Moon XXXIV

1K 210 19
                                    

    Los días se empeñaron en pasar cada vez más rápido, sentía una horrible sensación en mi estómago de solo pensar que la Luna de Sangre estaba a solo veinticuatro horas de distancia. Llevaba noches sin poder dormir, Ryan lo había notado, desde aquel día que me había dicho que uno de los perros de su padre era quien me había matado, no pude dormir adecuadamente, tenía pesadillas horribles. Todas las noches me despertaba varias veces gritando y temblando de terror, él me consolaba, y podía notar lo mal que le sentaba verme así, pero por más que quisiera no podía controlarlo.
   
    Hacía un par de días de que habíamos vuelto a la mansión Anderson, ninguno de ellos quería que estuviera lejos de sus garras. James no se me había acercado, y tal parecía que no recordaba nada de lo que le había hecho, creía que había sido Ryan, según una discusión que escuché entre ellos dos y Clarence.
   
    Mis hermanos no se habían comunicado y eso era algo que me hacía sentir horriblemente mal, pensé que mi seguridad y su amor por mí estaría por encima de todo, pero supongo que no me creyeron cuando les dije que Ryan me amaba como yo a él y que no era el asesino de mi madre.
   
    Suspiré pesadamente, estaba en el balcón de la habitación de Ryan y ya estaba cayendo la tarde. Hacía como dos días que la luna ya estaba completamente llena, me asustaba y causaba curiosidad ¿Quién habría ayudado a Ryan a salvarme? ¿Por qué lo hizo? ¿Qué cambiaba eso ahora?
   
    No tenía respuestas a esas preguntas en mi cabeza, ni en mi realidad. Varias veces había tratado de tomar la misma transformación que cuando James me atacó, pero era inútil.
   
    —West —escuché como me llamaba Ryan desde el interior de la habitación y me volteé para verle a solo unos pasos de la puerta con los brazos cruzados—, ¿no vas a darme un beso de bienvenida? —su pregunta me hizo sonreír y fui de inmediato hasta él, tomé su rostro entre mis manos y le estampé un sonoro beso en los labios haciéndole reír.
   
    —Bienvenido, amor —dije y él rodeó mi cintura, acercándome para besarme con ganas. Luego me abrazó fuerte, dejando que me envolviera en su olor.
   
    —No te imaginas lo pesado que ha sido el día de hoy —comentó, suspirando cansado—, a solo un día de la Luna de Sangre y uno debe actuar como que la vida es bella. Las acciones han estado decayendo un poco. —Se separó para verme a los ojos—. Cada vez que tenía una reunión, me preguntaba qué hacía ahí y por qué no estaba con mi esposa.
   
    Sonreí al escucharlo, era tan tierno y se esforzaba tanto, a pesar de haber estado trabajando como loco todos esos días, siempre tenía tiempo para mí. Cada día me daba cuenta de lo maravilloso que es y de lo mucho que amaba al hombre con quien me había casado.
   
    Tomé su mano izquierda y la besé sobre el anillo de bodas para luego acariciarla con mi mejilla. —Me alegra que estés bien. —Sé que notó lo apagado de mi voz, no era necesario que lo dijera lo mal que me sentía o lo aterrada que estaba de que algo pudiera pasarle por mi causa.
   
    —Te tengo una buena noticia, West —dijo, haciendo como que lo había ignorado y acarició mi rostro con una ligera sonrisa—. Tu hermano me llamó, Connor, creo.
   
    —¿De veras? —pregunté impresionada y él asintió sonriéndome.
   
    —Dicen que harán todo para protegerte, así sea aliarse a su mayor enemigo, aún no creen que yo no asesiné a tu madre, pero dice que confiarán en tu sentido común. Además... Quieren vernos hoy, podemos ir ahora mismo, si quieres.
   
    Sonreí inevitablemente y le abracé eufórica, no podía creerlo, con mis hermanos las cosas serían más seguras, ya no sería Ryan peleando solo contra el mundo.
   
    Me separé de él e iba a responderle que nos llevase inmediatamente, pero tocaron a la puerta. Ryan miró hacia el lugar extrañado completamente y caminó para abrir mientras yo me escondía en el clóset (Aún no tenían idea de que yo me la pasaba ahí casi todo el tiempo y queríamos mantenerlo así)
   
    —Ryan, necesito que vengas conmigo —escuché la voz de Clarence en la puerta y me asomé por una rendija—, James dijo algo con respecto a lo del otro día y quiero que me digas si es cierto.
   
    Vi a Ryan tensarse y apretar los puños. —¿Qué puede haber dicho ese idiota ahora? Creo que no hay que darle más vueltas al asunto, él intentó comerse a Westley.
   
    —Se trata del porqué de que no se la llegase a comer, dice que recuerda todo y que no fuiste tú quien le causó la daños.
   
    Maldije por lo bajo al idiota de James, aspiraba a que su cabeza hueca no recordara nada, pero esperé demasiado al parecer.
   

Moon Where stories live. Discover now