Capítulo 39

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Brooke

Trato de mantenerme serena, pero la verdad es que esta necesidad de salir corriendo a buscar a mi pequeño me está destrozando, no puede ser que mientras él está allá fuera, sufriendo y al cuidado de un hombre que no sabe cómo ser un padre yo tenga que permanecer en esta cama de hospital, tengo que ir allá.

—Ni lo pienses—la voz de Marcos me hace girar a la esquina, ha estado tan callado que por un momento olvidé que estaba ahí.

—No me pueden retener aquí, mi hijo está allá afuera y alguien tiene que encontrarlo.

—Alguien lo está buscando y es su padre, sé que mi hermano ha metido la pata unas cuántas veces en cuanto a ti se refiere, pero es un buen hombre. Todo lo que hace tiene razón de ser.

—¿Cómo el divorcio? —eso sí que llama su atención, deja de lado el libro que tenía entre las manos.

—¿Te pidió el divorcio?

—No me pidió nada, él lo tramitó.

—Entonces ¿Lo hizo? Vaya, eso sí que es inesperado, creí que esperaría hasta que nacieran los bebés para proponerte matrimonio de nuevo—se acomoda el cabello castaño como si yo no estuviera enloqueciendo aquí.

—¿Proponerme qué? —me congelé. Una enfermera entra en la habitación haciendo suficiente ruido para despertar a mi niña.

—¿Señora Miller?

—¿Sí?

—El doctor vendrá a verla en unos minutos.

—¿Es por mi alta?

—Posiblemente—verifica algunas cosas a las que me tienen conectada y anota en su tabla—,todo marcha bien con usted y espero que todo vaya bien con su hijo, tenga fe.

Después de eso no me dice nada, pero tengo tantas cosas en la mente que solo quiero que me dejen en paz, quiero salir de aquí e ir a buscarlo. Mi padre debe necesitar mucho dinero si fue capaz de una atrocidad como esta, no puedo mantener "la calma", ni un segundo más.

No más.

Todavía recuerdo el momento en que Miller me dijo que mi padre era el causante de mi dolor, todo cobró demasiado sentido, mi padre no necesita ayuda para hacerme miserable, solo que ahora cruzó una línea, irá a prisión por esto. Casi puedo ver la furia que tenía en el rostro Bennet, mi hermano, ¡Bennet es mi hermano!, es algo con que todavía estoy tratando de procesar, sin embargo, le agradeceré siempre el que me buscara y que ahora de igual manera esté buscando a mi bebé.

—La bebé Lía está llorando—hago caso de Marcos y arrullo suavemente a mi pequeña—, por favor no te atormentes, para salvar a Liam tienes que estar bien tú, deja que el doctor te dé de alta y veremos lo que Will ha conseguido desde ayer.

—¡Lleva veinticuatro horas lejos de su mamá! Puedo sentir que él me necesita—le respondo más desesperada, la puerta se vuelve a abrir solo que esta vez es Will, se ve tan mal que eso solo hace las cosas peor para mí, necesita mi ayuda y yo aquí, encerrada.

—Todo es mi culpa, es mi culpa, William, pero por favor encuentra a nuestro bebé—se apresura para abrazarme tratando de calmar mi desesperación, tenemos cuidado de no aplastar a Lía que ahora está plácidamente acomodada en mi pecho.

—Cielo, basta, nada ganamos con culparnos, registramos la casa de tu padre de pies a cabeza y no hay nada, hablamos con varios de sus proveedores y claro que están enojados porque le deben, pero todos aseguran que es hombre muerto y por eso no lo buscan. Hay alguien más arriba y es a quien estos hombres le tienen miedo.

Todo lo que quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora