Hermione, algo nerviosa y un poco expectante, respiró profundamente y giró el picaporte de la puerta que Draco le había indicado para que abriera, entró en la pequeña sala y cerró tras de sí, dejando a Draco al otro lado de ella,
cuando él le comentó que tenía un regalo mejor, ella se imaginó mil cosas distintas, incluso se le pasó por la mente que hubiera podido llegar a un acuerdo con sus padres y con los jueces de la Alianza de paz, para concederle el divorcio y con ello su ansiada y añorada libertad, y que posiblemente estuviera tras esa puerta algún abogado con documentos para ayudarlos con la complicada tarea de finalizar su matrimonio,
también pensó que podrían ser unas increíbles y fastuosas joyas que él se había empeñado en comprarle para una ida a la opera que tenían prevista para ese mes, y que ella decididamente ofuscada y abrumada por el inmenso valor de aquellas piezas dignas de la corona, se había negado rotundamente a recibir,
la sencillez de su personalidad y la sensatez y humildad de su carácter, innumerables veces hacían que Hermione reflexionara cada uno de sus actos, influenciando cada paso que daba en la vida, ciertamente ella era una joven muy inteligente, comprensiva y justa, obviamente reconocía el autentico valor de cada cosa, pero rara vez daba importancia a lo material, sabía que ambos mundos, tanto el mágico como el muggle funcionaban en base a la economía, "tanto tienes, tanto vales", y también sabía perfectamente que el dinero no daba la felicidad, pero desgraciadamente ayudaba mucho, quizás demasiado, cosa que la hacía plantearse siempre de cara al futuro otra forma de vida, en la que las posesiones de las personas y su aspecto a una primera impresión no fueran causa de un juicio inmediato por parte de la sociedad,
ella definitivamente nunca podría identificarse con gente acaudalada y acomodada a la que sus pertenencias y títulos o cuyos apellidos hablaran primero que ellos describiendo la clase de la que provenían y su posición, para ella los bienes materiales prácticamente carecían de valor, si no eran para utilizarlos con sabiduría, justicia y en medida adecuada, sentía mil veces más aprecio por una planta que por el más asombroso y costoso rubí,
le parecía mucho más importante enriquecer el intelecto adquiriendo astucia e inteligencia, que convertirse en una muchacha presumida y superficial, a la que poco le importasen los sentimientos de los demás seres vivos, y era precisamente eso lo que siempre trataba de explicarle a Draco, que insistía siempre en cubrirla con los más caros y lujosos regalos, era algo con lo que siempre tenía que lidiar, y poco a poco lo había estado convenciendo de que lo que realmente importaba era la calidad humana y sus intenciones, no los adornos y adquisiciones, por lo que después de haber hablado tantas veces con él de ese tema y después de haberlo hecho entrar en razón, no entendía muy bien el hecho de que quisiera impresionarla nuevamente con un obsequio mejor del que ya le había dado,
entendía menos aún como podría superarlo sabiendo que aquella vieja escoba era un recuerdo único del amor de su padre, absolutamente ningún otro objeto podría suplir todos aquellos hermosos recuerdos que había acumulado y guardado desde que tenía diez años, pero para su sorpresa ella se equivocaba, aquello no podía compararse, no daba crédito a lo que estaba viendo, era incapaz de describir lo que sentía, no tenía palabras, había enmudecido, y si resultaba ser de verdad obra de Draco, entonces ya ni siquiera sabía qué pensar, pues nunca en su vida se esperó que él pudiera llegar a hacerlo.
Cuando Hermione cerró la puerta tras ella y levantó la vista en la pequeña y rústica sala opacada por la poca luz de algunas velas, se sobrecogió enormemente al contemplar cuatro tímidas sonrisas observándola, al fondo de la estancia, sentados junto a una vieja mesa cuadrada de madera, se hallaban bebiendo unas jarras de cerveza de mantequilla con jengibre y saboreando unos pudines de chocolate y calabaza típicos de las tres escobas, Molly Weasley, su hija menor Ginebra, Cho-chang, a la cual la tenía en gran estima, y su inconfundible mejor amigo Harry Potter.
Al principio pensó que era una visión, que su cerebro le estaba jugando una mala pasada, y se quedó inmóvil y sin decir una sola palabra, hasta que Molly con su encantador tono maternal le dirigió la palabra,
- hola cielo..., feliz cumpleaños - susurró,
- Mo-¿Molly...? - murmuró Hermione, y viendo que todos asentían y se ponían de pie, ella corrió hacia ellos que la estrecharon en un fuerte y emotivo abrazo, ninguno pudo evitar dejar escapar las lágrimas retenidas,
- hola cariño..., ¿cómo estás?, ¿estás bien?, oooohh..., cuanto me alegro de verte..., decía con la voz entristecida,
- ¡Hermione, que alegría verte! - decía Ginny - ¡parece mentira que estemos contigo!, felicidades..., feliz cumpleaños,
- Hermione..., ¡no sabes lo contentos que estamos de poder verte! - decía Cho,
- Herms, ¿estás bien?, ¿te encuentras bien? - preguntó Harry, hecho un manojo de nervios,
- si... - respondió ella con voz casi inaudible,
- feliz cumpleaños Hermione, estas..., increíble - comentó muy feliz, Cho,
- no pareces tú... - decía Ginny, mirándola de arriba a abajo,
- feliz cumpleaños Herms - le deseó Harry,
Hermione estaba tan emocionada que era incapaz de decir nada, con los ojos surcados de lágrimas y el corazón martilleándole el pecho, se aferraba al abrazo de Molly y de sus viejos amigos, y cuando pudieron calmar un poco los mil sentimientos que los envolvían, se sentaron todos al rededor de la mesa junto a la llameante chimenea que tostaba en su viejo caldero de peltre, unos deliciosos y crujientes frutos secos caramelizados, que endulzaban con su exquisito aroma, toda la habitación,
- Hermione, ¿estás bien?, ¿te han hecho daño?, ¿Malfoy te ha hecho algo? -
- no..., no Harry, él..., ha cambiado, ahora es diferente -
- ¿diferente? - preguntó incrédula Cho,
- ¡es un Malfoy!, esa clase de brujos no cambian - comentó Ginebra,
- no..., Ginny, en serio, ya no es como antes, ha aprendido a respetar a los mestizos y a los muggles, ya no coincide con su vieja ideología, no la practica - le contestó Hermione
- ¡claro!, las leyes de Alianza de paz se lo impiden, si osara siquiera insultarte entraría de cabeza en Azkaban - contraatacó Harry,
- no Harry, de verdad, él ya no es así, rechaza su oscuro pasado, se avergüenza de todas las cosas que hizo - trató de defenderlo Hermione,
- que nos hizo Hermione, por favor..., ¡no confíes en él!, ¡él y su familia tienen que fingir para librarse de las mazmorras!, no te creas nada de lo que te diga - enfatizó Cho,
- chicos..., os lo digo en serio, lo conozco, todos lo conocemos, hasta sus amigos están impresionados por su cambio, escuchad..., sé que es difícil de creer, pero Draco ya no es el mismo, ahora es una buena persona -
- una buena persona que observó impasible como te torturaban, Hermione..., ¡que te ha hecho ese miserable para que cambies tan radicalmente el concepto que tenías de él!, ¿te está chantajeando?, ¿te está amenazando? - preguntó Ginny,
- chicos... - los tranquilizó Molly - es suficiente, además..., prometimos no hacer ciertas preguntas, ¿recordáis?, y a decir verdad..., ha sido Malfoy quien nos ha traído a escondidas, nadie puede enterarse de que estamos aquí, nadie debe saberlo, o nos traerá problemas a todos, Hermione cariño ¿cómo has estado todo este tiempo? -
- he estado bien, al principio reconozco que lo pasé muy mal, y estaba muy deprimida, y también estaba asustada de que me volvieran a maltratar, pero por suerte no me han hecho daño, nadie..., ni Lucius ni Narcissa, y menos Draco, es extraño..., lo sé, pero es la verdad -
- Draco..., ja..., mira si no te han maltratado es porque ya no lo pueden hacer, no porque no quieran, esa clase de magos siempre serán peligrosos, los que han estado al lado de Voldemort y han defendido la supremacía de la raza purasangre nunca cambiarán de ideología, han sido educados así desde hace milenios - le dijo Harry,
- estas preciosa..., pareces ya una mujer..., hay que ver lo que has cambiado mi niña, ya no eres esa muchachita flacucha que comía menos que un pajarito, jaja..., ¿Hermione de verdad no te están haciendo daño? -
- de verdad Molly..., gracias a Merlín que no -
- mejor dicho gracias al las leyes de la Alianza de paz - aclaró Cho,
- diecisiete años ya..., toda una mujercita, ¡estas creciendo tan rápido...,!, es increíble...-
- ¡mama, deja ya e llorar...!, por fin la estás viendo, ¿no es eso lo que querías? - se quejó Ginny,
- oh..., si, lo lamento chicos -
- no te preocupes Molly, yo también estoy muy emocionada de poder verlos otra vez, pero..., ¿y los demás?, ¿como están todos?, ¿y Ron?, bueno..., espero que después de lo que he hecho..., no me reprochéis que pregunte por él, se que no merezco saber como está... - dijo volviendo a llorar,
- Hermione, no sé porqué te has casado con Malfoy, sé que debe haber algo turbio detrás, por que sé perfectamente lo mal que te ha caído siempre, y lo mucho que él te odiaba, por lo que creo que seguramente debe ser un castigo impuesto por el ministerio a la familia, pero eso solo lo sabes tú, y para serte sincera, a todos nos impacto la noticia de tu boda con el que precisamente, ha sido siempre tu mayor enemigo, y a mi me entristeció mucho que ni siquiera le mandaras a mi hijo una carta para romper vuestro compromiso, sé que no era nada formal, y que él solo te había hablado de matrimonio un par de veces, y una vez que terminarais la universidad, pero quiero que te quede claro que para nada, ¡escúchame bien!, PARA NADA, te guardamos ningún rencor ni ningún tipo de resentimiento, mis sentimientos hacia ti no han cambiado en absoluto cariño, te quiero mucho, tanto como a mis hijos..., ¡por eso estoy aquí!, quiero que sepas que siempre, siempre vas a poder contar con migo, y con toda la familia -
- lo siento mucho Molly... - dijo entre amargos sollozos,
- no cielo, tienes que ser valiente y responsable, y tienes que afrontar las decisiones que has tomado, no lo sientas, a veces..., las cosas ocurren por una razón..., y para mi gran suerte soy una mujer completamente feliz a lado de toda mi familia, sé que no superaré jamás la muerte de mi hijo Fred, pero he aprendido a vivir con ello, y gracias a la diosa fortuna que me ha vuelto a sonreír, he de decir que soy otra vez casi tan feliz como antes... -
- Molly..., no sabes cuanto me alegro..., es verdad que tu cara irradia una felicidad extraordinaria, como no te había visto desde hacía años -
- supongo que..., te preguntarás por él, ¿no es así?, en realidad él no sabe que estamos aquí, ni nadie más que los que estamos en esta sala, y obviamente Malfoy, bueno tienes que saber que a Arthur le han ascendido, ¡gracias a Merlín está cobrando el cuádruple!, Bill está con Fleur en Egipto, llevan seis meses viviendo allí, y están muy contentos los dos, y les va estupendamente elaborando contrahechizos, Charlie está igual que siempre..., trabaja muy duro en el ministerio con su padre, y le van a ascender la semana que viene, está entusiasmado porque va a cobrar casi lo mismo que él, Percy está con su mujer en Rumania, tiene un contrato de dos años para trabajar en la reserva de dragones, hace unos..., siete meses que nació mi primer nieto, Fred..., mi pequeño Fred, Ron fue a verles a la primera semana de vida del niño, creo que fue un mes después de que te marcharas tú, y desde entonces se ha quedado allí, está aprendiendo con ellos muchísimo en esa reserva, y está loco por su sobrino, lleva una vida plácida y alegre, los tres dicen que no podrían estar mejor, así que..., yo estoy más que feliz, mi familia está bien..., todos estamos bien, ¡ah, y Ginny y Harry ya sabes que están muy enamorados jajaja...! -
- ¡mamá! - se quejó Ginebra, ruborizándose,
- mmm, mi niña..., jajajja, no te avergüences, ella es tu amiga y te comprende -
- claro que si, Molly no sabes lo contenta que estoy de escucharte, no podría estar más contenta de verdad..., no hay mayor fortuna que tener una familia completamente sana y feliz, ¡y felicidades por tu primer nieto!, yo pensaba que el primer niño nacería de Bill y de Fleur - dijo Hermione con curiosidad,
- ellos quieren esperar un par de años más, y si todo les va bien regresaran a Inglaterra y ampliaran la familia aquí - aclaró Harry,
- debes de haberte llevado una gran sorpresa ¿no?, y estarás deseando verle supongo...,¡el único bebé de la casa!, será un niño tremendamente consentido y mimado por todos..., jajaja, ya me lo estoy imaginando -
Molly no hizo ningún comentario y los demás desviaron la mirada de Hermione, ella no lo entendió muy bien, quiso saber que pasaba, pero no le pareció prudente indagar en algo que seguramente ya no le concernía, y era verdad que había sido todo un detalle por parte de los cuatro, en especial de Molly que accedieran a volver a verla después de aquella traición a Ronald, que había cometido obligada por las circunstancias y claramente por Lucius y Narcissa,
pero eso no significaba que tuviera los mismos derechos que antes a estar ligada a esa familia, y por otra parte ella misma sentía que ya no pertenecía a ese círculo por lo que no era propio tener el mismo comportamiento en ese momento que cuando era la novia de su hijo,
las cosas habían cambiado para todos, y era una cuestión que no podían modificar y que tenían que aceptar.
Se pasaron toda la velada hablando en aquella pequeña sala, mientras los más de sesenta invitados celebraban y se divertían en su cumpleaños sin preguntar por la homenajeada, muy pocos se percataron de su ausencia, y solo Draco la echaba en falta, pero lo cierto era que Hermione estaba tan sumamente alegre de poder estar con la gente que apreciaba, y tan absorta con su compañía y sus conversaciones, que no se dio cuenta de la hora que era, y realmente tampoco le importaba, lo único que deseaba era que el tiempo se detuviera para poder seguir disfrutando un poco más de la añorada y agradable compañía.
Draco por su parte también estaba disfrutando de aquella fiesta, la música era estupenda, la abundante bebida no escaseaba, y sus amigos no lo habían perdido de vista ni un segundo, en especial Pansy Parkinson, que decidió sacarlo a bailar en una de las canciones lentas, y tras pedírselo y rogarle infinidad de veces consiguió llevarlo a la pista,
ella que era una muchacha bastante agraciada y de figura voluptuosa, llevaba puesto un ceñido vestido negro, con un pronunciado escote palabra de honor, y corto casi hasta el principio de sus muslos justo por debajo de las nalgas, tenía puestos unos tacones negros de quince centímetros, que dejaban lucir su pedicura rojo pasión, por unas cruzadas tiras en la parte superior del pie,
suelta se movía su corta melena estilo japonés, que le llegaba por la nuca, y con el flequillo tapándole las cejas, se había colocado unos largos pendientes de plata con diminutas esmeraldas que formaban dos largas cadenitas casi por encima de los hombros, al cuello relucía una gargantilla a juego con los largos pendientes y con la pulsera que engalanaba su muñeca,
no se podía negar que estaba increíblemente sexy, y la seguridad que tenía en si misma y la experiencia con los chicos la hacían aún más atractiva, los dos bailaban al compás de una lenta y sugerente melodía, y ella aprovechaba para unirse a él todo lo que podía mientras le rodeaba el cuello con sus brazos, y él sujetaba su cintura,
en realidad Draco sólo veía a su amiga Pansy bailando con él, pero ella veía a su Draco de siempre desgraciadamente casado con el tedio personificado, y la oportunidad perfecta de sacarle la información que necesitaba para llevárselo una vez más como hizo cientos de veces a su confortable cama de pura sangre, Parkinson sólo veía en Granger un simple estorbo que pensaba ignorar para divertirse y pasar un buen rato con su amigo de toda la vida, y a quien precisamente le había hecho el regalo de tener con él su primera experiencia sexual, y mientras bailaban pegados, ella susurraba en su oído para que pudiera escucharla a causa de la alta música,
- ¿qué te ocurre dragoncito?, te noto algo..., serio -
- no, tranquila, es sólo que se está haciendo un poco tarde ya -
- jajajjajaa, Draco..., ricura..., invéntate otra cosa, tú eres de los que amaneces en las fiestas y regresas a tu casa al otro día por la tarde, ¿¡no me digas que estás así porque no encuentras a Granger!? -
- Malfoy, se llama Hermione Malfoy, no Granger, dejó de serlo cuando se convirtió en mi esposa -
- ya..., lo que tú digas, ¿amorcito, pero qué es lo que te pasa?, tienes una carita... - dijo mientras sujetaba la cara de Draco entre sus manos - estas tenso...,
- estoy bien, Pansy -
- ¿preocupado? -
- ¿porqué habría de estarlo? -
- no se..., ¿porque tu mujer no está por ninguna parte, a lo mejor?,
¿porque puede estarse viendo con alguien a escondidas? -
- ¡para, Pansy! - dijo él soltándola,
- dragoncito..., no te enfades... - dijo ella volviendo a rodear su cuello con sus brazos, era solo una sugerencia, pero tu mujer es una mojigata, no me la imagino engañándote, a menos claro está que no te quiera, en ese caso sería lo mas probable, y no me parecería nada extraño, sobre todo si se tiene en cuenta la falta de actividad sexual dentro de la "pareja" -
- ¡que insinúas! -
- Draco..., nos conocemos desde hace diez años..., perdimos la virginidad juntos..., te conozco, y esa carita que traes es pura falta de cama, a mi no me lo puedes ocultar, te lo noto a leguas -
- mi vida sexual a ti no te incumbe Pansy -
- amor..., soy tu amiga..., ¿cómo no me va a importar tu bien estar?, yo me preocupo por ti encanto...,y no descargar toda esa tensión que llevas encima te va a hacer daño, eres un hombre cariño..., necesitas sexo, lo necesitas como el aire, es un hecho que tarde o temprano vas a tener que solucionar, dime..., ¿acaso tu mujer te niega lo que está obligada a darte por ley? -
- ¡pansy! -
- Draco..., ya sabes que puedes confiar en mi siempre, para todo lo que tu quieras, ya lo sabes, yo solo quiero verte feliz, y te entiendo perfectamente si no quieres arrastrarte ante ella y pedirle que cumpla con su deber de esposa, es más..., te aconsejo que no lo hagas, ¡olvídala!, no la necesitas..., ¡tú eres Draco Malfoy!, tienes miles de mujeres dispuestas a cumplir tus deseos..., y también me tienes a mí..., para lo que tu quieras, Draco..., si necesitas aliviarte..., si me necesitas..., estaré disponible -
- ¡estás loca!, ¡haz el favor de comportarte!, estás con Theo, ¿dónde está Theo? -
suspira - está con Astoria -
- ¿con Astoria?, ¿y Blaise? -
- mmm..., le vi hace media hora con Goyle, dragoncito..., no pensemos en los demás..., pensemos en nosotros -
- no hay un nosotros Pansy, no voy a volver a acostarme contigo, que te quede claro -
- eso es lo que tú te crees - dijo ella para si misma,
Draco la soltó de su cuello, se apartó de ella y fue a buscar a su amigo Blaise el cual tampoco lograba encontrar, estuvo dando vueltas por todas partes intentando localizar a sus amigos, pero a cada paso que daba, el resto de los invitados lo detenían para charlar y comentarle lo bien que se lo estaban pasando, lo entretuvieron largo rato y al final no se dio cuenta de que ya había amanecido, algunos ya comenzaban a marcharse, por lo que decidió avisar a Hermione de que debían ya regresar al castillo,
por el camino tropezó de nuevo con Pansy, que se le cruzó descaradamente para impedirle seguir andando, y él, con cuidado pero con firmeza, la hizo a un lado para poder seguir su camino, sólo que ella fue mucho mas rápida, le cogió de un brazo, le dio la vuelta, y sujetó fuertemente su cara mientras lo besaba apasionadamente,
curiosamente él no la había alejado, y hasta había correspondido a aquel excitante beso, pero no dijo absolutamente nada y la miró con el rostro inexpresivo, mientras ella sonreía triunfal y le soltaba a la cara un - ¿lo ves?, yo se lo que necesitas, luego se daba media vuelta y se marchaba dejándolo molesto y mucho más tenso de lo que ya se encontraba.
Las semanas siguientes Draco translucía una abrumadora irritabilidad y una grave falta de concentración que hicieron que el profesor Dawson lo reprendiera y lo castigara varias veces, era cierto que la desesperante abstinencia a la que se hallaba sometido estaba trastocando su carácter y su forma de actuar, él, que estaba acostumbrado a saciar su apetito sexual a diario, sentía que aquel martirio lo estaba sobrepasando, y era muy probable que estallara en cualquier momento.
Hermione no sabía cómo agradecerle a Draco, el maravilloso regalo que le había hecho de traerle a sus amigos para que pudiera verlos nuevamente y dejara de sentirse tan sola, pero él le repetía incansable que para él no había sido ninguna molestia, ni tampoco había hecho esfuerzo alguno en reunirlos y pedirles que asistieran al cumpleaños,
en realidad sólo tuvo que enviar unas cuantas lechuzas y esperar a recibir las respuestas, y claro estaba, ponerse de acuerdo con ellos en las condiciones de aquella visita y la discreción absoluta por ambas partes, ya que podría acarrearles consecuencias insospechables, y él tampoco estaba de acuerdo con que ella tuviera que devolverle nada, pues había querido prepararle algo especial y único, que no pudiera olvidar fácilmente, que para su gran acierto había conseguido,
Draco estaba completamente seguro de ello, Hermione dejaba ver en todo momento su radiante sonrisa y su chispeante y despierta mirada llena de alegría, y se mostraba con él maravillosamente amable y divertida, buscaba constantemente su compañía y conversaba largas horas con él, muchas veces hasta rayar el alba dejando atrás el sueño y riendo con él mientras corrían cada mañana en darse la máxima prisa para no retrasarse en llegar a tiempo a las clases,
Draco podía ver claramente que ella se comportaba con él como la hermana que nunca había tenido, cosa que lo fastidiaba todavía más, porque él no podía librarse del abrasador deseo que sentía por ella, y que lo consumía por dentro y lo perseguía por todas partes como si fuera su propia sombra, no lo podía controlar y cada día que pasaba hacía un indescriptible esfuerzo extra, para no arrancarle el camisón en la cama y poseerla en ese mismo instante, tanto si ella lo aceptaba como si no,
rozar su piel se estaba convirtiendo en una asfixiante obsesión, y pronto empezaron a resonar continuamente las palabras de Pansy en su cabeza - yo sé lo que necesitas, estoy dispuesta para todo lo que tú quieras, si me necesitas estaré disponible - una y otra vez resonaba como un alterante eco en su cerebro, y las duchas de agua helada que se daba por las noches, ya de nada le servían.
Hermione recibió mucha correspondencia de Harry de Ginny y de Cho, y muy ilusionada le comentó a Draco la posibilidad de seguir encontrándose con ellos, sólo serían los fines de semana, y prometía mantenerlo en el más estricto de los secretos, Draco, viendo que había recuperado una inmensa felicidad que con él nunca había vivido, no pudo negarse a que recibiera de sus amigos el cariño que con él no lograba encontrar, sencillamente porque él no era su amigo, y no pretendía ni quería serlo, y sólo por el mero hecho de verla tan espléndidamente contenta durante todo el día, él accedió a perderla dos días a la semana,
Eran dos días en los que él también y para no levantar sospechas tenía que salir de la mansión, y escabullirse así a las casas de sus amigos, en la que solía estar Pansy muy presente, atormentándolo continuamente con la descarada exhibición de su cuerpo envuelto en llamativos y exuberantes vestidos, y la tentadora insistencia de aliviar su estrés, hasta que con un insoportable ardor y un insomnio que le estaban dejando un tremendo cansancio y unas oscuras ojeras bajo sus preciosos ojos grises, ya no lo pudo aguantar más, habían sido siete meses de amargo suplicio y horrorosa abstinencia hasta esa noche.
Draco yacía sobre la amplia cama de dos plazas en la habitación de invitados, a pesar de ser las dos de la mañana ya se habían ido a dormir todos, cosa que era de lo más extraño, pues los fines de semana que pasaba en compañía de sus amigos no solían dormirse hasta bien entrada la madrugada,
no sabía muy bien si había sido la copiosa cena o el fuerte licor de ámbar y azucenas, el que los había aturdido de aquella somnolienta manera, pero sin embargo él no podía coger el sueño con facilidad, se había quitado toda la ropa para estar más cómodo, y la vigorosa chimenea daba la temperatura perfecta,
no sentía nada de frío, pero tampoco tenía calor, de hecho sólo estaba cubierto por una azulada sábana de raso, y trataba de acomodarse una y otra vez en la cama estirándose y dando vueltas de un lado a otro para encontrar la postura perfecta, y sólo el sonido de la puerta abriéndose hicieron que perdiera el decidido interés en dormirse,
- ¿que ocurre? - preguntó Draco,
- nada, no puedo dormir..., - respondió Pansy, ella llevaba un corto camisón de seda verde esmeralda, su color favorito, estaba descalza, y con toda la confianza del mundo se subió a la cama y se tumbó a su lado acurrucándose junto a él,
- Pansy..., vete a dormir -
- te estoy diciendo que no puedo..., déjame quedarme un ratito, no te molestaré -
- si no puedes dormir, sal de la cama, ¡apártate un poco Pans! -
- ujjjjjj, ¡pero que arisco eres!, ¿qué te pasa mi vida...? -
- no me pasa nada pero estoy desnudo, ¿entiendes? -
- perfectamente..., desnudo y cachondo... -
- ¿¡a qué has venido!?, no tengo ganas de charlas ahora Pans -
- ni yo tampoco, si tú no quieres -
- ¿entonces qué quieres?, por favor vete..., ¡déjame en paz! -
- sssssshhhhhhhh..., quiero que juguemos a algo -
- ¿¡qué!? -
- si lo haces, te prometo que si me pides que me marche otra vez, lo haré, pero primero cierra los ojos -
- no me voy a acostar contigo Pansy -
- lo estás deseando..., y yo también..., cierra los ojos mi dragoncito..., y déjame que haga lo que he venido a hacer, relájate... -
- ¡Pansy, déjalo ya! -
Pero ella no lo dejó y le arrebató la sábana dejando expuesto por completo su hermoso y desnudo cuerpo, él trató de apartarla, pero ella bajó hasta sus ingles y comenzó a besar toda la ardiente zona de su pubis, besaba lamía y chupeteaba, debilitándolo por completo y haciéndolo casi desmayar por las ansias de más, él ya no podía más, tratar de contenerse era inútil, y ella era toda una experta en la labor, era una sensación pasmosamente exquisita, y totalmente vencido,
sólo pudo recostarse en la cama y dejar que ella siguiera colmándolo de aquel grandioso placer,
sólo unos segundos tardó en estar formidablemente erecto, y en ese momento ella introdujo su miembro en la boca y comenzó a chuparlo como un alargado y suculento helado, lo hacía con movimientos constantes y dinámicos desde el glande hasta los inflamados testículos, lamía y recorría con la lengua el glande y toda la longitud de su virilidad atrapándolo entero en la cálida y húmeda cavidad de su boca, Draco gemía y jadeaba sudoroso con el abdomen ligeramente contraído, tenía apretada fuertemente en los puños, un pedazo de sábana que amenazaba con rasgarse, toda su piel estaba enrojecida por la veloz circulación de la sangre, y por las impresionantes oleadas de calor y de excitación que lo estaban acercando al clímax, ella comenzó a chuparlo con más rapidez, ejercía cada vez más presión con los labios, y succionaba más intensamente, deteniéndose en la punta que aspiraba más fuertemente aún, de vez en cuando también estimulaba sus testículos, pero volvía enseguida a su miembro para absorberlo con ahínco, de manera que Draco soltaba con la voz entre cortada y ronca, pequeñas maldiciones,
de repente escuchó un agudo, sonoro y largo gruñido, por lo que se apartó de él asustada, pensando que le había hecho daño, pero sólo había conseguido hacerlo eyacular, y mientras le daba unos minutos de descanso, ella se quitaba el camisón y el tanga que llevaba puesto, se colocó a horcajadas sobre él, y fue metiendo lentamente el miembro de Draco en su interior,
una vez acoplada cómodamente, cabalgó a buen ritmo y cambiando los movimientos alternándolos de vez en cuando a circulares mientras bajaba los pechos para que Draco los devorase con ferocidad, Pansy galopaba intensamente agitada y controlando con sus músculos internos la presión, y Draco que se incorporó enseguida para abrazarla fuertemente, no tardó en llegar al segundo orgasmo.
Cuando se hubo repuesto de esa segunda explosión de su cuerpo, empujó violentamente a Pansy sobre la cama poniéndola boca abajo a cuatro patas, él se posicionó detrás de ella tomando con firmeza sus caderas, y entrando de golpe con una profunda y potente embestida que la hizo gemir por la sorpresa, y el placer de la bestial llenura, Draco le daba con tal fuerza que hacía que la cama se moviera de un lado a otro, golpeteaba con el pubis, el trasero de Pansy con una rapidez extrema, se hundía profundamente en ella con cada seco empujón, y con el tercer orgasmo a punto de volver a invadirlo.
La siguiente postura que eligieron fue la cuchara, y esta vez Draco, un poco más calmado, fue capaz de controlar más el ritmo de la penetración, y la intensidad, en esa postura pudo acariciar los pechos de ella a su gusto y meter la mano entre sus piernas para excitarla más,
se movían de una forma mas pausada, y menos animal, Pansy consiguió calmar aquella abismal furia en él, que por su parte recibió el cuarto orgasmo con un extenuado cansancio y con la tensión de todos los músculos de su cuerpo que sólo se relajaron después de los maravillosos fuegos artificiales.
Draco acabó la provechosa sesión de sexo completamente satisfecho y quedándose profundamente dormido de lado, y ella se abrazó a su espalda apoyando la cabeza en su nuca, mientras acariciaba su pecho para quedarse dormida también, sólo unos minutos después, con una victoriosa sonrisa en sus labios.
Al día siguiente Draco se despertó a media mañana por el olor de la bandeja de su almuerzo en la redonda mesa de mármol, estaba solo, y a su lado, sobre la almohada, había una nota que Pansy le había escrito,
...
Podemos hacer esto más a menudo, ella no tiene porqué saberlo, tú estarás satisfecho, yo también, y así no tendrás que rogarle nada, es perfecto, ella estará divirtiéndose con sus amigo, y tú conmigo, eres un hombre Draco, lo necesitas, y yo te lo ofrezco de muy buena gana, ella no te va a brindar estas atenciones,
¿cuánto más piensas quedarte sin tu goce?, ¿otros siete meses?, ¿piensas batir tu propio récord y llegar al año?,
no seas ridículo, tú mereces tener una mínima porción de sexo semanal, y si no puedes hacerlo cada día, al menos que sea cada fin de semana, yo te lo puedo dar sin problemas, tú no te preocupes por nada, siempre que me quieras me tendrás, será nuestro secreto,
te mando un beso, y espero verte por aquí el próximo viernes.
Tu gran amiga y compañera de juegos: Pansy. P.
PD: Me lo he pasado de maravilla.
...
Draco y Hermione terminaron el tercer trimestre del año con unas notas excelentes, tanto el profesor Dawson, como los padres de Draco estaban verdaderamente orgullosos por el espectacular esfuerzo y la evidente superación, no sabían muy bien que los había motivado e impulsado a alcanzar aquella alta meta, pero lo que estaba claro era que a ambos se les veía un talante muy diferente con relación al principio del curso, el cambio de actitud y la palpable mejora de sus calificaciones hicieron que el señor Dawson junto con Narcissa y Lucius se pusieran de acuerdo y coincidieran en regalarles dos semanas más de vacaciones de verano, adelantando la finalización de las clases de aquel curso a principios de junio.
Astoria los invitó a ambos a una fiesta que daba en su casa para celebrar la llegada del verano y la entrada de las vacaciones, y tanto ella como el resto de su grupo habían sacado buenas notas, por lo que todos estaban deseando organizar una fiesta tras otra y divertirse como se lo merecían, solo que Hermione, como era de esperar, prefirió no ir y pasar ese viernes en compañía de Harry y Ginny, a los que veía bastante a menudo cada fin de semana, y estando aquella tarde en las tres escobas mientras almorzaban un buen arroz salvaje con verduras y unos buenos y jugosos filetes a la brasa, comenzaron a hablar de todo lo que podían planear para aquellos meses de verano,
- me gustaría que nos viéramos más a menudo - comentó Harry,
- si, Herms, sobre todo ahora que no tenemos obligaciones académicas - coincidió Ginny,
- a mi también me gustaría, pero creo que llamaría mucho la atención que saliera tanto de la mansión sin Draco -
- todavía no comprendo como te has podido casar con él... -
- Harry... - dijo Ginny llamándole la atención,
- pienso pedirle el divorcio - comentó Hermione,
- ¿en serio? - preguntó Ginny,
- pero no podrá ser posible hasta que cumpla los diecinueve años, es obligatorio que estemos un mínimo de tres años casados para que pueda pedirlo, antes no me lo aceptan -
- valla... -
- si, estoy al tanto de esa ley, es un poco estúpido que te obliguen a estar atado a una persona que no quieres durante tres años solo para frenar el índice de separaciones, o para dar la oportunidad al que no se quiere divorciar de "arreglar" las cosas con su conyugue, en fin..., estupideces del departamento de familia - opinó Harry,
- ¿y ya has hablado con él? - preguntó Ginny,
- si, ya lo sabe -
- al menos ya tienes esa parte hecha, y no te encontrarás con sorpresas de última hora, y por suerte ahora que tienes diecisiete años ya solo te queda esperar..., ufff, ¡dos malditos años más! - se quejó Harry,
- es una pena que Herms no tenga dieciocho años, aún no entiendo cómo la dejaron entrar en vuestro mismo curso siendo un año mas joven que tú y que Ron - comentó Ginny,
- yo tampoco lo entiendo, lo normal es que la lechuza te envíe la carta a los once años, no a los diez, sin embargo el sombrero mágico que lo sabe todo acerca de los alumnos, no pareció hallar ningún problema con el hecho de que fuera la mas joven del primer curso, de hecho hasta enfatizó en su inteligencia, debe ser por eso que no tuvieron problemas en admitirla un año antes de lo estipulado -
- ¡tengo una idea!, Herms, pide permiso para hacer un viaje de vacaciones, seguro que con las notas tan altas que has sacado no te lo van a negar, y así podrás estar todo el verano con nosotros - propuso Ginny,
- es una buena idea, pero..., no creo que lo vean bien si me voy yo sola sin Draco, tenéis que entender que cuando te casas..., se supone que todo se hace con la pareja... -
- eso es verdad, ¡que fastidio!, ¿porqué no hablas con Malfoy?, ¿él no se ve todos los días con sus amigos? - preguntó Harry,
- casi todos -
- ¡claro!, mira, puedes decirle que se vaya de vacaciones con alguno de sus amigos estos meses - decía Ginny - los dos podríais hablar con sus padres, les diréis que os marcháis juntos, y hacéis las maletas y todo y salís de la mansión juntos, pero luego él se va con sus amigo y tú te vienes con nosotros -
- ¡sí!, yo tengo algo de dinero ahorrado - comentó Harry,
- ¡y yo!, y puedo pedirle a Charlie, un poco más prestado -
- podemos alquilar durante el verano, esa casa del lago que tanto nos gusta, y así podríamos pasar estos tres mese juntos, seria..., fantástico -
- me parece una gran idea Harry, ¡estoy deseándolo ya!, hoy mismo en cuanto vea a Draco se lo diré, no creo que tenga ningún problema, es mas, hasta creo que estará encantado con pasarse todo el verano junto a sus amigos, y fuera del control de sus padres -
Cuando Hermione llegó esa noche a la mansión no encontró a Draco, ya se había marchado a la fiesta de Astoria, y sabía que seguramente se quedaría allí hasta el lunes, y como ella no quería perder un minuto más para poder marcharse con Harry y Ginny, no tuvo mas remedio que presentarse allí, así que cogió su vieja escoba, y voló hasta la mansión Greengras,
con su conocida altivez y su típica hostilidad hacia ella, Astoria la recibió y le comunicó con gran cinismo que Pansy y Draco estaban ocupados en ese momento, y que si le apetecía podía quedarse en la fiesta a esperar a que su marido estuviera disponible, por lo que Hermione, algo extrañada y confusa, dudó un momento entre irse o quedarse, pero las enormes ganas que tenía de marcharse con sus amigos hicieron que decidiera quedarse para poder contarle todo el plan ese mismo día, y así, si era posible, el mismo lunes ya podría partir tranquila.
Se sentó en un blanco y cómodo sillón y estuvo una hora y media esperando a que el susodicho apareciera, y como ya empezaba a desesperarse por la tardanza y sobre todo por las burlonas miradas de Astoria, de Blaise y de Theo, se levantó dispuesta a marcharse con decepción, cuando justo en ese momento, vio aparecer a Draco que abrazaba a Pansy melosamente por la cintura, y le susurraba palabras al oído que hacían que ella sonriera y se sonrojara de una forma muy significativa...,