Capítulo cincuenta y cuatro | Ella

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Capítulo cincuenta y cuatro.



Alessio



20 de septiembre, 2017.



Había pocas veces en este mundo en que podría quedarme sin posibilidades, no era alguien a quien el universo había dejado por los suelos, había nacido con las posibilidades y cuando fue el momento me abrí camino entre muchas cosas que deberían habérmelo impedido. Aun así, no era ciego, la sociedad podría mirar para otro lado, pero todos al final del dia lo sabíamos, existían las personas buenas y malas, no había punto medio, ya sea por ciertas razones o por propia elección. 



Pero no era esa la verdadera importancia en el mundo, ser bueno en este mundo nunca te traería un verdadero reconocimiento, al igual que ser malo. La verdadera meta se dividía entre otros grupos, quienes triunfaban y quienes no. Uno podría pertenecer a esos que hacían lo necesario y no se detenían en las consecuencias para ser quienes pisaban este mundo y no ser pisado por él. Arrogantemente siempre pertenecí al primero, mi apellido se encargo de eso y con los años las acciones me dejaron seguir siendo un ganador. 



Y si algo sabia de los ganadores era que no importaba cuanto mal hagas, cuantas consecuencias tengas o lo poco considerado que seas, mientras tuvieras el dinero necesario para pagar por eso, nunca habría un castigo. La vida no era como los cuentos de hadas donde al final del camino, el malo era vencido, castigado y desaparecía del mapa. En la realidad, uno tenia que vivir con ellos, tenia que aceptar que eran poderosos y que por más que lo desearas, no desaparecerían tan fácilmente. 



 Bastián y mi madre sabían que pisaban este mundo con fuerza, sabían quienes eran y todo lo que podrían llegar hacer si quisiera, No me engañaba pensando que solo por ser quienes había roto el corazón de mi mujer, serian cruelmente castigados, no tendría esa satisfacción, al menos no por mi propia mano, la vida podría hacerlo, yo no.



Poder contra poder tiene límites, incluso para alguien como yo, incluso para alguien como ellos, nunca podríamos ser suficientes para hundir a uno del otro bando. Tendríamos que vivir con eso, sin embargo, había ciertos limites en los cuales me había propuesto soportar su mera existencia. Y eso se traducía lejos, lejos de mi familia, de mi mujer y definitivamente lejos de mi hija.



Entonces la sorpresa de su presencia en cierto lugar publico donde justamente estaba mi maldita familia, no había sido bien recibida. El susurro de Danae "no se atreverán" quedo en el aire apenas todos vimos sus pasos dirigirse a nuestra dirección. Era triste, estábamos pasando un buen momento, un buen recuerdo y que ellos lo quisieran cagar así, era una mierda.



Nadie en esta mesa se engañaba con las suaves sonrisas que sostenían esos dos a cada paso que daban, aunque sí podrían engañar a todos esos ojos detrás de las cámaras que registraban segundo a segundo este encuentro casual. Tal vez si hubiera prestado la atención suficiente me hubiera dado cuenta de que aparecerían, considerando todos los reporteros que había llegado, este encuentro había sido plenamente planeado.

Quiero Negociar |DS#2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora