Moonlight V

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Llegué justo en frente de la puerta del auto, no podía ver nada hacia adentro y estaba bastante nerviosa. Toqué un poco el cristal y en segundos ya me habían abierto. Mis ojos chocaron con las figuras del Señor y la Señora Anderson. De veras que James se parecía a su madre, aquel cabello rojo literalmente era de ella y había que admitir que la belleza también, porque la mujer parecía modelo de revista ¿Cuántas cirugías tendría esa hermosa carita?

-Yo...

-Puedes entrar, Westley Moon -me invitó el Sr. Anderson y asentí entrando.

Dentro todo era muy lujoso, había una especie de minibar con bebidas de todo tipo servidas y bocadillos. La tenue luz amarilla que iluminaba todo me mareaba, eso sin contar con que odio los espacios reducidos, más si se trata de un auto.

-Por favor, no cierre la puerta -pedí algo retraída cuando vi que iban a cerrar.

-No te va a pasar nada.

-No es eso, tengo claustrofobia, no... No me siento bien dentro de un auto.

-Lo siento, no sabía que tenías esos traumas, la dejaré abierta entonces. -Él colocó la puerta como estaba antes y respiré un poco más aliviada.

-Sr. Anderson, perdón si soy algo brusca, pero quisiera que habláramos sobre la deuda sin rodeos.

-Y no pensaba dar rodeos, Westley, tengo bien claro lo que quiero de ti.

-Espero que también tenga claro lo que yo quiero, Sr. Anderson -dije algo molesta por su comentario.

-Por supuesto, yo sería incapaz de pedirte algo sin cumplir con mi parte.

-Bien, dígame lo que quiere a cambio de que perdone la deuda de mi familia.

-Clarence, piensa bien esto...

-No tengo nada que pensar, sé perfectamente lo que voy a pedir -interrumpió a su esposa y luego me miró con una sonrisa-. Querida, quiero que formes parte de mi familia, que te vuelvas una Anderson.

-¿Una Anderson? -cuestioné sin entender y él asintió- ¿A qué se refiere exactamente?

-A que quiero que te cases con mi hijo.

Mis ojos se abrieron de par en par ¿Casarme con su hijo?

-Esa es mi condición, quiero que te cases con mi hijo.

-¿Está bromeando, verdad? No puede estar hablando en serio -dije incrédula aún pero él siguió serio- ¿Es de verdad?

-¿Niña, crees que vendríamos hasta aquí para bromear? -me dijo la Sra. Anderson en un tono no muy amable, pero yo aún estaba en shock, así que no respondí a la altura.

-Quiero que seas mi nuera, Westley Moon.

-Esto tiene que ser una broma. -Reí con incredulidad mirando hacia otra parte ¿Casarme yo? ¿Y con un Anderson? No podía ser, si éramos enemigos de toda la vida. Volví mi vista hacia los señores Anderson-. ¿Acaso se olvidó de que mi familia no quiere saber de la suya?

-Créeme, querida, que nosotros tampoco les tenemos aprecio -respondió la Sra. Anderson y sonreí indignada.

-Entonces no veo cuál es el motivo de que me pidan eso.

-Nuestras rivalidades quedarán pospuestas con este matrimonio, Westley -dijo él.

-No entiendo a qué viene esto. ¿James les pidió que pusieran esa condición?

-¿James? James ni siquiera ha hablado conmigo.

Ahora sí no entendía nada.

-¿No acaba de pedirme que me case con su hijo?

-Sí, pero no hablo de James.

-A ver, hasta donde sé, su hijo mayor es James... -Me detuve al recordar que había otro hijo y que era, por así decirlo, el que dirigía todos los negocios de los Anderson-. ¿Usted... Usted quiere que me case con Ryan? -pregunté algo asustada de la respuesta.

-Excatamente, de él es de quien hablo.

-¿Está loco? O sea, ni siquiera le he visto.

-Esto es un matrimonio arreglado, Westley Moon, no necesitas conocerle.

-Señor, ya estamos en el siglo XXI, ¿sabe? Eso de los matrimonios arreglados está fuera de época.

-Recuerda que tú eres la interesada en hacer un trato -me dijo la Sra. Anderson y mordí mi labio inferior internamente, aquello era más que cierto.

-¿Me está pidiendo que intercambie mi libertad para que perdonen la deuda de mi familia?

-No te vamos a hacer prisionera ni nada parecido, Westley, solo te vas a casar. Además, saldrás ganando con todo esto, si te vuelves una Anderson jamás tendrás que volver a preocuparte por el dinero en toda tu vida.

-¿Cree que me importa el dinero? -pregunté ofendida- ¡No me importa para nada, si hago esto es para que mis hermanos y yo no nos quedemos en la calle!

-De eso estamos seguros, Westley -dijo Clarence Anderson-, pero esa es nuestra oferta, la tomas o la dejas.

-Pues no, no acepto esto -dije y comencé a salir del auto.

-Si no aceptas se quedarán todos en la calle -me advirtió él y me detuve-. Yo incluso podría mover algunos hilos para que tu padre no cumpla condena en prisión.

Le miré sin creer lo que había dicho. -Usted no puede...

-Yo lo puedo todo, Westley, solo acepta y te prometo que tu padre saldrá libre y tú y tus hermanos jamás se preocuparán por nada más en su vida.

Estaba en shock, mis oídos no podían creer lo que ese hombre acababa de decir ¿De veras haría todo eso solo si me casaba con su hijo? Aunque la pregunta del millón era ¿Por qué?

-Usted sabe que soy una chica problemas, ¿no?

Él rió bastante divertido. -Lo sé, Westley, créeme que lo sé.

-¿Entonces, por qué...?

-¿Por qué lo hago? -me interrumpió sonriendo-. Solo quiero que mi hijo sea feliz, Westley Moon, nada más.

-¿Feliz? ¿Acaso él puso esa condición? -pregunté arqueando una ceja.

-Para nada, él se negó rotundamente.

Moon Where stories live. Discover now