Quiero Negociar |DS#2|

By alice_vampira_100

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Dos personas tan diferentes como semejantes, polos opuestos unidos en una sola dirección: Odiarse. ¿Qué pued... More

Prólogo
Capitulo uno | Cassandra
Capitulo dos | Alessio
Capitulo tres | Reunión
Capitulo cuatro | Fiesta
Capitulo cinco | Encuentro
Capitulo seis | Empieza
Capitulo siete | Imagen
Capitulo Ocho | Sensible
Capitulo nueve | Precio
Capitulo once | Esperanza
Capitulo doce | Respetar
Capitulo trece | Desafiar
Capitulo catorce | Acompañante
Capitulo quince | Regalos
Capitulo dieciséis | Gastos
Capitulo diecisiete | Ilusión
Capitulo dieciocho | Tradiciones
Capitulo diecinueve | Sorpresa
Capitulo veinte | Miedo
Capitulo veintiuno | Compras
Capitulo veintidós | Italia
Capitulo veintitres | Idara
Capitulo veinticuatro | Visita
Capitulo veinticinco | Escapar
Capitulo veintiséis | Lagrimas
Capitulo veintisiete | Pasado
Capitulo veintiocho | Precio
Capitulo veintinueve | Peculiares
Capitulo treinta | Lugar
Capitulo treinta y uno | Nombre
Capitulo treinta y dos | Confundir
Capitulo treinta y tres | Buscar
Capitulo treinta y cuatro | Razón
Capitulo treinta y cinco| Idara
Capitulo treinta y seis | Cobarde
Capitulo treinta y siete | Pautas
Capitulo treinta y ocho | Mia
Capitulo treinta y nueve | Dias
Capitulo cuarenta | Mayo
Capitulo cuarenta y uno | Noticias
Capitulo cuarenta y dos | Dudas
Capitulo cuarenta y tres | Cena
Capitulo cuarenta y cuatro | Noche
Capitulo cuarenta y cinco | Hermano
Capitulo cuarenta y seis | Suerte
Capitulo cuarenta y siete | Visita
Capitulo cuarenta y ocho | Hermano
Capitulo cuarenta y nueve | Unión
Capitulo cincuenta | La familia
Capitulo cincuenta y uno | Suplicar
Capítulo cincuenta y dos | Sanar
Capítulo cincuenta y tres | Feliz
Capítulo cincuenta y cuatro | Ella
Capítulo cincuenta y cinco | Epílogo
Especial 🪽
Agradecimientos

Capitulo diez | Información

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By alice_vampira_100


Capitulo diez.


Alessio


16 de diciembre, 2016.


—Es un muy bonito lugar, ¿No crees?


Asiento vagamente a las palabras de Coral mientras veo por encima el menú, sé que pediré, miro a mi acompañante leer concentrada y solo en ese momento me doy el lujo de mirar más allá de nosotros.


Nunca había sido tan humillado como con Cassandra. Los arreglos, diamantes y presentes solo habían avivado su altivez, el que ni siquiera me diera una mirada me lo confirmaba, había perdido cualquier interés en ella.


—Es muy hermosa, ¿No crees? —volteo a ver a Coral con sus ojos fijos en mi anterior objetivo.


—Cualquier mujer que tenga los medios y un buen cirujano, se verá hermosa—respondo sinceramente.


—Cierto—acepta—. Pero nunca lograre que todos volteen a verme como ella. Por más arreglos que me haga, no todo lo que ves ahí es falso.


Guardo silencio a sus palabras mientras mis ojos la registran. La verdad era que Coral no era muy diferente a Cassandra, ambas solo eran oportunistas para el primero que les pagara bien. Había tenido demasiado con las mujeres como ellas y aun así seguía rodeándome de ellas, queriendo recordarme una y otra vez la realidad. Era definitivamente un masoquista.


Muchas personas me considerarían un maldito asno si conociera cada trasfondo de mis pensamientos, pero eran verdaderos, la sociedad era la única equivocada, no porque una sea mujer necesariamente tendría que tener todo el maldito respeto. Había mujeres que no habían sido criadas para eso, así como estaban quienes eran sinceras y realistas, estaban aquellas que solo querían enredarte y sacarte todo.


—Me asombro mucho recibir esta invitación de tu parte—comenta Coral cuando ya nos han dejado los platillos—. Mas considerando que todo lo que teníamos que hablar anteriormente era sobre la fiesta de Valentino.


Dejo pasar un silencio mientras considero un poco mis palabras, de lo contrario estaba muy seguro que mi cuñada me patearía el trasero por no tratar "bien" a su amiga.


—Hace medianamente poco recibí una visita de tu padre—no la miro, pero de igual forma logro distinguir como se tensa—. Danae me comento que el suele meterse mucho en tu vida, así que solo tome su visita como un simple error.


—Seguramente fue un error—acepta sin mirarme, la veo empezar a erguir alimento.


—Desde que Danae se ha casado con mi hermano, sé que se ha rumoreado cosas con respecto a tu cercanía a mi familia. Cuando salimos padrinos, el foco se volteo a nosotros y la única razón por la que guarde silencio de esto, es porque en su momento dimos razones para que crean eso—le recuerdo—. Pero eso fue todo lo que paso y pasara entre nosotros, Coral.


—No entiendo porque me lo dices—murmura aun sin levantar su vista de la comida.


—Porque recibir a tu padre diciéndome que espera una pronta relación entre nosotros y que su hija al fin se había fijado en alguien correcto, no es algo que me tomo a la ligera.


—Solo fue un error, la prensa habla mucho y...


—La única unión que tendré y mantendré contigo, solo es la de nuestro ahijado. Nada más.


—Lo sé—asiente y por una vez de toda, puedo encontrarme con sus ojos—. Lo sé perfectamente. No sé porque lo tienes que aclarar.


—Sabes perfectamente por qué.


Los siguientes momentos pasan en silencio, ambos comemos en silencio y sin intercambiar palabras. Posiblemente había sido rudo con mis modos, la mirada triste que tenía mi acompañante lo demostraba.


Era un hombre con mis ideas y costumbres. Pero no era tonto, podía reconocer muchas cosas a lo lejos. Y Coral solo era un peligro eminente cerca mío.


Una mujer "enamorada" siempre lo era. Aunque desde hace tiempo consideraba que el amar solo era un mero capricho de alguien con alguien. No tenía las ganas de seguir alimentando las esperanzas de Coral. Ella debía conocer su lugar en mi vida y terminar de tener esos sentimientos hacia mí. Sabía que sus intenciones a mi persona habían tomado un rumbo peligroso. Y no deseaba darles falsas esperanzas.


Solo cuando estamos por terminar el postre en el tedioso silencio, un pequeño revuelo se forma en unas mesas lejanas. Enseguida entre las personas puedo ver que aquel idiota sostiene el cuerpo inerte de Cassandra, veo como varios empleados se acercan a socorrerlos, pronto escucho como llaman a urgencias.


—Ve—volteo a ver a mi compañera—. Se nota que te interesa—me sonríe falsamente—. Corre tras quien te interesa, a ver cómo te va.


Noto enseguida que sus palabras tienen un doble sentido y enseguida comprendo el consejo de Danae de alejarme rápido, ya había empezado su tiempo de odio contra mí. Por costumbre, no puedo evitar formar una gran sonrisa, cargada de cinismo.


—Yo nunca correría tras una mujer.


Termino de hablar mientras dejo más que el dinero suficiente para pagar la cuenta y me retiro del lugar. Solo cuando mi chofer cierra la puerta del coche, lo sé, quiero saber que paso con ella, quiero saber cómo esta ella. Y ese solo pensamiento me hace querer golpearme.


* * *


17 de diciembre, 2016.


—Se acercan las fiestas y debo ponerme en elegir los regalos—comenta despreocupadamente mi cuñada.


La escucho en silencio mientras vigilo minuciosamente como Valentino muerde un poco el plátano que estoy sosteniendo cerca de él. Aunque hace una mueca de desagrado mientras mastica, vuelve a pedir más cuando termina.


—Alessandro esta empecinado en comprar la pequeña motocicleta a batería como regalo...


—También la vi—le digo.


—No te atrevas a venirme con una pequeña motocicleta—me advierte entrecerrando sus ojos.


Sonrió sin responderle a lo que suelta un bufido, tomo algo de café de la tasa humeante mi lado mientras continúo dándole lo que es el desayuno a mi sobrino. Me había ganado el odio de mi cuñada desde que mi sobrino había amado la experiencia de tener un mini auto a su disposición.


Observo junto al pequeño como Danae limpia lo que uso para hacer todo. Era sábado, demasiado temprano para estar despiertos, pero Valentino tenía una extraña manía de levantarse malditamente temprano. Últimamente estaba más en Londres que cualquier cosa, en el pasado hubiera estado en un buen hotel completamente solo. Pero mi cuñada me había recalcado más veces de las necesarias, que su gigante casa estaba a disposición mía, además de que de esta forma tenia más contacto con mi pequeño ahijado.


Lo cierto es que si hace tiempo alguien me hubiera dicho que llegaría a tener tal confianza con mi cuñada, como para estar en su casa un sábado a la mañana, en pijama, dándole de comer a mi sobrino mientras tomo un café y la veo limpiar en silencio, lo hubiera tratado de malditamente loco.


Había veces que me impresionada el nivel de confianza que había llegado a tener con Danae, más aún considerando que en un principio la odiaba. Pero ahora me caía más que medianamente bien, casi más que mi propio hermano.


Dejo de prestarle atención y desbloqueo mi móvil, la ausencia de cualquier notificación me hace tener más ansiedad.


—¿Es importante? —miro a Danae darme la espada mientras seca lo que previamente lavo—. Has mirado tu móvil un millón de veces.


Estoy tentado a negar sus palabras, pero sé que son ciertas.


—Espero cierta información—mis palabras no dicen absolutamente nada, pero ella solo asiente como si hubiera dicho todo, eso era algo que me gustaba de ella, no pedía más.


Me distraigo un poco con el pequeño a mi lado, hasta que me exige que lo baje de su silla, cuándo sus pies tocan el piso pega un gritito que cualquier día me dejara sordo, antes de correr a las puertas y cajones de la cocina.


Sonrió cuando empieza a abrir todo, seguramente tendría que ayudar a limpiar su desastre. Estoy terminando el café cuando mi móvil vibra por mi atención.


Me tomo mi tiempo terminando de beber mi desayuno mientras veo la notificación del correo que esperaba. Estaba plenamente asombrado de hasta donde había llego mi capricho. Cuando mi madre solía decirme que era muy insistente con lo que no podía tener, siempre me reí. Después de todo eran muy pocas las veces en que algo se me negaba, y ahora pasaba exactamente lo mismo. Mi mente no abandonaría el pensamiento de la fascinante castaña de hermosos ojos, hasta conseguirla.


La impaciencia me gana y abro el correo devorando las líneas de información. Es largo y cuando estoy terminando un sudor frio empieza a colarse por mi espalda. Cuando termino no estoy igual de bien que al principio.


Merda. 

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