Capitulo doce | Respetar

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Capitulo doce.


Alessio


17 de diciembre, 2016.


—No esperaba tu visita—veo a Cassandra cruzar sus piernas y el brillo que estas tienen se hace notar, aun cuando esta vestida muy casual, como nunca antes la había visto, en ella se veía muy elegante.


—¿Por qué no?


—Creí que mi silencio había sido más que suficiente—indica y sé que lo fue, ese fue el primer motivo por el cual había dejado de mandarle obsequios, era una mujer testaruda.


—Lo fue—acepto asintiendo—. Sin embargo, es confuso—confieso mientras me recuesto un poco sobre su sofá y la miro sentada frente a mí—. Ambos sabemos que buscas al mejor postor—una sonrisa se forma en sus labios—. Y dudo mucho que alguna vez hayas tenido a alguien mejor que yo—confieso.


—No puedo negar eso—murmura.


La miro en silencio y no sé qué pensar al respecto.


—¿Entonces? —ladeo un poco mi cabeza—. Se sincera.


Por un momento creo que guardara silencio, pero me sorprende respondiendo.


—Los hombres con los que me relaciono, solo dan y disfrutan, no se interesan en quien lleva las riendas, son sencillos y fáciles de leer. Yo los conozco y, por ende, controlo la situación—me sonríe—. En cambio, tú, tu usas. Tu controlas. Tú buscas demostrar algo. Y para mí, eso es peligroso.


Sus palabras solo me hacen tener el leve pensamiento se lo parecidos que resultamos ser, pero eso de borra al instante de que aparece, no era como ella, no era así.


—Lo peligroso siempre tienta bella—noto enseguida como mi lengua materna se hace presente en mi tono de hablar—. ¿No crees?


—Dicen que los humanos tenemos tendencia autodestructiva. Así que si, buscamos y deseamos el peligro—sus palabras son las indicadas—. Pero dudo mucho que hayas venido hasta aquí para hablar de eso, ¿No, Alessio?


—Chica lista—sonrió por plena costumbre. Dejo de verla y recorro el lugar con mis ojos, pulcro, elegante y femenino.


—¿Buscas algo? —no la miro—. ¿Qué quieres? —ansiedad. Eso noto en su voz, era una mujer lo suficientemente segura como para no ponerse nerviosa, pero nada era perfecto.


—Se lo que te dijo tu medico ayer—dejo caer la información de golpe y enseguida me deleito por la caída de su imagen segura. Por segundos Cassandra me deja ver lo que nunca muestra, una mujer sorprendida e insegura.


Tal vez son unos segundos, pero es eso lo que ella necesita antes de terminar de agrupar sus pensamientos y mirarme de una forma, bastante peculiar. Y eso no era lo que esperaba al entrar.

Quiero Negociar |DS#2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora