Agapios Thalassinos.
Arreglo los puños de mi camisa mientras me siento nervioso, los nervios vienen y se van de mi.
-¿todo bien, cariño?- mi madre pregunta mientras llega conmigo, una sonrisa está en su rostro mientras me mira- luces tan apuesto.
-¿sí?- pregunto y ella se acerca mientras arregla el moño de mi traje, acaricia mis mejillas y sus ojos se empañan en lágrimas.
-estoy tan feliz por ti, mi hermoso bebé...
-mamá, no me digas bebé- interrumpo.
-eso eres, mi bebé- continúa mientras ignora mi petición- mi bebé está a punto de casarse- sonrío, sus ojos cafés me miran, la abrazo mientras beso su coronilla- estoy tan feliz- habla de nuevo- feliz de saber que serás feliz, mereces eso, ser feliz.
-gracias, mamá.
-dejen de ser tan sentimentales- habla mi pequeña hermana, Naia de quince años.
Sonrío mientras la miro, ella también se acerca a abrazarme y solo la acepto en mis brazos.
-¿estás listo?- pregunta mi madre y sonrío mientras asiento.
Salimos de la pequeña recepción en la que estábamos, ya nos encontrábamos en la Iglesia, camino y no puedo evitar no sonreír al ver a mis amigos, este lugar ya estaba lleno.
-felicidades- Giselle me abraza mientras sonríe y la acepto- eres el primero de estos amargados en casarse- suelta mientras mira a Noan Salvatore y Raffael Morelli.
Noan, líder de la mafia francesa, estaba soltero y desolado desde que la mujer que ama se fue de Francia, ahora mismo lucía de la mierda, aunque al parecer hoy intentaba ocultar y disimular eso.
Raffael Morelli, líder de la mafia italiana, il capo di tutti capi, lidera a Sicilia y la mayor parte de Italia, él solo está con su típica mirada cargada de seriedad.
Giselle Müller, pertene a la mafia alemana, su padre es el líder.
-jefe- la voz de Neo, mi hombre de seguridad y confianza, me hace voltear- lo buscan- habla mientras señala un auto a la distancia.
Frunzo mi ceño.
-¿quién?- pregunto alejándome un poco de mis amigos.
-la señorita Lux- responde.
Sin esperar más camino hasta donde mi prometida está, la veo bajar del auto, acelero mis pasos hasta que finalmente estoy junto a ella.
Ya tiene puesto un hermoso vestido blanco que adorna su cuerpo, su cabello rubio está arreglado y sus ojos azules lucen aún más con el maquillaje en su rostro.
-¿mi amor?- pregunto mirando su cabello rubio sostenido en un perfecto moño, voltea y sus ojos azules me miran- ¿pasa algo?
Pregunto mientras me acerco, intento tomar su rostro entre mis manos pero ella se aleja unos pasos haciéndome lucir confundido.
-¿Lux?- pregunto al ver su repentina reacción.
-no puedo hacer esto- habla mientras su mirada coincide con la mía- no puedo hacer esto, Agapios.
Sus palabras me hacen congelar en mi sitio mientras analizo su rostro pero ella no da señal alguna de que se trate de una broma.
-¿a qué te refieres?- pregunto.
-no quiero ni puedo casarme contigo- responde mientras veo como lanza su ramo haciendo que este caiga en el piso y las flores que lo adornaban se separen- no puedo hacer esta mierda- su mano quita el anillo de su dedo anular, toma mi mano y abre esta para después soltarlo con brusquedad sobre mi palma- lo lamento.
Me quedo sin palabras mientras veo la sortija con la que le había pedido que se casara conmigo, mi mirada sube hasta ella y la miro.
-¿Por qué?- pregunto mientras trago el enorme nudo en mi garganta- ¿Por qué estás haciendo esto?
Ella solo niega, sus ojos se cristalizan.
-no puedo casarme con un monstruo como tú- responde y aquellas palabras terminan por romperme- no quiero ni puedo hacer eso, eres el líder de la mafia griega, yo, yo no puedo lidear con eso.
-estás mintiendo- hablo con voz dura, sé que ese no era el problema porque de ser así ella lo hubiese dejado en claro desde hace tiempo atrás- sé que lo estás haciendo- continúo- solo di la puta verdad.
Aleja su mirada de la mía.
-hay alguien más- suelta después de unos segundos- me he enamorado de alguien más.
Mis puños se aprietan.
-¿quién es?- pregunto pero niega.
-no te lo diré- comienza a alejarse- es mejor para todos- se deshace del moño en su cabeza. No soy feliz contigo y no lo seré- continúa- lamento esto, Agapios.
Un auto reconocido llega, ella se sube a este y sé de inmediato con quien se ha ido, Calisto, mi mejor amigo.
Trago saliva una vez más, mi garganta arde, un enojo cargado de decepción, tristeza y dolor se hace presente.
-¿Qué pas...
-cancela todo- hablo hacia Giselle quien llega a mi lado.
-¿Agapios?
-ella se fue- respondo con voz dura- abro mi palma mostrando el anillo- me dejó- continúo- se fue con Calisto- mi vista sigue clavada hacia la dirección en que el auto se había ido, volteo lentamente hacia la Iglesia, todos miran con curiosidad y comienzan a cuchillear- cancela todo, Giselle.
Es lo único y último que digo, voy hasta mi deportivo y subo a este para arrancar de inmediato sin oportunidad de que mis hombres o alguien más me siga, solo me largo.
Mis manos se aferran al volante mientras el enojo se apodera de mi, ambos me habían engañado, me habían visto la cara de idiota, ambos, mi mejor amigo, la mujer que amo, ambos habían sido unos jodidos hijos de puta que se aprovecharon de la confianza que les tenía.
Llego hasta una de las pequeñas propiedades que tenía, algunos de mis hombres están aquí.
-¿qué tenemos?- pregunto mientras llego junto a ellos, me miran con sorpresa mientras se recomponen de inmediato.
-atrapamos a los hijos de puta que intentaron robar el último cargamento- habla uno de mis hombres- tomo el pequeño ramillete que adorna mi esmoquin y solo lo lanzo.
-señor, creímos que est...
-no quiero escuchar ni una puta mierda- interrumpo con voz dura a lo que sea que tenía por decir- llevenme con aquellos hijos de puta- asienten y solo continuamos caminando hasta llegar a una de las bodegas.
Dos hombre se encuentran aquí, se ponen de pie ya que se encontraban sentados en el piso.
Sólo me acerco a pasos firmes.
-nosotros lamentam...
Antes de que pueda terminar con la mierda que quería decir estampo mi puño en su rostro, escucho como su quijada truena mientras comienza a quejarse, volteo hacia el otro hombre aquí y lo golpeo también.
-¿creyeron que podrían intentar robarme y que no le tomaría importancia?- pregunto, mirando a ambos, no los había visto antes pero eso no me detenía.
-nos...
Antes de que uno de ellos termine de hablar vuelvo a golpearlo, no me detengo, golpeo a ambos con todo el enojo, rencor y dolor que había en mi y no específicamente por el robo que intentaron hacerme.
Me detengo una vez que ambos están en el piso, trago saliva al ver como apenas y respiran, volteo a uno de mis hombres y extiendo mi mano, se acerca y deja un arma en esta, la cargo y solo disparo a ambos terminando con sus vidas.
Mi respiración está agitada, solo miro por última vez aquellos cadáveres y comienzo a caminar a la salida de nuevo.
-¡quiero esta mierda limpia!- ordeno y asienten, salgo y voy hasta mi auto en donde subo y arranco de inmediato con dirección a mi mansión.
Llego después de unos minutos, bajo del auto y veo los autos de mis amigos, camino hasta la entrada.
-¡por Dios!- la voz de mi madre se escucha, volteo y están aquí.
Noan, Raffael, Giselle y mi madre me miran.
Me miro también, mi esmoquin blanco está ahora lleno de sangre, solo continúo caminando para ir a mi despacho.
Escucho unos ladridos.
-¡no ahora, Zeus!- ordeno a mi perro quien se detiene de inmediato al escuchar mi orden y solo se sienta mirándome, paso de largo y entro hasta mi oficina, pongo el seguro y camino hasta donde se encuentra la botella de whisky, la tomo entre mis manos y quito la tapa para comenzar a beber directamente de esta, con la botella aún entre mis manos camino hasta mi silla giratoria, el nudo vuelve a mi garganta cuando veo la foto de Lux que descansa sobre el escritorio, recorro con la mirada todos los portaretratos que tenía aquí, el dolor regresa a mi pecho cuando me detengo en una donde Calisto, Lux y yo salíamos juntos, tomo este con mi mano libre y lo lanzo haciendo que se estrelle con la pared y se haga añicos, sin detenerme lanzo y hago lo mismo con cada una de las fotografías aquí, con cada uno de esos malditos recuerdos, finalmente cuando no queda ninguna más termino sentándome en mi silla giratoria, la oscuridad comienza a invadir la oficina y solo hay un poco de luz que se logra colar de afuera, solo bebo sin fin alguno, solo me pierdo y me refugio en el alcohol, solo me trago el dolor que siento y la decepción que me invade.
Bebo de nuevo de aquella botella mientras mis ojos miran ahora el anillo entre mis dedos, trago saliva y termino arrojando este también mientras un grito sale de mi boca, mis manos se pasan por mi cabeza y lo único que hago es agachar la mirada, intento olvidar lo que tenía y amaba, intento alejar lo que sentía por ella, intento que mi corazón no la ame más.
◇
Capítulo nuevo.
Nos leemos pronto.
-Neftali.