第110章
Capítulo 110 — A ver a dónde corres.
Esa noche la luna era como un plato de plata, iluminando brillantemente el silencioso patio. Con el bebé en el pecho y el fardo con sus pertenencias detrás, Qiu Yeyuan salió a hurtadillas de la casa.
Mirando a la brillante luna en el cielo, Qiu Yeyuan no pudo evitar sentirse molesto por el buen clima de esta noche. Sin embargo, sorprendentemente, su huida se produjo sin problemas y de forma inesperada tranquila.
Qiu Yeyuan estaba muy familiarizado con el funcionamiento y la operación de los guardias de las Puertas Celestiales y los evitó fácilmente, dirigiéndose al muro bajo que había explorado esta tarde.
Aunque nunca había estudiado artes marciales, aún tenía un poco de auto-protección. Además, como médico se preocupaba por entrenar su Qi y nutrir su cuerpo, y estando en las Puertas Celestiales, había aprendido algunos puntos de ligereza, lo que no estaba mal.
Qiu Yeyuan se apresuró a trepar el muro, identificó la dirección y llevó a la niña al norte de la ciudad. Ling'er se portó muy bien y se mantuvo tranquila en el camino. Qiu Yeyuan le dio unas píldoras tranquilizantes no invasivas y durmió profundamente.
Mientras salía de la ciudad y subía por el camino del norte, alejándose poco a poco de la sub-división, Qiu Yeyuan se sintió aliviado y al mismo tiempo se sintió un poco reacio a marcharse, con el corazón a flor de piel.
Volvió a mirar el camino por el que había venido y no supo decir por qué había corrido y con tanta prisa. A Ximen Yue le gustaba burlarse de él y aprovecharse, pero todo esto no era tan insoportable. Qiu Yeyuan recordó el beso hechizante del mediodía, que en realidad.... le había gustado.
Qiu Yeyuan desdeñó este pensamiento de inmediato, pero no pudo evitar suspirar, abrazó más fuerte la mano de Ling'er y siguió adelante. Al subir el camino hacia el pueblo vecino, vio una figura de pie en medio del camino, a la luz de la luna, sin poder ver su rostro.
Qiu Yeyuan se detuvo con cautela y miró al hombre.
El hombre se acercó lentamente y susurró: "¿Doctor Qiu?"
Qiu Yeyuan preguntó con recelo: "¿Quién es usted?"
El rostro del hombre fue emergiendo gradualmente bajo la luz de la luna, su rostro estaba pálido, sus mejillas eran delgadas, y sus rasgos faciales eran delicados y bonitos.
"¡Soy Bai Jingyun!"
Qiu Yeyuan sintió que algo le sonaba familiar, como si hubiera escuchado este nombre antes en algún lugar, pero no pudo recordarlo después de pensarlo por un tiempo. Al ver que su intención no estaba clara, no supo cómo reaccionar, así que retrocedió dos pasos, sosteniendo a la niña en sus brazos.
Bai Jingyun sonrió débilmente. Ya era guapo por naturaleza, y cuando sonreía bajo la brillante luz de la luna, era bastante conmovedor.
"¿El Doctor Qiu no me recuerda?"
Qiu Yeyuan frunció el ceño. Este hombre estaba vigilando este lugar en medio de la noche, obviamente lo estaba esperando a él, pero no sabía qué iba a hacer ahora.
Bai Jingyun dejo escapar un suspiro y dijo: "Parece que el Doctor Milagroso Qiu es realmente un hombre ocupado, así que no es de extrañar que no se acuerde de un don nadie como yo."
Todo el cuerpo de Qiu Yeyuan se estremeció de repente y soltó: "¡Usted es el General Bai!"
Bai Jingyun dijo: "Soy un rebelde de las Puertas Celestiales, así que ya no soy un general. Pero es difícil de creer que el Doctor Qiu todavía se acuerde de mí, no fue en vano que lo haya esperado aquí en medio de la noche durante tanto tiempo."
Qiu Yeyuan se quedó sin palabras por un momento, y se limitó a mirarlo fijamente. Su rostro estaba demacrado y sus ojos no eran tan feroces* como entonces, pero seguían siendo muy agudos y penetrantes.
(*锋芒毕露 [fēng máng bì lù]: Una mirada que no muestra moderación; hacen una exhibición llamativa de las propias habilidades y el conocimientos en toda su extensión. Tan afilada como la punta de un lápiz, lanza, algo filoso.)
Bai Jingyun dijo: "¿No preguntará el Doctor Qiu por qué lo estoy esperando aquí?"
Qiu Yeyuan inclinó la cabeza y pensó por un momento, luego dijo con voz pausada: "La mayoría de la gente espera que les salve la vida. Estoy seguro de que el General Bai no es una excepción."
Bai Jingyun asintió con una sonrisa.
Qiu Yeyuan añadió: "Sin embargo, el General Bai ha elegido un momento y un lugar muy extraño. ¿Me pregunto si quiere "invitarme" a ir, o si me está "secuestrando"?"
Bai Jingyun dijo: "Yo tampoco quería elegir este momento y este lugar. Sin embargo, he estado merodeando por la sub-división durante un día y no he podido encontrar un momento adecuado. El Doctor Qiu es un excelente médico, y tengo que pedirle urgentemente su ayuda. No me atrevo a decir que es un "secuestro", así que solo le pediré que se vaya voluntariamente."
Qiu Yeyuan dijo: "¿Oh? ¿Y qué pasa si no voy?"
Bai Jingyun dijo: "Creo que el Doctor Qiu es un médico de buen corazón y no se cruzará de brazos y verá morir a alguien que necesita de su ayuda."
Qiu Yeyuan frunció el ceño.
Es cierto que no podía negarse a salvar a alguien que necesitaba de su ayuda. Pero la aparición de Bai Jingyun era sospechosa. En aquel entonces, había desertado de la Puerta Celestial del Oeste y había desaparecido, pero ahora aparecía de repente, lo que hacía sospechar a Qiu Yeyuan.
Si usara una fuerza interna, no tendría ninguna opción. Si estuviera solo, ya fuera un pozo lleno de fuego o una trampa, se habría lanzado al peligro sin pensarlo, ya que no iría en contra de su principio de salvar vidas y ayudar a los heridos. Pero ahora todavía había una Ling'er en sus brazos, así que no podía arriesgarse de ninguna manera.
Qiu Yeyuan dudó, agarrando a la niña con fuerza, y lamentó mucho haberse arriesgado a salir corriendo a altas horas de la noche.
Bai Jingyun dio otro paso adelante, sólo un paso corto, pero de repente estaba frente a sus ojos y dijo: "Doctor Qiu, salvar a la gente es como apagar un incendio. Por favor, muévase y venga conmigo." Mientras decía eso, extendió la mano y agarró el hombro de Qiu Yeyuan.
De repente, el viento sopló en sus oídos y una figura pasó rápidamente.
Ximen Yue atrajo a Qiu Yeyuan a su lado y le dijo: "Sé que la luz de la luna es hermosa esta noche, pero no tienes que correr tan lejos para disfrutar de ella."
Mirando las dos "bultos" que tenía delante y detrás, dijo: "Es tan poco interesante llevar tantas cosas contigo. ¿Acaso no sabes que con una jarra de Nuerhong* es más que suficiente?" Sacó una jarra de vino de su pecho y la agitó delante de él.
(*女儿红 [NǚÉr Hóng]: proveniente de la región Shaoxing de China, es un famoso vino ampliamente reconocido como la crema del vino de arroz y celebrado en un sinfín de obras literarias, películas y folclore.)
Las palabras burlonas, aunque todavía un poco duras, extrañamente asentaron la mente de Qiu Yeyuan. Se sonrojó ligeramente y dijo con cierta vergüenza: "Yo, yo...."
Ximen Yue asintió y dijo: "Ya veo, prefieres disfrutar de la luna en medio de la noche, y en medio de la nada. El Doctor Qiu es digno de ser un médico milagroso, incluso su mentalidad, refinada y elegante, destaca entre las masas."
Los ojos de Qiu Yeyuan se abrieron de inmediato, sus mejillas se sonrojaron, y el sentimiento de gratitud que sentía hace un momento desapareció en un instante.
"¡Ni siquiera miras la situación actual, no puedes ser más decente!
Ximen Yue se rió y dijo: "Este venerable siempre ha sido una persona decente, si no pregúntale, ¿he hecho alguna vez algo indebido?" Mientras decía eso, dirigió débilmente sus ojos hacia Bai Jingyun.
El rostro de Bai Jingyun en este momento era igual que su nombre, casi transparente. Arqueó sus manos y dijo respetuosamente: "Maestro de Secta Ximen."
Ximen Yue sonrió débilmente y dijo: "Jinyun, aún no le has contado la verdad sobre las palabras de este venerable."
Bai Jingyun le dijo a Qiu Yeyuan: "El Maestro de Secta Ximen siempre ha sido abierto y honesto y ha actuado con firmeza, Bai Jingyun ha estado bajo la Puerta Celestial del Oeste durante trece años y nunca ha visto al Maestro de Secta hacer nada inapropiado."
Ximen Yue acarició el cabello de Qiu Yeyuan y dijo: "¿Has oído eso? ¡Ay! Es una lástima que el corazón de la gente sea imprevisible. Aunque soy abierto y honesto y tengo la conciencia tranquila, es imposible evitar que la gente cambie de opinión."
El rostro de Bai Jingyun era inexpresivo, sus ojos estaban abatidos, sus largas mangas a los lados parecían ser agitadas por la brisa de verano y temblaban ligeramente.
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Esta es una traducción propia del chino al español. Espero lo disfruten.
Para los que estén confundidos de quien es esta persona, es el General Bai, el hombre que alguna vez fue la mano derecha de Ximen Yue, pero después lo traiciono, desertó y desapareció.
Pobre Ximen, creo que le afecto mucho que el doctorcito se marchara. Tiene esa mala experiencia con su general, no sé qué hay detrás de su relación pero es sabido que Ximen lo tenía en alta estima y este lo abandono de la nada... ahora sucede lo mismo con Qiu... se siente defraudado u.u
Les traigo un capítulo más... nuevamente me he demorado un poco más... tengo mucho trabajo y poco tiempo pero me acorde de ustedes y quise subirles aunque sea un parte del capítulo 110. Estamos cerca de concluir el capítulo 110. Si todo sale como planeado, probablemente mañana les subo lo restante. Que pasen linda noche!