第33章
En las calles de la Ciudad Huacheng, Ling Qing acompañaba a Yan Feili mientras caminaban lentamente. La ciudad seguía siendo bulliciosa, y la gente iba y venía, pero por todas partes se veían mendigos y víctimas de la catástrofe vestidos con harapos, las calles se habían vuelto mucho más concurridas que en el pasado.
Yan Feili miró a estas personas con el corazón apesadumbrado, y el ánimo que tenía de salir a pasear había desaparecido sin dejar rastro.
Mañana partirán hacia el Cuartel Central.
En los últimos días, Yan Feili había estado evitando deliberadamente a Beitang Ao, y su estado de ánimo se había vuelto contradictorio y temeroso de volver al Cuartel Central.
Hoy, después de tomar su medicamento, de repente quiso salir a pasear, como Beitang Ao no estaba, no había nadie que se molestara en detenerlo. Qiu Yeyuan estaba ocupado preparando hierbas medicinales y otras cosas, y no dijo nada, salvo decirle que no se forzara y que volviera pronto.
Había estado varias veces en esta ciudad de Huacheng, y como capital de un país, era muy próspera. Recordó que hace diez años atrás, cuando aún era el líder del Ejército de Pan, se había colado en Huacheng con algunos de sus hombres para comprar mercancías con el fin de reponer las raciones de su ejército.
En aquella época, había una tienda en la antigua calle del este que se especializaba en la venta de adorables muñecas regordetas, Ah-Fu, así como de tambores de juguete, volantes y otras cosas que les gustaban a los niños, y era muy famosa en la ciudad.
Anan, uno de los hombres traídos por Yan Feili, tenía a su esposa embarazada casi a término y a punto de dar a luz. Cuando terminaron sus negocios en Huacheng, le rogó a Yan Feili que lo llevara a comprar dos grandes muñecas Ah-Fu, diciendo que era para jugar con el niño que estaba a punto de nacer, y también dijo que era para que el bebé naciera sano y salvo y para la buena suerte.
En aquella época, Yan Feili era todavía joven, sólo tenía dieciocho o diecinueve años, así que lo acompañó por la tienda durante un largo rato, le divertía la seriedad de su subordinado a la hora de elegir entre los juguetes del lado derecha y del lado izquierdo, y se sentía un poco avergonzado de estar eligiendo cosas de niños a pesar de no estar casado.
Más tarde, siguiendo su consejo, Anan eligió finalmente un par de muñecos Ah-Fu gordos y adorables, uno masculino y otro femenino. Anan estaba muy feliz y seguía jactándose de que el líder tenía previsión.
Ahora, Yan Feili también estaba encantado de estar a punto de experimentar la paternidad. En aquel momento, aún no había conocido a Beitang Ao, y sólo pensaba que dentro de unos años, cuando se hubiera casado con su mujer y hubieran tenido un bebé, también vendría a esta tienda a comprar algunos juguetes para sus hijos.
Al pensar en esto, Yan Feili levantó ligeramente las comisuras de la boca, como si sonriera, pero había una tristeza que no podía borrarse de su expresión.
En ese momento recordó que la esposa de Anan había muerto en el parto, y se enteró que había luchado durante tres días y tres noches durante el nacimiento, y al final, no se habían salvado ni el niño ni la mujer.
No sabía mucho, excepto que cuando volvió con el ejército y vio a Anan de nuevo, toda su persona había cambiado, su expresión y ojos estaban apagados, y estaba muy desesperado por hacer su trabajo.
¿Qué le pasó a Anan? Yan Feili pensó detenidamente, pero no podía recordar el campo de batalla en el que murió Anan. En ese momento, Anan no era mucho mayor que él. Ahora, no sabía cuántos de los hermanos por los que estaría dispuesto a arriesgar la vida y las extremidades, les estaba yendo bien en la vida.
¿Pero qué pasa con él mismo? Yan Feili sonrió amargamente por un momento, recordando la escena de hace dos días.
"¡Felicitaciones al Maestro de Secta, felicitaciones al Maestro de Secta!" Du Sheng se enteró de que era la esposa del Maestro de la Puerta del Norte la que estaba esperando un bebé e inmediatamente felicitó a Beitang Ao.
Beitang Ao sonrió débilmente: "Muchas gracias Maestro de la sub-división Du."
"Es realmente una gran alegría para las Puertas Celestiales que la esposa del Maestro de la Puerta del Norte esté esperando. ¿Me pregunto si el Maestro de Secta Beitang va a volver al Cuartel Central?"
"Este venerable tiene la intención de regresar en tres días, así que voy a molestar a Maestro de la sub-división Du para que haga los preparativos." Beitang Ao asintió con la cabeza y convenientemente le entregó el asunto.
"Sí." Du Sheng recibió la orden de Beitang Ao, pronunció algunas palabras más de felicitación y se retiró con una sonrisa.
"¡Este subordinado también felicita al Maestro de Secta!" Yan Feili lo felicitó, su cara sonriente tenía una ligera palidez.
"¡Mm!" Beitang Ao respondió, y en la punta de sus cejas había una leve alegría que no podía ocultar.
Después de todo, Lin Yanyan era la esposa que había elegido desde hace mucho tiempo. Ahora que estaba embarazada, según las reglas de la familia Beitang, independientemente de su sexo, sería el primer hijo del primogénito, y cuando Beitang Ao pensó en esto, su corazón se alegró naturalmente.
"Feili, tú también deberías prepararte para los próximos días, partiremos en tres días."
"Sí." El corazón que había estado frío por un momento volvió a latir con fuerza cuando pensó en Li'er.
Tras un momento de silencio, dijo: "El cuerpo de este subordinado ya no es un problema serio, el Maestro de Secta no necesita preocuparse por eso. El asunto de la Furen* es más importante en este momento. Si el Maestro de Secta está preocupado, sería mejor que se apresure a volver al Cuartel Central primero."
(*夫人 [fū ren]: señora, madam, esposa del maestro de secta.)
"No es necesario, Yanyan se ocupará de sí misma." Beitang Ao sonrió ligeramente y le dirigió una mirada profunda.
Al ver su expresión, Yan Feili sintió un dolor en su corazón, como si hubiera abierto una enorme grieta, y el líquido ardiente y rojo brillante estuviera gorgoteando de la herida. Sólo sentía que cada momento frente a él ahora era tan difícil de soportar. La idea de tener que viajar con él por el camino era aún más insoportable.
Lin Yanyan puede cuidar de sí misma, pero ¿él no puede? Aunque no estuviera bien ahora, seguía siendo un General que había dirigido a los soldados durante muchos años, pero ¿ahora era incluso inferior a una mujer? Yan Feili no podía describir lo que sentía en su corazón.
Pasó mucho tiempo antes de que la cena terminara. Beitang Ao aún tenía una ligera sonrisa en la cara, que demostraba que estaba realmente feliz. Yan Feili comió sin encontrarle sabor de la comida, era como masticar cera. Su alegría inicial por volver al Cuartel Central había desaparecido hacía tiempo, pero tuvo que obligarse a permanecer quieto.
Antes de que Beitang Ao se marchara, se giró de repente y lo miró fijamente durante mucho tiempo, antes de decir en voz baja cuando ya casi no podía aguantar: "Feili, en realidad no necesitas forzarte tanto."
Yan Feili estaba atónito, pero antes de que pudiera reaccionar, la figura del Maestro de Secta ya había desaparecido por la puerta.
Ling Qing había estado caminando con Yan Feili por la calle, y al verlo con un aspecto sombrío y en trance, no pudo soportar verlo así. En los últimos meses había estado de mejor humor, pero ahora parecía haber vuelto a estar lleno de preocupaciones y angustias.
"Joven Maestro, la vieja tienda que dijo que se especializaba en la venta de muñecas, ¿es la que está justo enfrente?" La voz de Ling Qing trajo de regresó a Yan Feili de sus pensamientos.
Levantó la vista aturdido y, antes de darse cuenta, estaba caminando hacia su destino.
Cuando llegó a esa tienda, vio que todavía estaba llena de muñecos Ah-Fu regordetes y de todo tipo de juguetes para niños, sólo que las baldosas estaban desgastadas y las paredes tenían parches, todas manchadas, y muy deterioradas.
"Nunca pensé que seguiría aquí." Murmuró Yan Feili.
No había tenido demasiadas esperanzas al venir aquí, después de todo, habían pasado diez años y las cosas habían cambiado, así que no sabía si seguían en el negocio.
No había clientes en la tienda, solo un joven mayordomo quien al oír sus palabras se acercó y le dijo con una sonrisa: "¿El Joven Maestro ha frecuentado nuestra tienda antes? Mi padre ha llevado esta tienda durante más de diez años, pero falleció hace unos días. La tienda no va muy bien, así que cuando se agoten las existencias, se venderá la tienda. Si el Joven Maestro tiene algo que le guste, no dude en elegirlo, podemos darle un trato preferente."
Al escuchar sus palabras, Yan Feili recordó vagamente que hace diez años, esta tienda era de hecho dirigida por un mayor de unos cincuenta años. En ese momento, el hombre mayor también dijo que si cada cliente escogía un muñeco Ah-Fu regordete, casaría a otro de sus hijos.
Yan Feili miró los diversos juguetes en la tienda y no sabía qué comprar para Li'er.
"¿El Joven Maestro quiere comprar un regalo para su hijo o para su hija?"
"¿Hm?" Yan Feili se congeló y dijo entumecido: "Sí, es para un niño."
"¡Ah! Así que resultó ser un pequeño joven maestro. ¿Qué edad tiene?" El joven mayordomo que miraba alrededor de la tienda preguntó con entusiasmo mientras recogía los juguetes de niño.
"Han pasado más de ocho meses, creo." Yan Feili bajó la cabeza.
"¡Eh! Entonces va a caminar muy pronto." El joven mayordomo dijo con entusiasmo: "Ese niño mío aprendió a caminar a los diez meses, ¡así que esto es justo lo que el Joven Maestro tiene que comprar!" Dijo entregándole un objeto.
Se trataba de un pequeño y hermoso tambor con una superficie verde y adornos dorados. A diferencia de otros tambores pequeños del mercado, la artesanía de este tambor era muy hermosa y estaba muy bien hecho, con un estampado de salpicaduras de agua en la superficie de piel de oveja, y los dos colgantes del tambor hacían un sonido nítido de "dong dong" cuando se agitaban y golpeaban la superficie del tambor.
Al verlo perdido en sus pensamientos, el joven mayordomo se rió y dijo: "Joven Maestro, esta es la mejor manera de jugar con un niño de ocho meses. En el futuro, puede usar esto para persuadirlo, y con esto, ¡aprenderá a caminar muy rápido!" Escogió cuatro o cinco artículos más y los puso delante de él, recomendándoselos con entusiasmo.
Mientras lo escuchaba despreocupadamente, Yan Feili jugueteaba con el pequeño tambor.
¿Cómo me vería Li'er cuando estuviera aprendiendo a caminar?
En su mente, Yan Feili se imaginó a Li'er agitando sus manitas regordetas y balanceándose hacia él. Una sonrisa apareció en su rostro.
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Esta es una traducción propia del chino al español. Puede contener errores pero la compartó con ustedes por si desean leerla.
Me demoré un poco para actualizar, he estado muy obsesionada con un manhua y como leí el manhua, tuve que leer el libro xd pero aquí tienen el siguiente capítulo 🥰