17.🦈

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Pasadas las dos de la madrugada, Mateo se levantó y salió a la terraza de su habitación para fumarse una de esas madres.

La verdad no me gusta que fume pero en algún momento lo dejará, lo conozco muy bien.

En la soledad de la cama y con la idea en la cabeza de que efectivamente no puedo volver a dormir, me levanté en silencio y salí de la habitación.
Tal vez un vaso de agua me ayude.

Su casa es tan grande que el viento no se escucha cuando choca con las paredes por la inmensidad que tiene.
Sin embargo, esta casa me da nostalgia.

Aquí mismo Mateo recibió demasiados golpes, insultos repulsivos y heridas enormes que no ha podido sanar.
Y el bastardo anda suelto por algún lado, sin una pizca de culpa en su sistema.

La alarma en mi cabeza se activa cuando noto que la luz de la cocina esta encendida, la logro ver desde el antepenúltimo escalón en el que me he quedado estática.
¿Será su madre?

Bajo lo que resta de la escalera y me acerco a paso de tortuga a la puerta pero no me atrevo a abrirla.
¿Y si no es? ¿Y si es el idiota de Dylan? ¿O alguien peor?

Hago como puedo para abrir un pelito de la puerta y el alivio me invade cuando veo a su madre, con una taza azul en la mano y la mirada perdida en la ventana.
Gracias al cielo.

Parece estar muy tranquila y sinceramente no me animo a interrumpirla.
Es tan hermosa, aún en fachas es hermosa.

-Violeta...-pego un ligero brinco y la puerta se abre aún más por mi empuje hacia ella. Gira su rostro hacia mí y me obsequia una dulce sonrisa.
-Pe...Perdone señora Durrell, es que...-ni siquiera recuerdo por qué he venido o que quería buscar.-yo...yo...-siento la mente en blanco y la garganta seca.
-¿Quieres té?...-me regala una sonrisa radiante y la vergüenza que he empezado a sentir se evapora rápidamente.
-Se lo agradecería...-camino lentamente hacia la mesa y tomo asiento en la silla frente a ella.-perdone, no quería interrumpir su meditación.
-Tonterías, me hace falta compañía...-cuando pone la taza frente a mi, puedo ver pequeñas cicatrices iguales a las que tiene Mateo en su espalda.-¿azúcar?
-Dos, porfavor...-desvío la mirada de sus manos y la enfoco en la ventana.

La luz empieza a pintar el cielo nocturno y con ello, el recuerdo de una pesadilla más se clava en mi almanaque mental.
Otro día, otra pesadilla.

-Hay tanta paz...-desvío la mirada hacia ella y me doy cuenta que me esta mirando fijamente.
-¿Cómo estás, Vi?...-corto el contacto visual y me enfoco al mil en la taza de té.
-Estoy bien...-intento sonar convincente pero fallo enormemente.-lo estaré...-una sonrisa tranquilizadora se dibuja en sus labios.
-Todos lo estaremos, Vi...-su voz me da una calma inimaginable.
-Señora Durrell....
-Solo dime Liz.
-Liz, espero no sonar entrometida o grosera pero...-no puedo hacerlo.-no, perdone.
-¿Quieres saber la historia de Mateo?...-parece como si hubiera leído mis pensamientos.
-Es que no entiendo nada y realmente temo preguntarle a él.
-Lo sé querida...-toma un sorbo de té y el silencio inunda el lugar.

Extrañamente siento paz en este silencio entre nosotras, no es pesado ni doloroso pero la realidad me pega en la cara y me recuerda lo que he preguntado.
Sabré finalmente la historia completa.

-Sé muy pocas cosas...-asiente ligeramente pero su mirada esta perdida en algún punto o quizá en algún recuerdo.
-Supongo que no desea involucrarte demasiado...-sus ojos verdes se clavan en los míos.-no le gusta hablar de eso...-sonríe de forma triste y el dolor se instala en mi pecho.-ni siquiera lo hacía con las tres psicólogas que vimos...-se me cae el alma a los pies al imaginarlo luchando contra sus demonios frente a tres especialistas.
-¿Tres?...-mi voz suena débil y temblorosa.
-Debo decir que cuando todo empezó, él no había nacido...-pone su taza vacía encima del pequeño plato y cruza los brazos sobre su pecho.-recuerdo la ilusión que tuve cuando nos comprometimos y lo rápido que se evaporó cuando conocí lo suficiente de él...-siento su dolor y su rabia desde aquí.-debí alejarme en el primer golpe que recibí pero creí que era solo producto del alcohol y el estrés...-odio aún más a ese detestable ser humano.-cuando me aprisionó sobre la cama y me violó, supe que era un monstruo...-se me parte el corazón en mil pedazos al saber esto.-el resultado de ello fue Mateo...-sonríe dulcemente ante el recuerdo.-mi dulce niño era lo único que me mantenía viva y con fuerza...-la sonrisa se borra de golpe y el silencio vuelve nuevamente al lugar.
-¿Porque no se alejó cuando pudo o lo demandó por el daño?...-su mirada cansada me causa más dolor e inquietud.
-Nadie escucharía las quejas de su matrimonio en la comisaría y menos si son de una mujer...-tiene toda la razón en ese sentido.-cuando Mateo cumplió cuatro años, él entró por la puerta principal con un par de bebés, gemelos...-el vómito sube por mi garganta y se estanca de golpe.-había dejado a dos mujeres embarazadas mientras estaba casado conmigo y diariamente los visitaba pero creía que era tiempo de presentar a los gemelos a su hermano mayor...-Rachel y Josh.-era una idea de la mierda pero Mateo estaba feliz de tener dos hermanos pequeños y ambos lo amaron desde el primer momento en que lo vieron...-pone ambos brazos en la mesa y la rabia parece dominar su sistema.-cuando lo encaré para reclamar esa mierda que hizo, Mateo estaba tras la puerta escuchando y ese monstruo no lo soportó...-las lágrimas empiezan a descender por sus mejillas.-fue la primera vez que recibió un golpe en su pequeña mejilla...-las lágrimas empiezan a recorrer mis mejillas con un tremendo ácido por lo que he escuchado.-lo abracé a mi pecho toda la noche para consolarlo y su llanto era desolado...-me parte todo el interior saber esto pero necesito escucharlo.-cada que intentaba tocarlo, yo me ponía frente a él para detenerlo de golpear a mi pequeño...-trago una piedra de saliva.-pero nunca pude salvarlo lo suficiente...-parece que todo le quema enormemente el pecho.-golpe tras golpe, para él y para mi...-esto es peor que una historia de terror.
-Odio a ese hombre enormemente...-pone su mano encima de la mía y sonríe de forma consoladora.
-Creí que Mateo iba a morir cuando él lo dejó muy golpeado, su espalda estaba llena de sangre y su rostro hinchado pero mi pequeño no demostró su dolor, él solo levantó su rostro desde el suelo y sonrió...-eso me toma desprevenida completamente.-me dijo "Mami, hoy he visto un ángel"...-una sonrisa dulce se dibuja en sus labios pero la confusión es más grande para mí ahora.-estaba tan confundida como tú ahora y cuando estábamos en el hospital, lejos de ese hombre, le pregunté por ese ángel al que conoció y él respondió con voz animada "Su nombre es Violeta y ha venido a salvarme, mami"...-el aire se traba en mis pulmones y las lágrimas emprenden su camino por mis mejillas.-se hizo fuerte de un pronto a otro y entendí con el tiempo que era por ti...-cubro mi boca con la mano para frenar el gemido que lucha por salir.-tú salvaste a mi hijo y te estoy agradecida.
-Yo no...Yo no sabía que...-no puedo dejar de llorar y el impulso es enorme.-lo siento...-me regala una sonrisa dulce antes de soltarme la mano para levantarme.

Yo ayudé a Mateo y no lo sabía.
Yo lo ayudé a ser fuerte y nunca lo supe.

Camino, en medio de lágrimas cargadas de dolor y alegría hacia la escalera y los gemidos que salen desbocados desde mi garganta suenan en eco por esta enorme mansión.

"Ayudé al hombre que amo."

Me detengo en media escalera por las lágrimas que no me dejan ver el camino por el que voy.
Debo llegar a él ahora.

Sigo subiendo cuando las lágrimas bajan su intensidad y finalmente llego al piso de arriba.

Recuperan su fuerza y siguen descendiendo violentamente cuando abro la puerta de la habitación.
Estoy a unos pasos de él.

Me encamino lentamente hacia la azotea y ahí está, mirando el cielo, sentado en esa silla de madera en la que lo he visto sentarse todos estos días cuando no puede dormir.
Mi Mateo.

Se levanta rápidamente cuando escucha mis pasos y una sonrisa esta dibujada en sus labios pero se borra cuando me mira.

-Hey, ¿qué pasa? ¿Estás bien?...-prácticamente corro hacia sus brazos y a pesar de su confusión, me envuelve con ellos.-Vi...-su voz es un susurro.
-¿Tienes idea lo mucho que te amo?...-no puedo dejar de llorar.-te amo demasiado y no puedo frenarlo...-su mano se enreda en mi cabello y la otra se mantiene en mi espalda.-te amo tanto, Mateo...-mi voz pierde su fuerza rápidamente.
-Yo te amo el doble, Violeta...-su calor inunda mi cuerpo y me trae consuelo rápidamente.

"Mi alma esta enganchada a la suya porque son la misma cosa; yo le pertenezco y él me pertenece.
Estábamos destinados desde el principio y ahora lo he confirmado.
He confirmado que mi vida no estaría completa sin él.
Nosotros debíamos conocernos para salvarnos, porque somos la salvación del otro."

HASTA SIEMPRE FUCKBOY-[COMPLETA] 🔥Where stories live. Discover now