Enamorarse del enemigo

By Sahirly

125K 5.9K 2.5K

Ésta historia comienza poco después de la gran batalla contra el Señor Tenebroso, la guerra ha finalizado, Vo... More

¿Cómo es posible?
No es posible caer más bajo
El comienzo
La elegida
La dura realidad.
Superación
El chantaje
Cuenta atrás para la boda.
Malos sueños
¿Así que tú eres mi prometida?
Clases de baile, un día divertido.
Horas previas a la boda
El palacio de las novias
La boda
Luna de miel
Un juego peligroso
Dulce tentación
Cazador cazado
Te doy mi alma
La semilla de la duda
Despecho
Amigos
Feliz navidad, Draco
Feliz cumpleaños, Hermione
Sorpresas agradables, certezas desagradables
Salir del cascarón
Celos
Mal augurio
Te esperaré siempre
Te esperaré siempre. Parte 2
Fin de curso, marea revuelta.
Veneno de Basilisco
31 de Octubre, noche de brujas
Pandora
Hasta las últimas consecuencias
Hogar, dulce hogar
En el punto de mira
La mala noticia
Comenzando la partida
La Caja de Pandora
La verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad.
Todos a Azkaban
Los inocentes
El castigo de Astoria y la decisión de Hermione
Ser, estar, o parecer.
King's Cross
La despedida
Los recuerdos y el olvido.
Amor y Psyque
Nuevo comienzo
No le cuentes a nadie que Luna es tu hermana
Amarga verdad
Caminos frágiles
Aquella esquina junto a Scribbulus
Una etapa inolvidable
Dulzura y placer
Felizmente casada
El secreto
¿Y si fuera cierto?
Cara a Cara

James Sirius Potter

1.2K 49 91
By Sahirly

Los rayos del sol se filtraron a través de las cortinas inundando de claridad la habitación, completamente relajada y descansada, fue abriendo los ojos poco a poco, notaba su suave y continua respiración en la nuca que le producía un leve estremecimiento, tenía sus piernas entrelazadas con las de él, y fue consciente de que sus manos se aferraban a su cintura, ciñendo su cuerpo contra el suyo.

Harry aún dormía abrazado a ella, pegado a su espalda y haciéndole sentir el calor y la firmeza de su musculoso torso desnudo, Hermione fue consciente de su desnudez, de la intimidad que habían tenido y en la que aún se encontraban sumidos, quiso cambiar de postura pero en el momento en el que intentó moverse, Harry se despertó, se estiró con gusto en la cama y bostezó frotándose los ojos, quedaron los dos boca arriba, se miraron fijamente y se sonrieron,

—buenos días... —dijo Harry,

—buenos días —dijo Hermione

—¿qué tal has dormido?, ¿cómo te encuentras?,

—he dormido genial..., profundamente, y..., me encuentro bien, mucho mejor que ayer,

—me alegra saberlo, estaba muy preocupado por ti, ¿sabes?,

—¿ah sí?,

—claro..., eres mi mejor amiga, ¿cómo no me iban a preocupar las cosas que te pasan?, aunque..., creo que ya no podré seguir diciendo que eres como mi hermana... —le comentó risueño, Hermione amplió su sonrisa y se ruborizó mordiéndose el labio, Harry acarició su mejilla sonrosada y apartó algunos cabellos de su cara, estudió su expresión y su mirada.

—¿qué hora será? —Hermione miró su reloj de pulsera,

—son las once y media, hemos dormido bastante... —dijo agradecida,

—¿tienes hambre?, ayer casi no cenaste,

—sí..., tengo un poquito de hambre,

—ufff..., a mí me ha entrado un hambre de leopardo..., ¿qué te parece si nos preparamos mi desayuno favorito?,

—¿gofres con helado, mermelada y nata?,

—jajajaja..., no..., ese era mi desayuno favorito del colegio, mis gustos han cambiado mucho desde entonces, ahora prefiero cosas más contundentes,

—¿más contundentes?, da la impresión de que te apetece zamparte un buen bloque de hormigón... jajaja,

—pues casi casi..., ahora mi desayuno predilecto es el de todo buen troglodita, jajajaja, prima la carne... ¡carne, carne y mas carne!,

—¿en serio?, ¿piensas desayunar carne?,

—sí pero no de cualquier manera, ahora mismo lo que más me apetece es una buena hamburguesa doble, un perrito caliente con salsa trío y cebolla frita bien crujiente..., unas buenas brochetas de pechuga de pollo, y un cuenco enorme de ricas y doradas patatas fritas,

—¿nada más? —le preguntó bromeando,

—sí, una buena jarra de zumo de naranja y calabaza y un considerable pedazo de brownie, ¡ese es mi desayuno perfecto!,

—¡ja!, si desayunas así todos los días..., conseguirás llegar a la avanzada edad de... treinta años, jajaja

—jajajaja, no te burles de mi desayuno..., ¿qué te apetece a ti?,

—mmm algo ligero..., un par de tostadas con mantequilla y mermelada estarán bien, y coincido contigo en lo del zumo,

—pues manos a la obra —dijo Harry levantándose, se le había olvidado que estaba completamente desnudo y al ponerse en pie, Hermione pudo verlo de nuevo como su madre lo trajo al mundo, instintivamente apartó la mirada y Harry se cubrió lo necesario con la sábana, no se sonrojó como ella, pero buscó su ropa interior y se la puso con rapidez, luego encontró su pijama y se lo puso también,

—Harry... —le dijo Hermione casi sin poder mirarlo, él se volvió a sentar en la cama a su lado y la escuchó atento— quizá..., deberíamos hablar de lo que..., ha pasado,

—sí, por supuesto —dijo sin vacilar— vamos a hablarlo, es importante y..., necesario —se quedaron los dos un instante en silencio— dime..., ¿te arrepientes? —Hermione dudó un momento antes de contestarle, quería serle totalmente franca, pero tampoco quería que una excesiva sinceridad pudiera perjudicarles más de la cuenta,

—no..., no puedo decir que me arrepienta, pero..., te confieso que tengo miedo,

—¿miedo?,

—de que nos afecte..., de que no sepamos afrontarlo con responsabilidad, yo no quiero perder tu amistad Harry, no quiero que esto que ha pasado se preste para malos entendidos, quiero que seamos completamente sinceros el uno con el otro,

—estoy de acuerdo, pero..., ¿acaso..., te avergüenzas?,

—no, claro que no, no me avergüenza, es solo que..., no quiero que nos confundamos, tú estás enamorado de Ginny, es así, ¿verdad?,

—sí... —susurró empezando a sentirse culpable,

—tienes que estar con ella Harry..., ella también te ama, y ha regresado con la intención de volver a tu lado, yo..., no me arrepiento de lo que hemos hecho pero sé que..., quizá no tendría que haber pasado, a lo mejor..., teníamos que haber pensado en ella y en vuestra relación y...

—no tenemos ninguna relación Hermione, Ginny y yo lo dejamos hace varios mese de mutuo acuerdo, no la he engañado, no la hemos traicionado si es eso lo que te preocupa, ella ya no es mi novia, y por si no te lo ha dicho ella, salió con Dean Thomas poco después de incorporarse a Hogwarts, todo este tiempo he seguido pensando en ella y he estado abierto a la posibilidad de que volvamos juntos pero ella no ha dado muestras de querer lo mismo,

—hasta ahora, Cho dijo ayer que estaba loca por verte otra vez, la conozco..., sé lo que significa, quiere volver contigo, la pregunta es..., ¿quieres volver tú con ella?,

—pues...

—con sinceridad, Harry,

—pues si ella quiere..., sí, supongo que sí...

—¿supones?,

—no quiero que esté conmigo por obligación o porque crea que es lo correcto, quiero que esté conmigo porque sea eso lo que desee,

—de eso estoy segura, los dos os amáis, no te niegues a ti mismo la felicidad con ella, no provoques tú mismo, una barrera inexistente,

—¿y qué sientes tú?, ¿qué es lo que quieres hacer?, ¿lo de anoche ha sido solo goce y disfrute provocado por el simple y llano deseo?, ¿o sientes algo más por mí?, respóndeme con sinceridad —Hermione pensó bien su respuesta, no quería equivocarse ni entrar en un posible laberinto sin salida,

—lo de anoche fue..., algo que nos debíamos desde hace años, ambos lo deseábamos hacía mucho tiempo, puede que..., desde aquel baile en el colegio..., lo fuimos reprimiendo como pudimos, y lo olvidamos, anoche tuvimos la oportunidad de hacer realidad esa fantasía..., lo deseábamos y lo hicimos..., para mí ha sido algo maravilloso, dulce y suave, fue..., no sé..., diferente, no me lo esperaba, me alegro de que haya pasado, porque es algo de nuestro pasado que nos ha perseguido año tras año, hasta nuestro presente, lo hemos resuelto con mucho placer y satisfacción, creo que ya hemos terminado con ese capítulo, y creo que ya podemos cerrar el libro —Harry la escuchaba interesado y muy atento a cualquier indicio extra, quería saber la verdad, y pareció quedarse a gusto y tranquilo con su respuesta,

—sí..., tienes razón, pero si las cosas no hubieran sido como son..., si Ginny no existiera..., estoy completamente seguro de que tú y yo estaríamos juntos, tú serías la mujer de mi vida —Harry acercó su cara a la de ella y le dio el último beso, fue intenso, profundo y embriagador, quería que lo recordara para siempre.

—bueno... —dijo después de separarse un poco de ella, ¿qué te parece si desayunamos ya?,

—te quiero Harry, te quiero mucho —Harry frunció el ceño y se extrañó de su repentina nostalgia,

—y yo a ti amiga mía..., nunca dejaré de ser tu amigo, jamás te fallaré... —le dijo abrazándola con fuerza, luego se separaron y Hermione comenzó a buscar toda su ropa, Harry que la estaba mirando, le pasó una amplia camiseta suya para que estuviera más cómoda,

—bueno..., ¡a desayunar! —le dijo Hermione sonriente y más animada después de cubrirse con la camiseta de su amigo.

Prepararon entre los dos un abundante y obsceno desayuno carnívoro y se sentaron a comer, los dos se sentían más tranquilos después de haber hablado y resuelto sus dudas.

Se dieron un buen atracón, comieron tanto que casi no se podían levantar de la mesa, y mientras hacían tiempo para que les bajara el empacho, se rieron juntos recordando anécdotas de cuando estaban en el colegio, un rato después Hermione preguntó a Harry si podía darse una ducha, Harry asintió y mientras ella se bañaba y se arreglaba, él fue lavando todos los platos y recogió un poco la cocina.

Hermione tardó quince minutos en ducharse y vestirse, se estaba calzando los tacones cuando escuchó que llamaban a la puerta de la casa, era Ginny.

—¡Harry! —Ginny lo abrazó nada mas verlo, él estaba tan sorprendido que no reaccionó enseguida —¡me alegro tanto de verte...!, ¡que suerte que estés en casa...!, ¡no sabes cuánto te he echado de menos...!, ¿¡cómo estas!?, yo llegué la semana pasada de Rumania..., pensaba venir a verte antes, pero..., hemos tenido que hacer un montón de cosas antes y..., casi no tuve tiempo... —lo miró de arriba abajo y acarició su flequillo— te ha crecido el pelo, y te veo más..., no sé, como más fuerte, estas muy guapo... —Harry estaba con la boca abierta y sin saber qué decir— ¿puedo pasar?,

—¡oh!, claro..., claro que sí, pasa... —dijo apartándose de la puerta— Ginny, yo también me alegro muchísimo de verte, la verdad es que no te esperaba..., ¡sí que ha sido una sorpresa!, entonces..., ¿llegaste la semana pasada?,

—sí..., ¡Hermione! —dijo corriendo a abrazarla al verla— ¡oh..., Hermione!, ¡me alegro de que estés aquí...!, ¡chicos..., os he extrañado muchísimo...!, ¡tengo un montón de cosas que contaros!, ¡he visto unos dragones impresionantes!.

Hermione, al igual que Harry, estaba boquiabierta y estupefacta, Ginny estaba muy feliz de verlos y en efecto tenía muchas cosas que contarles, estaba ansiosa por ver a todos sus amigos y ponerlos al día, pero sobretodo estaba ansiosa por recuperar a Harry.

Había sido una larga separación, una dura prueba, la había pasado con creces y estaba lista y preparada para retomar la relación que habían dejado estancada por un tiempo, estaba loca por volver con su chico y esta vez en serio y con la idea de que formalizaran el noviazgo.

Tenía en mente que en un futuro no muy lejano, se casaran y fueran un verdadero matrimonio, Harry era el hombre que quería, el que había elegido.

Se sentaron los tres en el sofá y Ginny empezó a hablarles de cómo había vivido con sus hermanos y su cuñada en Rumania, a pesar del susto del primer momento, tanto Hermione como Harry se mostraron encantados de poder tenerla de nuevo entre ellos, lo cierto era que ambos la querían mucho, y habían contado los días desde que se había marchado, por otra parte también era verdad que un ligero rastro de remordimiento se había asentado en sus corazones, pero el hecho de haber hablado de lo que había pasado la noche anterior, y de saber que estaban de acuerdo con que lo mejor era guardar aquel episodio en el baúl de los recuerdos, y que Harry retomara su relación con Ginny, como habían acordado antes de que ella se marchara, les dejaba la tranquilizadora sensación de estar haciendo lo más adecuado.

Un rayo de sol hizo que brillara con sutilidad, un pequeño objeto sobre la cama de Harry, Ginny podía ver su habitación desde donde se encontraba, estaba sentada justo en frente, la cama estaba deshecha y revuelta, el peculiar objeto que brillaba estaba cerca de la almohada, después de unas cuantas bebidas y de un buen rato de charlas y risas Ginny se levantó para ir al servicio, este estaba justo al lado de la habitación, Harry había ido a la cocina a por algo de picar para los tres, y Hermione estaba distraída con unos interesantes libros que Harry tenía sobre la mesa,

cuando salió del baño, aprovechó para averiguar qué era aquello que resplandecía tanto, entró en la habitación y se acercó a la cama, era una peineta de plata, un precioso y antiguo accesorio de mujer para embellecer el cabello, la contemplo con curiosidad detenidamente intentando deducir qué hacía aquello allí, y cómo había llegado, la olfateo por instinto, olía a rosas, justo en ese instante le llegó a la mente un nombre, sólo uno, Hermione.

Se acercó a ella con la bonita peineta en la mano y se la mostró,

—¿ésto es tuyo? —preguntó sin intenciones ocultas, Hermione la observó y no supo qué decirle, por supuesto que era suyo, pero su mente se bloqueó y las palabras no salieron de su boca, no quería mentirle a su amiga, no podía hacerlo.

—vamos Hermione..., tiene que ser tuya..., se nota que es una peineta carísima y muy valiosa, es el tipo de cosas que llevas usando desde que te casaste con Malfoy..., y además huele a rosas, ¿no es ese el champú que tú usas?,

Hermione no podía responderle, sentía que si lo hacía, no aguantaría la presión, y de un momento a otro le confesaría que se había acostado con Harry, y que aquella peineta que llevaba en el pelo, había quedado enredada en las sábanas de su cama.

—Si no es tuya..., será de otra chica, no creo que Harry se ponga estas cosas, jajajaja —Ginny la miró a los ojos y leyó en ellos el miedo, su sonrisa se borró— ¿ésto pertenece a otra chica?, estaba en la cama de Harry —le preguntó con una seriedad abrumadora— ¿está saliendo con otra chica?,

—no, claro que no —se apresuró a decirle,

—entonces es tuyo, supongo...

—sí... —susurró después de unos minutos de un silencio desastroso, pues supo que había llegado la derrota, Ginny miró el objeto, miró la cama destendida y luego la miró a ella inquisitivamente, Harry apareció en ese momento con una enorme bolsa de patatas fritas y unas latas de cerveza de mantequilla, Ginny cambió la cara y les sonrió con cordialidad,

—es muy bonita... —le dijo a Hermione, colocándole cuidadosamente la peineta en el pelo todavía mojado —te queda preciosa, ¡no la vuelvas a perder ¿eh?!,

—vaya..., ¿habías perdido eso? —preguntó Harry, que no se había enterado de casi nada,

—sí —contestó Ginny —pero por suerte la hemos encontrado, estaba en tu cama —Ginny miró fijamente a Harry, y a él pareció helársele la sangre,

—oh..., em, que bien..., me alegro... —decía mientras trataba de armar en su cabeza una buena excusa que pudiera hacer de aquel hecho, algo normal y coherente— em, Hermione se quedó a dormir anoche ¿sabes?, le dieron permiso para salir de la mansión y le pedí que pasáramos el día juntos..., durmió en mi cuarto, yo dormí aquí en el sofá, supongo que por eso se le caería la peineta en mi cama, cuando tú llegaste había terminado de ducharse, por eso ves que tiene el pelo mojado...

—jajajaja... Harry..., no me tienes que dar explicaciones de nada... —contestó Ginny, con otro semblante y mucho más despreocupada —es lógico, ¡no ibas a dejar que tu mejor amiga durmiera en el sofá y tú tan tranquilo y frescachón en la cama! ¿no?, bueno..., ya casi son las dos, ¿qué os parece si vamos a comer a casa de Luna?, le prometí que sería de las primeras en visitarla cuando llegara, y podríamos ir a buscar a Cho y dar una vuelta todos juntos por el centro, ¿qué me decís?,

—no es mala idea —dijo Harry, sintiéndose liberado de un peso enorme,

—me gustaría ir con vosotros..., pero no voy a poder, tengo que regresar ya a la mansión, se me ha hecho tardísimo —contestó Hermione,

—qué pena..., me habría gustado estar mas tiempo contigo —le dijo Ginny, un poco decepcionada,

—pero podemos quedar para la siguiente semana si quieres, y pediré permiso también para ausentarme todo el sábado y el domingo, podríamos dormir todos otra vez en la casa del lago...

—¡estupendo!, nos lo pasamos genial, ¿os acordáis?,

los dos asintieron y Harry le lanzó a Hermione una significativa mirada que esquivó, pero Ginny se había percatado de que en detalle, había una extraña tensión en el ambiente y todavía no le encajaban del todo ciertas incógnitas.

Decidió pasarlo por alto, si había algo que explicar, tanto Hermione como Harry, se lo explicarían más adelante, confiaba plenamente en ellos y sabía que nunca se les ocurriría engañarla o traicionarla, siempre sintió que Hermione la quería como a una hermana, siempre había sido muy sincera con ella, incluso cuando tenía que decirle algo que posiblemente le haría daño, tenía tacto para esas cosas y siempre había podido contar con ella,

y claro..., Harry era el chico del que estaba enamorada, nunca la había perjudicado, ni le había mostrado algún lado de su personalidad que pudiera herirla en ningún caso, por lo tanto, no sacaría conclusiones precipitadas que pusieran en peligro la relación tan bonita y estrecha que habían construido los tres, las conjeturas sobraban, y desterró de su mente aquel dicho de "piensa mal... y acertarás", ¿o acaso tenía motivos para hacer lo contrario?.

Hermione se despidió de los dos y Ginny la abrazó con cariño deseando que pasara volando la semana, para poder verla otra vez y pasar todo el fin de semana juntas, cuando regresó al castillo se dio cuenta de que servirían el almuerzo en menos de cinco minutos, se apresuró a cambiarse de ropa y arreglarse adecuadamente.

Cuando bajó al comedor, ya estaban Narcissa y Astoria en la mesa, solo faltaban Draco y Lucius que entraron unos minutos después de ella, Draco la miró intrigado queriendo averiguar en dónde se había metido, ella lo ignoró durante toda la comida, trató de encerrarse en sus propios pensamientos y en ir planificando lo poco que quedaba de curso, pero la conversación que se estaba desarrollando la distrajo de golpe impidiendo que se pudiera concentrar,

—¿cuándo partiréis? —preguntó Narcissa a su marido,

—ésta tarde —contestó Lucius dando un sorbo a su copa de vino, y mirando melosamente a su mujer, Narcissa esbozó una leve sonrisa y le sostuvo aquella insinuante mirada,

—pensé que saldríais de noche...

—sólo son las dos y media querida..., y partiremos a las seis, tenemos tiempo más que suficiente para..., cualquier plática o sugerencia que quieras hacerme o..., cualquier otra cosa que requieras de mí... —contestó Lucius, en un extraño tono suave muy poco usual en él, a Narcissa le brillaron los ojos, su sonrisa se amplió y pareció disfrutar más con la satisfactoria respuesta, que con su propia copa,

—que rollazo... —se quejó Astoria— ¿y cuándo volverás? —le preguntó directamente a Draco, y él, de la misma manera en la que Hermione lo estaba ignorando, ignoraba Astoria, después de un largo silencio, Lucius contestó por su hijo,

—regresaremos en cuatro semanas,

—¡vaya...!, ¿cuatro semanas?, ¡es mucho...!, ¿y a donde iréis?, podría ir a visitarte Draco, al menos..., un par de veces... —comentó Astoria molesta,

—querida Astoria..., éste es un viaje de trabajo no de placer..., no sería adecuado para Draco que lo distrajeras con tu agradable presencia..., además no estaremos tan cerca como para que eso sea propicio, estaremos las tres primeras semanas en Alemania y la cuarta en Suiza, pero no te preocupes..., convertiremos a Draco en un perfecto hombre de negocios, su estancia en Alemania le servirá para formarse adecuadamente y para que desarrolle toda su capacidad para administrar y dirigir con éxito las empresas familiares, en Suiza aprenderá a llevar las cuentas, las cámaras y las tesorerías, éste viaje le servirá para madurar y para convertirse en el hombre que te mereces y que tanto quieres..., será mi digno y perfecto sucesor, muy pronto será mi mano derecha, y quizá en uno o dos años..., empiece a relevarme de la mayoría de mis funciones..., pero está claro que antes tiene que formarse, tiene que aprender todo lo necesario, y de todas formas esto os servirá más a vosotros dos que a mí, ya es hora de que Draco empiece a hacerse cargo de su propia familia, tendrá que proveerte a ti y al niño de todo lo que necesitéis, y eso se hace trabajando,

—¿y la universidad?, ¿qué pasará con mis estudios? —preguntó Draco,

—no me hagas repetir las cosas hijo..., ya he dicho que es hora de que te hagas responsable de tu mujer y de tu hijo,

—Astoria no es mi mujer —dijo Draco, con fastidio.

—¡Draco!, ¡claro que es tu mujer!, ¡es tu mujer por derecho!, te va a dar un hijo, deberías ser más consciente de esa realidad —le recriminaba su madre— aunque es cierto que aún no debería dejar la universidad Lucius..., sinceramente, no me parece correcto, creo que al menos tendría que terminar este curso y hacer uno más,

—no, no, no..., Cissy..., entiéndeme..., ¿cuánto le falta para terminar este curso?, ¿un mes?, quizá un poco más..., no hace falta que asista a clases, hablaré con el director y le pediré permiso para que Draco haga sólo los exámenes finales, y con respecto a hacer un curso más no estoy de acuerdo, dentro de poco será padre. Su hijo..., Astoria y el trabajo, ocuparán todo su tiempo, no es necesario que termine la universidad, heredará una fortuna que le podría mantener a él y su familia durante varias vidas con una riqueza intacta...,

—pero es importante Lucius... - alegó Narcissa,

—es meramente decorativo, en Alemania y en Suiza aprenderá todo lo que necesita para el manejo del patrimonio familiar, no necesitará más formación que esa, y veo más importante que madure de una buena vez por todas, ya no es un niño, es un hombre hecho y derecho, un hombre joven..., pero un hombre al fin y al cabo, no tiene sentido que siga perdiendo el tiempo en esa universidad haciendo el holgazán con sus amigos como cuando era adolescente..., esos tiempos ya pasaron, ahora tiene en sus manos una gran responsabilidad, no sólo la de su propia vida, también la de su hijo a punto de nacer y la de su futura esposa, por no hablar de que si no es serio y comete errores podría llevarnos a todos a la ruina perdiendo la fortuna que hemos ido aumentando en consideración, de generación en generación,

—no sé..., no me termina de convencer... —aclaró Narcissa, un tanto preocupada,

—querida..., es que no te tiene que convencer..., tienes que pensar en el bien de toda nuestra familia..., esto es lo mejor para todos..., Draco no perderá este año, estoy seguro de que lo acabará con honores, pero está decidido que no seguirá en la universidad, tú, mejor que nadie, sabes lo que es cuidar de una familia, Astoria y el niño lo necesitan, y ha llegado ya el momento de que me suceda poco a poco, ya ves..., cada día nos hacemos mas viejos... —Lucius besó la mano de su esposa y ella pareció quedarse más tranquila con su explicación, no le gustaba mucho la idea de que Draco abandonara los estudios, pero su esposo le hizo entender que era necesario, y que tenía un respaldo económico tan cómodo, que haría que nunca le faltase nada.

Cuando terminaron todos de almorzar y se levantaron de la mesa Astoria quiso enseñarle como estaba quedando la habitación del bebé,

Draco no quiso verla, le respondió que no le interesaba en lo más mínimo, que podía hacer con ella lo que le diera la gana, la dejó plantada y estática en el pasillo y fue tras Hermione que para no tener que encararlo había salido a toda prisa hacia la biblioteca,

—¡Hermione!, espera... —dijo corriendo y alcanzándola— quería hablar contigo antes de marcharme..., como habrás oído..., me voy de viaje y regreso en un mes..., ¿porqué no hablamos en otro sitio?,

—no me apetece hablar contigo Draco, entre tú y yo, ya está todo dicho

—le respondió cortando la conversación y entrando en la biblioteca, pero Draco la agarró del brazo y le impidió que se fuera,

—Hermione..., por favor tienes que escucharme..., ya sé que todo esto es para ti como una pesadilla..., ¡pero lo arreglaremos!, te juro que haré todo lo que esté en mis manos para que podamos estar juntos...

—¿¡que!?, estás loco..., tú te vas a casar con Astoria y ella te va a dar un hijo, yo no pienso ser tu amante, ni la mujer que separe a un niño de su padre,

—¡pero es que eso no va a ocurrir!, Astoria y el niño tendrán todo lo que necesiten, ya escuchaste a mi padre, trabajaré para mantenerlos..., pero nunca me casaré con ella,

—¿estas seguro?, porque tus padres y los de Astoria están convencidos de lo contrario, y por cierto, un niño no se educa únicamente dándole dinero a su madre, también necesita el cariño de su padre, ¿o acaso pensabas alejarte de él para estar conmigo?,

—¡pues sí!, ¡es lo que deseo!, ¡no quiero a Astoria y aborrezco a ese niño!,

—¡no puedes estar hablando en serio!, Draco..., ¡se trata de tu hijo!,

—¡pues no lo quiero!, solo te quiero a ti...,

—¡olvídame!, yo ya te he olvidado,

—¡mientes!,

—¡suéltame el brazo!,

—¡no!,

—¡olvídame Draco!, ¡de lo que tuvimos una vez, ya no queda nada!, ¡qué me sueltes de una vez! —Draco no la soltaba e intentaba besarla, mientras Hermione se revolvía,

—¡DRACO! —bramó Lucius, sorprendiéndolos en semejante faena— ¡ve a hacer tu maleta!, partimos en un par de horas, ¡no se te ocurra retrasarnos! —le incriminó con su fría mirada y su tono severo.

No tuvo más remedio que soltarla y obedecer a su padre, contra su voluntad, dejó a Hermione en la biblioteca y se dispuso a subir las escaleras para ir a su habitación y hacer la maleta,

su padre, después de lo que había visto, pensó que lo mejor sería adelantar un poco el viaje, se lo comentó a Narcissa y ella estuvo de acuerdo, lo único que le pesaba era que su marido no tendría tiempo para satisfacerla, y que ya no lo vería en un mes, aunque pensaba que por otro lado, la espera merecería la pena, estaba segura de que él le agradecería la bienvenida que le pensaba dar, y quedaría muy complacido con ella.

Avisó a su padre cuando estuvo listo y se despidió de su madre, ésta lo besó con cariño maternal y le deseó un buen viaje, pero para su disgusto también le indicó que se despidiese de Astoria, de hecho se lo exigió,

—no pienso hacerlo madre,

—no seas testarudo Draco, deja de comportarte como un niño, ¡por Merlín!, ¡tienes ya diecinueve años!, anda y despídete de ella, se merece tu respeto y tus atenciones —le dijo su madre,

—¡la odio...! —susurró— ¿¡porqué tengo que despedirme de ella!? —preguntó Draco, disgustado,

—no sé..., ¿porqué se casará contigo dentro de poco y porque espera un hijo tuyo? —respondió su madre con cinismo— Draco..., antes de hacer las cosas..., ¡párate a pensar!, cada acción, trae sus consecuencias, esta ley la empezamos a conocer en nuestros primeros años de vida, ¡parece mentira que seas un Black!, ¡ve y despídete de Astoria!, ¡y no repliques más! —con hastío, Draco fue hasta la habitación de Astoria y llamó a la puerta, ella abrió enseguida y sonrió al verle,

—sólo son las cuatro y media, ¿ya te vas?, ¿o te apetece estar un rato conmigo?,

—¡ni en tus sueños!, para mi suerte..., ya me voy y te perderé de vista durante un mes, vengo a despedirme de ti, vengo a decirte que durante estas cuatro semanas voy estar feliz y contento de no tener que verte la cara, ni de saber nada de ti ni de ese niño que llevas que para su desgracia no representa otra cosa que un error para mí, y también vengo a darte las gracias, ¡gracias Astoria!, ¡muchas gracias por arruinarme la vida!, ¡muchas gracias por separarme de la mujer que quiero!, ¡gracias!, ¡y espero, que algún día!, ¡pagues con creces lo que nos estás haciendo!, en especial a ella, porque es una persona que jamás se ha metido contigo ni te ha hecho daño, sólo es una víctima de tu veneno, espero que algún día..., todo ese mal que le estás causando..., se vuelva contra ti.

Dicho eso, se marchó y la dejó iracunda y enfurecida, tanto, que descargó toda su rabia destrozando por completo su habitación, y maldiciendo hasta el aire que respiraba.

Draco esperó a su padre fuera de la mansión metido ya en el carruaje, poco después bajó Lucius, y emprendieron los dos, aquel importante viaje de negocios que haría de Draco, el hombre de provecho que tanto Astoria como sus padres, deseaban que fuera.

Hermione reanudó las clases con soltura y se alegró de el autocontrol que había conseguido frente a lo que sentía por Draco, había sido fuerte y no había sucumbido a su posesividad, le había hecho caso a Harry, estaba decidida a olvidarlo, se decía a sí misma que Draco no era para ella, nunca lo había sido, el amor y el deseo que se tenían solo era un juguete del destino, un capricho egoísta de la fortuna, y ella no quería seguir sufriendo por él, necesitaba descansar de ese tormento, necesitaba un respiro, un alivio, y nada mejor que zambullirse de lleno en sus estudios para mantener su mente ocupada.

Sus puntuaciones que en un momento habían bajado peligrosamente, comenzaban a repuntar y a subir equiparándose a los mejores alumnos de su curso, pronto Gryffindor estaría a la cabeza, y ella deseaba llevarse ese mérito, Harry, Cho, y Olivia trazaron un plan para hacerlo posible y que no pareciera una competición desleal, se lo contaron a Hermione, y ella lo perfeccionó con su ingenio, y su astucia característica, al final de la semana, el director concedió, mil puntos a Gryffindor, causando un gran revuelo y muchas quejas por parte de las demás casas, pero según él, había poco que objetar, habían cuatro alumnos que sobresalían de todo el primer curso, y habían obtenido cada uno con sus fabulosos y completos trabajos, doscientos cincuenta puntos para su casa.

La gente no se lo creía, y exigían al director que dijera los nombres, pero él, temiendo una guillotinada pública por parte de los envidiosos prefirió guardar silencio, tampoco podía hacer lo habitual en esos casos, que era regalar una semana de descanso a los ganadores, pues todo el mundo descubriría quienes eran, por lo que les comentó a cada uno que pensaría la manera de compensarlos, y que tuvieran paciencia, pues cuando menos se lo esperasen les daría su recompensa.

El fin de semana, como habían quedado con Ginny, lo pasaron en la cabaña del lago, Hermione no tuvo problemas a la hora de pedir permiso, Narcissa fue generosa y la dispensó de regresar a la mansión hasta que volviera Draco, pero sólo hasta su vuelta, ya que como ella seguía siendo su esposa legítima, debía ser ella quien lo recibiera a su regreso, como mandaban las costumbres y tradiciones.

El segundo fin de semana que pasaron en la casa del lago, Luna llevó a Neville, les contaron a todos que hacía poco que estaban saliendo,

a Ginny le encantó la noticia, les dijo que hacían muy buena pareja, y les deseó lo mejor, les deseó un dulce y largo noviazgo, los demás estaban de acuerdo con ella, y era cierto que se complementaban muy bien, aparte de que rebosaban alegría por cada uno de sus poros. Se veían como nunca, por lo visto, ya se gustaban desde hacía varios años.

Se lo pasaron tan bien esos dos fines de semana, que decidieron repetirlos, y después de otra agotadora y exhaustiva semana de estudios, volvieron a la cabaña, esa vez fueron un montón, Harry apareció con Ginny, que ya habían retomado su noviazgo y ella estaba radiante, se sentía pletórica, y a los dos se les veía muy enamorados.

Luna como el anterior, llegó con Neville montando los dos en la escoba de éste, y Hermione llegó con Cho, y Filiph, que ya era su novio formal, a las pocas horas se les unieron Olivia y su novio, con grandes sacos con bebidas, algo de comida y buena música.

Aquella noche armaron un fiestón monumental, por suerte se encontraban en el corazón del bosque, si hubieran tenido vecinos, los habrían echado de allí seguro.

Al día siguiente se levantaron todos al medio día y con resaca, pero estaban contentos de estar juntos allí, relajados y tranquilos, no paraban de reírse con las ocurrencias de Harry, el novio de Olivia y el de Cho, que estaban jugando a imitar a los profesores y a algunos alumnos creídos y repelentes, pero cuando de verdad se partieron de la risa, fue cuando imitaron a las chicas y a los prefectos.

El domingo por la tarde, casi rozando la oscuridad de la noche, recogieron toda la basura, limpiaron la casa y regresaron todos a la residencia de la universidad, pues al otro día madrugarían.

Harry llevó a Ginny a la madriguera, y Neville acompañó a Luna a su casa, como llevaban haciendo desde hacía tres fines de semana, quedaron también en verse al siguiente.

Olivia y Cho estuvieron especulando toda esa semana sobre cuál sería la recompensa que les daría el director, tenía fama de dar premios exclusivos y muy caros, cosas de gran valor que solían ser únicas, estaban un poco emocionados y expectantes.

Harry pensó que a lo mejor les dejaría preparar otra de esas magníficas juergas universitarias, pero recordó la pelea que tuvo con Draco, y desechó esa idea de inmediato.

Pasaron aquella semana con extraña pasividad y menos deberes de lo habitual, todos los alumnos aprovecharon el curioso y agradecido paréntesis de exámenes y tareas, y una vez terminadas las clases dedicaban todo el tiempo libre al ocio y las variadas diversiones que el campus les permitía.

Se veían más grupos de estudiantes de lo normal, disfrutando al aire libre en los jardines, se entrenaba más horas para los partidos de Quidditch y demás deportes, y se podían ver a menudo, grupos de danza, música y teatro, practicando por toda la universidad,

eso sí, solamente podían hacerlo por las tardes, pues las mañanas eran sagradas y restringidas a los libros y las prácticas de estos.

Hermione se despertó a primera hora de la mañana sin esfuerzo ni somnolencia alguna, estaba rebosante de energía y vitalidad, se sentía descansada y feliz, curiosamente feliz, no sabía porqué, pero se sentía fenomenal, casi le apetecía salir a volar con su escoba y recorrer con ella todo el país, su cuerpo casi eufórico le pedía a gritos movimiento, pero sobre todo, y antes que eso, le estaba pidiendo a gritos combustible.

Se levantó prácticamente de un salto de la cama y corrió a la ducha, cuando terminó de arreglarse, Olivia aún dormía, era muy temprano, la mayoría de la gente que dormía en la residencia se levantaban media hora más tarde, pero ella no podía dormir, ni podía quedarse quieta,

trató de despertar a su compañera de cuarto y charlar con ella un rato mientras llegaba la hora del desayuno, pero ella, que aún estaba en el quinto sueño, le tiró una almohada y le suplicó que la dejara descansar.

Hermione, airada, salió de su habitación en busca de Cho, pero para su sorpresa y vergüenza, se encontró con que estaba muy bien acompañada y bastante ocupada con Filiph. Los dos, metidos en la cama, se quejaron por la molesta interrupción y le tiraron las almohadas para que se fuera y les dejara continuar con la agradable actividad.

Hermione, casi molesta por no poder disponer de su amiga a su antojo, salió del cuarto con el rabo entre las piernas y con pocas ganas de volver a su habitación, entonces se le encendió una bombillita, "Harry".

Se coló a hurtadillas por el pabellón de los chicos y se metió en la habitación de su amigo, estaba casi a oscuras, la cama de su compañero estaba vacía pero deshecha, como si se hubiera despertado en algún momento por algo o por alguien.

Harry yacía roncando y profundamente dormido, medio arropado y con un pie salido de la cama, Hermione lo observó un instante y reprimió la risa, se veía de lo más gracioso, miró su reloj y vio encantada que pronto se despertarían todos.

Pensó que podían ser los primeros en ir a desayunar, y seguramente tendrían tiempo para dar un paseo y charlar un rato antes de entrar en clase,

—Harry... —susurró moviéndolo un poco— Harry despierta... —Harry gimió molesto y se dio la vuelta —jajajajaja, ¡señor Potter!, está suspendido —dijo con sorna y poniendo la voz grave,

—¿¡que!? —Harry se despertó de un brinco sobresaltado y sin comprender nada, se aterrorizó de verse en pijama, despeinado y sin sus gafas, se las colocó enseguida y por fin se dio cuenta de que estaba en su habitación y Hermione le había gastado una bromita pesada,

—¡por Nirvana, Hermione...!, ¡me has dado un susto de muerte! —le dijo volviéndose a acostar cómodamente en la cama y bostezando,

—jajajaja..., no era mi intención tonto..., anda..., despierta dormilón, si te das prisa seremos los primeros en bajar a desayunar y podremos elegir cualquier cosa que nos apetezca,

—¿ah,sí?,

—sí, es como una especie de premio sólo para las tres primeras personas que bajan a desayunar,

—que raro... —dijo volviéndose a arropar y dando otra vuelta en la cama —mmm..., ¿y para qué harán eso?,

—es para que la gente aprenda a madrugar con más entusiasmo, anda..., ¡baja conmigo!, por favor...

—¡no Hermione!, estoy muerto del sueño..., ¡déjame dormir!, ve a buscar a Cho,

—¡bah!, aguafiestas..., ¡no seas tan perezoso!, además..., Cho tiene algo mejor que hacer ahora mismo,

—¡sí!, dormir —se quejó.

—¡No!, bobo..., me refería a otra cosa..., está pasándoselo en grande con su chico —le comentó con cierto fastidio,

—bueno Hermione..., no puedes tener a Cho las veinticuatro horas del día disponible para ti, en algún momento tendrá que hacer el amor con su novio ¿no?, ¿¡y ahora me vas a dejar dormir o no!?,

—no, quiero que bajes conmigo a desayunar, ¡tengo un hambre bestial!, ¡y quiero que vengas ahora!, ¡te lo ordeno! —le dijo apuntándole con su varita,

Harry bajó a regañadientes las escaleras, arrastrado por Hermione, que esa mañana estaba de un humor excelente, le extrañó su actitud, y le preguntó si el director ya le había entregado su premio, ella le contestó que no, que simplemente se sentía muy bien porque ya no estaba tan agobiada con los problemas que tenía con Draco.

Tampoco había vuelto a la rigidez de la mansión desde que él se había marchado, cosa que la hacía estar en paz consigo misma y con los demás, ni había vuelto a ver a Astoria, eso también la ayudaba a mantenerse segura y medianamente feliz, y excepto por una o dos veces que se había cruzado con Pansy, no había tenido ningún incidente desagradable con nadie, pero había algo más que Harry notaba en ella y no lograba descifrar.

Estaba diferente, no sólo era su buen humor, y su mirada despejada y cristalina, la veía llena de esperanza y una especie de halo de primorosa delicadeza la envolvía, algo en ella había cambiado, era obvio, el sabía que estaba distinta.

No era sólo el hecho de haberse desarrollado más en esas últimas semanas, Hermione casi era una mujer, o le faltaba muy poco para serlo, pero Harry veía que su forma de comportarse, sus movimientos, su espíritu ya no era el mismo, algo había causado o estaba causando una sutil transformación en ella, pero fuese lo que fuese, la hacía verse, maravillosamente encantadora.

En efecto fueron los primeros en llegar, Harry pidió unos gofres con helado, chocolate caliente por encima y nata, y de beber un cremoso batido de vainilla y caramelo, mientras Hermione se decidía, él fue buscando la mejor mesa, una de las mas cómodas, estaba situada junto a una de las enormes ventanas que daban a los jardines principales.

El paisaje era hermoso y primaveral, verde y florido, hacía un tiempo estupendo, y una pizca de hambre le hizo rugir ligeramente el estómago, se dio cuenta de que había sido una buena idea bajar tan temprano a desayunar, era la primera vez en la universidad que podía comer tranquilo y elegir lo que más le gustaba, pensó que había empezado el día con muy bien pie.

A los diez minutos llegó Hermione con dos enormes bandejas repletas, inconscientemente se le abrió la boca y se quedó perplejo, ella se sentó frente a él, y empezó a devorar con gula y un hambre atroz, su desayuno,

—¿de-de verdad te piensas comer todo eso tú sola? —le preguntó Harry incrédulo,

—Ufff..., tengo un hambre... —respondió Hermione dando un bocado enorme a una de sus hamburguesas,

—si, pero..., ¿no crees que es demasiado?, no creo que te lo puedas terminar todo tú sola... -/

—¿quieres apostar?,

—venga Hermione..., ¿en serio?, ¿todo ésto?, jajaja, aquí hay comida para todo un regimiento jajaja, te lo digo en serio..., no podrás con todo, es que..., es..., ¡es una burrada!, dos hamburguesas dobles..., dos perritos calientes, ¡con todos los acompañamientos!, ¡cuatro brochetas de pollo a la mostaza!, y un bol de patatas fritas..., y por si fuera poco, ¡claro!, el postre no debe faltar jamás, ¿dos trozos de tarta de manzana?,

—sí, no sabes las ganas de carne que tengo..., ¿es curioso verdad?, a mí me gusta la carne y la como dos o tres veces por semana..., pero es que hoy..., no sé, ¡me he despertado con ganas de darme un buen atracón de carne!, será por toda la energía que he estado perdiendo con las clases y eso...

—lo que yo jamás me imaginé, fue que pidieras justo mi desayuno favorito... y más a estas horas..., yo lo suelo comer cuando me levanto tarde, a las doce o a la una —dijo extrañado y dando un mordisco a su gofre,

—¿tu desayuno favorito? —preguntó, mirando sus bandejas, asombrada por aquella coincidencia,

—claro, ese es mi desayuno favorito, te lo preparé el día que te quedaste a dormir en mi casa, ¿recuerdas? —en ese momento se acordó de la noche que había pasado en su casa, le pareció raro, muy raro, demasiado.

Habían pasado ya catorce días, catorce días en los cuales no había querido sacar conclusiones que la tuvieran apartada y distraída de sus estudios, pero sobre todo, no quería ver la realidad, y aunque nunca antes le había pasado, cualquiera de sus compañeras le habría dicho que era completamente normal, y que no se preocupara, pero ahora caminaba desesperada de un lado para otro de su habitación, con el corazón a punto de salírsele del pecho y sosteniendo con sus manos temblorosas, la tira de plástico en el que quedaba reflejado el abrumador peso de la verdad, una verdad que no se podía creer,

tenía entre sus manos, el resultado de la prueba de embarazo que se había hecho, había dado positivo, estaba embarazada, y era de Harry.

Estaba abrumada, asustada, turbada, no sabía qué hacer, el corazón le latía a mil por hora, se sentó en su cama unos minutos, y trató de calmarse,

respiró profundamente llenándose los pulmones y sacó el aire despacio, —¡no puede ser! —se dijo a si misma, aterrada— ¡no me puede estar pasando esto!, ¿y ahora qué? —se preguntó al borde de las lágrimas— ¿¡y ahora qué narices hago!? —un millón de pensamientos positivos y negativos se revolvieron impactando en su ordenado cerebro arrebatándole la lógica de cuajo.

Como por inercia se levantó de la cama y se paró frete al espejo, se miró de arriba abajo, para serse sincera, se veía igual que siempre, excepto por un ligero aumento en su busto y en sus caderas, algo casi imperceptible, pero que había notado a la hora de vestirse, alzó su blusa y miró su vientre, tan liso y terso como siempre.

Hizo un recuento de los hechos, porque todavía no entendía cómo le había podido ocurrir, hacía casi un mes que se había acostado con Harry, y hacía catorce días que tenía que haber menstruado.

Los primeros días de espera se le hicieron extraños, su organismo funcionaba como un perfecto reloj, nunca se retrasaba, siempre le bajaba el periodo el mismo día y casi a la misma hora, nunca había tenido ningún desarreglo hormonal, y por eso según fue avanzando la semana, su preocupación fue aumentando gradualmente, pero su cordura le decía que al fin y al cabo era mujer, que esas cosas pasaban, que podría estar pasando por un mal momento.

La tensión el agobio y el estrés podían ser los principales factores causantes de que no todo fuera como siempre, pero cuando la segunda semana acabó sin la novedad esperada, y se dio cuenta de que sentía algunos cambios, físicos y psicológicos, como el exceso de adrenalina y un rarísimo bien estar sin motivo aparente, más apetito de lo normal en especial por las mañanas, y que además solía comer ciertas cosas que le encantaban a Harry…, se alarmó de tal forma que no dudó en salir corriendo de la universidad y comprarse una prueba de embarazo,

podría repetirla unas cuantas veces más, pero el resultado no cambiaría, era un hecho, estaba encinta de pocas semanas.

—Tengo que decírselo a Harry… —susurró, abrazándose a sí misma, con un miedo que no cesaba.

Cuando acabaron las clases, Hermione fue a buscarlo, estaba más serena, pero seguía temerosa e indecisa, caminaba despacio y distraída, no miraba a la gente con la que estaba chocando continuamente «¿qué voy a hacer ahora?, ¿qué va a pasar ahora?», se preguntaba una y otra vez.

Lo encontró en la biblioteca principal que como siempre, estaba abarrotada, estaba estudiando para su próximo examen, casi se estaba durmiendo sobre el libro, y le representó un gran un alivio que Hermione le sacase de allí para poder tomarse un merecido descanso,

—Harry.., necesito hablar contigo —le dijo en voz baja,

—Claro, salgamos fuera —le contestó él, contento de tener una excusa para escaquearse de seguir con su rutina.

Salieron de la biblioteca y llegaron hasta uno de los jardines traseros, por los que muy poca gente solía pasear, eran bonitos y muy cuidados, pero la mayoría de los alumnos preferían los más concurridos y visibles, se sentaron cerca del arroyo en uno de los bancos de madera.

Hermione no sabía por dónde comenzar, no sabía cómo decírselo, la noticia le había caído a ella como un balde de agua helada, y no sabía cómo se lo tomaría él, Harry la miraba atento y expectante, le agradaba mucho estar con ella, siempre había sido así, pero de un momento a otro fue consciente de lo mucho que le estaba costando hablar a su amiga, estaba tensa y muy preocupada, enseguida supo que algo iba mal, que iba a darle una mala noticia, ¿o no sería tan mala?.

—Harry..., yo... —suspiró intentando encontrar las palabras adecuadas— uffff, que difícil es esto...

—Hermione, ya sabes que puedes confiar en mí para lo que sea, somos amigo..., cuentas conmigo, lo sabes, siempre voy a estar a tu lado, ¿porqué tienes tan mala cara?, desde hacía días..., habías dado un cambio radical, te veía tan feliz y tan positiva..., con tantas ganas de hacer mil cosas..., incluso estas más bonita, pero..., ahora te veo tan preocupada..., me estás empezando a asustar.

—Merlín... —dijo Hermione sollozando y tapándose la cara con las manos, Harry la abrazó e intentó consolarla,

—Por favor dime qué te pasa..., no quiero verte llorar, no sabes lo mal que me siento al verte así, te ayudaré en todo lo que pueda, cuéntamelo, soy tu mejor amigo, te entenderé, nada ni nadie hará que cambie contigo.

—Oh..., Harry..., no pensé que fuese a ocurrir... —le dijo secándose las lágrimas y sonándose la nariz con su pañuelo,

—¿pero qué es lo que ha ocurrido?,

—estoy embarazada —Harry abrió la boca por la sorpresa y se le desorbitaron los ojos, por un instante se le olvidó respirar,

—¿¡que!? —en realidad, esperaba que estuviera bromeando con él, lo esperaba y lo deseaba de todo corazón,

—no me hagas repetírtelo por favor, ¡lo siento!, no pensé que ocurriese así..., tan rápido...

—pe-pe-pero..., ¿estás completamente segura?, ¿segura, segura, segura?,

—sí Harry, estoy segura, ésta mañana me hice una prueba,

—¿una prueba?, pero a ver..., ¿acaso has tenido algún retraso o...?,

—catorce días... —dijo Hermione, con desgana y disgusto,

—¿catorce?, ¡pero si eso no es nada mujer!, será que estas..., nerviosa o tensa por terminar bien el curso...

—Harry, me he hecho una prueba y ha dado positivo —dijo cortante,

—¿qué clase de prueba?, ¿una de esas caseras que se compran en la farmacia?,

—sí, exacto,

—esas cosas fallan, no son de fiar al cien por cien, tenemos que salir de dudas, lo mejor será que te vea un medimago —le dijo con suavidad y acariciando su mejilla —iremos mañana a primera hora a mi medimago de cabecera, ¿de acuerdo?,

—¿mañana a primera hora?, pero tienes el examen de alquimia..., y yo tengo que entregar un trabajo,

—sí, pero esto es una prioridad, esto es mucho más importante, necesitamos saberlo con certeza y así estarás más tranquila..., no te preocupes —le dijo abrazándola fuertemente —todo saldrá bien — le dio un beso en la cabeza y la meció dándole un poco de ánimo,

—¿y si...?, ¿y si resulta que sí lo estoy?, ¿qué haremos? —le preguntó, aún abrazada a él y con los ojos cerrados,

—shhh..., tú tranquila, no nos adelantemos a los acontecimientos, yo creo que es sólo un susto, pero..., si resulta lo que tanto temes..., bueno..., ya pensaremos en eso después, ahora quiero que liberes tu mente de todo aquello que te esté perjudicando y causando malas energías, descansa bien esta noche, acuéstate temprano y toma una infusión de melisa, te sentará bien, mañana iré a buscarte a tu habitación a las siete de la mañana, volaremos los dos en mi escoba,

—¿ya la has arreglado?,

—no..., tuve que comprarme una nueva —Harry le sonrió y ella se animó un poco,

—¿estás seguro de que es buena idea que vaya a tu medimago?,

—sí, creo que es lo mejor, es un tipo serio y muy discreto, es muy profesional, y es agradable en el trato, estarás cómoda, te lo prometo,

—estoy asustada... —le dijo un poco temblorosa, Harry la abrazó aún más fuerte,

—no tengas miedo Hermione..., todo saldrá bien, pase lo que pase siempre podrás contar conmigo.

Harry la abrazaba protectoramente y con mucho cariño, le daba palabras de apoyo y fortaleza en un momento delicado para ambos, no podía hacer menos, él era tan responsable como ella de lo que estaba ocurriendo, y nunca le daría la espalda en algo así, no era su estilo, era la clase de chicos que asumían sus culpas y errores, se hacía cargo con plena lucidez, tanto de sus triunfos como de sus derrotas, y si se equivocaba, trataba de no volver a errar.

Harry era todo un caballero en todas sus facetas y en todos los terrenos, nunca abandonaría a una chica a su suerte, y menos si era él el que hubiera ocasionado el perjuicio, aparte de que se encontraba en una situación especial, Hermione era su mejor amiga y la quería muchísimo, el amor que sentía por ella siempre le impediría perjudicarla de alguna manera, o al menos..., nunca lo haría conscientemente.

Al otro lado del arroyo, Ginny los observaba con todo lujo de detalles, había estado allí desde el principio, ese día había ido con la intención de decirles a ellos y a Cho, que sus sobrinitos habían nacido ya, pensaba invitarlos a los tres a tomar algo en Hogsmeade, pensaba decirles, lo feliz y afortunada que se sentía de tener unos amigos tan geniales como ellos.

Llegaron puntuales a las nueve y media de la mañana, sólo estuvieron en la sala de espera cinco minutos y enseguida la enfermera los hizo pasar a la consulta, un viejo medimago paciente y sonriente les dio la bienvenida, Harry le comentó por encima el motivo de la visita, el medimago lo escuchó interesado y asintió con cordialidad, luego se dirigió a Hermione,

—bien..., hay dos formas de salir de dudas, la primera es hacer unos análisis, son completamente fiables, no habrá la mas mínima equivocación y el resultado será el que salga, pero tardarán varios días en llegar a nuestras manos,

—¿cuántos? —preguntó Hermione, ansiosa,

—entre tres y cuatro días —respondió el medimago escudriñándola, Hermione se angustió y el medimago notó su frustración— también hay otro método más rápido, y también más muggle..., ¿sería un problema para vosotros?,

—para mí no —dijo Hermione— soy hija de muggles,

—para mí tampoco —dijo Harry agarrando la mano de Hermione y entrelazándola con la suya, ella lo miró y él le sonrió,

—se trata de hacer una simple ecografía ¿sabéis lo que es? —ambos asintieron— estupendo..., de esa manera sabremos de inmediato la respuesta y las medidas a tomar en un caso u otro

El medimago pidió a Hermione que se tumbara en la camilla y se descubriera el abdomen, le colocó un frío gel que la sobresaltó por lo frío que estaba y le colocó un aparato sobre el bajo vientre, para que fuese haciendo contacto y encontrara su útero, mientras tanto ajustó la pantalla en la que aparecerían la imágenes para que tanto ellos como él, pudieran ver bien el resultado, Harry en ningún momento había soltado la mano de Hermione, estaba tan nervioso como ella,

—bien, ¿veis esto de aquí? —dijo el medimago delineando con el dedo sobre el monitor, una forma abstracta y curvilínea— Harry y Hermione se miraron extrañados y asintieron— ésto que estoy señalando es tu útero —le dijo a Hermione— y esta cosita de aquí dentro…, es tu bebé.

Ahí estaba, no cabía duda, no cabía la posibilidad de que fuese un error, se encontraba escondido y resguardado como un secreto inconfesable, en las profundidades de su cuerpo, tan diminuto, tan pequeñito, del tamaño de un garbancito, con apenas unas semanas de vida, pero con el poder más que suficiente de hacer sentir lo más maravilloso o lo mas desgarrador.

Harry había rezado en silencio a los druidas para que el resultado fuera negativo, había cometido un error imperdonable, pero no tanto para los demás, como para sí mismo, había dejado embarazada a su mejor amiga, había sido descuidado con algo de suma importancia, no había pensado en las consecuencias, y ahora ella sufriría por su descuido, sufrirían los dos, porque él no se perdonaría nunca, haberla hecho pasar por un trago tan doloroso, cuando lo había podido evitar.

—estás rozando las cuatro semanas  —le dijo el medimago a Hermione, que estaba a punto de volver a echarse a llorar, con el alma hecha añicos —por lo que veo..., todo va estupendamente, su tamaño es el adecuado y por ahora está sano y crece fuerte y deprisa, no hay nada por lo que debas preocuparte, el embrión se encuentra muy bien..., aunque quizá..., tendrías que coger dos o tres quilos más, estás muy delgada, necesitas comer más ¿de acuerdo?, y nada de alcohol ni tabaco, nada de comidas picantes ni muy saladas, y ten cuidado con el azúcar, nada de excesos, por su puesto es necesario que lleves una dieta variada y equilibrada, sé que eres una estudiante..., pero trata de dormir al menos ocho horas diarias, si no puedes, no te vendría mal hacer la siesta por las tardes, no más de una hora, me gustaría que regresaras para tu próxima revisión el mes que viene —le dijo haciendo unas anotaciones en su informe— bueno..., ¿tenéis alguna pregunta?,

—Los dos habían enmudecido, no sabían qué decir, Harry meneó la cabeza, y Hermione no podía apartar la vista de la pantalla —¿queréis saber su sexo?,

—¿se puede saber tan pronto?  —preguntó Harry asombrado,

—en el mundo muggle no..., pero en el nuestro, por suerte, si  —le respondió con una leve sonrisa— nos aventaja la magia —Harry dudó y miró a Hermione interrogante, no quería hacer nada que la perturbara más de lo que ya estaba,

—yo sí quiero saberlo —le dijo ella directamente a Harry, éste asintió al medimago que extrajo una gotita de sangre del dedo índice de Hermione, la introdujo en un tubito que contenía una especie de suero transparente, e inmediatamente cambio de color,

—es un varón —les dijo el medimago a los dos, esperando sus reacciones, Harry sonrió levemente y miró a Hermione,

—¿de verdad?, ¿es un niño doctor? -—preguntó ella con un ligero tinte de ilusión y alegría,

—sí, es un niño, puedes estar segura  —Hermione no pudo ocultar su sonrisa, apretó la mano de Harry que aún sostenía la suya y él también se dejó llevar por aquella extraña mezcla de sensaciones, en las que luchaban por prevalecer, el miedo, la felicidad, la ansiedad y la euforia.

—Niño... —repitió Harry, sonriente, besando la mano de Hermione.

—Puedes bajarte la blusa y bajar de la camilla —le dijo el medimago a Hermione— ¿en qué medio de transporte habéis venido?,

—en escoba —contestó Harry, el medimago se quedó pensativo,—no es buena idea que la sigas utilizando —le dijo a Hermione— una caída podría ser fatal, te causaría una perdida segura, tampoco debes seguir apareciéndote bajo ningún concepto, es más peligroso que montar en escoba, lo mejor será que utilices los carruajes tradicionales y los vehículos voladores, pero sólo los cerrados  —Harry asintió con el alma por los suelos y dio las gracias al medimago, se despidieron los dos y salieron de la clínica.

Decidieron no ir directamente a la universidad, fueron a la casa de Harry, tenían muchas cosas que hablar y muchas decisiones que tomar.

Prepararon entre los dos y en completo silencio, algo para almorzar, y cuando terminaron de comer, casi sin poder mirarse el uno al otro, se sentaron en el sofá para hallar la solución más conveniente.

Hermione no decía nada, le costaba mucho hablar, se estaba dominando como podía, había llorado demasiado, y empezaba a tener un agudo dolor de cabeza,

—lo siento mucho Hermione... —dijo Harry, rompiendo el clamoroso e incómodo silencio— no pensé que fuese a ocurrir, y menos con tanta rapidez..., es increíble, sólo nos hemos acostado una vez..., no me lo explico,

—bueno..., en teoría sólo hace falta una vez para que pase..., pero hemos tenido mala suerte, es bastante raro que me haya quedado embarazada a la primera, normalmente, las mujeres que lo buscan..., suelen tardar meses o incluso años,

—sí..., es muy raro, ¡te juro que yo!, yo no quería que esto ocurriera, debí ser más responsable, debí cuidarme, y..., cuidarte a ti,

—los dos debimos ser más responsables Harry..., los dos hemos fallado..., no es sólo culpa tuya,

—¿cómo te sientes?, ¿cómo te encuentras?, ¿has tenido nauseas o vómitos o... mareos? —Hermione negó con la cabeza,

—nada, bueno, me maree un poco al montar en la escoba, pero se me pasó en cuanto me bajé, la verdad es que me he sentido muy bien, puede que esté comiendo más,

—sí, eso lo he notado,

—algunas veces he sentido como..., un burbujeo en el bajo vientre,

—¿en serio?,

—si, pero muy leve, como un cosquilleo

—tienes el vientre plano... —le dijo Harry contemplándola— tienes un vientre muy bonito —Hermione sonrió y Harry la atrajo hacia él, la abrazó y besó su frente— no estás sola en esto... —susurró en su oído— voy a estar a tu lado pase lo que pase,

—es una locura —le dijo Hermione, dejándose mecer por él— ya sé que esto es una locura, pero..., pero quiero tenerlo —Harry se apartó un poco de ella y alzó su cara para poder mirarla a los ojos,

—sólo tienes dieciocho años Hermione —le dijo Harry, asustado,

—lo sé... —respondió llorosa— pero quiero tenerlo,

—¿estás seguras de eso? —Hermione asintió y Harry se mordió el labio con preocupación —piénsalo, esto nos cambiará la vida,

—mi vida ya no puede ser peor  —susurró apesadumbrada,

—somos todavía muy jóvenes Hermione...

—sé que parece que vamos a tener muchos problemas..., y que se nos va a complicar mucho la vida..., ¡pero quiero tenerlo Harry...! ¿has visto lo pequeñito que es?, siento que ya lo quiero..., ¿no te parece extraño que haya venido justo ahora?, ¿no es extraño que con sólo una vez ya esté embarazada?, ¿y si fuera una señal?, ¿y si fuera el destino?, ¿y si éste niño fuera alguien importante?, Harry..., analiza eso, claro que podría estar equivocada y sé que ahora mismo es..., lo peor que nos podía pasar, pero..., lo necesito... —le dijo con la voz quebrada por un llanto reprimido— necesito éste bebé... —se tocó la frente adolorida y la sintió caliente y palpitante, estaba cansada y somnolienta, deseaba darse una ducha y dormir un rato, sólo así lograría descansar y renovar las fuerzas que iba a necesitar  —.Yo ya he tomado una decisión... —le dijo segura y despejada— te dejaré tiempo para que pienses con calma qué deseas hacer.

Se puso en pie y agarró su bolso y su abrigo —me voy al campus— nos veremos allí, escucha..., eres libre..., puedes implicarte en la medida que quieras, si no quieres saber nada de él..., lo entenderé, respetaré tu decisión sea la que sea, si quieres ser sólo el tío Harry..., también lo aceptaré, tú, piénsalo bien, yo estoy abierta a cualquier decisión que tomes.

 Le dio un beso en la mejilla y se dirigió a la puerta para marcharse, justo antes de girar el picaporte Harry le respondió,

—es un niño... —me encantaría que se llamara James, como mi padre, o Sirius, como mi padrino... —sonrió con ternura por el recuerdo de los parientes que había perdido y por la idea de que su hijo llevara aquellos nombres tan significativos,

Hermione le devolvió una sonrisa resplandeciente y conmovedora, su mirada se iluminó suavizando sus facciones, avanzó hacia él y lo abrazó con cariño y una alegría contagiosa, una muy distinta que nunca había sentido,

—podemos ponerle los dos, si tú quieres... —respondió ella sonriente, sentándose a su lado —será un nombre perfecto, James... —repitió comprobando cómo sonaba— mi James..., James Sirius Potter...

 

Por favor... no me maten... xDDD

Continue Reading

You'll Also Like

619K 57.5K 45
"ADAPTACIÓN" Me ví obligado a casarme con el hombre más frío, cruel, orgulloso, prepotente y multimillonario de todo el país solo por un contrato que...
154K 4.1K 30
la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...
179K 15.1K 35
|𝐀𝐑𝐓𝐈𝐒𝐓𝐒 𝐋𝐎𝐕𝐄| «El amor es el arte de crear por la sensación misma, sin esperar nada a cambio,más allá del placer mismo del acto creativo...
972K 103K 142
1era y 2da temporada ♥️ Sinopsis: En donde Jimin es un Omega mimado y Jungkook un Alfa amargado, los dos se casan por sus propias conveniencias. ⚠️...