Todo lo que quiero

Capítulo 18

Brooke

Suelo no meterme en los asuntos de las personas, pero debo de admitir que ver a William Miller colocar un par de repisas y sin camisa me tienen totalmente cautivada e incluso sorprendida, siempre lo he visto con su traje y su renuente pelea con traer corbata, este hombre tiene cierta habilidad con las manos, para mi mala suerte no soy la única disfrutando del espectáculo.

Hasta ahora se encargó de mover unos muebles, armar unos otros y creo que incluso puso yeso en unas partes para que ella no tuviera problemas.

La señorita Gloria está a mi lado haciendo como que nos sirve un par de limonadas cuando la realidad es que se está comiendo con los ojos a Miller, no la culpo, pero tampoco me gusta.

—¿Llevan mucho tiempo casados? —levanto mi ceja sabiendo que ella no me ve, si fuera una pregunta inocente no tendría problemas con ello, pero lo que quiere es saber si tiene una oportunidad, al verla noto como es que, sí, se ve más delgada y quiero gritar porque ella embarazada se ve increíble y es tan rubia que quizás el sol le tendría envidia, pero Miller me pidió que no lo dejara solo con ella así que respondo lo que claramente William quiere escuchar.

—Depende de lo que consideres mucho tiempo, tenemos años de conocernos y de ser pareja, solo atrasamos un poco la boda por todo el trabajo—eso la hace escudriñarme lentamente, está viendo que no soy una competencia para ella, ella es bonita, joven y no está cargando con dos hermosos bebés como yo.

—Sí, por tu embarazo supongo que estás a punto de dar a luz.

Auch. Eso dolió en mi ego y por primera vez no me siento preparada para responder, es ahí que me lanza una sonrisa triunfante porque conoce el daño de sus palabras. No me gusta sentirme así porque a pesar de que no me considero una belleza, sí creo que soy lo suficientemente hermosa para mí y por eso estoy orgullosa, solo que en este momento algo sucede que realmente me lastiman sus palabras como nunca pasó.

—No, tiene como mucho unos meses, pero está bien porque me tiene a su lado para cumplir con lo que necesite—Miller me sorprende dejando las cosas y caminando a mi lado para besarme, tan no estoy preparada que me sostengo de sus fuertes brazos para no caer aún estando sentada—Lo siento, cielo, sabes que no me resisto mucho a ti y ahora menos que estás embarazada.

Escucho el leve sonido de molestia de Gloria y me siento mejor, está mal, pero ella empezó todo al quererme hacer sentir mal conmigo misma, Miller incluso fue amable no solo con venir a ayudarla si no también en responderle.

—Bueno, Azul no me comentó que llevaban tanto tiempo juntos, por eso sugerí que incluso podíamos salir solos... alguna vez—esto era el colmo, se atrevió a invitarlo frente a mis narices, mi temperamento solo salió.

—No sé en qué idioma te lo tiene que decir, pero él está tan casado como un hombre puede estarlo, así que déjalo así, Gloria. ¿Hay algo más en lo que necesitas la ayuda de mi marido?

Mi respuesta los deja a los dos callados, a diferencia de ella Miller sonríe como un estúpido malditamente feliz.

—Podrías pensarlo, sin ofender, Brooke porque entre mujeres no deberíamos de pelear por un hombre, menos cuando se notó mucho que no lo amas.

—Como dijo mi esposa por si no lo entiendes en español te lo digo en italiano; Grazie per l'offerta, signorina... ma sono sposato (Gracias por la oferta, señorita... pero estoy casado.) y te agradecería que la respetaras por el lugar que tiene conmigo.

Después de eso Gloria solo rueda sus ojos y se pone a examinar las repisas que él se encargó de poner.

Evito tomar de la limonada que seguramente envenenó para hacerme salir de aquí, desde el principio noté el disgusto que tenía de verme a lado de Miller, al principio solo por no darle gusto es que me quedé, la verdad es que no podía imaginar un escenario en el que William no querría quedarse solo con esta mujer, no creo que él mismo haya cambiado tanto para no querer a una chica como ella, embarazada o no es muy bonita y no tiene las enormes ojeras que yo tengo o la hinchazón en mis senos que me hacen sentir siempre incómoda.