"Hua Cheng." Ambos caminaban a la par por las calles de una ciudad, hombro con hombro y con las manos entrelazadas. Esta ciudad, con solo mirarla se podía saber que también estaba habitada por fantasmas.
"¿Mh?"
"Dime, ¿cuánto tiempo pasó desde que me encontraste y me desperté?"
Hua Cheng giró el rostro para mirarlo, "¿Por qué preguntas tan de repente?" Su expresión se volvió seria cuando cambió de pregunta: "¿Te diste cuenta?"
"En realidad solo pensé en eso después de ver al hijo de mi Shijie. Todo eso continuó en mi cabeza por un tiempo..." Se tomó un tiempo antes de volver a hablar, "La verdad también me inquietaba que un Devastación como tú haya sido fácilmente herido por un demonio. Creo que... en ese entonces, por alguna razón carecías de energía." Los ojos grises de Wei Ying brillaban cuando miró a Hua Cheng. Él estaba sonriendo.
En algún momento de su historia, Wei WuXian fue considerado como alguien fuerte. Más tarde, a parte de ser odiado, también fue temido durante sus últimos días de vida, pero ahora, él conocía su posición. Sabía que Hua Cheng era capaz de destruir a alguien sin si quiera tener que tocarlo.
"Cuatro años."
"¿Qué?" Hua Cheng arrastró a Wei WuXian hacia un callejón cercano, un lugar donde solo pudieran estar los dos.
"Tu alma estaba fragmentada, Wei WuXian." Empezó a decir. "Recién habías muerto, en ese entonces fue aún más difícil unirla que la última vez." La voz de Hua Cheng se cortó y su mano apretó la suya. "Llegué a creer que sería imposible volver a unirla..."
"Hua Cheng..." El hombre de rojo estaba frente a él, su mano todavía siendo agarrada por la otra cuando Hua Cheng se la llevó al pecho.
"No pude ayudarte cuando ellos te atacaron..." Dijo, claramente refiriéndose al ejército de cadáveres que devoraron el cuerpo de Wei WuXian en aquel entonces. "Después de eso, tampoco podía recuperar tu alma..."
Por lo general, era Wei Ying quien se acobijaba entre los brazos de Hua Cheng cuando estaba afligido. Esta vez, fue el turno de Wei Ying para tomar el cuerpo del otro en un abrazo protector.
"Qué estás diciendo... todo lo que he logrado hasta ahora fue gracias a ti. Estoy aquí gracias a ti." Hua Cheng no respondió, pero durante ese abrazo Wei Ying podía sentir lo dolido que estaba.
Este hombre, siempre tranquilo, relajado, perezoso y sarcástico, que se burlaba por todo y era indiferente hacia los demás, realmente estaba ahora entre sus brazos, mostrándole sin miedo ni vergüenza todo el dolor y la culpa que cargaba.
El abrazo de Wei WuXian se hizo más intenso e íntimo. Wei WuXian, cobijó esa alma temblorosa.
"Si fueras más pequeño no duraría en cargarte para poder abrazarte más fuerte." Estaba tan cegado por sus sentimientos que no prestó atención en sus palabras sino hasta que sintió como el cuerpo que abrazaba, normalmente más alto que él, ahora se hacía más pequeño.
"¿Hu-Hua Cheng?" La sorpresa y los nervios no eran algo fácil de ocultar.
Cuando Wei Ying miró hacia abajo, la persona que estaba entre sus brazos era un pequeño niño con el cabello desordenado.
"Xian-ge." Dijo de pronto y su ojo negro brillaba con la inocencia y ternura única de un niño. "Cárgame." Sus brazos estaban extendidos hacia él, esperando a ser tomado.
La escena era hermosa sin duda, pero Wei WuXian estaba en pánico.
Cuando dijo "si fueras más pequeño", ¡no se refería a esto!
"Hua Cheng... Tú."
"¿Sí?" La cabecita del niño se ladeó. Sus brazos continuaban extendidos.
"Esto es... es... ¡eres realmente adorable!" Finalmente, Wei Ying salió de su trance y estiró los brazos para recoger al pequeño y presionarlo contra su pecho.
Luego de haber estado jugando y bromeando entre sí, pasó la tarde y Hua Cheng había vuelto a su forma de adolescente. Después de todo, no podía perder el tiempo, había un lugar a dónde debía llevar a Wei WuXian.
"¿Ahora me dirás de qué trata?" Insistió en saber Wei WuXian, al menos por vigésima vez mientras caminaba colgado del brazo de Hua Cheng.
"Wei WuXian, cariño, estás siendo demasiado escandaloso. Solo puedo decir que alguien quiere verte."
"¿Alguien quiere verme? ¿A mí?" Aunque la pregunta había sido dirigida a Hua Cheng, en realidad fue para asegurarse él mismo que no había oído mal. "¿Quién podrá ser?"
Entraron a una taberna con una gran cantidad de clientes que pasaban por donde sea que uno mirara. En realidad, era un lugar bastante lleno y ruidoso.
Sin embargo, cuando Hua Cheng entró, todos se movieron, dejando un camino libre para que el Rey Fantasma pasara.
Wei WuXian sintió el poder que este hombre tenía y a la vez, sintió lo inapropiado que era que él estuviera agarrado a su brazo con tanta confianza.
"Buenas noches, Señor."
"Tenga una buena estadía, Señor."
Comentarios como ese vivieron de varias partes y Wei Ying quiso soltarse. Incluso algunos susurros lograban escucharse:
"Mira, es Lluvia Carmesí que Busca a una Flor."
"¿Qué estará haciendo aquí?"
"¿Quién es el que está a su lado?"
"Qué descarado, sujetado al brazo del Señor Hua Cheng de esa manera."
Ese comentario bastó para finalmente soltar el brazo de Hua Cheng, después de todo él no era nada al lado de este Supremo, solo un alma, tan pequeña como una hormiga.
Pero apenas se soltó de Hua Cheng, sintió su mano ser tomada y como cinco dedos se entrelazaban con los suyos. Wei Ying alzó la mirada para encontrarse con el rostro sonriente de Hua Cheng.
Este hombre...
"Señor Hua, Señor Wei, bienvenidos." Wei Ying miró hacia al frente.
"¡Yin Yu!" Exclamó Wei Ying y el joven asintió con una sonrisa, saludándolo de vuelta.
Sin dirigirse alguna otra palabra, más que un movimiento de cabeza por parte de Hua Cheng para que prosiga; los tres caminaron escaleras arriba hacia una habitación más alejada y, por supuesto, tranquila.
La habitación tenía un estilo demasiado llamativo y carmesí, propio de Hua Cheng. No fue complicado deducir que frecuentemente venía a este lugar.
Al otro lado de una cortina de perlas rojas y plateadas, una persona estaba sentada junto a la mesa.
Cuando Wei Ying cruzó la cortina, la mujer vestida de blanco con una capa roja se puso de pie y se inclinó respetuosamente en un saludo. "Maestro Wei."
Probablemente, ni las fuertes oleadas ni la tormentosa lluvia en la guarida de Aguas Negras que Hunde Barcos eran tan tempestuosas como las emociones de Wei Ying.
La última vez que se habían visto, no fue nada más y nada menos que una cruel y egoísta despedida: "Lo siento.... y gracias."
Después de eso nunca más pudo volver a verla.
"Wen Qing." El nombre salió de los labios de Wei Ying como un hilo y olvidando todo tipo de modales, solo recordando cuánto le debía, la abrazó.
Hua Cheng todavía estaba cerca de la cortina, observando la escena con los brazos cruzados. La sonrisa en su rostro revelaba lo feliz que se sentía por Wei Ying.
Girándose hacia Yin Yu, dijo: "Buen trabajo. Por ahora, vamos a dejarlos solos." Así, ambos salieron, mientras que dentro de la habitación el reencuentro de dos personas que habían sido separadas injustamente por la vida y la muerte se abrazaban con alegría.
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Estaba viendo comentarios donde algunas creían que había abandonado el fic. Les digo desde ya, que aunque tarde, pienso terminarlo igual;;
Y por eso, aquí otro capítulo compensatorio (?)
Aquí ya es lunes, así que, tengan lindo inicio de semana.