"Todos necesitamos a alguien que se quede"
Es curioso las decisiones que el amor te hace tomar y si, uno puede parecer ingenuo ante los ojos de otros, pero cuando tienes frente a ti los ojos de la persona que más amas nada importa. Richie dormía a mi lado y nada más importaba. No importaban los rumores, los secretos ni el qué dirán.
Ya comenzaba a sentir las altas temperaturas de la mañana así que decidí ir a tomarme una ducha antes de que el resto del campamento despertara. Odiaba bañarme con más gente en el camarín, es decir ¿Han notado lo apestosos que pueden ser los hombres? Claramente hay que evitar eso a toda costa.
Cuando volví de la refrescante ducha entré a la tienda y noté que Richie no estaba, lo cual me pareció un tanto extraño, pero al voltearme ahí estaba junto a mí, provocándome saltar del susto.
-Vamos -dijo tomando mi mano lo cual me pareció extraño ¿Ir donde?
-Pero... El desayuno... -dije mirando hacia las mesas.
-No hay tiempo para eso -dijo y luego me sonrió.
Comenzamos a caminar en una dirección que nunca antes había ido, Richie de a poco comenzó a desacelerar el paso, sin embargo no se veía nada frente a nosotros, donde sea que íbamos no estaba tan cerca.
-¿Me dirás a dónde vamos? -pregunté mirando hacia al frente y luego hacia él.
-¡Es una sorpresa! -respondió riendo.
-¡Me pones nervioso! ¿Por qué nos estamos alejando tanto? -miré hacia atrás.
-¿Acaso crees que te voy a matar o algo así? -se burló.
-No lo sé... -respondí intentando no reír -¿Lo harás?
-¡No! -movió sus brazos riendo- ten paciencia Eds.
Luego de varios minutos y unos cuantos rugidos de mi estómago, comenzamos a acercarnos a una pequeña casa, lo cual se me hizo confuso ¿Qué hacíamos aquí? No entendía nada hasta que lo vi. Detrás de la casa habían caballos. Amaba los caballos ¿Es que no han visto sus colas, dientecitos y pestañitas? Son adorables.
Miré emocionado lo que había frente a mí para luego mirar a Richie quien tenía una sonrisa. Estiró su brazo en señal de "ve" y eso hice, caminé hasta donde se encontraban y me quedé viéndolos sin saber qué decir.
-Puedes acariciarlos -dijo Richie intentando no reír por mi reacción.
Estiré mi brazo algo nervioso hacia un caballo café que me miraba directamente a los ojos y puse mi mano en su cabeza acariciando bajo su ojo. Su piel estaba suave y disfrutaba de mi mano cerrando sus ojos demostrando su tranquilidad frente a mi tacto.
-¿Quieres dar un paseo? -preguntó Richie apuntando hacia los caballos con su cabeza.
-¿Es enserio? -lo miré sin poder ocultar mi felicidad.
-Claro -rió por mi expresión.
Un hombre se acercó a nosotros y nos ayudó con las cosas para montar los caballos. Por la forma en que Richie le hablaba me pareció que lo conocía, hacían chistes y reían de cosas que yo no entendía, entonces se me vino a la mente ¿Richie ya ha estado aquí? ¿Con quien?
Cuando ya estábamos arriba de los caballos comenzamos a seguir un camino que había el cual no tenía idea a dónde nos llevaría, pero esperaba que hubiera comida involucrada, porque la hora del desayuno estaba pasando y ya comenzaba a sentirme mal por la falta de comida. Sí, soy como una abuelita cuando le baja el azúcar ¿No tenía algún caramelo en el bolsillo? Toqué mi pantalón en busca de alguno, pero nada.
-¿Ocurre algo? -preguntó Richie al verme tan callado.
-Uh, no, solo tengo hambre -confesé avergonzado.
-Lo siento -rió- solo unos minutos más, ¿Está bien? -asentí con mi cabeza.
Mi estómago me estaba matando, pero lo olvidé al ver al lugar donde habíamos llegado. Era hermoso. Había un lago y alrededor estaba cubierto por árboles y flores. Entonces mi cerebro comenzó a trabajar a toda máquina. Richie ya había estado aquí... ¡Conmigo!
Pocas imágenes se venían a mi mente, pero podía recordar. Podía recordarnos corriendo por las flores y riendo. Mi corazón en ese momento latía rápido de pura felicidad, sentía algo inexplicable en mi interior, solo quería bajar y abrazar a Richie.
Miré a mi lado y Richie estaba estirando su mano para ayudarme a bajar, ni siquiera había notado cómo llegó a mi lado tan rápido. Tomé su mano y comencé a bajar con cuidado, sintiendo luego las manos de Richie en mi cintura para no caer.
Ya abajo seguía hipnotizado mirando a mi alrededor, intentando sentir cada brisa, cada olor... Sentía como un pedacito de mi corazón volvía a su lugar encontrándole sentido a algunas imágenes que a veces se venían a mi mente.
-¿Todo bien? -preguntó Richie a mi lado.
Me volteé y lo miré a los ojos emocionado.
-Ya hemos estado aquí, ¿No? -La alegría se reflejaba en mi voz.
-¿Lo recuerdas? -preguntó con sus ojitos brillosos.
-Claro que sí -respondí con una sonrisa.
El momento de felicidad fue arruinado por mi estómago que no dejaba de rugir lo cual era bastante vergonzoso, pero necesitaba comer.
-¿Tienes hambre? -preguntó Richie riéndo.
-Más te vale que la sorpresa incluya comida -reí también.
Richie me tomó de la mano y me llevó hasta el lago donde se encontraba un botecito, dentro de este dejó una bolsa -donde supongo y espero que traiga comida- luego se subió en este para ayudarme a subir también.
El paisaje era hermoso, alrededor del lago estaba cubierto con árboles y flores de diferentes colores, desde donde se escuchaba el canto de los pájaros y algunos insectos también. Hasta el momento sentía que esto era lo más romántico que había experimentado, aunque claro, no podía saberlo con claridad, ya que aun no recuperaba todos mis recuerdos.
Dentro del bote nos sentamos uno frente al otro y tomamos los remos para recorrer el lugar, aunque no fue tan fácil como parecía, ya que el esfuerzo que hacíamos por mover el bote era cómo si se tratara de mover una roca. Definitivamente no estábamos en las mejores condiciones físicas.
Luego de unos minutos de risas y mucho esfuerzo, llegamos a un lugar más apartado donde hacía un poco de frío debido a la sombra de los árboles, pero de todas formas era hermoso.
-Dejemos los remos en este lado -dijo Richie tomándolos -no quiero perderlos de nuevo...
-¿De nuevo? -pregunté riendo y sus mejillas se volvieron rosas -¿Perdimos los remos? -la risa me consumía.
-hey, fue culpa de ambos -se defendió riendo.
-¿Y qué hicimos? -pregunté aún con una sonrisa.
-Mejor no hablemos de esto -rió- ¿Tienes hambre? -comenzó a sacar la comida a lo cual no me pude negar.
Podía imaginarme la perfecta imagen de Richie y yo sentados en este botecito compartiendo comida y riendo, en este momento sentía que no podía ser más feliz y no podía estar con alguien más viviendo este momento. Él era perfecto y era todo mío.
Cada vez nos acercabamos más a los árboles los cuales juntos hacían que el viento se sintiera más fuerte entre nosotros. Con mis manos busqué el gorro de mi sudadera y lo acomode sobre mi cabeza para que mi cabello no se moviera tanto. Richie intentó acomodarse su gorra, pero el viento fue más rápido y esta voló cayendo a unos centímetros del bote.
-Oh no -dijo Richie viendo la gorra flotando.
-Está cerca, la puedes alcanzar -dije acercándome a la orilla para ver mejor.
Richie escuchó mis palabras y comenzó a estirarse para tomar la gorra, estaba a punto de tomarla cuando en un movimiento imprevisto perdió el equilibrio y cayó dentro del agua. Miré hacia el lago aguantándome la risa y Richie solo salió a la superficie con la gorra en la mano.
-La tengo -dijo levantando la gorra con una mano y quitándose el agua de la cara con la otra.
Comencé a reír al ver a Richie "rescatando" a su gorra, para luego tenderle una mano y ayudarlo a subir al bote. Al sentarse frente a mí podía ver como el agua corría por su ropa hasta caer en el bote. El viento continuaba corriendo y el frío que debía tener por caer al agua debía ser insoportable.
-¿Quieres mi sudadera? -pregunté quitandola.
-No... -dijo mientras sus dientes rechinaban
-Vamos, te vas a resfriar, quitate la ropa y ponte esto...
-Tu también te vas a resfriar -se quejo.
-Richie, yo no soy quien acaba de caer al agua por rescatar su gorra -reí.
-"Está cerca, la puedes alcanzar" -dijo imitando mis palabras
-Y la alcanzaste... -reí aún más mientras él negaba con la cabeza - sabes... Pudiste usar uno de los remos para alcanzarla...
Richie miró hacia los remos olvidando completamente que estaban ahí y luego golpeó su frente con su mano salpicando gotas de agua, mientras yo no podía más de la risa. Verlo así era tan cómico, parecía frustrado y divertido al mismo tiempo y para mí era lo más adorable.
Debido al viento que corría Richie decidió quitarse su camisa y usar mi sudadera, lo cual no me molestaba en lo absoluto, aunque sintiera frío en los brazos no me importaba porque verlo con mi ropa no era algo de todos los días, siempre se rehusaba a usarla, ya que decía que era pequeña y la iba a estropear, lo cual era falso, mi ropa no era ajustada y le quedaba perfecta.
-Mejor -dijo Richie con la sudadera puesta y abrazándose así mismo.
-Deberías quitarte los pantalones... -dije intentando no sonrojarme mientras él levantaba una ceja -quizás podrías estrujarlos un poco y ponerlos al sol cuando lleguemos a la orilla.
-Buena idea -dijo luego de pensarlo unos segundos.
Richie comenzó a quitarse los pantalones y yo me dediqué a remar hacia la orilla, necesitaba algo de sol y bajar del bote, tanto tiempo sentado aquí ya me dolía el trasero.
Cuando llegamos a la orilla lo primero que hicimos fue pararnos en un lugar donde llegase el sol para entrar en calor. Miraba el rostro iluminado de Richie por los rayos del sol, cuando noté que algo ocurría, se veía cabizbajo, como si algo le molestara. Intentaba analizarlo para saber qué era eso que lo tenía así, pero no tenía pista alguna, solo escuchaba suspiros de su parte.
-¿Estás bien? -pregunté buscando su mirada.
- Sí... No... Es solo que... -miró hacia otro lado para luego volver la vista hacia mí - lo he arruinado todo... -Suspiró.
-¿De qué hablas?
-De esto... -dijo apuntando su cuerpo mojado- esto no estaba dentro de mis planes, quería que todo fuera perfecto...
-Pero ha sido perfecto -sonreí.
-Lo arruiné todo... -se sentó en el suelo y me senté junto a él.
-No es cierto, lo he pasado muy bien contigo -acerqué mi mano a su cara y quité sus anteojos dejándome ver sus ojos -sí, caíste al agua y terminaste todo mojado, pero fue divertido -sonreí y él sonrió también -y esas cosas no importan... No importa que pase o a donde me lleves... Si es contigo, siempre será perfecto...
Richie me quedó viendo unos segundos sin decir nada, lentamente acercó sus manos a mis mejillas para luego acercarse más a mí y rozar sus labios con los míos besándome lentamente. Cerré los ojos disfrutando cada uno de sus movimientos, eran suaves al principio, pero al sentir su lengua todo dentro de mí se comenzó a descontrolar, necesitaba más de él. Comencé a acomodarme sobre él haciendo que se acostara sobre el pasto, para luego llevar mis manos hasta su frío abdomen y acariciarlo con mis dedos.
No sé cómo de un momento a otro las cosas cambiaron de esta forma, pero de pronto me encontraba bajando el boxer de Richie sin dejar de besar sus labios desesperado, llevé mi mano a mi pantalón para desabrochar los botones, pero cuando estaba bajando la cremallera sentí las manos de Richie en mis muñecas deteniéndome.
-Eddie... -susurró cerca de mis labios y asentí con mi frente tocando la suya con los ojos aún cerrados.
Lo había entendido, no era el momento ni el lugar, y estaba de acuerdo. Rápidamente me abroché los pantalones y me hice a un lado. Me sentía tan avergonzado por haber intentado hacer algo así en medio de un lugar abierto donde cualquiera podría pasar y vernos. Dios, que humillante.
Luego de esa escena volvimos en los caballos, para luego caminar hacia el campamento en total silencio. Ninguno sabía qué decir y yo me sentía demasiado avergonzado como para decir algo y no es que me sintiera incómodo con Richie, solo estaba algo nervioso, no sabía que pasaba por su mente y qué pensaba de mí en estos momentos.
Cuando ya nos estábamos acercando a mi tienda vi que había alguien en el suelo, y al estar casi en frente me di cuenta que era Beverly, quien al vernos se puso enseguida de pie limpiándose el vestido que estaba cubierto de tierra.
-Estaba esperándote -dijo algo tímida.
Miré hacia Richie quien hizo un movimiento con su cabeza indicando que hablara con ella, aunque yo no estaba muy seguro.
-Iré a cambiarme, vuelvo por ti luego -dijo Richie cerrando un ojo y luego sonriendo.
-Te estaba esperando -dijo Beverly rompiendo el hielo mientras yo me enfocaba en una piedra que estaba bajo mi pie -Eddie, yo... Nunca fue mi intención hacerte daño o mentirte... Yo creí que lo sabías...
-No, Beverly, no sabía que habías besado a mi novio -respondí molesto.
-De verdad lo lamento, Eddie...
Levanté mi vista y vi como las lágrimas caían por sus mejillas. Me sentía mal. No sabía que decir, ni si sus intenciones eran realmente buenas, ¿Se puede volver a confiar luego de algo así? ¿Seré muy estúpido por perdonar a la gente tan fácilmente? Sentía que no tenía nada que perder, ¿Qué más daño me podía hacer? Además, siempre es mejor tener amigos que enemigos ¿No?
-Está bien -suspiré- te creo...
No alcancé a decir nada más debido a sus brazos que rápidamente se pegaron a mi cuerpo dándome un fuerte abrazo, podía sentir sus lágrimas en mi cara y el olor de su shampoo en mi nariz. Y sí, su pelo olía tan bien como se veía.
Luego de hacer las paces llegó Richie a nuestro lado con ropa limpia y seca. Lo miré con una sonrisa y él me sonrió de vuelta ¿Era normal que aun me derritiera con esos labios y esos dientes blancos?
-Vamos -dijo estirando su mano- el día aún no termina-cerró un ojo para luego llevarme con él.
Continuará...