31. 🦕

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Algo me olía a muerto, a putrefacción, a pura pudrición pero no sabía de qué o de quién emanaba ese olor.

Nos acercamos a la mesa y tomamos asiento en el lado derecho, Dylan se sentó al lado de la extraña mujer en el lado izquierdo, Liz al extremo de la mesa y el otro extremo (donde supongo iba el padre de Mateo) quedó vacío.
Agradezco al cielo que esté vacío.

Siento la mirada de esa mujer encima de nosotros pero no tengo los ovarios para clavarla en ella y comprobarlo.

-Muy bien, ahora que estamos todos reunidos...-empieza a decir Liz con esa voz dulce que tiene.
-Aún no querida...-esta vez sí agarro valor y clavo mi mirada en ella pero ella no me esta viendo a mí, esta viendo a Mateo.
¿Que carajo se trae esta con Mateo?

El timbre suena y a ella se le dibuja una sonrisa de oreja a oreja en los labios, una sonrisa que me es muy familiar pero en los labios de un hombre cruel y ambicioso.

Ella se levanta de la mesa, sin dejar de mirar a Mateo y se encamina hacia la puerta para abrirle a la visita.

-¿Esperamos a alguien más?...-le pregunta Mateo a su madre.
-Eso te iba a preguntar yo...-dice ella más confundida que un pollo.
No entiendo que mierda pasa aquí pero no me gusta nada.

La puerta se cierra y los pasos de ella vienen acompañados por otros un poco más pesados.

"Esto no me gusta nada."

Ella se detiene en la entrada del comedor, con los ojos puestos en Liz y una sonrisa "dulce" en los labios pero la sonrisa no le llega a los ojos.

-¿Quien era hermana?...-pregunta Liz en tono dulce.
-Soy yo...-la voz de ese hombre me deja helada en un dos por tres.-espero no te moleste que viniera...-clavo mi mirada rápidamente en Mateo y el odio cae sobre su cuerpo como granada.-tu hermana me dijo que sería buena idea comer juntos en estos días...-sus ojos bailan entre Liz, Susana y Dylan.-no sabía que teníamos invitados...-reconozco el odio en el rostro de mi hermano.
-Aquí no existe un "tenemos"...-dice Mateo con voz cargada de veneno.
-Mateo...-dice Liz con voz firme.-creo que era mejor que me dijeras que traerías a Sebastián...-le dice a su hermana con voz cargada de advertencia.
-¿Porque debería decirte que traería a mi pareja?...-la sorpresa parece caer sobre todos como ola.
¿Que puta madre está sucediendo aquí?

La repugnancia, la confusión, el odio, el dolor y el desprecio se están mezclando en el aire del comedor.
¿Es que acaso esta mujer está loca o que mierda le pasa?

-¿Dijiste pareja?...-pregunta Liz sin una pizca de alegría en su voz.
-Me cago en la puta...-dice Mateo en un susurro mientras se cubre los ojos con una mano.
-Así es...-dice ella con una sonrisa victoriosa.
-Hijo...-Mateo contrae su mandíbula y se quita la mano de los ojos.-¿estás bien?...-clavo mis ojos en ese hombre y el asco que siento es enorme.
-Mejor que nunca...-clava sus ojos en su padre y la electricidad se puede ver claramente entre ellos.
-Me alegro...-el monstruo finalmente hace contacto visual conmigo y la sorpresa es latente.-señorita Moore...-sonríe con confusión.-no la reconocí con esos lentes de contacto...-cierro las manos en puños y le regalo mi mejor sonrisa.
-Ese es el verdadero color de sus ojos...-Dylan y yo posamos nuestras miradas en Mateo.
-Hay operaciones para la heterocromía, señorita...-desvío mi mirada hacia él y las ganas de escupirle en la cara vuelven a mi sistema.
-No es algo que ella deba quitarse...-Sebastián posa sus ojos en Mateo y el odio parece dominar en ellos pero no lo demuestra del todo por esa sonrisa odiosa en sus labios.
-Le agradezco el consejo, señor Durrell...-él me mira y sonríe.-pero me gustan mis ojos así.
-Bueno, cada quien tiene diferentes gustos...-siento que Mateo quebrará su mandíbula en dos por la presión que le esta aplicando.
-Bueno, no hablemos más y comamos...-la voz de Liz ha camino enormemente y sé que es por él.

"Ya me olía a muerte."

Liz pasa junto a nosotros, con el plato, tenedor, cuchillo y vaso en una mano pero cuando se acerca al sitio en el que se sentará Sebastián, Mateo la jala del brazo libre y la acerca a él.

-¿Que mierda haces?...-le dice en un susurro.
-Basta Mateo, no hagamos un mar de esto.
-Que puto mar ni que nada, que se vaya de una buena vez...-coloco una mano encima de la suya y la rabia parece debatirse entre quedarse o irse.
-Solo será una cena...-él gira su rostro y me mira.
-Le arrancaré la cara si vuelve a decir mierdas, te lo juro...-dice con los dientes apretados.
-Sé que lo harás...-estruja mi mano y suelta la de su madre.

No sé cuanto más podrá controlarse Mateo con este hombre pero casi puedo apostar que no será por mucho tiempo.

El hombre se sienta en la silla vacía y Liz comienza a servir la comida en los platos y Mateo le ayuda con ello.

-Entonces...-comienza a decir Susana.-¿eres la novia de mi sobrino?
-Así es...-digo con voz neutral.
-Es mi prometida...-dice Mateo mientras le sirve las papas hervidas a su padre.
-¿Como dijiste?...-dice su padre cuando termina de beber un sorbo de whisky.
-Es mi prometida...-le repite Mateo con voz firme.
-¿Pro...Prometida?...-me pregunta Dylan con gran confusión.
-Olvidé decírtelo...-le digo en un susurro arrepentido.
-Ya era hora...-dice Liz con una sonrisa triunfante.-me alegro que finalmente lo hayan hecho...-ella es tan linda que casi olvido la presencia de los otros dos.
-Imagino que ya tienen planes de boda, de una casa y formar una familia...-dice Susana sin el más mínimo rastro de que le importe el asunto.-¿tu familia vendrá a la boda?...-Dylan clava sus ojos cargados de odio en mí.
-No...-mi respuesta es seca y sin vida.-ellos no vendrán...-no puedo despegar la mirada de mi hermano.
-Bueno, supongo que no les agrada una boda a temprana edad.
-No, supongo que no...-Dylan contrae la mandíbula y baja la vista a su plato.
-¿Y cuánto tiempo planean esperar para tener hijos?...-Dylan clava su mirada en ella y puedo jurar que el odio ha trazado una línea gigante desde sus ojos hasta su cabeza.-no deben esperar mucho para poder continuar con la línea de sangre...-puedo ver como Mateo sostiene la cuchara con la que sirve de forma anormal y casi puedo jurar que si tuviera una fuerza de los mil demonios, en este momento estaría hecha una mierda.
-Oh...-dice de repente Sebastián mientras mastica un trozo de carne.-Violeta no puede tener hijos querida...-bajo la vista a mi plato cuando la mirada de los demás se posa en mí.-le han arrancado el útero...-alzo la mirada y la clavo de inmediato en Mateo que se ha detenido a medio paso de su madre, con la mirada en el suelo y la mandíbula contraída.

"Este hombre es un hijo de puta."

-No puede ser...-clavo mi mirada en Susana.-¿y aún así se quieren casar?...-siento la mirada de Dylan sobre mí.
-Así es...-digo tan bajo que dudo que me haya escuchado.
Que me trague la tierra ya.

La bandeja que Mateo lleva en la mano, se estampa con furia contra la mesa y atrae la atención de todos.

Lo observo pero no me mira, su mirada baila de Susana a Sebastián con un odio que se podría sentir de aquí a la otra cuadra.

"Haz algo o se les va a tirar encima.."

La verdad, esta vez no quiero hacer nada por detenerlo, esta vez quiero que les rompa la madre a los dos y nos vayamos de aquí.

"Dijiste que estarías bien, le dijiste a él que estarías bien pero te esta quemando por dentro por toda la mierda que han dicho esos dos.."

Debería estar acostumbrada a los comentarios así.
Debería acostumbrarme a que me hagan sentir una inútil por no poder tener hijos.
Debería estar familiarizada con el tema de mi pieza faltante pero no lo estoy, estoy quebrada, rota e incompleta.
Y lo odio.

Pero, pensándolo bien: ¿también debería aceptar que mis bebés murieron, que me quedé sin posibilidad y que ahora alguien más también se quedara sin ella por mi culpa?
Definitivamente no.

"Estas incompleta."

HASTA SIEMPRE FUCKBOY-[COMPLETA] 🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora