27. Yo si te quiero, y quiero que seas feliz

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Luego de atormentar mi cabeza y llenarme de malas vibras, decidí que mejor era tomar una decisión clara y no hacer más difíciles las cosas. Llamé a Ray, un amigo de la infancia y le conté algunas cosas.

—Hola Ray, mira, se que no nos hemos visto en un buen tiempo, pero necesito de tu ayuda.

—Hola Mikey, ha pasado un tiempo, claro, dime en qué puedo ayudar a mi buen amigo.

—Yo... He estado teniendo problemas pa-para dormir, ¿Podrías recetarme algún medicamento?

—Tendrías que venir a mi consultorio, quiero ver que sucede y vemos si es un insomnio grave como para recetarte un medicamento. Si no... Veremos, ¿Cuándo puedes?

—Lo más pronto posible.

—Dejame ver mi agenda– se escuchó el sonido de unas hojas, danzando de un lado al otro– Hoy es jueves, tengo tiempo el lunes a las nueve de la mañana ¿Te parece?

—Si, es perfecto... Bueno Ray, me gustó hablar contigo, tengo que irme– sonrió y sintió la sonrisa de Ray al otro lado de la línea.

—Esta bien, nos vemos aquí Mikey, hasta pronto– la llamada finalizó y Mikey ya tenía en mente algo.

Me acosté un rato más y luego me levanté a ver a Frank, estaba mirando su pez, jugaba con él, sonreía y hablaban.

—¿Te gustaría ser libre en el mar pececito?– tocó el cristal y sonrió, el pez solo se movió en dirección hacia el dedo de Frank y como si le respondiera salto del agua y volvió a meterse— También yo quisiera ser libre– respiró hondo y siguió sonriendo.

—Pequeño, ¿Pasa algo?

—No, estoy bien Boo– no levantó la mirada, solo se quedó viendo a su pequeño pez.

—Sé que pasa algo, ¿Tiene que ver con Gerard?

—No... Bueno, quizá– volteó a ver a Mikey y solo hizo una cara de puchero– Él me odia Boo.

—Eso... Eso no es cierto pequeño, sólo que...

—¡No digas mentiras!– sus ojos estaban tristes– Él no me quiere, nadie me quiere– tapó su rostro y sus lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas.

—Frankie, yo te quiero y...– entonces se dio cuenta de lo que iba a hacer, de aquella estupidez que... haría– Y quiero que seas feliz.

—¿Entonces si me llevarás a la Feria?

—Cuando arregle las cosas con Kristin te prometo dar el mejor día de toda tu vida.

Abrazó a Mikey y solo se le formó una pequeña sonrisa, Mikey lo quería, Mikey no lo abandonaría, Mikey cuidaría de él hasta que su corazón dejase de latir.

Me sonrió con esa sonrisa que solo el me daba, lo abrace y mientras lo consentía el se quedó dormido, era un angelito, es un angelito.

Dulce Pez «FRERARD»Where stories live. Discover now