2. Si, éramos felices

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¿Saben? Yo era feliz, realmente lo era, era como si yo me hubiera casado, pero no era yo, eran ellos.
Recuerdo los ojitos de Frank, brillaban más que los de Gerard, me asustaba.
Ese día bailaron, rieron, comieron y festejaron, porque era su boda y tenían que estar felices ¿verdad?

-Estoy muy cansado Gee ¿ya podemos irnos a casa?- decía Frank tocándole el hombro.

-Solo un rato más Frankie, es nuestro día- sonrió.

-Pero ya se fueron casi todos y quiero dormir- apoyo su cabeza en Gerard.

-Frankie, Frankie, hoy no dormiras- rió.

-No seas así, Gee, tengo muchísimo sueño como para llegar y estar haciéndolo- cerró sus ojos.

-Pero tu te duermes y yo hago el trabajo- le tocó la nariz- pequeño.

-No me digas pequeño- arrugó su nariz y se acercó poco a poco a los labios de su ya ahora esposo.

Mikey los veía de lejos, aún no se iba porque tenía que ayudarlos a llevar todos los regalos a su nueva casa.

-¡Gerard! ¡Hey! Ya tenemos que irnos, es muy tarde, Frank tiene sueño- dijo Mikey.

-Bueno, ve con Frank, yo me despedire, ya no aguantará más- rió y se alejó de Mikey.

Mikey ayudó a Frank a llegar hasta su auto, Frank ya estaba dormido y Gerard seguía despidiéndose.

Frank dormía con la boca abierta, era gracioso, mientras el dormía, Gerard le besaba la mano a Lindsey, eso no se lo dije, estaba cansado y era su boda, simplemente no podia decirle porque tendrían peleas y recién estaban casados. Pero solo era un beso en su mano, nada podía pasar. Además, estaba casado con Frank, y así sería.

-¡Gerard! Ya vámonos, tu esposo esta como muerto, quizá y está muerto- río fuerte que hizo despertar a Frank.

-¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde?- dijo con los ojos medio abiertos y volvió a dormirse.

Gerard llegó y abrió la puerta, se sentó a lado de Mikey pues Frank había ocupado todo el espacio de atrás.

-Ahora si, me llevo a los recién casados- dijo sonriendo.

Era divertido, porque era un día feliz, con la diferencia de que llovía y no había una Luna brillante, era un día feliz, si, eso era.

Mikey estacionó fuera de lo que sería la casa de Frank y Gerard, era muy bonita, tenía un jardín hermoso y unos vecinos agradables, ya habían ido a ver ese lugar antes.

-Yo volveré al lugar, tengo que ayudar a cargar las cosas- dijo serio.

-Esta bien Mikey, te voy a extrañar, ven cuando quieras, también es tu casa hermanito- sonrió y bajó a Frank.

Frank estaba chiquito, lo cargó muy fácil y ambos entraron a su casa, yo no sé que más hicieron, volví al lugar y ayudé a llevar los regalos, realmente habían muchas cosas.
Recuerdo el sofa café que les regaló la familia de Lindsey, no sé ni porque fueron; bueno ella.

Cuando terminé de cargar todo a una camioneta decidí ir a mi casa, estaba cansado, recuerdo todo como si hubiera sido ayer.

Dulce Pez «FRERARD»Where stories live. Discover now