Capitulo cuarenta y dos | Dudas

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Capitulo cuarenta y dos.





Alessio





09 de junio, 2017.





—Me gusta la localización, a pocos kilómetros tenemos unos de los aeropuertos mas concurridos—señalo—. La propiedad esta embargada por el banco, no me será difícil adquirirla.



—¿Y la construcción? —escucho la pregunta de Jeremy mientras bebo algo de café.



—Todo viable. La inspección que mande a hacer es confiable, sabes que no delego eso a cualquiera—veo la imagen de Jeremy en la portátil asentir—. La estructura es perfectamente segura y resguardada.



—Le he dado un vistazo a los planos anteriores—me comenta—. Es grande, aunque me gustaría agrandar algunas partes—asiento en acuerdo—. Las habitaciones privadas deben tener el doble de tamaño que las actuales, quiero que griten exclusividad—sonrió—. Unas buenas atracciones acuáticas llamaran la atención.


—Coincido. He estado hablando con Markus para pedirle alguna lista sobre los comercios viables. Desde ya ha pedido ser parte del proyecto, nos convendría tenerlo—rasco mi mejilla pasando mi mirada por toda mi nueva oficina—. La cadena de comercios que maneja nos seria rentable, me da dado la oferta de tener nuestra propia galería de compras en el hotel.



—Vacaciones, compras, comida y fiestas, nadie se resiste a eso—rio junto a él.



—Aurellio me ha dado unos nombres para el casino.



—¿Y qué hay de el? Es el mejor en el rubro —miro la pantalla escuchándolo.



—Lo es—sonrió—. Pero no debía mostrarme interesado, conozco a mi hermano, hubiera triplicado el costo de solo notarme ansioso de una sociedad juntos.



—Eres bueno—sonrió.



—No soy el mejor en esto, por nada—golpeo mi mano contra la madera del escritorio mientras hago girar levemente una y otra vez mi silla—. Una buena remodelación y ampliación, los comercios, el casino, las atracciones...



—Esta claro que nos costara demasiado.



—Aunque lo que recibiremos será mas que el doble de nuestra inversión y a largo plazo, es muy rentable, el lugar lo es todo—murmuro dándole una mirada a la hoja de cálculos a mi lado—. Mientras menos seamos, mas ganancias tendremos. Pero tu dirás...


—Tu, Aurellio, Markus y yo—asiento mientras lo veo tomar su móvil y teclear—. Una cifra considerable—comenta dejando caer su celular y mirarme directamente por la cámara.



—¿Entras o no? —pregunto sin rodeos.



—Te hare la transferencia apenas terminemos esta llamada—sonreímos—. Si tenemos suerte y la paternidad no te atonta, podríamos inaugurar a fin de año.



Reconsidero sus palabras mientras me recuesto cómodamente contra mi silla.



—Me tomare un mes de paternidad, entre agosto y septiembre—sonrió con burla—. Pero para algo estas tu. Si pagamos lo necesario, llegaríamos para las fechas festivas y nuestro primer ingreso sería el triple de lo que te estipule en el archivo que te mande.



—¿Hiciste esa cuenta en estos segundos? —pregunta con incredulidad y rio.



—Experiencia Jeremy—le recuerdo—. No sería mi primera inauguración en fechas festivas.



—Hecho. Compra el maldito lugar y empecemos con esto—sonrió asintiendo.



—Ya lo compré. Solo quería que me lo confirmaras—escucho su risa a través de los parlantes—. Mas allá de eso, solo deberás viajar hasta allí para especificar las nuevas ampliaciones, ¿Dónde estas ahora? —pregunto tomando mi móvil.



—Rumania—lo veo alzando mis cejas.



—¿Qué haces en Rumania?



—Conociendo a alguien—lo veo encogerse de hombros, me sorprenden sus palabras. No me era un secreto el hecho de que Jeremy no iba por mujeres, sin embargo, nunca lo había visto en algo serio con alguien.



—¿Cómo va eso? —no puedo vitar preguntar.



—Los hombres somos malditamente difíciles cuando queremos.



Rio sin poder evitar, vaya que sabia eso.



* * *



11 de junio, 2017.





—¿Casino? —alzo la mirada mientras sigo apartando las colchas de mi lado para acostarme—. Tenia entendido que Aurellio se dedicaba más a la náutica, yates, cruceros...



—Lo hace—coincido sentándome en la cama—. Su fortuna se debe a todo eso—agrego recostándome—. Pero el año pasado se metió de lleno en el negocio del juego. Mientras no seas un jugador, es una mina de oro.



—Uh—la veo recostarse notando como su remeron se sube dejando sus piernas completamente desnudas—. Danae me estaba comentando que Alessandro también estaba en un nuevo negocio—asiento—. Ustedes no se cansan, digo, cada vez es mas y mas negocios. ¿Eso tiene algún limite? —la miro en silencio arqueando mis cejas.



—Nunca—respondo sincero—. Cuando comienzas un negocio, quieres avanzar, crecer y prosperar. Cuando lo logras, te estancas o sigues.



—Y tu sigues—señala.



—Así es. Me gusta lo que hago, lo disfruto, además de las buenas ganancias—sonrió—. Pero es mi trabajo y no quiero dejar de hacerlo—me giro de lado para poder verla mejor—. Y la verdad ahora mas que nunca debo estar muy abastecido—digo seriamente ganándome su atención—. Tendremos una hija que, siguiendo los pasos de su madre y su tía, me dejara malditamente en ruina.



Sonrió cuando Cassandra suelta una gran carcajada antes de que se me acerque pegando su cuerpo a mí, escucho su suave suspiro cuando se acomoda entre mis brazos. Me permito rodearla, llegando a pasar mi mano por su espalda.



—¿Cómo sigues? —susurro bajando y subiendo por toda su espina.



—El dolor ha pasado—asegura—. Pero siento mi cuerpo muy débil.



Guardamos silencio mientras sigo acariciándola. Hoy no había sido un gran día, Cass se había despertado con alguna parte de su espalda baja molestándola, algo que con el paso de las horas había seguido aumentando al punto de que tuviera que sentarse lentamente.



No debíamos sorprendernos, Julia nos había advertido claramente en su ultima visita que esto podría pasar. Pero creo que con todo lo que estábamos viviendo, nos habíamos trasladado a otro lado olvidándonos de la situación que nos perseguía.



Indudablemente, el cuerpo de Cassandra no estaba preparado par aun embarazo, lo sabíamos, aun cuando estuviéramos intentado ayudarlo a avanzar, algunas cosas no se solucionarían solo con una inyección o simples medicamentos.



Me angustiaba ver que no podía pasar el embarazo perfecto que toda mujer merecía, pero una parte de mi no podía evitar enorgullecerse de cada sonrisa o buena acción que hacia en su estado, Cass le ponía las mejores de las voluntades y estaba más que dispuesta a seguir así, nadie le iba a sacar la dicha de pasar un embarazo como debía.



Llevaba a nuestra hija y estaba malditamente feliz por ese simpe hecho.



—¿Mañana vamos a la ciudad? —dejo mis pensamientos escuchándola.



—Tengo toda la mañana ocupada—comento—. Pero si estas de ánimo, podemos ir en la tarde—la siento asentir—. ¿Quieres pasear?



—Necesito pantalones de mamis—sonrió escuchando sus palabras—. Además, quiero comprar algunas cosas queme faltan para el cuarto de la bebe.



Pienso en silencio abrazándome a su cuerpo.



—¿Si sabes que seguramente, la tendremos más aquí que en su cuarto? —pregunto ganándome que alce sus ojos a verme.



—¿Eso te molestara?



—No—niego sin duda—. Sera extraño.



—¿Qué pasa si llora y no me despierto? —pregunta susurrando con evidente preocupación.



—¿Qué pasa si llora y no logramos que deje de llorar? —pregunto sin darle respuesta.



—¿Y si enferma y no nos damos cuenta? —vuelve a preguntar.



—¿Sabes como cambiar un pañal? —pregunto curioso—. Siempre evite cambiar a Valentino.



—Ni siquiera sé cómo hacer un biberón—niega bufando mientras se aparta un poco de mi—. Por suerte, espero que estas sean buenas trabajadoras—sonrió cuando toca sus pechos con sus manos.



—Espero trabajen doble turno—me señalo logrando que ría—. Enserio, me estoy acostumbrando mucho a ellas—susurro sacando una sus manos cubriéndola con la mía.



—¡Alessio! —chilla con fingido escándalo.



—Me vas a decir—me acerco bajando mi tono de voz—. ¿Que no te mojas cada vez que las tengo en mi boca? —un gemido ahogado me hace sonreír—. ¡Cassandra! —imito su chilido escandaloso logrando que ría.



Sonrió volviendo a abrazarla, me gustaba abrazarla.

Quiero Negociar |DS#2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora