Moon

By Ix_Empress

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Cinco grandes familias dominan todo Nighthall, el patriarca de una de ellas es engañado y pierde todo lo que... More

Twilight:
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Moon XXXI

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By Ix_Empress

    "¿De qué tamaño es tu amor por mí, Ryan?"
   
    Esa pregunta resonó en mi mente cuando escuché su respuesta. Era una pregunta boba, algo que le había hecho en uno de esos días en la que nos la pasamos juntos como si estuvieramos verdaderamente de luna de miel, pero ahora lo sabía, su amor por mí iba más allá de lo que yo siquiera me imaginaba.
   
    —Me quité mi corazón para dártelo, porque fue lo que la luna exigió para que vivieras —dijo, sacándome de mis pensamientos—, pero dijo que debías cumplir con la maldición de los Moon si seguías viva, por eso tu cabello se volvió blanco y te convertiste en la princesa de la luna. Así que sí, yo soy el culpable de que aún estés viva, soy el culpable de que cargues la mal...

    No le dejé hablar más, me lancé a sus labios y le besé tirándole al suelo por la sorpresa.
   
    —No tienes la culpa de nada, Ryan, y no merezco que me ames tanto —dije en un susurro cuando separé nuestros labios y le abracé fuerte—, no merezco tu amor.
   
    —¿Qué puedo hacer si te amo? Soy tuyo desde el primer momento en que pusiste tus ojos en mí, Westley.
   
    —Pero no es justo —mi voz se quebró por las lágrimas que querían salir—, no es justo que por mi causa no tengas corazón, que por mí no hayas vivido, yo...

    Él tomó mi rostro y volvió a juntar nuestros labios en un tierno beso. —Hice lo que tenía que hacer —Acarició mis mejillas con sus pulgares—, porque si no te hubiera salvado aquel día, hoy no estarías aquí, hoy no serías mi esposa, Westley.
   
    —¿Tanto crees que valgo la pena? ¿Una chica problemas que ni siquiera tiene una visión de lo que quiere en un futuro?
   
    —Eso no me importa, me enamoré de ti, Westley, de como eres. Sé que llevas todos estos años causando esos problemas porque estás cansada, agotada de tu vida sin sentido. Sé que lo hacías porque te sentías sola, porque sentías que esa mansión en la que vivías era un montón de piedras bien apiladas. Sé que lo haces porque no te permitieron hacer lo que más te gusta, bailar libremente. ¿Acaso crees que no sé que tu padre te lo prohibió? ¿Que no te dejó entrar a Nebula como una estudiante oficial de danza?
   
    —¿Sabías todo eso? —pregunté casi en un puchero y él me besó.
   
    —Sé mucho de ti, Westley, llevo todos este tiempo siendo tu sombra, protegiéndote de todo y de todos. Llevo todos estos años siendo tu cara oscura para que tú pudieras brillar, incluso sintiéndote incompleta, porque te amo.
   
    —No sé qué hice para merecerte, Ryan, pero te amo, te amo y creo que no podré dejar de amarte nunca. —Le abracé.
   
    —Yo también te amo, pero podríamos levantarnos de aquí, está sucio —le escuché decir y reí alejándome y me senté, ya había olvidado por completo que estábamos en medio de la nada. Él hizo lo mismo y besó mis labios antes de ponernos en pie a ambos para sacarnos de allí.
   
    Aquella noche volví a entregarme a él como todas las noches que habían pasado desde que confesé mis sentimientos, pero esta vez me sentí completa, plena, sabía que las murallas habían caído entre nosostros y mi amor por Ryan no hacía más que aumentar.
   
    Ahora estaba ahí, con él durmiendo a mi lado y yo despierta trazando las marcas de su cuerpo. No podía pedirle que me protegiera, no esta vez, si algo le sucedía por mi causa no me lo perdonaría nunca, ya había hecho suficiente, era momento de que yo hiciera algo por mí misma, de que me defendiera.
   
    Me levanté de la cama silenciosamente, colocándome algo de ropa y tomando un abrigo. No habíamos vuelto a la mansión Anderson, por alguna razón Ryan nos había llevado para su casa, la misma en la que todo comenzó. Salí al pasillo y caminé hasta donde recordé que estaba el jardín de rosas rojas, tuve suerte, parece que Katherina ya había cenado y limpiado esa noche.
   
    Caminé por el lugar hasta que llegué al centro y me giré quedando de frente a la luna. Cuarto creciente, aún no estaba llena, supongo que lo estaría el día del eclipse. Me sentía como una loca por lo que haría, pero si ella le había respondido a Ryan, tal vez hiciera lo mismo conmigo.
   
    —¿Puedes escucharme? Necesito hablar contigo —dije, sintiéndome extraña—. No quiero que Ryan se arriesgue más por mí, no es justo —insistí y nada, solo había un intenso silencio. Bufé, sintiendome tonta, aquello de seguro que no funcionaría...
   
    —¿Me llamas? —escuché que preguntaban y miré hacia los lados, no había nadie. Luego llevé mi vista a la luna y de ella parecían descender unos brillos que tocaban el suelo a un metro de mí.
   
    La figura de una mujer comenzó a materializarse en el lugar, una mujer desconocida con ropas oscuras y cabello blanco, su piel resplandecía por debajo del vestido, por lo que me costaba un poco verla directamente, pero lo que más resaltaban eran sus ojos, eran rojos.
   
    —¿Quién eres?
   
    —Pensé que lo sabías, tú me llamaste —respondió y la analicé mejor.
   
    —¿Leyla? —tanteé y creo que di justo al clavo porque sonrió.
   
    —Llevo esperando mucho tiempo porque nacieras, Westley, tantas princesas sacrificadas solo para que al fin pudieras nacer y romper la maldición.
   
    —¿Qué?

    Ahora sí estaba perdida. ¿Romper la maldición? ¿Yo?
   
    —Eres especial, Westley, así como yo —dijo, tomando una de las rosas y cortándola—, las bestias cuentan una historia muy distinta a la real, los Moon no están malditos porque eran los que más masacraban personas.
   
    —¿Ah, no? Pero entonces...
   
    —Yo también me enamoré, ¿sabes? —me interumpió, sonriéndole a la rosa—, me enamoré de un hombre precioso como nunca había visto —levantó los ojos hacia mí—, así como tú.
   
    —¿De qué hablas?
   
    —El amor no siempre es bueno, Westley —comenzó a acercarse, quitando pétalo a pétalo de la rosa—, yo le amaba pero al mismo tiempo deseaba ver su sangre correr entre mis manos por lo que él era. —Sentí que se me erizó la piel ante sus palabras, comenzaba a darme miedo—. Olía así, a rosas.

    Rosas... Olía como Ryan.
   
    —¿Qué me estás queriendo decir?
   
    Ella sonrió y lo hizo de una forma tan sórdida que casi quise salir corriendo. —No pude evitarlo, terminé asesinándole en nuestra noche de nupcias —confesó y apretó lo que quedaba de la rosa en un puño haciéndola pedazos—, por eso esa bruja maldita nos maldijo y me condenó a ver por generaciones como mataban a mi familia, me condenó a sangrar con cada luna de sangre, con cada princesa muerta.
   
    —Espera... ¿Me estás diciendo que la luna se tiñe de rojo por ti? ¿Por tu sangre? —pregunté y ella sonrió relamiendo sus labios.
   
    —Algo así, pero en parte ha sido placentero, ¿sabes? Porque esa sangre... —Se comió los pétalos de las rosas.
   
    Ok, no sé qué era eso pero ella daba miedo y no me gustaba su actitud.
   
    —Estás enferma —dije espantada y rió.
   
    —Westley, no somos muy diferentes —dijo con cara de psicópata, literal estaba loca—. Tú también lo sentirás, notarás como la sangre de las bestias es atractiva, como la de él lo será más que la de todos...
   
    —Creo que no te has dado cuenta de algo, Leyla —interrumpí su monólogo—, yo no siento atracción por... la sangre de Ryan, además, le amo, jamás le haría daño.
   
    —¿Y crees que yo no le amaba? Lo amaba tanto que no pude resistirme a acabar con su maldita existencia de bestia.

     Odiaba oírla hablar como si de veras fuésemos iguales.
   
    —Si le hubieras amado, no le habrías hecho daño.
   
    —Créeme que tu amor por él no será más fuerte que tu naturaleza.

     Le miré raro. ¿Qué naturaleza? —Leyla, todas las princesas de la luna son humanas, según tengo entendido, ¿no?
   
    —Claro que no, pero los Moon tampoco somos bestias, nosotros somos quienes les cazábamos, los protectores de los humanos —
respondió con una sonrisa siniestra—. Y tú eres sumamente especial. —Me tomó por los hombros—. Tu sed de sangre es más grande que la mía y lo sabrás cuando despiertes a tu cazadora interior.
   
    Creo que ella me estaba confundiendo, en mi vida había pensado en sangre o en carne que no fuera la de la comida. ¿Y mi cazadora interior? ¿Desde cuándo yo tenía algo como eso?
   
    —¿A qué te refieres?
   
    —A que no necesitas huir —dijo, acariciando mi cabello—, eres fuerte, solo tienes que liberar lo que hay aquí —Señaló mi pecho— y serás invencible, romperás la maldición.
   
    —¿Si libero eso que dices, le haré daño a Ryan?
   
    —Puede —asintió despreocupadamente, yendo hacia otro lado.
   
    —¿Y sabías esto cuando me ayudaste hace algunos años? —le pregunté y ella se giró extrañada.
   
    —¿Ayudarte? ¿Cuándo?
   
    —Cuando... —Le miré alzando una ceja. ¿Acaso sería posible? ¿Y si ella no fue quien nos ayudó?—. ¿Esta es la primera vez que nos vemos, verdad?
   
    —Así es, no creí que me llamarías, pero veo que eres inteligente.
   
    Inteligente no, me había confundido por completo. ¿Quién rayos era esta Leyla y quién había sido la que le dijo a Ryan que me diera su corazón?
   
    —¿Qué tengo que hacer para liberar mi cazadora interior? —le pregunté y ella sonrió, una sonrisa macabra que me erizó la piel.
   
    —Lo sabrás cuando sientas la sed quemarte por dentro, cuando ya no puedas guardarla más —respondió, sonriendo y ascendiendo en el aire.
   
    —Leyla, espera, no sé cómo hacer eso. —Traté de detenerla pero ella ya estaba desapareciendo en el aire.
   
    —Sé que lo lograrás, Westley, somos iguales, no lo olvides...
   
    Se desvaneció. ¿Quién rayos era ella? Estaba loca, había algo que no cuadraba y lo peor era que no tenía idea de quién había hablado con Ryan, obviamente Leyla no fue, pero si no era ella. ¿Quién y con qué propósito lo habría hecho?
   
    Miré a la luna, las cosas se estaban complicando demasiado y me parecía que, en esta luna de sangre, el único problema no sería el que quisieran cenarme.

   
    🌕 🌕 🌕

   
    Amaneció nuevamente, desperté por las caricias de Ryan sobe mi rostro y le vi allí a mi lado, con la bandeja del desayuno. Sonreí sentándome sobre la cama y le di un beso en los labios.
   
    —Buen día, amor.
   
    —Buen día, mi luna —respondió, acariciando mi cabello y me besó de vuelta.
   
    —Veo que te levantaste temprano —comenté, mirando el desayuno.
   
    —Ni tanto, Katherina lo preparó y acaba de traerlo —dijo, riendo y dándome de comer como si no pudiera hacerlo yo, eso era muy divertido.
   
    —Ryan, no soy una bebé —me quejé, riendo con la boca llena.
   
    —Solo soy romántico, Westley —contestó divertido y también tomó algo de la bandeja.
   
    —¿Por qué vinimos para acá?
   
    —No sé, pensé en cambiar de ambiente para relajar. ¿No quieres estar aquí?
   
    —Mientras estés conmigo, amor, no me importa donde estemos —dije abrazándole y besando su mejilla.
   
    —Me vas a enloquecer, Westley, me dan ganas de desayunar otras cosas cuando dices eso —comentó pícaro, robándome un beso y yo reí separándome.
   
    —Insasiable como siempre —mascullé tomando algo más de desayuno.
   
    —¿Te molesta si te dejo sola un rato de la mañana? Tengo que resolver algunos asuntos.
   
    —Está bien, amor, no hay problema —asentí con la boca llena, sin mirarle y él volteó mi rostro para que le viera, yo terminé de masticar y le sonreí—. Te esperaré con ansias, ¿está bien?
   
    —Lamento dejarte sola acá.
   
    —Estaré bien, daré una vuelta por ahí y veré a mis amigas pixies con quienes no pude socializar mucho la última vez.
   
    —Bien, cualquier cosa hablas con Katherina, ¿sí?
   
    Asentí y acabamos el desayuno, luego tomamos un baño y Ryan se marchó. Pasamos la noche en la que anteriormente era mi habitación, Ryan me dijo que esa siempre fue la suya, lo que la había mandado a arreglar para mí antes de que llegáramos ya que era la más cómoda. Todavía había mucha ropa allí mía, así que me vestí y salí a dar una vuelta. Estaba pasando cerca del jardín de rosas y vi a Katherina cortando algunas con ayuda de unas Pixies.
   
    —Buenos días, Katherina —le saludé con una sonrisa y las pixies volaron hacia mí comenzando a meterse entre mi cabello, haciéndome reír.
   
    —Buen día, mi señora. ¿Necesita algo?
   
    —Para nada, solo estaba aburrida —dije, haciendo un ademán con la mano y me agaché junto a ella—. Me puedes decir Westley, Katherina, no hay que tratarnos con tanta formalidad.
   
    —Es cuestión de respeto, señora, es la esposa de mi señor —respondió con seriedad, cortando algunas hojas secas de las plantas de rosas.
   
    —¿Hace mucho que le conoce? —pregunté y ella me miró con sus grandes ojos.
   
    —Desde que era una criatura, pero le sirvo desde que decidió no mostrarse al mundo.
   
    —¿Antes lo hacía? —Eso me sorprendió, nunca le vi.
   
    —Mi Señor era un buen niño, dulce e inteligente como ninguno, pero luego de esa terrible noche nunca más quiso que le vieran, siempre se consideró un monstruo.
   
    Las palabras de Katherina eran tristes, aquella terrible noche fue cuando él me dio su corazón y por eso había vivido todo ese tiempo sin que le viesen. Al final yo soy la entera culpable de todo lo que ha vivido y aún así él dice amarme con locura.
   
    —Yo la recuerdo, ¿sabe? —dijo ella, sacándome de mis pensamientos—. Su familia pasaba mucho tiempo en su casa de campo cerca de aquí, mi señor se escapaba todas las noches para verla a usted.
   
    —¿En serio?

    Ella asintió y siguió con su trabajo. —Estaba muy enamorado, me hizo ayudarle a plantar todas estas rosas porque decía que quería poder regalárselas algún día.

    Mordí mi labio interiormente con tristeza mientras observaba el gran jardín. ¿En serio había sembrado todo ese rosal para mí?

    —Cuando supe que se había casado con una señorita me sorprendió, pero luego de verla —continuó y llevó sus ojos a mí—, entendí el porqué de ello.
   
    —Usted sabe que soy la princesa, ¿no?
   
    —No hay bestia en todo Nighthall que no lo sepa, señora.
   
    —Cierto —asentí con tristeza acariciando una rosa—. ¿Qué le gustaba a Ryan? Digo, cuando era pequeño.
   
    —Uhmmm —Katherina se detuvo por un momento—, el señor era un chico muy reservado desde pequeño, pero había algo que amaba mucho. —Miró el cielo y casi pude vislumbrar el fantasma de una sonrisa en su rostro—. Acá en la montaña, en las tardes, hace mucho viento, a él le encantaba volar cometas sobre el tejado.
   
    —¿En serio? —pregunté con una sonrisa emocionada por saber algo que le gustara— ¿Aún le gustará?
   
    —Han pasado años, después de esa noche no volvió a hacerlo.
   
    Miré hacia el tejado y sentí el cosquilleos de una pixie sentada sobre mi hombro. —Tal vez deberíamos hacer un cambio en su rutina. —Me levanté decidida y las pixies volvieron a volar a mi alrededor—. ¿Me ayudarías a hacer una cometa? No tengo ni idea de cómo se hace una —le pregunté a Katherina con una sonrisa nerviosa en el rostro y ella asintió.
   
    —Lo que ordene, señora.
   
    Otra vez con lo de señora, ella sí que parecía de otra época, pero estaba emocionada, le daría una sorpresa a Ryan...




🌕 🌕 🌕

Holaaaaaaa

Y luego de esta tormentosa información, tendremos un capítulo cargado de romance 😌, pero eso será el sábado.

Tengo pretenciones de haceros derretir más de amor
[Sí, más, porque en los comentarios nada más es "Amo a Ryan" *corazón, corazón* Y bueno, ¿Quién no lo haría?]

😁😁😁😁

Y aquí estamos, revelando parte del misterio que cada vez se hace más grande
😌😌😌

Y dirán:
¡¿Pero, Ismex, cómo que la luna no fue quien les ayudó!?

¿Y quién fue si no?

😌😌😌

¿Será que me gusta probocarles ansiedad?😂

¿Quién habrá sido?

¿Por qué lo habrá hecho?

¿Tendrá que ver con que Westley es la elegida para romper la supuesta maldición?

¿Será de veras la elegida?

Esa Leyla no da buena espina.

¿Y de dónde salió esa entonces?

😂😂😂

¿Y cómo que los Moon no son bestias?

¡¡¡¡Pero si los hermanos de Westley se transforman!!!!

😌😌😌😌

¿Quién habrá osado tocar a la pasada princesa y por qué?

¿Quién estará detrás de todo esto?

¿Será que la escritora dejará de jugar con nuestros nervios?

😂😂😂😂😂

Creo que terminarán sin uñas de tanta ansiedad, mis amores.

No por nada me llaman Infame por ahí
😌😌😌

Soy mala
😂😂😂😂

En fin, gracias por leer, espero que ahora con estas nuevas informaciones, dejen por ahí nuevas teorías conspirativas, saben que soy fan de ver cómo tratan de resolver este misterio.

Se les quiere y no se olviden de darle amor a esta historia.

😘😘😘😘😘😘

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