Augsvert I: El retorno de la...

By sakurasumereiro

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Una hechicera con un turbio pasado, un hada que no puede volar y un guerrero que busca salvar su reino, verán... More

ADVERTENCIA
Capitulo I: El encuentro (I/III)
Capitulo I: El encuentro (II/III)
Capitulo I: El encuentro (III/III)
CAPITULO II: Inicio del viaje.
Capitulo III: Percances en el Dorm (I/VI)
Capitulo III: Percances en el Dorm (II/VI)
Capitulo III: Percances en el Dorm III/VI
Capítulo III: Percances en el Dorm IV/VI
Capitulo III: Percances en el Dorm V/VI
Capitulo III: Percances en el Dorm (VI/VI)
Capitulo IV: Fiskr Haugr
Capitulo IV: Fisk Haurg (II/II)
Capitulo V: La posada Ormr (I/V)
Capitulo V: La posada Ormr (II/V)
Capitulo V: La posada Ormr (III/V)
Capitulo V: La posada Ormr (IV/V)
Capitulo V: La posada Ormr (V/V)
Capitulo VI: Viejo amigo, nuevo enemigo; revelaciones (I/III)
Capitulo VI: Viejo amigo, nuevo enemigo; Revelaciones (III/III)
Capitulo VII: Culpa (I/III)
Capitulo VII: Culpa (II/III)
Capitulo VII: Culpa (III/III)
Capitulo VIII: El poder de la amistad (I/III)
Capitulo VIII: El poder de la amistad (II/III)
Capitulo VIII: El poder de la amistad (III/III)
Capitulo IX: Infamia (I/IV
Capitulo IX: Infamia (II/IV)
Capitulo IX: Infamia (III/IV)
Capitulo IX: Infamia (IV/IV)
Capitulo X: El costo del amor (Final)
Glosario y mapas

Capitulo VI: Viejo amigo, nuevo enemigo; Revelaciones (II/III)

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By sakurasumereiro

II

Aren

A esa hora de la mañana el sol iluminaba con rayos plateados, más bien fríos, el rocío en los arbustos que se desvanecía poco a poco.

El soldado que sostenía mis manos atadas caminaba delante de mí. Abriendo el grupo iba Gerald con un porte altivo, irradiando seguridad y arrogancia. Jamás en toda mi vida me habían humillado tanto, ni siquiera cuando antaño se burlaban de mi familia, haciendo alusión a la traición de mi tío abuelo Erick. Además, el lazo del cautivo aparte de dejarme sin mi poder mágico me daba una sensación de ahogo, me costaba respirar.

Llegamos al abrevadero donde varios veörmirs permanecían atados. Cada uno de los soldados montó un animal, incluso yo, detrás de mí subió el capitán. Con su trotar pausado, los veörmirs iniciaron la marcha.

—¿A dónde me lleváis? —le pregunté al capitán.

— Al Fortín, el dreki desea interrogaros. Esas mujeres que protegéis son unas asesinas. Su Alteza lleva varias lunas buscándolas.

—No sé dónde están. Cuando desperté no se encontraban en la posada.

El capitán no me contestó y el resto del viaje ignoró todos mis intentos porque me soltara, de convencerlo de que nada tenía que ver con las fugitivas que buscaban.

Cuando salimos de Fiskr Haurg nos dirigimos hacia el sur, asumí que, rumbo al Fortín, sede del ejército de Doromir. Mi situación no me importaba tanto. En lo único que podía pensar era en la seguridad de Ariana y Keysa.

Calculaba que habíamos avanzado algunas dos leguas y ahora transitábamos por un campo abierto, desnudo de árboles. Levanté el rostro al cielo despejado y casi me caigo del caballo cuando vi, sobrevolando nuestras cabezas, al Haukr de sombra.

Continuaban vigilándome y era evidente que el hacedor del hechizo oscuro no era Gerald como había supuesto. Estaba desconcertado. ¿Quién seguía mis pasos? Debía preocuparme no solo de Gerald y la cacería que mantenía sobre Ariana, sino también de un desconocido hechicero oscuro que me seguía a mí, tal vez con el fin de evitar que encontrara ayuda para mi reino.

Sumergido como estaba en mis pensamientos, tardé en notar que el alboroto de los soldados había mermado al punto de cabalgar en silencio. El sonido de los animales del bosque y las ramas de los árboles agitadas por la brisa veraniega eran los únicos murmullos que nos acompañaban.

Me giré y tuve que sofocar un grito al darme cuenta de que detrás de nosotros los soldados habían desaparecido. Mi agitación debió alertar al capitán porque él también volteó; pero a diferencia de mí lanzó una maldición.

—¡Excelencia! —gritó el capitán alertando a Gerald— ¡Tenemos un problema!

Gerald de inmediato se volteó.

—No descuides al Augsveriano, ella viene por él y la estaremos esperando.

Ambos detuvieron la marcha. Yo empecé a mirar a mí alrededor buscando la causa de la desaparición de los soldados. Gerald, adelante, encendió su poder espiritual y un resplandor verde esmeralda cubrió sus manos, desenvainó la espada y se puso en guardia.

Un remolino de energía rojo dorado atacó de entre los árboles, pero él lo repelió con su espada y azuzó al veörmir para colocarse frente a nosotros.

—¡Sal ya! —gritó Gerald en dirección al bosque—. No puedes atacar al capitán, si lo haces es probable que lastimes a tu querido amigo. Ven y enfréntame. Vencerme es la única forma de que te lo puedas llevar.

Para mi sorpresa, Ariana saltó desde lo alto de un árbol en el interior del bosque y se plantó frente a nosotros.

—¡Entrégate, querida, no puedes huir por siempre! —le exhortó Gerald.

Ella solo lo miró en silencio. Tenía en el cinto la larga espada que antes sacó de entre sus pertenencias y que en ese momento detallé mejor: permanecía envainada y solo la empuñadura de hueso, adornada en el pomo con gemas de lapislázuli, era visible. Levantó su brazo derecho y dibujó en el aire la runa del complicado hechizo de Ehol, de inmediato ella se cubrió de dorado rojizo y se lanzó hacia adelante, uno a uno empezó arrojar remolinos de energía a Gerald.

El pelirrojo, de un salto, descendió de la montura y se plantó frente a nosotros. Con su espada desvió los ataques de Ariana. También él dibujó las runas de Ehol y ambos comenzaron a luchar, con la diferencia de que Gerald desenvainó su espada y además de lanzar remolinos de energía también arremetía con estocadas a la hechicera.

Yo empezaba a desesperarme. ¿Por qué Ariana no desenvainaba? Si seguía así en cualquier momento, él la alcanzaría con su hoja.

—¿No me digas que no quieres usar tu espada? —se burló Gerald —¡Bien, mejor para mí!

Él saltó hacia adelante, dibujó un semicírculo con su espada, a lo que Ariana se arqueó hacia atrás para no ser cortada en el abdomen. Gerald empezó a reír.

—Vamos, querida, si no me atacas con tu asombrosa espada esto será muy aburrido.

Él arremetió de nuevo y esta vez sí cortó uno de sus brazos.

—¿Ves? ¡Desenvaina!

Ariana volvió a dibujar con el índice y el dedo medio, otro hechizo. Esta vez el aire se agitó, las hojas se arremolinaron frente a nosotros entorpeciendo la visión. Yo aproveché y me lancé del veörmir. Aún estaba atado por el Lazo del cautivo, eso me impedía ayudarla a pelear, pero al menos me alejaría de nuestros enemigos.

Solo pude avanzar unos pocos pies. Gerald se dio cuenta de mi intento de huida y me inmovilizó con un hechizo de restricción.

—¡Eres un imbécil! —le gritó al capitán— ¡Lo has dejado escapar!

Ariana volteó también a ver al capitán y rápidamente lanzó uno de sus remolinos hacia él. El capitán cayó del animal y quedó inconsciente en el suelo. Gerald se enfureció. La energía que me inmovilizaba se apretó alrededor de mi cuerpo hasta el punto del dolor. Intenté ahogar un quejido, pero supongo que fracasé porque Ariana me miró, ansiosa.

—¡Suéltalo! —dijo la sorcerina.

—¡Ríndete! —replicó Gerald cerrando su mano y aumentando su poder en mí.

Vi la duda en los ojos de ella. Temí que se entregara.

—¡No lo hagas, Ariana! —le grité yo, intentando que el dolor no modificara el tono de mi voz.

—¡Vamos, no tengo todo el día! ¡Sella tu espada!

Ariana avanzó hacia él, pero antes de que pudiera sellar el poder del arma, el viento se agitó y la rama de uno de los árboles se sacudió y azotó a Gerald con fuerza.

El sorcere estaba perplejo. El hechizo que me mantenía suspendido e inmovilizado se rompió y yo caí al suelo. Sorprendido, observé como esa larga y gruesa rama se envolvió alrededor de la cintura de Gerald y comenzó a azotarlo contra el piso. El hechicero gritaba, cada vez más ensangrentado, hasta que un golpe lo dejó en silencio.

—¡Basta! —gritó Ariana y la rama se detuvo.

Keysa apareció detrás de un grueso tronco. Tenía las mejillas encendidas, el cabello despeinado y las manos ligeramente levantadas.

—¡Lo has hecho muy bien! —le felicitó Ariana, como si aquello solo hubiese sido parte de una lección de magia.

—¿Lo maté? —preguntó la joven hada con voz trémula.

—No se puede matar a un draugr —contestó despectiva la sorcerina—. ¿Estás bien, lars?

Yo asentí dándome cuenta de que todo ese tiempo había respirado de manera irregular.

Ella se acercó dispuesta a desatarme cuando algo extraño sucedió. Los rayos del sol se tornaron fríos, se apagaron, solo un tenue resplandor nos iluminaba. Varias aves graznaron y alzaron el vuelo. Una sensación escalofriante me envolvió, los vellos de mi espalda se erizaron. La tierra se agitó y los tres nos tambaleamos mientras el suelo se abría. Una figura hecha de bruma surgió de su interior. Era totalmente negra. Como si una sombra pudiese solidificarse, así se fue volviendo corpórea y antes de que sus rasgos se definieran, la extraña aparición atacó a Keysa.

La joven hada salió expelida hacia atrás, envuelta en cintas de humo negro, y chocó contra un árbol. Ariana gritó, pero no pudo socorrerla porque la sombra se plantó frente a ella.

Una tras otra comenzó a lanzar bolas de humo negro contra Ariana, quien las esquivaba dibujando hechizos con sus dedos, moviéndose con rapidez. La sombra agitó el brazo en un movimiento de estocada y comprendí que en la mano blandía una espada cubierta en su totalidad o hecha de energía oscura, al igual que toda ella.

Esa sombra estaba envuelta en energía de Morkes, era un draugr conjurado desde el mismísimo Geirsgarg para enfrentarnos.

Sus movimientos rápidos, precisos y contundentes no dejaban duda de su poder. Por más que Ariana lo atacaba lanzándole hechizos, el draugr seguía avanzando, incólume.

Entonces Ariana desenvainó su espada.

El filo plateado rompió la oscuridad, las incrustaciones de lapislázuli y ópalos traslúcidos en el pomo hecho de hueso, brillaron. Ariana arremetió con un barrido horizontal que estuvo a poco de hundirse en el cuerpo de bruma. La sombra saltó hacia atrás, esquivándola. Se movió rápido y atacó por un costado. Con asombro reconocí el movimiento, era el ojo de la serpiente, una de las técnicas del tek brandr que enseñaban en Augsvert. Ariana la bloqueó moviendo su espada en un arco. Cuando las hojas aceradas chocaron, la espada de Ariana se cubrió de la bruma negra del draugr y esa misma bruma se deslizó por el brazo de la sorcerina, ascendió por su pecho y envolvió su cuerpo. Los ojos de Ariana se tornaron negros como si la magia de Morkes la engullera. Su energía espiritual, tal como aquella noche en la ribera del Dorm, se tiñó de oscuro, volviéndose de un rojo brumoso, más negro que carmesí, el dorado desapareció por completo.

Ariana pareció tomar fuerza, su espada buscaba el cuerpo del draugr para hundirse en él y cada vez que lo hacía, la energía oscura envolvía a la sorcerina. A su vez la sombra, cuando eso pasaba, se densificaba. Era como si ambas se alimentaran una de la otra, robándose la energía mutuamente. Tuve la impresión de que podrían continuar así la eternidad, ninguna lograba herir a la otra.

Entonces el draugr se giró hacia mí.

—¡Aren, huye! —gritó Ariana con una extraña voz cavernosa, al tiempo que lanzaba un remolino de energía, ya no rojo ni dorado, sino negro, igual a los que lanzaba la sombra de Morkes.

Traté de correr, pero el draugr materializó una cinta de humo negro que se envolvió en mi pie y me derribó. Sentir la energía oscura de Morkes en mi piel me ocasionó una terrible sensación. La frialdad ascendía desde mi pierna hacia mi pecho, paralizándome. Era tan intenso el frío que me quemaba, me costaba respirar. Todo a mi alrededor comenzó a girar. En medio de la agonía vi a Ariana lanzando estocadas que no lograban herir a la sombra. Su espada plateada, envuelta en humo negro, se hundía en el cuerpo inmaterial sin lograr ocasionarle daño alguno.

No supe si era lo que la energía de Morkes hacía en mí o era otra cosa, pero sentí el piso temblar de nuevo.

Esta vez de él brotaron unas manos negras, también hechas de bruma, que se envolvieron alrededor de nuestro enemigo, luego emergieron sus cuerpos. Eran fantasmas y arremetían contra el draugr, lo rodeaban y tiraban de él para devolverlo a la grieta de donde había salido. Era como sí, las fuerzas oscuras batallaran entre ellas: por un lado, el draugr y su espada y por el otro, aquella multitud de fantasmas. Antes de desmayarme giré, mis ojos vieron a Ariana, negra, cubierta en bruma, sus labios susurraban incesantes y de sus manos brotaban las cintas de energía oscura que controlaban a los fantasmas.


***Hola queridos lectores. Este es un capitulo denso con bastante información que quizás les parezca extraña, así que les dejaré algunos términos, unos nuevos y otros que ya había definido pero que considero necesario refrescar.

A estas alturas de la novela creo que ya saben mas o menos cómo funciona la magia en este mundo; si no es así, mas o menos les cuento. Habrán notado que cada vez que un sorcere utiliza su poder, se cubre de energía espiritual de algún color. Bien la energía espiritual está en cada ser viviente, dependiendo de su intensidad y del manejo que de ella hagan, se podrá o no hacer magia. Algunas criaturas tienen más energía espiritual que otras y por lo tanto su poder mágico es mayor. 

La energía espiritual es de diferente color para cada persona, por eso aquí ven que la de Gerald es de un color, la de Aren de otro y Ariana, pues la de ella varía y eso tiene una explicación que más adelante aparecerá, pero si alguno tiene una teoría me encantaría leerla.

Dreki: Es un título honorífico de los oriundos de Doromir, el equivalente a lars entre los nativos de Augsvert.

Draugr: Son almas de personas fallecidas que debido a su nivel de resentimiento y odio han evolucionado hasta convertirse en lo que podríamos llamar demonios. Habitan el Geirsgarg, pero pueden ser convocadas con magia oscura.

Geirsgarg: Es el inframundo donde van las almas de las personas que deben pagar por sus actos en vida. En ella, además, están los draugr o demonios y el palacio del dios Morkes.

Haukr de sombra: Los haukr son aves parecidas a halcones. se utilizan para enviar mensajes en distancias largas. un haukr de sombra es un ave hecha con un hechizo de magia oscura cuyo propósito es vigilar o espiar.

Morkes: Dios de los muertos. También llamado el dios nigromante.  A los hechiceros oscuros se les llama seguidores de Morkes porque usan magia proveniente de la energía de los muertos.

Tek brandr: La técnica de espada de Augsvert. Es la mejor de los cinco grandes reinos.

Y bueno, eso es todo. Si hay alguna duda o algo que no entiendan háganmelo saber en comentarios. Todo esto esta en mi cabeza y para mí es perfectamente comprensible, así que, puede ser que peque creyendo que para los demás es igual. Muchas gracias por leer.


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