Enamorarse del enemigo

De Sahirly

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Ésta historia comienza poco después de la gran batalla contra el Señor Tenebroso, la guerra ha finalizado, Vo... Mais

¿Cómo es posible?
No es posible caer más bajo
El comienzo
La elegida
La dura realidad.
Superación
El chantaje
Cuenta atrás para la boda.
Malos sueños
¿Así que tú eres mi prometida?
Clases de baile, un día divertido.
Horas previas a la boda
El palacio de las novias
La boda
Luna de miel
Un juego peligroso
Dulce tentación
Cazador cazado
Te doy mi alma
La semilla de la duda
Despecho
Amigos
Feliz navidad, Draco
Feliz cumpleaños, Hermione
Sorpresas agradables, certezas desagradables
Salir del cascarón
Celos
Mal augurio
Te esperaré siempre
Te esperaré siempre. Parte 2
James Sirius Potter
Fin de curso, marea revuelta.
Veneno de Basilisco
31 de Octubre, noche de brujas
Pandora
Hasta las últimas consecuencias
Hogar, dulce hogar
En el punto de mira
La mala noticia
Comenzando la partida
La Caja de Pandora
Todos a Azkaban
Los inocentes
El castigo de Astoria y la decisión de Hermione
Ser, estar, o parecer.
King's Cross
La despedida
Los recuerdos y el olvido.
Amor y Psyque
Nuevo comienzo
No le cuentes a nadie que Luna es tu hermana
Amarga verdad
Caminos frágiles
Aquella esquina junto a Scribbulus
Una etapa inolvidable
Dulzura y placer
Felizmente casada
El secreto
¿Y si fuera cierto?
Cara a Cara

La verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad.

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De Sahirly

Muchísimas gracias por sus comentarios, ¡los quiero! :3 espero que les agrade el nuevo capítulo.




Hermione tocó la puerta de la casa de Harry y él no tardó en abrirle, se miraron expectantes e impacientes y de inmediato Harry la invitó a pasar, aunque le sorprendió el hecho de que no llegase sola,

—no podía dejarla sola en la casa así que…, bueno…, espero que no te moleste que haya traído al bebé —Harry no supo qué contestar y observó un instante el capazo que sostenía Hermione, con la niña dormida,

—no —respondió sintiéndose incómodo— para nada, aunque…, no deja de resultar extraño ver en mi casa a Malfoy y a su hija.

—¿Qué?, ¿Draco está aquí? —preguntó sorprendida,

—Hermione, hay algo muy importante que tienes que saber —dijo cerrando la puerta— en realidad son bastantes cosas, espero que estés preparada…  —comentó preocupado,

—¿preparada para qué?, ¿qué es eso tan urgente y tan importante que tengo que saber? —Harry suspiró,

—La más absoluta e impactante verdad.

Al llegar al salón Draco se levantó nervioso y afectado y la saludó, ella le respondió el saludo extrañada y acomodó el capazo en el sofá junto a él, que para su gran molestia no podía quitarle los ojos de encima a la niña, estaba contrariado e indeciso como nunca, y no le hacía nada de gracia haber perdido el control de la situación.

—bueno…, entonces…, ¿me vais a explicar qué ocurre aquí?.

—Hermione, ¿recuerdas que una vez me pediste usar mi mirador de recuerdos? —ella asintió— pues creo que ésta va a ser una ocasión perfecta, y me parece que no lo vas a olvidar jamás.

—Lo que no entiendo es qué hacéis vosotros dos juntos y en un estado tan increíblemente pacífico, cuando se supone que os odiáis, en serio…, me estáis asustando.

—No es para menos Hermione —dijo Draco— y entiendo tu intriga, pero créenos, ésto es de todo menos un juego.

—Escucha —dijo Harry— es muy sencillo, lo único que tienes que hacer es introducir la cabeza en el mirador y todo lo demás actuará por sí solo, comenzarás a ver una secuencia de imágenes, todas corresponden a los recuerdos de Draco, Astoria, Lucius y Narcissa.

—No sé si quiero hacer esto…, no sé si debo…, ¿qué se supone que he de saber?, no quiero meterme en la mente de nadie, yo…, no creo que sea buena idea, sea lo que sea me lo podéis contar.

—Ésto no —dijo Draco.

—Hermione…, se trata de tu vida…, y de la de nuestro hijo… —las palabras de Harry la impactaron hasta el punto de hacer que se le aguaran los ojos, él se le acercó y la estrechó entre sus brazos para consolarla, observado atentamente por Draco que se estaba muriendo de celos y de ganas de lanzarle por segunda vez, alguna imperdonable— tienes que saber lo que ocurrió de verdad… y tienes que saber quién fue el verdadero causante de la muerte de James —Hermione miró a Draco y a Harry, le hablaban de una forma suave pero bastante seria, no había duda de que lo que tenía que ver era muy importante.

—Está bien… —dijo deshaciéndose del abrazo de Harry poco a poco, para el inmenso alivio de Draco, que ya parecía respirar un poco mejor.

Hermione les hizo caso, y como habían hecho ellos, introdujo su cabeza en el cristalino espejo de agua, los recuerdos se arremolinaron con fuerza como un torbellino, y poco después se despejaron y se ordenaron cronológicamente, para mostrarlo todo desde el principio, una vez más.

….

Nueve años atrás,

Autum siempre había sido una excelente dibujante, desde muy pequeña le había entusiasmado retratar en todas sus formas, y tanto sus padres como sus amigos podían apreciar que ciertamente tenía un don.

Ella había tomado algunas clases para principiantes desde que tenía más o menos siete años, y cuando fue convocada a Hogwarts, sus padres sólo le pidieron que sacara las mejores notas posibles en todas sus asignaturas y que se dedicara a sus dibujos en su tiempo libre. Para ella no fue un problema ya que era inteligente y aplicada en las materias y sabía que no debía decepcionar a sus padres, pero tenía muy claro su futuro, quería dedicarse a las bellas artes, quería ser pintora y dibujante profesional, esa era su grata pasión, su única pasión, su único sueño y por nada del mundo pensaba renunciar a él, su felicidad consistía en sostener un pincel o un carboncillo y recrear en un lienzo en blanco, todo lo que su pródiga mente imaginaba.

Ella era capaz de plasmar a la perfección todo lo que veía, era sorprendente, lo hacía como sólo un genio podía hacerlo, como sólo un artista podía lograrlo, y en realidad era así, Autum llevaba la genialidad del arte en las venas, y ella sola se había encargado de desarrollarlo en su plenitud.

Cuando su hermana nació se convirtió en su modelo habitual, tenía cientos de dibujos de ella, cuadernos y cuadernos completos, solía decirle que algún día sería una verdadera modelo famosa y sus dibujos costarían una fortuna, las dos siempre se reían de eso, pero tenían la esperanza de que se cumpliera tarde o temprano,

Niky adoraba a su hermana mayor, la admiraba, era su modelo a seguir, a sus dieciséis años era una muchacha bonita y llamativa, solía gustar a los chicos y caía muy bien en el gremio femenino, nunca le faltaban amistades y novios, y solía ser elogiada por sus maestros. Siempre evitaba meterse en problemas, y en todas las vacaciones corría a su casa para disfrutar con su familia de una vida hogareña, siempre llevaba regalos a sus padres y a su hermana y ayudaba a los vecinos a organizar actividades en el barrio, era una buena chica.

A Niky le costaba horrores despedirse de ella cada temporada, cuando tenía que regresar a Hogwarts, sin embargo en el ultimo año, estaba un poco más animada, ya tenía diez años y le faltaba poco para ser convocada, estaba ansiosa por moverse en el mundo en el que se movía su hermana, le parecía fascinante todo lo relacionado con la magia.

Los padres de las niñas, eran un matrimonio mestizo, él era mago y ella era puramente muggle, después de casarse se habían trasladado a vivir al Londres mágico y tanto Autum como Nicole, habían nacido allí. Curiosamente, en la menor de sus hijas todavía no se había detectado la más mínima energía mágica, pero su madre la consolaba diciéndole que tuviera paciencia, tarde o temprano algo increíble le pasaría, la mayoría de las veces el consuelo no le servía de mucho y la invadía la tristeza, la chiquilla quería ser como su hermana.

En el colegio siempre recibía a menudo cartas de sus padres, dulces y los primeros dibujos de su hermanita. Autum sonreía sorprendida y con orgullo, parecía que su hermana iba a ser tan buena dibujante como ella, en ese momento tuvo una idea, cuando terminase su ultimo curso, hablaría con algunos de sus amigos más influyentes, y les pediría que recomendasen a Niky para la mejor academia de bellas artes de Londres, estaba completamente segura de que su hermana tendría incluso más futuro que ella en esa escuela, tenía la corazonada de que llegaría a ser una artista muy importante.

Un lluvioso y nublado día, después de la merienda, las lechuzas comenzaron a sobrevolar las mesas de las casas con el correo, esta vez dejaron caer junto a su plato, un paquete diferente, en realidad no lo reconocía ni tampoco a la lechuza que lo había mandado, pero sin muchas dilaciones abrió el envoltorio y desdobló la nota que venía con la caja.

Realmente no se trataba de una nota, si no de un dibujo, un macabro dibujo en el que aparecía retratada Niky, amordazada y atada sobre su propia cama, y cubierta de sangre. Dentro de la caja estaba el dedo meñique de la niña.

Autum, lejos de entrar en shok, agarró la primera escoba que vio y voló a toda velocidad hasta su casa, el barrio estaba desierto y en completo silencio, mal presagio.

Su casa estaba abierta, la puerta y las ventanas estaban destrozadas, al igual que todo en el interior, subió las escaleras tan rápido como le permitieron sus piernas sin pararse a pensar en que quizá todavía tuviese compañía. Al final del pasillo la puerta del cuarto de Niky estaba tirada en el suelo como si la hubieran derribado, sin embargo ella no tenía miedo, no le importaba lo que le pudiera ocurrir, en ese momento sólo deseaba con todas sus fuerzas encontrar a su familia sana y salva, Autum sabía que no iba a ser fácil pero lo del dedo de su hermana tenía solución, se lo podrían colocar con magia y luego pensarían en una buena terapia psicológica, aunque en el fondo de su corazón rezaba agoniosa por que no le perteneciese y sólo fuera una repugnante broma.

Al entrar en el cuarto se dio cuenta de lo equivocada que estaba, la pequeña yacía en su cama con la ropa arrancada y sin vida, le habían vaciado las cuencas oculares, estaba cubierta por completo de sangre que brotaba de su cuerpo lacerado y torturado, la habían violado y la habían estrangulado con su propia ropa interior que aún seguía atada en su frágil cuello. En la rosada pared de motivos infantiles habían escrito con la sangre de la niña - Hemos vuelto, larga vida a Voldemort Autum no lo pudo soportar, se desmayó de la impresión.

Aquella fue la causa de que sus padres se divorciaran, y al final, ella terminó por distanciarse de ellos, hasta que decidió que era mejor no verlos más.

El señor Grey, que en ese momento estaba trabajando, echaba la culpa a su esposa de haber dejado a la niña sola en la casa, y Nancy, la madre, lo aceptaba. Lo aceptó y enloqueció de remordimiento.

El día en que la desgracia ocurrió, Nancy quiso salir a hacer algunas compras especiales, faltaba menos de una semana para el cumpleaños de Niky, y quería organizarle una fiesta sorpresa, la había dejado jugando con las hijas de la vecina de en frente, le dijo que no tardaría en volver, solo serían unas horas y luego la llevaría a tomar un helado como hacían casi todos los viernes, pero las niñas habían discutido y Niky prefirió regresar a su casa, le había dicho a su vecina que su mamá llegaría pronto, ella se sentía muy mayor, no paraba de repetir que ya era grande, pronto cumpliría once años.

Después del divorcio, Robert Grey abandonó la ciudad, y Nancy ingresó voluntariamente en San Mungo en el área de psiquiatría.

El día del juicio a los mortífagos que asesinaron a la niña, Lucius Malfoy, quien los había tenido a su servicio una buena parte de su vida, intercedió por ellos y habló con el ministro personalmente, le aseguró que estaban completamente arrepentidos de lo que habían hecho y que para demostrarlo deseaban reinsertarse en el nuevo sistema, cumpliendo las leyes de la Alianza de Paz, todos habían elegido esposas muggles y mestizas, y estaban dispuestos a someterse a un seguimiento de por vida, Shacklebolt se lo comentó a los jueces y entre todos tomaron la decisión de darles una oportunidad, no serían juzgados, sólo pagarían su deuda con la familia aceptando la Alianza de Paz y renegando del Señor Tenebroso para siempre.

La familia estaba rota, y ya no tenía arreglo, Autum decidió olvidarse de su único sueño e hizo todo lo posible por convertirse en aurora, cuando logró entrar de lleno en el ministerio, juró que no descansaría jamás, hasta ver pudriéndose en las mazmorras de Azkaban a los asesinos de su hermana, pero sobre todo, no descansaría hasta ver hundido en el fango hasta el ultimo de los Malfoy.

….

Draco estaba insoportablemente inquieto, a pesar de que había dicho que denunciaría a sus padres y luego se ocuparía de la niña, no pudo seguir esperando un minuto más, la necesidad de saber y la fuerza de la tensión lo estaban carcomiendo por dentro.

Se levantó rápidamente como un resorte del sofá, agarró el capazo y le dijo a Harry que se marchaba a San Mungo, pidió un taxi-volador y en poco más de media hora llegó al hospital, sabía que no había concertado cita, y que seguramente lo atenderían el ultimo o quizá le dirían que regresase al siguiente día, pero por suerte tuvieron en cuenta que iba con un bebé y sólo tuvo que esperar a que la medimaga de Hermione terminase de atender a un paciente. La doctora Banks lo hizo pasar a la consulta y lo escuchó con atención,

—Doctora… —dijo Draco, preocupado —necesito saber si ésta niña es hija mía —la doctora Alison lo miró largo rato y luego estudió a la niña, quedando bastante asombrada por los bellos rasgos de su rostro,

—¿Hermione sabe que la tienes? —preguntó con cautela.

—Sí —susurró avergonzado— y también sabe que la he reconocido como mía, pero…, cabe la posibilidad de que en realidad yo no sea el padre, necesito resolver esa duda doctora, lo necesito o…, me volveré loco.

—Te entiendo,

—¿entonces?, ¿es posible hacerle hoy una prueba de paternidad?.

—Sí, es posible, y no tardaremos mucho en obtener el resultado, pero antes necesito que rellenes éste formulario y lo firmes.

—De acuerdo —respondió Draco, cogiendo el afiche que le entregaba la medimaga, cinco minutos después, ya estaba todo legalmente cumplimentado para realizar el proceso,

—Bien, tomaré una muestra de tu saliva y luego me llevaré a la niña al ala de pediatría y regresaré con ella en quince minutos…, más o menos, ¿de acuerdo?.

—De acuerdo… —respondió nervioso, mientras la medimaga le hacía abrir la boca y pasaba sobre su lengua un bastoncillo con algodón,

—¿alguna pregunta?, ¿alguna otra duda?.

—No…, no gracias —contestó Draco, respirando hondo y frotándose la cara con las manos, para tratar de calmarse un poco.

—Muy bien, entonces ya venimos —le comentó cogiendo a la bebé en brazos, y la muestra.

En cuanto la doctora salió por la puerta, Draco se echó al suelo de rodillas y comenzó a rezar frenéticamente a todos los dioses, tenía el corazón a punto de salírsele por la garganta, en muy poco tiempo sabría la verdad, en tan sólo quince minutos su vida podría dar un giro de ciento ochenta grados.

Si Pandora era suya, acabaría con todas sus esperanzas de volver con Hermione, él sabía que ella se alejaría tarde o temprano, y no la podría retener de ninguna manera, mucho menos sabiendo que se había casado con él, chantajeada por Lucius y por Narcissa. Era lógico que quisiera recuperar su libertad y no volver a saber nada de ninguno de ellos, pero estaba claro que Draco no iba a poder olvidarla nunca, estaría obligado a dejarla marchar y no le quedaría más remedio que resignarse a vivir únicamente de los recuerdos, porque tenía muy claro que si no era con Hermione, renunciaría al amor y a formar una familia con otra mujer, seguiría pagando la manutención de su hija y se ocuparía de que nunca careciera de nada, le daría la mejor educación y la supervisaría de lejos, seguramente de muy muy lejos, pues no deseaba seguir viéndola ni a ella ni a su madre.

Si Pandora no era suya…, bueno, si Pandora no era suya, le haría la ofrenda a los dioses de donar hasta el último céntimo de su fortuna a obras benéficas, Draco sólo pensaba en la fortuna de los Black, ya que su padre lo había repudiado y desheredado, por lo tanto no vería ni un sólo galeón, ni tan si quiera una barquita chiquitita del oro de los Malfoy.

Draco estaba concentrado y sumido en sus pensamientos, en su mente podía imaginar la magnitud de su felicidad, al saber que ya nada se interpondría entre él y la mujer que amaba, imaginaba la expresión de su rostro al saber que era inocente de todo, de la muerte de James, de haberla engañado con Astoria, e incluso inocente de haber tenido una hija con ella.

Draco rezaba fervientemente a los dioses, rezaba y les prometía grandes ofrendas, lo único que no les prometía era su alma, ya que hacía mucho tiempo, que se la había entregado a Hermione, cegado de amor.

La doctora entró en la consulta con la niña y la acomodó nuevamente en el capazo, se extrañó de ver a Draco arrodillado en el suelo en actitud de clemencia, él se apresuró a sentarse otra vez en la silla tratando de recuperar la compostura y de no vomitar por los nervios, sobre la blanca y pulcra mesa.

La medimaga lo contempló unos instantes con calculada seriedad, comprendiendo su desazón y su angustia, sintiendo verdadera pena por él, era la primera vez que empatizaba con Draco, y hubiera querido darle algo de apoyo moral, pero sabía que en epse preciso momento, no le serviría de nada,

—Doctora… —susurró Draco suplicante, a la tormentosa espera de una buena o mala noticia.

—Lo siento mucho Draco…, de veras que lo lamento —Draco se hundió con esa respuesta, se encogió como si le hubieran dado un golpe en el estómago y no pudo evitar que los ojos se le aguaran, sus manos taparon su cara para evitar que la medimaga lo viera llorando— he… realizado la prueba y la he repetido dos veces más por si acaso…, pero…, el resultado ha sido el mismo, hay un…, noventa y nueve por ciento de probabilidades de que…, la niña no sea hija tuya— Draco alzó la cara y la miró con los ojos desorbitados y la boca abierta.

—¿Qué ha dicho…? —susurró casi sin habla.

—Lo siento…, no es hija tuya —y el tiempo se detuvo en ese instante, Draco atravesó de un salto la distancia entre la mesa y ellos dos y literalmente se le abalanzó encima a la doctora como un lince sobre su presa, la abrazó con fuerza y lloró casi desgarrado, durante los siguientes diez minutos no dejó de darle las gracias, por fin lograba deshacerse de esa pesada carga, por fin podría mirar a Hermione a los ojos y decirle que nada los separaba.

Draco volaba metido en el taxi-escoba con una sensación de éxtasis descomunal, junto a él estaba Pandora en su capazo, mirándolo atenta, Draco acariciaba suavemente su mejilla sonrosada, lo hacía como nunca lo había hecho, con mucha ternura, con una dulzura que no le había brindado en toda su corta vida, por primera vez le sonreía con cariño y trataba de encontrar en ella algún rasgo de Theo, Draco deducía que lo más seguro era que Pandora fuera hija de su amigo Theo, ya que había visto en el mirador de recuerdos cómo él y Astoria se acostaban, también pensaba que podría ser de otro, pero le agradaba la idea de que fuese de Theo, más que nada porque sabía que el muchacho siempre había sentido cierta predilección por la morena, y le parecía bien que lo intentara con ella y aprovechase la ventaja de tener una hija en común.

Tocó delicadamente su manita regordeta y la niña agarró su dedo índice con todas sus fuerzas.

—La verdad es que no te pareces en nada a Nott —le dijo a la pequeña haciéndole cosquillas en su redonda barriguita— eres muy parecida a tu madre…, aunque estoy seguro de que vas a ser mucho más hermosa que ella…, vas a ser una mujer impactante Pandora, toda una rompecorazones…, ¿y sabes qué?, ¡no sabes cuánto me alegro de que no seas mía!, ¡es la mejor noticia que me han dado en años!, no sabes el peso que he podido quitarme de encima. Por fin todo empieza a aclararse, sí princesita…, hay luz al final del túnel, no sé como va a tomar tu padre el saber que le perteneces, pero desde luego te va a amar y a cuidar un millón de veces mejor que yo, tienes que entenderlo cariñito…, yo nunca hubiera sido un buen padre para ti, mereces tener a alguien que te quiera y se preocupe por ti, y créeme si te digo que yo…, nunca hubiera sido la mejor opción.

En un primer momento, Draco quiso matar a Astoria por lo que le había hecho, quiso destruirla y acabar con su existencia de una vez por todas, la sangre le hervía recordando todo lo que el mirador le había mostrado, sus hechizos con amortentia para poder conquistarlo y lograr llevárselo a la cama, todos sus intentos por separarlo de Hermione, el sombrío plan que ella y su padre había maquinado juntos para manejarlo, y luego el terrible engaño de la verdadera Paternidad de la niña.

Draco siempre había confiado ciegamente en Astoria, lo había hecho toda su vida por que ella siempre había sido su mejor amiga, se suponía que nunca le haría daño, se suponía que ella siempre estaría de su parte y que nunca lo traicionaría, nunca se le ocurrió pensar que algún día, ella, que supuestamente tanto lo amaba, se volvería en su contra y le desgraciaría la vida.

Al principió solo pensó en matarla, deseaba con todas sus fuerzas tenerla en frente para ahorcarla con sus propias manos, pero a medida que se acercaban a Malfoy Manor, su cólera menguaba, ahora sonreía más apaciguado, sonreía esperando llegar a la mansión para hacer justicia él mismo.

Cuando llegó al castillo, amenazó a los guardias y a toda la servidumbre con lanzarles cruccios si no lo dejaban pasar, no tuvieron más remedio que acceder para no resultar heridos y por consideración con el bebé. Una vez dentro, lo primero que hizo fue buscar a su madre, pero se encontró antes con Astoria, que lo detuvo muy sonriente,

—¡Draco!, ¡que alegría verte! ¿no me digas que te has replanteado las cosas y regresas a la mansión?, ¡yo sabía que terminarías regresando!, has hecho muy bien, ¡éste es tu lugar!, ¡éste es tu mundo y nosotros somos tu familia!, así es como debe ser…, ¡como debió haber sido siempre!, los puros con los puros…, has tomado la decisión correcta amor mío…, yo estaré encantada de convertirme por fin en tu compañera, ya es hora de que le demos estabilidad a nuestra pequeña  —Draco la observó fijamente, con el ceño fruncido y sonrió con sarcasmo,

—Astoria…, ¿por qué no dejas de parlotear estupideces?, no sirves para nada bueno —Astoria se quedó perpleja.

—Pe-pero…

—Sé que no es mía.

—¿Cómo? —respondió completamente extrañada, puesto que no sabía de lo que le hablaba Draco.

—Que eres una embustera Astoria, eres una embustera y una traidora,

—¿¡porqué me hablas así!?, Draco…, ¿¡qué es lo que ocurre!? —Draco mandó a llamar a una doncella y le ordenó que avisara a todos para que se reunieran con él en la sala familiar, luego cogió a Astoria por el brazo y la arrastró hasta allí, ella no paró de quejarse por todo el camino e intentaba zafarse, pero Draco la tenía bien sujeta, y lejos de enfadarse, sonreía con mucho gusto y satisfacción, había llegado el momento de librarse de ella y de su maldición, de una vez por todas.

A los pocos minutos aparecieron en la sala familiar, los padres de Astoria, con Daphne y su marido, Narcissa muy sorprendida de verlo y muy preocupada, y por supuesto, su padre que lucía una inmensa sonrisa de oreja a oreja.

—Mi querido y digno hijo ha decidido honrarnos…, ¡con su magnífica presencia! —siseó, Lucius— ¡es una enorme suerte que estemos todos aquí reunidos en un día como este!, ¿no es cierto?, alegrémonos todos de tener de vuelta a Draco. Cissy…, querida…, sonríe un poco, ¿es que no estás feliz?, nuestro hijo ha recapacitado y ha vuelto a la mansión para quedarse y cumplir con su deber de sucesor, esposo, y padre, ¡loados sean los dioses! —vociferó con sarcasmos— mi hijo ha vuelto al redil…

—ajajajaja, ¿tu hijo?, jajajaj, ¿¡pero de qué hablas Lucius…!?, tú ya no tienes hijo, me repudiaste ¿recuerdas?, además, no he venido a quedarme  —Lucius lo miró enfurecido y apretó la mandíbula y su varita— he venido para desenmascararos.

—¿De qué hablas imbécil? —soltó en un gruñido el padre de Astoria,

—Se ha vuelto loco… —respondió Lucius cruzándose de brazos y meneando negativamente la cabeza— tanto tiempo en la calle, mezclándose con impuros y mestizos y sin un galeón con el qué sobrevivir…, le han hecho trizas el cerebro, pobre muchacho…, que desperdicio…, no debí haber puesto tantísimo oro y esfuerzo en su educación.

—¡Lucius! —se quejó Narcissa,

—Cissy, éste muchacho sin duda, ha salido a los tuyos…, en mi familia no hay genes defectuosos.

—Tan amable como siempre… —respondió Draco— lo bueno de ésta situación es que voy a disfrutar el doble cuando te vea doblegado y arrodillado pudriéndote en las mazmorras de Azkaban —Narcissa entendió enseguida lo que pasaba, y los demás que estaban conmocionados, comenzaron a quejarse por su comportamiento. Ágatha se le acercó apresurada y cogió a su nieta del capazo que aún sostenía Draco, por un momento temió por la niña,

—¿¡se puede saber de qué narices hablas!?, ¿¡cómo te atreves a hablarle así a tu padre!?, ¿¡que desvergüenza!?, ¡si tu abuelo levantara la cabeza! —resopló Dícon, Draco le respondió en completa tranquilidad.

—Pues verás Dícon…, hablo de que Lucius Malfoy es un delincuente y un asesino de bebés indefensos,

—¡Draco! —chilló Astoria— ¡no puedes seguir irrespetando a tu padre de esa manera!.

—Y también hablo de que tu hija es una mentirosa que se ha aliado con éste…, en fin…, con éste exmortífago para engañarnos a todos y manipular mi vida como les ha venido en gana.

—¡Cissy!, ¡por Merlín Cissy di algo!, ¿¡qué significa esto!?, ¡no voy a permitir que ensucies el buen nombre de mi hija con tus asquerosos argumentos falsos, ¡Dícon haz algo!  —repuso Ágatha,

—¡ahora verás mocoso malcriado!  —contestó Dícon, con la intención de darle un buen puñetazo, pero Draco esgrimió su varita y lo amenazó,

—¡quieto o te haré daño!, ¡lo lamento Ágatha, pero no estoy mintiendo!, ¡y mi madre no va a decir nada porque ella sabe que todo lo que estoy diciendo es la verdad!,

—¡has insultado a mi hija!, ¡has insultado a la madre de tu primogénita!, ¡no tienes valores!.

—No es mi hija Dícon, Pandora no es mi hija.

—¡¡¡MENTIROSO!!! —chilló Astoria— ¡MI HIJA ES TUYA!, ¡ES TUYA AUNQUE NO TE GUSTE!, ¡Y LO VAS A TENER QUE SOPORTAR HASTA EL DÍA DE TU MUERTE!, ¡ACÉPTALO DE UNA MALDITA VEZ DRACO, PANDORA ES TUYA!.

—No Astoria, tu hija no es mía, y lo digo con toda la certeza del mundo puesto que tengo pruebas médicas de ello.

—¿¡QUÉ!? —dijeron todos menos Astoria, Lucius y Narcissa, que ya lo sabían,

—hoy mismo fui con la niña a San Mungo a hacerme una prueba de paternidad, y como no quería equivocarme, repetimos la prueba dos veces más, ¿sabéis que dicen los resultados de las tres pruebas que me hice?, ¿queréis saberlo?, aunque no queráis os lo voy a decir —acto seguido abrió uno de los sobres que contenía el análisis final, y sacó la hoja desdoblándola de una sacudida— pues aquí dice…, que según el resultado definitivo de la prueba de paternidad de el señor Draco Lucius Black, anteriormente conocido como Draco Lucius, Malfoy Black, sobre la menor de edad, Pandora Malfoy, hay un noventa y nueve coma nueve por ciento de probabilidades de que no sea su hija, también dice que no se haya en sus genes, ningún tipo de parentesco ni vinculación con los genes Malfoy Black, en diez generaciones, que es lo máximo que han podido calcular en el hospital. Si se quiere seguir buscando, hay que contactar con los especialistas en árboles genealógicos, en fin…, creo que todo está muy claro, Pandora no es mi hija, es más, estoy seguro de que es hija de Theodore Nott.

Ágatha le pasó la niña a Daphne, alzó su varita y le lanzó un reductus a Draco, elevándolo un palmo del suelo, y haciendo que cayera varios metros atrás, luego corrió hacia él y le arrancó el análisis de las manos,

—¡dame eso mal nacido! —en el mismo sitio en el que estaba de pie, releyó varias veces la carta y luego le ordenó que le entregase las otras dos, Draco se levantó del suelo adolorido y con mucho gusto obedeció,

—¡SANTOS DIOSES MISERICORDIOSOS!, ¡QUERIDO!, ¡QUERIDO! —se lamentó Ágatha, llorando desconsolada, Dícon se apresuró a ir junto a ella,

—¿¡pero qué ocurre querida!?, ¿¡no debes hacer caso de éste charlatán, seguramente está haciendo ésto para no tener que cumplir con nuestra hija y nuestra nieta.

—¡NO DÍCON, NO! —lloró sin poder contenerse— ¡tiene el sello legal de los laboratorios de San Mungo…!, y está jurada por cuatro medimagos competentes…, no hay forma de que hubiera manipulado ésto…, lo que dice aquí es…

—¡NO!, ¡ME NIEGO A CREERLO!  —contestó Dícon frustrado.

—Querido… —Ágatha agarró la mano de su esposo y éste tuvo que sostenerla para que no cayera al suelo, y el marido de Daphne trajo una silla para que se pudiera sentar —querido…, nuestra nieta…, nuestra nieta no es hija de Draco, él no es su padre.

—Ágatha…

—No…, ¡no!, si Draco no es el padre…, no podemos seguir obligándolo a …  Dícon agarró a Astoria por ambos brazos y comenzó a zarandearla con fuerza,

—¡ME VAS A DECIR AHORA MISMO QUIEN ES EL PADRE!,

—¡NO! —chilló Astoria asustada, mientras los demás intentaban quitarle a Dícon de encima, para que no la golpeara,

—¡ME LO VAS A DECIR O TE JURO QUE…!

—Theodore Nott, señor —dijo Draco atrayendo la atención de todos— creo que el padre es Theodore Nott, pero él no sabe nada, Astoria también lo engañó a él, no sabe que la niña es suya.

—¡PAGARÁS EL HABER ABIERTO LAS PIERNAS SIN ESTAR CASADA! —gritó Dícon, dándole un impresionante guantazo a su hija— ¡ERES LA VERGÜENZA DE ÉSTA FAMILIA!, ¿¡PERO EN QUÉ TE HAS CONVERTIDO!?, ¡ERES UNA VÍVORA! —después del tercer guantazo, lograron separarlo de Astoria que sangraba por la boca y tenía la cara enrojecida e hinchada,

—¡DÍCON CÁLMATE!, ¿¡ES QUE TE HAS VUELTO LOCO!?, ¿¡VAS A MATARLA!? —dijo Ágatha,

—¡DEBERÍA!, ¡Y TE PROHIBO QUE LA DEFIENDAS!, ¡LO QUE HA HECHO HA MANCHADO NUESTRO NOMBRE PARA SIEMPRE!, ¡HA FALTADO AL HONOR DE LA FAMILIA!, ¡HA ENGAÑADO A ÉSTE MUCHACHO, QUE NO ES SANTO DE MI DEVOCIÓN…, Y A SUS PADRES!, ¡QUE VERGÜENZA!, ¡QUE TERRIBLE VERGÜENZA!, ¿¡PERO CON CUÁNTOS TE HAS REVOLCADO, NIÑA!? —Dícon volvió a agredir a su hija agarrándola por el pelo y arrastrándola al suelo— ¡CONFIESA!, ¿¡CUÁNTOS MÁS HAN SIDO!?

—¡para papá, por favor! —intervino Daphne, horrorizada,

—¡NO!, ¡QUIERO HABLAR CON EL JOVEN NOTT!.

—Lo hallará en la Universidad señor… —comentó Draco, disfrutando de la escena.

—¡Y TÚ!, ¡TÚ IRÁS DERECHITA A LA ISLA DE NARVOS!.

—¡¡¡NO!!! —chilló Astoria,

—¡POR SUPUESTO QUE IRÁS!, ¡ÉSE SERÁ TU CASTIGO!.

—¡no Dícon!, ¡acabarás con ella! —dijo Ágatha,

—¡CALLA MUJER!, ¡Y DEJA DE DEFENDERLA QUE ME ESTÁS HACIENDO PERDER LA PACIENCIA!.

—Dícon…, ¿no crees que es demasiado? —dijo Lucius con suavidad para intentar tranquilizarlo— ¿no crees que se te está yendo la mano con tu hija?, esa isla es demasiado para ella.

—Lucius…, lamento con todo mi corazón lo que mi hija os ha hecho…, estoy en deuda con vosotros…, sobre todo…, so-sobre todo con el joven Draco…

—Bueno…, estoy seguro de que podemos solucionar las cosas civilizadamente ¿no?, creo que…, no hace falta que castigues a la muchacha de esa manera.

—Te agradezco tu buen temple ante ésta…, difícil situación Lucius…, eres digno de mi admiración, pero…, te pido…, que no te entrometas en esto.

—Papá… —dijo Daphne —la isla de Narvos no…

—¡silencio Daphne!,

—¡pero papá!,

—¡tienes a tu hijo en San Mungo!, ¡ve a ocuparte de él y deja de entrometerte!, ¡tengo todo el derecho de corregir a tu hermana! —Astoria lloraba con amargura,

—¡no pienso ir a esa isla!, ¡no iré!, ¡¡¡no iré!!! —Dícon alzó su mano y volvió a golpear a su hija,

—¡CÁLLATE!, ¡POR MIS ANTEPASADOS QUE IRÁS!

—¡me escaparé! —esta vez le dio un manotazo en la boca para que se callara de una vez.

—¿¡ASÍ QUE TE ESCAPARÁS EH!?, ¡PUES ENTONCES OLVÍDA QUE TIENES FAMILIA!, ¡OLVÍDATE DE TU PADRE Y DE TU MADRE, DE TU HERMANA Y DE TU CUÑADO, OLVÍDATE DE TU SOBRINO Y DE TU HIJA!, ¡PORQUE ENTONCES YO TE REPUDIARÉ Y TE DESHEREDARÉ!, ¡¡¡TE ECHARÉ DE MI CASA COMO A UN PERRO SARNOSO Y MENDIGARÁS Y TE PUDRIRÁS EN LA CALLE!!!.

—¡¡¡NO!!!

—¡¡¡SÍ!!!, ¡Y ESCUCHAME BIEN!, ¡TÚ Y YO HEMOS TERMINADO!, ¡NO QUIERO SABER NADA MÁS DE TI!, ¡HARÉ QUE BORREN TU NOMBRE DE NUESTRO ÁRBOL FAMILIAR!.

—Dícon… —susurró Ágatha, en un llanto casi inaudible,

—¡Cállate Ágatha, no te lo volveré a repetir!, ¡soy su padre y debo castigarla!.

—Pero es demasiado Dícon…  —intervino Lucius.

—¡No Lucius, y tú eres el menos indicado para hablar de lo que es demasiado o no —respondió.

—Estoy de acuerdo…. —comentó Draco, apoyado cómodamente en la ventana mientras se miraba las uñas, Dícon soltó por fin el largo cabello de su hija y ésta calló acostada en el suelo, llorando en silencio.

—Antes de que acabe ésta semana irás a la isla de Narvos, si intentas escapar…, ya sabes lo que te espera, y ahora…, dioses del Olimpo…, ¡qué humillación!, ahora tenemos que ponernos en contacto con el joven Nott. Lucius, Narcissa, más adelante debemos reunirnos para hablar…, de la deuda que os debemos.

—Nada de eso Dícon —se apresuró a decir Lucius— todo está perdonado, créeme —Dícon abrió los ojos y la boca sorprendido,

—¡pero Lucius!, mi hija…

—Todo está bien… —le contestó agarrando sus manos— somos viejos amigos y…, yo también sé lo que es que un hijo mancille el honor de la familia, no debes preocuparte, todo está perdonado.

—No sé… qué decir.

—No digas nada…, sólo…, acepta mi mano y mi amistad otra vez.

—¡Nunca he dudado de tu honor y tu amistad!, ¡en mi corazón siempre serás como un hermano!.

—Me alegra saberlo, y precisamente por eso, te quiero pedir el favor de que…, reflexiones sobre el castigo de Astoria, no la envíes a Narvos Dícon, esa isla quebrará su espíritu.

—Justamente por eso la mandaré allí Lucius, éste infortunio de hija que tengo necesita firmeza y disciplina, necesita mano dura y que corrijan todos sus defectos con mano de hierro, una buena temporada en la isla hará de ella una mujer nueva y de provecho, como debe ser.

—Espero que no te equivoques y hagan de ella una monja…

—¡JA!, ¿quién sabe LLucius?, no sería mala idea…

Dícon se despidió de Lucius y de Narcissa y pidió perdón a Draco por lo que le había hecho Astoria, Draco aceptó las disculpas sin mucho interés y la familia Greengras al completo salió de la mansión. Draco sonrió con un placer infinito, luego miró a su padre envenenado de odio,

—me imagino que estarás contento…  dijo Lucius —si Astoria regresa de esa isla, no volverá a ser la misma,

—pues…, la verdad es que sí que estoy contento, y decididamente celebro su castigo, no sabes cómo lo estoy disfrutando…

—¡cínico!,

—¡oh!, pero tú todo ésto ya lo sabías…, no te hagas el desentendido…

—No sé a qué te refieres.

—Por supuesto que lo sabes… —siseó— tú y Astoria planificasteis que se quedara embarazada para engañarme a mí y hacer que yo me casara con ella.

—Jajajaja, que retorcido…

—Sí…, típico de una serpiente rastrera, justo lo que eres.

—¡Cuidado Draco!,

—¿o qué?,

—¡no voy a permitir que me faltes al respeto en mi propia casa!.

—Tienes razón…, en fin…, me marcho, tengo algo mucho más importante que hacer, que perder el tiempo escuchándote.

—Draco… - lo llamó Narcissa,

—¡lo siento madre!, pero me habría gustado que no lo hubieras apoyado desde el principio, o al menos…, que no le hubieras permitido llegar tan lejos, no sabes el daño que le habéis causado a Hermione —Draco no la dejó terminar de hablar y se desapareció de la mansión.

Cuando regresó a la casa de Harry, esta vez fue Hermione quien le abrió la puerta, los dos se miraron a los ojos largo rato sin decirse nada, Draco supo enseguida que ella ya lo sabía todo, Harry cortó el silencio viendo que se habían quedado mudos, diciéndoles que no se quedaran el la entrada, y que cerraran la puerta, luego se dirigió a Draco, sabiendo que Hermione, todavía no podía articular palabra,

—¿has dejado a tu hija con su madre?,

—no es mi hija Potter.

—¿Cómo que no es tu hija? —Hermione frunció el ceño extrañada.

—Cuando salí de aquí, fui directamente a San Mungo a hacerme una prueba de paternidad, y el resultado ha salido negativo, yo no soy el padre de esa niña.

—Vaya… —dijo Harry acomodándose las gafas— pues…, no sé si es algo bueno o malo… —Draco sonrió en una mueca y observó de reojo a Hermione, que se había quedado pasmada.

—Es bueno Potter, es una buena noticia.

—Si a mi me dijeran que Albus no es mío…

—¿Albus?,

—Voy a tener un hijo con Ginebra Weasley, es un varón…, se llamará Albus.

—Vaya Potter…, tú sí que no pierdes el tiempo ¿eh?, que ganas las tuyas de reproducirte ¿no? —soltó ácidamente,

—Ése no ha sido un comentario muy agradable Malfoy.

—Un varón… —susurró Hermione saliendo de su trance— Ginny espera un varón…

—Sí, pensaba decírtelo antes pero no hemos tenido mucho tiempo para conversar.

—Hoy terminaré estallando… —dijo Hermione, enrojeciendo y respirando con dificultad— ha sido…, ha sido demasiada información para tan poco tiempo —comenzó a marearse y a perder el equilibrio, Draco y Harry reaccionaron de inmediato y la ayudaron a sentarse en el sofá.

—Hermione, lo siento muchísimo, no hemos debido decírtelo todo así tan…

—Draco… —susurró ella mirándolo a los ojos— Dios mío Draco…, yo… yo…

—Tranquila Hermione —dijo Harry— será mejor que te dejemos descansar,

—¡no…!, ¡Draco siento haber dudado de ti todo este tiempo!, ¡siento haberte culpado de la muerte de mi hijo!, ¡Dios tú no tenían nada que ver!, Draco perdóname… —Draco la abrazó con fuerza, meciéndola ,

—Shhh…, tranquila preciosa…, no hay nada que perdonar, entiendo que no me creyeras, tenías motivos para desconfiar de mí,

—¡no Draco…! ¡te juzgué y no te di la oportunidad de argumentar!, no quise escucharte…, ¡y tú no tenías nada que ver! —dijo rompiendo a llorar,

—Shhh…, ya pasó princesa…, todo eso ya pasó.

—Draco…, perdóname.

—Ya te he dicho que no hace falta, soy yo el que te tiene que pedir perdón por no haber sabido protegerte como debía.

—No mataste a mi niño ni tampoco me engañaste con Astoria…, ella te dio amortentia y tú sucumbiste al poder del hechizo, sólo estabas hechizado…, no sabías lo que hacías…, Merlín…, ¡cuanta injusticia!, fue todo ordenado por…, por.

—Sí, por mi padre, puedes decirlo, no me afecta, fue todo cosa suya desde el principio hasta el final, él convenció a mi madre para que te chantajeara, ellos te obligaron a casarte conmigo, destrozaron tu vida Hermione…, tu relación con Weasley…, tus sueños…, te forzaron a vivir con alguien a quien siempre has odiado…, y tuviste que entregarte a mí, a tu enemigo, y lo peor de todo…, no te dejaron tener a tu bebé, ¡Dios!, ¡cómo se puede ser tan repugnante!, no puedo si quiera imaginar todo el dolor que has pasado a mi lado…, nunca dejaré de pedirte perdón por todo el daño que te hemos causado.

—Tú no tienes la culpa Draco - dijo ella separándose un poco de él— tú no sabías lo que estaba pasando, ni si quiera lo sospechabas.

—Te prometo que esto no se va a quedar así Hermione, mis padres tienen que pagar por lo que han hecho, voy a denunciarlos ante el ministerio, y luego… —aquello que iba a decir le costó una barbaridad, pero se obligó a pronunciar las palabras porque era lo correcto, y porque la quería, aunque fuese lejos de él— luego te daré el divorcio…, creo que hoy mismo, después de poner las denuncias pertinentes, podría pasarme por un gabinete de abogados y…, con suerte en una semana, estará todo listo para firmar los documentos. Te daré tu libertad lo antes posible.

—Ésa sí que parece una buena noticia —dijo Harry— te felicito Malfoy, aunque me cueste admitirlo, estás tomando las decisiones correctas.

Hermione estaba luchando para no entrar en shok, ciertamente, había sido demasiada información para tan poco tiempo, se había impresionado en gran manera al ver los recuerdos en el mirador,

no le había sorprendido saber que había sido Lucius y no Draco el que había acabado con la vida de James, pero sí le había sorprendido el hecho de que Draco se hubiera acostado con Astoria únicamente empujado por la amortentia, eso significaba una cosa, en realidad no la había engañado, ni tampoco le había mentido con respecto a sus sentimientos.

Hermione comenzaba a aceptar que Draco no había dejado de amarla, y estaba el hecho de que Pandora no fuera hija de Draco, todo aquello la hizo temblar, se sentía extraña, asustada y nerviosa, de repente era como si una luz cegadora la iluminara de la cabeza a los pies, de repente, toda la turbiedad desaparecía para dar paso a la verdad, y ella no sabía cómo manejarlo, estaba aturdida y sin palabras.

A su derecha tenía a su mejor amigo tranquilizándola y sujetando con cariño su mano, y a su izquierda estaba Draco, que la había abrazado y la miraba con un amor infinito, lo último que había dicho no se lo podía creer, estuvo a punto de pedirle que se lo repitiera,

¿realmente lo había dicho?, ¿realmente le había dicho que le concedería el divorcio en el menor plazo posible?, ¿él?, ¿qué le había jurado que no renunciaría a ella jamás?, y lo que era más importante, ahora que sabía que Draco era inocente de toda culpa y que no era el verdadero padre de Pandora, después de todo eso, ¿sería ella capaz de seguir con su vida y olvidarse para siempre de él?.

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