora. Dejo la taza de chocolate en la bandeja y escucho algo crujir levemente.
— Maldición — Altair corre y me derriba antes de que las ventanas se quebraran en mil pedazos.
Su cuerpo estaba a pocos centímetros por encima del mío, estaba aturdida y mi mente estaba intentando asimilar lo que pasaba: Louis. Los bonitos ojos color moka de Altair examinaban mi rostro, preguntándose si había salido herida. Los latidos de mi corazón comenzaron a acelerarse al tenerlo tan cerca.
— Hunter... — dice Altair
— Plan de emergencia — asiente —. En seguida
Estaba tan cerca que podía percibir el olor a chocolate y canela de sus labios. Demonios, Kat, deja de pensar en tonterías.
En un abrir y cerrar de ojos, Altair se estrella contra la pared y un dolor recorre por toda mi espalda, me quejo por ello, Altair se incorpora como si nada hubiese pasado mientras yo soportaba un inexplicable dolor. Vaya ironía, a mí me duele más que a él y eso que él recibió el impacto. Me incorporo del suelo y veo a Louis.
Siempre había pensado que cuando lo volviera a ver después de lo que me pareció una eternidad, él estaría tan contento de verme como yo a él, pero me había equivocado, Louis me miraba diferente, no había una sola pizca de felicidad en sus ojos, solo rencor.
— Lou — digo —. ¿Qué pasa?
— ¿Qué que me pasa? — exclama —. Tú me pasas, Katherine.
Me paralizo. Louis nunca me había llamado Katherine, salvo la vez en su habitación, en la que le dije que todo junto a él parecía tan irreal.
— ¿Qué? — fue lo único que podía decir
— Oh, por favor — musita furioso —. Tú y este maldito
— ¿Te volviste loco? — pregunto —. No es lo que parece
— Sé que parece que la había salvado de salir herida con tu ruidosa y desastrosa entrada — habla Altair —. Pero en realidad teníamos un momento de pasión.
Quise golpearlo en ese mismo instante pero Louis se encargó de ello lanzándolo por el hueco de la ventana y va tras él.
Un terrible dolor se hace presente en todo mi cuerpo, incluso siento como si me hubiese roto algún hueso pero eso no tenía sentido. El impacto contra en suelo no fue demasiado fuerte como para romperme algo.
Me levanto con dificultades y me dirijo hacia el sótano para liberar a los chicos que estaban encerrados.
— ¡Kat! — exclaman
Veo a Drake, Logan, Dan y Will al pie de las escaleras. Corro a toda velocidad a pesar de mi dolor y abrazo fuertemente a Dan que era el más cercano. Will, Logan y Drake se unen al abrazo fraternal, los había extrañado demasiado.
— El sótano — digo —. Harry, Kendall y Niall están ahí
— ¿Niall? — pregunta Drake confundido —. Pero él está...
— Larga historia — la cuál ni yo sé, pero me imagino que debe ser larga.
Ellos asienten y los guío hacia el sótano. Un ardor me recorre por el costado derecho volviéndose insoportable. Me llevo las manos a mi costado y me quejo pues se iba volviendo más lacerante. Otro dolor en mis costillas lo acompañan, grito por eso.
— ¿Kat? — pregunta Logan asustado —. ¿Estás bien? ¿Qué ocurre?
Vuelvo a sentir un espantoso ardor en el hombro, era como si alguien me echara ácido en la piel, cosa que no tenía sentido alguno.
Entonces lo comprendí. Comprendí para qué habían necesitado mi sangre en ese hechizo, debo estar conectada de alguna manera con Altair.
Y lo que le pasaba a él, me pasaba a mí.