Todo lo que quiero

Per VainillaRz

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Los Miller #2 Al mujeriego y egocéntrico William Miller le llegó su hora, juegos y bromas no lo son todo. Su... Més

Comencemos
Dedicatoria
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo final 41
EPÍLOGO
Agradecimientos

Capítulo 19

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Per VainillaRz

Will

Empiezo a ser consciente de mi cuerpo por unos gritos que están de fondo, al principio no puedo entender de lo que hablan hasta que abro completamente mis ojos, lo primero que veo es mi techo, ese techo tan blanco y paredes a las que definitivamente les hace falta vida, no hay en los escazos muebles ni una sola fotografía, a pesar de venir de una familia tan grande nunca me apegué lo suficiente a un lugar para establecerme completamente.

Me froto un poso los ojos y estiro mi cuerpo para tratar de convencerme de levantarme, anoche la cena con Brooke fue... buena, me gustó cuando le habló a Kian sobre su amor por la fotografía y como le dio consejos aptos para un niño de tres años para que no le temblara su manita al tomar una foto, ella es grandiosa con él, pero no entiendo porque hay veces en las que su mirada se pierde y parece realmente triste, no me gusta, estoy acostumbrado a verla furiosa, decidida, incluso contenta por la noticia de nuestros bebés, pero jamás triste.

Mi celular comienza a vibrar en el pequeño buró y gimo de frustración, ya déjenme en paz.

—¿Sí? —respondí un poco ronco.

—¡William Darlos Miller! —genial, mi sorella está enojada.

—¿Qué se supone que hice?—le respondo muy a la defensiva.

—¡Hiciste llorar a Gloria!

—¡Ella ofendió a Brooke! —reclamé poniéndome de pie y acomodando mi pantalón de pijama.

Gloria dijo que solo hizo un comentario sobre lo mal de su matrimonio y Will, piensa en esto, tal vez lo de ustedes dos no está destinado a ser—me comienzo a cepillar los dientes en el baño de mi habitación mientras la escucho, ya le dije sobre el embarazo de Brooke, pero claramente pensó que mentía—, Brooke no está precisamente encantada con su matrimonio y tu no es como que vayas a cambiar por ella.

Ahí sí tuve que escupir y enjuagar mi boca—Espera, sorella ¿Estás dudando de mí? ¿Crees que no puedo sostener un matrimonio?

El casarse es un tema delicado y ustedes dos lo hicieron por impulso.

—Bueno, pues al menos hubo más decisión entre Brooke y yo que entre tú con Jayden en tres años—la línea se quedó en silencio.

—Eso es un golpe demasiado bajo, fratello.

Suspiré cansado de discutir con ella—Lo siento, pero tú tampoco fuiste como que muy justa, lo mío y de Brooke es algo que todavía no me siento preparado para contarlo a la familia y Gloria fue sumamente grosera sobre el aspecto físico de Brooke y si no lo entiendes no entiendes lo que familia significa para mí.

La escuché sollozar un poco antes de que volviera a hablar—De verdad lo siento, fratello, no me he sentido bien sin Kian, solo quiero pedirte de favor que estés ahí para Gloria, ella está tan perdida como Vanessa, la hermana de Jayden, es buena, solo que un poco aspera por fuera. No quiero que tenga el mismo fin que Vannessa, Gloria todavía puede salir adelante.

—Entiendo que quieras hacer el bien, sobre todo si te recuerda a tu amiga, pero debes entender que no es mi responsabilidad—traté de hacerla entender.

Es un favor, Will—suplicó.

—Todo con límites, sorella. Kian te extraña mucho, lleguen pronto y con bien—colgué mi celular y me acerqué a la sala siguiendo los gritos de fondo.

—¡Los enemigos están cerca! ¡Retirada!—me quedo viendo como es que Kian se sube al sofá y levanta un cojín como si fuera una espada, Brooke por otro lado se ve un poco agitada, pero sonriente, entonces se tira a su lado.

—¡Huye tú! ¡Sálvate!—le responde ella sujetando su vientre.

—¡Corre, Brooke!—vuelve a pedirle mi sobrino.

—¡Kian! ¡Me dieron!

—Es porque estás pesada que no te puedes mover más—le pregunta sin tacto, me apresuro a intervenir, pero me detiene la melodiosa risa de Brooke.

—Sí, ya me es más difícil correr tanto como antes.

—¡Zio! —me ve Kian corriendo a abrazarme— ¡Brooke me está contando porqué no puede correr tanto!

—¿Podemos contarle? —le pido, ella me ve un poco y se encoje de hombros quitándole importancia.

—¿Contarme qué? —nos pregunta el bambino.

—Brooke ahora es tu tía, nos casamos hace unos meses—su carita se transforma completamente a una de felicidad, es como si le hubiéramos dado chocolate. Luego se pone un poco pensativo.

—Entonces... ¿querías que fuera tu amiga y terminaron casados? —me río recordando esa conversación, fue de ayuda aunque sea un pequeño—, además me prometiste que yo tomaría la cola del vestido de novia de mi zia—ahora parece molesto porque se cruza de brazos, lo cual solo ocurre unos instantes ya que vuelve a sonreír—¿Y si se casan de nuevo? Así yo podlía llevar la cola de tu vestido.

Brooke me mira como pidiendo ayuda. Pero...no, creo que se las puede arreglar ella solita yo ya explique parte de toda la situación. Me recargo en el sofá y le doy una sonrisa seguida de un guiñó, me entrecierra los ojos y sonríe.

—Verás Kian yo... No nos podemos casar otra vez—Walker sin palabras... Debo alabar a Kian, logró lo que yo no pude lograr en mucho tiempo.

—¿Por qué no?

—Will...—Brooke se cubre el rostro con las manos.

—Verás, bambino—me decido a ayudarla un poco—, Brooke no puede porque el vestido ya no le va a quedar para ese tiempo— se quita las manos inmediatamente.

—¿Me has llamado gorda?—¡Diablos! ¿Qué hice? Siento que se molestó, pero ahorita no dijo nada y Kian fue más directo que yo.

Kian la voltea a ver a ella—¿Si te cuento un secreto prometes no decirle a nadie?—el pequeño asiente mirándome muy atento—, la razón por la que no puede correr tantísimo como tú es porque en su pancita ahora carga a dos de tus primitos.—se cubre la boca con las manitas.

—¿Mis primitos están dentro de Brooke? —pregunta más asustado de lo que imaginé.

—No, bueno sí, pero están ahí porque aún son muy pequeños y deben ponerse fuertes antes de salir.

—Zio, no entiendo, pero ¡Más primitos! ¡Sí! —Brooke se rió llevándonos al comedor.

Brooke no para de sonreír cada vez que ve a mi sobrino. Tal vez le ilusiona pensar que así serán nuestros hijos.

—No sé hacer mucho, pero sobrevivimos con estos hot cakes—señala a la mesa, y además de eso hay café, fruta picada y un helado de vainilla.

—No se preocupen, les haré unos huevos con tocino y pan tostado.

Los dos asienten y se ponen a jugar en lo que yo preparo todo lo que necesitamos para complementar los hot cakes, al menos no está con el estómago vacío, ahora come por tres y debo decir que todos esos refrigerios que le preparaba para el trabajo ayudaban a mi paz mental un poco.

Brooke se encarga de poner la mesa y cuando estamos por terminar Kian vuelve a emocionarse de la idea de tener más primos.

—¡Es que serán dos primitos!—comienza a saltar en la silla—, voy a jugar con ellos, veremos películas, jugaremos a la pelota, comeremos chocolate, vamos a hacer tareas, saldremos a pasear, iremos a la escuela, haremos travesuras, compráremos juguetes...

—Espera bambino—estoy riendo ante tal emoción—, primero deberán crecer y no sabemos si serán niños, pueden ser niñas también.

—No me importa si son niñas, yo les enseñaré a jugar con todos los niños, ¿O puedo aprender sobre muñecas y juegos de té? —comenta un poco más pensativo, la idea me encoge el corazón, porque es aquí donde veo el gran trabajo que Azul y Jayden están haciendo con este pequeño.

Miro a Brooke pero ella tiene su mirada pérdida. Hasta que su teléfono suena, cuando ve la pantalla se pone más pálida de lo que la había visto.

—Con permiso, voy a contestar—se levanta y aleja un poco.

—Bambino, termina de comer—asiente muy contento y comienza a comer todavía haciendo comentarios sobre cosas de niñas y bebés que podría aprender .

Me pongo de pie acercándome a Brooke, esperando que no me vea antes de tiempo porque aun quiero seguir vivo.

—Te dije que era la última vez que te ayudaba... No me importa, he dicho que no... Puedes hacer lo que te dé la gana... ¡Cállate!—eso no es bueno para los bebés—. No me importa, siempre he estado sola ¿Acaso tú me hacías mucha compañía? ¡Por favor deja el cinismo!—las lágrimas comienzan a rodar por su rostro.

Silencio. Parece que algo le han dicho que la ha afectado demasiado, lucho con mis impulsos para no correr a consolarla, puede que no la ame pero esta no es la Brooke fuerte que yo conozco y verla así es algo que me ocasiona...dolor, desesperación y frustración.

—No sé cómo conseguiste este número, pero déjame en paz, ¡Ya basta!—arroja el teléfono a algún lado de la sala.

—Will...sé que estás ahí—bueno, eso me ahorra ciertas explicaciones—, no te preocupes todo está bien—se limpia unas cuantas lágrimas y vuelve a sonreír—, no es nada que no pueda controlar—se acerca a mí con unos pasos ligeros y quedamos de frente, pero no me detengo, la atraigo con delicadeza y sostengo en un abrazo, no importa lo que sea, ella carga con mucho.

Trato de darle un poco de mi fuerza, la sujeto tanto emocionalmente como físicamente, quiero consolarla de alguna manera pero en este momento no puedo hacer mucho más que abrazarla.

—No estás sola, pequeña Brooke.

—Sé que tengo a mis hijos, no te preocupes, pero personas como esas no pueden saber de mis bebés, no merecen conocer tal milagro de la vida.

Sí, claro que los bebés también cuentan en esto, solo que no me refería solo a eso.

Para distraerla sugiero hacer un pequeño día de campo en uno de los parques cercanos, es bastante amplio y seguro que un poco de ejercicio y aire libre le puede ayudar a distraerse un poco, a veces es bueno despejar la mente, quizás ahí se dé cuenta de que sin importar lo que me esté ocultado no dejaré a nuestros bebés... y tampoco a ella.

Me dispongo a guardar algunas cosas de la cocina que podemos utilizar, pero por lo que estoy notando habrá que pasar al supermercado para conseguir algunas cosas más, me dirijo a la habitación de Kian para ver si ellos no quieren agregar algo a la lista, pero me detengo cuando veo que están jugando muy encarecidamente.

—¡Kian, no huyas!

Está tratando de colocarle su mini remera pero no se deja, el cabello ondulado y castaño de Brooke comienza enredarse por todo el movimiento que ocasiona Kian al huir de ella.

—¡Libre soy!—comienza a gritar el pequeño Kian provocando que me ría silenciosamente, esto tengo que verlo y si tuviera una cámara lo grabaría justo ahora.

—¡Quédate tranquilo!—se lanza para atraparlo pero cae suavemente en la cama.

—¡Soy el Capitán América y soy invencible!—no para de gritar.

—¡Kian por favor....! Wow, wow, wow... Espera—en ese momento se queda quieto para prestarle toda su atención a ella— ya hablamos de esto, Iron Man es mejor.

—Claro que no, si te fijas el Capiitán América tiene un escudo ¡Muy poderoso!—se sube a la cama para estar a su altura.

—¿Y eso que? Iron Man tiene una armadura igual de poderosa—lo contraatacó con ese argumento. Debo admitir que me sorprende esta faceta de ella, no se ve una chica a la que le gusten los súper héroes.

—Pero el Capitán América es un súper soldado que sabe pelear contra los malos—veo que Brooke aprovecha ese momento de distracción de mi sobrino para cambiarlo sin más problemas.

—Pero Iron Man es millonario.

—Pero el Cap es un hombre honesto y no es millonario porque no quiere, la lealtad es lo que vale—eso último estoy seguro de que lo escuchó de mi sorella Azul, ni siquiera debe saber lo que significa, pero Kian tiene el poder de decir cosas que parecen muy ciertas.

—Iron Man pelea mejor—se defiende ahora Brooke arreglando su cabello.

—Y el Cap es mejor en la batalla porque peleo en la guerra.

—Iron Man junto a los Vengadores.

—No quería llegar a esto pero no tengo opción—le dice un Kian muy decidido—El Capitán América es el primer Vengador—la bonita castaña entrecierra sus ojos negando con la cabeza.

—Bien. Debo intervenir antes de que alguno de ustedes salga realmente herido—me burlo llevándolos al auto, no quiero tener que arreglar su amistad tan reciente por un tema como este.

—Mira, solo acepta que Iron Man es mejor—Kian me da su manita como para no perderse.

—Cuando sea verdad lo haré, yo soy del equipo fiel del Capitán—los subo al auto y cuando están acomodados ambos me voltean a ver, sé lo que quieren, pero no se los daré.

—No, ni lo piensen no estaré en medio de esto—les advierto.

—Pero zio... Brooke dice que el Iron Man es mejor que el Capitán América—Kian de verdad parece no creer esas palabras.

—¡Porque lo es!—le responde Brooke entre risas.

—Están mal, ambos—les digo para terminar con esto, los dos se voltean a ver confundidos—, porque el mejor es Superman—horrorizados, Kian y Brooke se ven verdaderamente mal ante esa declaración.

—¡Traidor!—gritan al unísono.

—¿Cómo puedes decir eso, William?

Antes de responder nos llevo hasta el supermercado más cercano, porque si no lo hago ya no voy a terminar con estas conversaciones de súper héroes, siento que ellos podrían hablar horas sobre esto sin cansarse y eso es algo que me gusta de Brooke, tuvo esta conexión importante con mi sobrino casi desde que lo conoció, parece saber lo que hace.

—Bueno Brooke, yo crecí con súper héroes como Superman y Batman—les explico.

—Mamá también y ella ama a Iron Man—nos dice Kian desabrochando su cinturón.

—Ves, incluso tu mamá sabe que Iron Man es mejor.

—No hablamos de eso zia, estamos hablando de la traición de mi zio—por primera vez me doy cuenta de que la ha estado llamado tía, en otro idioma pero lo hizo.

—Vale pues, si no quieren oír mis argumentos no pregunten—salimos los tres del auto, Kian toma nuestras manos colocándose en medio de los dos.

—¡Galletas!—dice levantando las manos y soltándonos un momento. Lo detiene Brooke y se pone en cuclillas.

—Antes de ir... ¿Qué galletas son tus preferidas?

Él sonríe y grita—¡Oreo!

—Este chico es de los míos—me dice Brooke parándose.

—Ahora me siento excluido—dramatizo.

—Vamos tía—ignora mi comentario y la arrastra al interior del local, que es gigante.

Me alejo unos segundo para conseguir un carrito del supermercado y cuando regreso ya no están. ¿Qué rayos?

¡Los perdí! Me distraje un momento y al siguiente ¡Ya no están!

Los busco por unos buenos treinta minutos pero no los encuentro por ningún lado.

Sin opción alguna me dirijo a donde vocean a los niños perdidos. Una rubia muy interesada en mí me atiende, pero alguna clase de supervisor toma su lugar.

—¿Así que perdió a su esposa y sobrino?—me pregunta enarcando una ceja.

—Sí, ya se lo expliqué.

—¿No será que el perdido es usted?

—¿Cómo me voy a perder yo si yo estaba a cargo?

—Pero él que se distrajo fue usted.

—Sí, ¡pero yo no me perdí! —intento razonar con él.

—Insisto en que él perdido es usted.

—Sabe que, olvídelo—me alejó de ahí enojado. No puedo creer que sea tan incompetente. Marcarle a Brooke no es opción porque medio destruyó su celular después de esa llamada.

—¿Will?

—¿Gloria? Que sorpresa—¿enserio? ¿Qué más me puede pasar? Finjo alegría y adopto una postura paciente para darle el beneficio de la duda que mi sorella me pidió.

—Vaya que sí—Gloria trae ropa que no calificaría como cómoda para una embarazada, pero como supongo que no me importa no me meto en ello.

—No pensé encontrarte ¿Qué haces por aquí?—claro que no, ¿Qué hace tan cerca de mi casa?

—Estoy con Kian y mi esposa.

—¿Y dónde está Kian? —ahí va de nuevo, juro sorella que si esto no es como ella piensa, Gloria lo va a tener muy mal, nadie engaña a mi familia.

—De hecho los estoy buscando—me toma del brazo y casi me erizo por el contacto, pero comienzo a caminar.

—Will ¿Tienen planes? Puedo invitarlos a comer—habla muy cerca de mi rostro, la retiro lo más respetuosamente que puedo.

Joder... Que no se acerqué más.

Da un paso atrás y casi cae pero yo la sujeto de la cintura, dejándonos más cerca, la voy a alejar de inmediato pero antes de eso algo me sorprende.

—¡Zio!—la voz de Kian suena enojada.

—Perdón—comienza a hablar Brooke—No quería interrumpir.

—¡No, no, no! Espera, Brooke.

—Kian... él es tu tío y debes ir con él—le habla a mi sobrino. Ya puedo decir que está intentando huir de mí.

No sé en qué momento, pero termino entre la espada y la pared, entre lo que mi sorella me pidió y la incomodidad de Brooke, por única ocasión hago caso a lo que Azul me pidió y acabo con Brooke enojada mirándome en una manta de picnic, Kian renuente a acercarse a Gloria y Gloria tratando con mucha necesidad de llamar mi atención.

—¿Por qué no vas a jugar con los demás niños?

Le pide Brooke a Kian, una breve discusión después Kian ha ido a jugar con la pelota con unos pequeños más.

—¡A comer!—le grita Gloria sosteniendo un sándwich que se ve bastante apetitoso, lastima que Brooke no considera lo mismo porque hace un gesto de desagrado.

—Miller, no me siento bien ¿Crees que podamos ir a mi departamento?

—¡Pero qué mal gusto que por tú culpa tengamos que terminar este paseo tan lindo!—exclama Gloria—¿Y si te vas sola?—sonríe maliciosamente.

—Tienes razón—sentencia Brooke con la voz firme—, nada tengo que hacer aquí—camina de lado contrario a donde estamos.

—¡Brooke espera!—trato de tomarla del brazo—, esto es por mi hermana, por favor, entiende...

—Entiendo, William. Tu tienes que soportarla por el favor que Azul te pidió, pero yo no tengo que hacerlo—no había como contradecirla en eso, tiene toda la razón.

—Por favor...—intento suplicarle.

—¡No! Ya basta, a mí no me debes de explicar nada.

—¡Claro que sí! ¡Eres mi esposa! —pero ni eso le motiva a esperarse un momento más.

Genial, ahora tengo que resolver el desastre que yo solo ocasioné, sorella, te amo lo suficiente para buscarme este problema con Brooke, pero será la última vez.

Continua llegint

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