Los gritos de euforia de los espectadores no se hacen esperar cuando acabo con el último hombre, hago una reverencia burlándome y todos aumentan sus gritos aclamando mi nombre, me despido y salgo de la arena alejándome del ruido, esta vez Mike la organizo en Portland, y en un lugar mejor con los lujos que él destaca con siempre tener, así que apena salí del trabajo me vine ya que hoy es la primera, mañana la segunda y el domingo una comida de agradecimiento.
Subo por el elevador y me adentro a la habitación que reservaron para mí, estamos en un mini torneo de dos días, 5 peleas el primer día y una con los cinco vencedores el segundo, destacando al mejor del lugar, esta vez no pude ver a los apostadores mayoritarios ya que están en un palco privado con los vidrios polarizados, así que no sé si Park se encuentra en el lugar, pero lo que se me hace raro es que haya entrado en estos sitios, ya que la primera vez que estuvo en esto jamás me lo tope.
-Te luciste –dice White entrando a mi habitación sin tocar.
-Claro –concuerdo.
Me meto al baño y me quito la ropa sudada para después darme una ducha con agua helada calmando mis nervios, me quedo más de lo normal bajo el choro dejando que el agua fría relaje mis músculos y me baje la adrenalina.
Me pongo un pijama y salgo del baño, White está en la cama acostada viendo su celular, sonrío al recordar que es la misma postura que toma Rox cuando ve videos de risa y me es imposible no tomar mi celular y revisar mis mensajes sintiéndome mal al ver que aún estoy bloqueada de sus contactos.
- ¿Qué te aflige? –me pregunta White haciendo que bloquee el celular y lo deje sobre la cómoda a lado de la cama.
-Nada –respondo sentándome en una de las orillas de la King Sise –mejor dime que te trajo a mi habitación –le cambio el tema.
-Mike quiere hablar contigo mañana después de la pelea, acerca de tu pago, por mientras –me entrega un cheque con parte de la suma ganada en las dos peleas que he participado recientemente –es el pago atrasado y el de hoy.
-Gracias –le respondo tomando el cheque y dejándolo en la cómoda.
- ¿Quieres hablar? –pregunta a mi escasa platica.
-Tal vez luego, estoy cansada y quiero dormir –le digo fingiendo un bostezo.
-Nos vemos mañana –responde triste e incómoda y no respondo.
En algún momento ella fue mi mejor amiga, pero mi relación con White se rompió cuando fue una de las tantas con las que me engaño Persy, la perdone, pero a pesar de eso aún hay desconfianza y me es un tanto incomodo esta con ella a solas, porque ella era la única que sabia por lo que estaba pasando, y aun así me traiciono, sale de la habitación y yo apago las luces dejando que el cansancio mental, emocional y físico me consuman, llevándome a dormir casi al instante.
Reviso el celular apenas me levanto y son las 9 de la mañana, me cambio rápido y bajo a desayunar, después me voy al gimnasio del hotel y entreno dos horas, la pelea es a las 8, por lo que todavía tengo 5 horas para hacer lo que quiera, así que me subo a mi recamara y me la paso viendo la primera y segunda película del señor de los anillos.
Son las 7:45 cuando bajo de mi habitación ya cambiada y voy a la zona en donde será la pelea, llego a la entrada y los guardias me revisan y al ver que no traigo nada me dejen entrar dirigiéndome a los pequeños apartados en los que me quedo hasta que me toque salir.
-Ahora traemos a la cuarta participante ¡Némesis! –escucho como dicen mi nombre por los altavoces y salgo haciendo que los gritos aumenten, al estar afuera noto a tres hombres, lo que hasta el momento me hace la única mujer que lucha.
-Y como quito y ultimo participante también tenemos a un dios –o no, maldición –con ustedes Zeus.
Lo único que tiene de Zeus es lo infiel, veo como Persy sale de su camerino y colocarse en su posición ¡lo voy a matar! su mirada se une a la mía y me guiña un ojo quitándome la paz que me habían dejado las películas, siento como los demás concursantes me dejan de importar y mi única pelea es contra Persy.
-El día de hoy, habrá una excepción, serán dos ganadores en vez de uno, así que a luchar.
Uno de los luchadores se abalanza contra mí, pero no pierdo el tiempo, le paso por debajo y lo empujo haciendo que caiga sobre otro de ellos quien lo golpea y empiezan a luchar, sigo mi camino y encuentro a Persy peleando con otro hombre, así que con poca paciencia me cuelgo del hombre y lo empujo para atrás haciendo que tropiece, me bajo de su espalda y me pongo frente a él pegándole un golpe que hace tronar algo, no sé si es su nariz o mi dedo, lo único que siento es su sangre manchar mi rostro, para terminar girándole la cabeza haciendo que caiga como un costal de papas.
Persy me mira, pero no le doy tiempo de nada, saltando hacia él, pero me logra tomar y tirarme para un lado, haciendo que caiga en el suelo, el trasero me duele por el impacto, pero me paro lo más rápido que puedo, la pelea que estaba al otro lado acaba y el ganado corre hasta Persy, quien lo recibe con un golpe al hígado y otro al rostro tirándolo al suelo, los gritos aumentan y Persy se da el tiempo de guiñarle el ojo a algunas mujeres haciéndome virar los ojos cuando me giña a mí.
El hombre se levanta del suelo y se lanza sobre Persy, quien sin esfuerzo alguno lo lleva de nuevo al suelo y yo cansada me acerco al hombre antes de que se pueda parar, tomo su cara entre mis manos y empiezo a estrellar mi rodilla contra su rostro sacando la furia que estoy sintiendo, el pantalón se me empieza a mojar de su sangre y cuando lo dejo su rostro está completamente desfigurado, pero sin estar satisfecha le giro la cabeza tronándole todos los huesos y luego escuchar su cuerpo estrellase contra el pavimento.
Los gritos de los espectadores me devuelven a la realidad, el moderador intenta hablar para dar por terminada la pelea, pero se queda estático cuando me voy contra Persy metiéndole un golpe en el abdomen, que él me regresa a las costillas sin nada de delicadeza.
-No tenemos que hacer esto, la pelea acabo –me dice Persy tirándome al suelo.
-No me interesa –contesto mientras me pongo de pie.
Me intento acercar a él, pero los guardias me detienen y la campana suena terminando con todo, los espectadores gritan pidiendo más, pero Mike le quita el micrófono al moderador y habla intentando calmar a la multitud, forcejeo con el guardia, pero lo único que logro es que me metan a la fuerza en mi camerino.
Me siento como un gato enjaulado, camino de un lado a otro pensando en los problemas que me puedo meter por estar aquí y que ahora Persy me haya visto, el enojo no me merma y no dejo de pensar todo lo que puede pasar.
-Me estas mareando –dice Mike llamando mi atención.
No respondo nada, solo me acerco y le calvo una cachetada que me hace arder la mano, y el solo me observa sin decir nada, ambos nos quedamos viendo por un rato hasta que yo aparto la mirada y me siento en la silla que hay en la habitación.
-No nos vamos a ir hasta que no te calmes –dice después de un rato.
-No soy una niña pequeña –respondo con altanería.
-Pues deja de comportarte como una –se enfada.
- ¿Ya me puedo ir? –pregunto.
-No hasta que...
-Ya estoy bien, solo quiero ir a mi habitación, estoy sudada y me quiero duchar –digo cansada.
-Bien, ve a ducharte y luego al bar del hotel, te esperare ahí.
No respondo, solo me levanto de la silla y salgo del lugar, tomo el elevador y subo al piso en donde está mi habitación, pero cuando las puertas se abren me dejan atontada por segundos, Persy está recostado sin camisa, luciendo sus tatuajes, afuera de la puerta de la habitación frente a la mía, camino sin darle importancia, pero antes de que pueda entrar a mi habitación él me toma del brazo y me mete a la suya.
- ¿Qué diablos quieres? –le pregunto con brusquedad separándome de su agarre.
-Que hablemos de una maldita vez –responde con la misma brusquedad.
-No tenemos nada de qué hablar –respondo tratando de sonar con madures, pero cada vez que estoy cerca de Persy tengo ganas de matarlo o de folla
-Sí lo tenemos, tu desprecio hacia mí es injustificado –dice y comienza a caminar hacia mí, mientras yo doy pasos ciegos hacia atrás.
- ¿Injustificado? ¿enserio? Persy, me engañaste y eres la persona con más ego que conozco y–le digo ofendida.
-Pero aun así somos el uno para el otro en todos los sentidos –responde e intenta acariciar mi cara, pero aparto su mano de golpe.
-No es así, tu y yo dejamos de funcionar hace mucho, después de que tu –respondo y él sonríe mientras niega con la cabeza.
Él da otro paso hacia mí y yo doy otro para atrás, se queda quieto dándome mi espacio, esperando un ataque, pero no quiero hacerlo, sus ojos me escanean y es ahí cuando me percato que está recién bañado, la incomodidad me invade, pero no quiero irme.
-Sabes que soy el único que te entiende, el único que te ha visto hacer esto, el único que ha sido capaz de estar contigo en estas facetas, Kaira, solo yo te comprendo y solo yo te puedo dar todo lo que quieres –dice acorralándome contra la pared, quiero golpearlo y hacerlo retractar sus palabras, pero al mismo tiempo la verdad que contienen me detiene.
-Tú me metiste en esto, es obvio que eres el único que me ha visto hacerlo y también eres la razón por la cual yo–respondo con falsa seguridad.
-Ambos sabemos que no es cierto –me corta y siento como mi espalda toca la pared y él pone ambas manos sobre el concreto a los costados de mi cabeza –tú haces esto porque te gusta, yo jamás te obligue, disfrutas acabar con esas personas, te gusta ser su ejecutora y en lo otro –dice con desprecio, el mismo que uso esa noche cuando me -sabes que yo no tengo la culpa, sabes que fue un error en la moto.
- ¡No es cierto! –le digo en voz fuerte.
-Sí lo es, Némesis es una parte de ti, que puedes maquillar, pero no te puedes arrancar, ella es todo lo que no te atreves a mostrar, la perversidad, el sadismo y la maldad –dice mientras una de sus manos baja y acaricia mi cintura, tocándome con decisión, solo me habla de Némesis, evadiendo la otra conversación.
-He cambiado –le digo tratando de creerme esas palabras, pero me es imposible.
-Eso no fue lo que vi en la pelea de anoche y en la de hoy, vi como de destapabas y mostrabas tu verdadero ser –me pega a su cuerpo y con sus brazos me sostiene hundiendo su nariz en mi cuello inhalando mi aroma y erizándome la piel –solo te falta despertar una parte, la parte por la que me odias, ¿te acuerdas? –pregunta y luego pasa la lengua por mi vena carótida, cortándome la respiración.
-Cállate –le digo y pienso en alejarme, pero mi cuerpo desea la atención que no ha tenido por más de siete meses, pero siento que Persy no es...
-Dices que me terminaste por engañarte, pero te olvidaste de las noches en las cuales eras tú la que pedía los fetiches, los juegos, las personas –sus labios rozan los míos y puedo notar la excitación en sus ojos y en otra parte.
-Esa ya no soy yo –vuelvo a decir con más convicción esta vez.
- ¿En serio? Entonces porque no te has alejado, porque tus manos aprietan mis brazos deseando más, por qué tu respiración esta entrecortada y tus pupilas dilatadas –pasa su lengua por mis labios alimentando las ganas –puedes engañar a todos, menos a mí, soy lo que necesitas.
Persy tiene razón en muchas cosas, pero no en que solo soy Némesis, tal vez Némesis lo necesite, pero Kaira O'connor no, y eso me lo dejo claro
-Tengo que irme –digo retomando la cordura y soltando sus brazos.
-Sabes que soy tu mejor opción –dice y me suelta haciéndose a un lado.
-Lo eres para Némesis, pero no para Kaira O'connor –respondo y salgo de su habitación metiéndome a la mía con prisa, la parte sensible de mi cuerpo palpita por el deseo y siento que los pechos me duelen anhelando a
Entro y empaco mis maletas a la velocidad de la luz, recojo todas mis cosas, me ducho rápidamente y bajo haciendo entrega de la habitación, le mando mensaje a Mike diciéndole que tuve un imprevisto y 20 minutos después estoy saliendo de Portland y en camino a Eugene.
La luz de la luna me acompaña durante todo el trayecto, noto demasiado tarde que no tengo gasolina, trato de llegar a una gasolinera, pero antes de hacerlo el auto se me detiene dejándome varada en la carretera y para aumentar mi mala suerte está lloviendo a cantaros.
Maldigo el tomar decisiones tan apresuradas a las 11 de la noche, y que por ellas ahora que son la una de la madrugada me encuentre varada en la carretera sin saber qué hacer con el coche apagado y encerrada por la lluvia.
Marco al primer número que pienso y no contestan, lo intento una segunda vez y me manda de nuevo a buzón, cosa que me molesta un poco, lo intento una última vez y al tercer tiempo contestan, la línea se queda en silencio, no sé qué decir ni como decir.
- ¿Está todo bien? –preguntan con voz adormilada.
-Sí, bueno, no –digo un poco nerviosa sin saber por qué –me quede varada en la carretera y necesito ayuda, me podrías ayudar por favor –pido cruzando los dedos.
-Dime en donde estas –responde la ronca voz de Zeth después de unos segundos.
-Gracias –le digo y él solo bosteza –ahorita te la mando por mensaje, adiós.
Cuelgo la llamada y mando la dirección, Zeth me lee y después se desconecta, me siento más tranquila al saber que él vendrá por mí, me reviso en el espejo del auto que no tenga moretones faciales o en el cuello, ya que no quiero preguntas que me puedan perjudicar y al notar que no recuesto la cabeza en el asiento y me relajo.
El que toquen el cristal me sobre salta y abro los ojos viendo a Zeth con un paraguas afuera del auto, tomo mi bolsa y bajo, de la camioneta que trajo Zeth se baja un hombre que se acerca a nosotros y se pone a lado de Zeth.
-Donovan, ella es la Comandante Kaira O'connor –dice Zeth presentándome.
-La famosa Kaira O'connor –dice el hombre estirando la mano hacia mí.
- ¿Famosa? –pregunto confundida mientras acepto la mano.
-Sí, sales mucho en la televisión y en los periódicos –se corrige.
-Kaira, él se encargará de tu auto, ya llamé a la grúa –dice Zeth un tanto incómodo.
-Gracias –digo en dirección al hombre mientras le entrego las llaves del auto, esperando que no habrá el maletero, ya que ahí tengo mi ropa, y hay algunas machadas de sangre.
- ¿Nos vamos? –me pregunta Zeth al notar como me quedo observando mi auto.
-Sí –respondo sonriéndole con agradecimiento.
Caminamos juntos hasta el asiento del copiloto bajo la sombrilla para que ninguno de los dos nos mojemos, me abre la puerta y me tiende la mano para ayudarme a subir y después él se sube de su lado, poniendo la sombrilla en los asientos de atrás.
- ¿A dónde te llevo? –pregunta Zeth cuando le da marcha a la camioneta.
-Me puedo quedar en tu casa, ya es muy tarde y no quiero que piensen cosas raras de mis los vecinos al verme llegar en un auto que no es mío, recién bañada y con un a hombre desconocido –digo de manera cansada.
-A mi casa entonces –responde sin pedir más explicaciones.
Cierro los ojos cansada y me trato de relajar en el asiento No debiste de dejar la maleta, no debiste de dejar la maleta, eres una idiota, me insulto mentalmente, me reincorporo y tomo mi bolsa buscando una caja que encuentro rápidamente.
- ¿Puedo? –le pregunto a Zeth mostrándole el cigarrillo.
-Claro –responde y apaga la calefacción bajando un poco la ventana para que el humo no se acumule.
-Gracias –digo mientras prendo el asesino silencioso dándole una calada.
-No sabía que fumabas –dice entre confundido y asombrado.
-Solo lo haga cuando algo me estresa –respondo dándole otra calada dejando que el humo llegue a mis pulmones.
- ¿Qué te estresa? –pregunta interesado.
-Las malditas decisiones –respondo antes de pensar y me doy un golpe mental por eso.
-Tal vez te pueda ayudar con eso –dice mientras da la vuelta a la calle que nos lleva al fraccionamiento donde vive.
-Es solo que hay digamos que todos intentamos ocultar una faceta de nosotros, pero esa faceta para mí es muy importante y durante el tiempo que estuve en ella hubo alguien, pero después me oculte y todo termino con ese alguien, y ahora reviví esa faceta y ese alguien quiere regresar, pero también hay es confuso –digo antes de soltar otra barbaridad entre todas las tonterías que dije.
- ¿Entonces necesitas decidir si es correcto regresar con la persona o no, ¿verdad? –dice confundido, y yo río al ver como frunce el ceño tratando de entender.
-Algo así –digo divertida, pero sin entender porque la tristeza me invade y las palabras salen por si solas –he tomado varias decisiones malas en mi vida, y esta no es solo de quien me gusta y quien no, o si voy a tomar agua o café, es una decisión importante, a la cual según yo ya le tengo respuesta, pero me mortifica no saber si fue la correcta, aparte Rox cumplió el séptimo mes de gestación hace una semana e hizo un baby shower al que por obvias razones no estuve invitada –me quejo en la última parte.
-Somos seres humanos, ninguna respuesta es correcta, todo puede cambiar si nosotros movemos las piezas a nuestra conveniencia –dice sonando muy maduro –y en lo segundo te brindo mis servicios –termina de hablar y la punzada que siento en mi feminidad me pone incomoda.
- ¿A qué te refieres con brindarme tus servicios? –pregunto ansiosa.
-Puedes interpretarlo como quieras –me responde echándome una mirada rápida que me acalora.