8. Esperando

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Estuvimos esperando a Gerard hasta muy tarde, Frank había despertado y le dí de comer, cada que metía la cuchara a su boca y esta salía preguntaba.

—¿Dónde está Gee?– sonrió.

—Te dije que ya llegará Frankie, solo debemos esperarlo– miró hacia la puerta.

Aquella noche Gerard no llegó, Frank se quedó hasta las once con sus peces, luego fue a leer su libro hasta las doce, era como si el nunca hubiera tenido el accidente, no olvidó nada, simplemente lo único que cambió fue que... Era un niño, un pequeño y tierno niño.

Me pidió un vaso de leche y después volví a acostarlo, era tan tierno...

Te quiero Mikey– sonrió– ¿Mañana podemos ir a jugar al parque?– se veía feliz.

—Mañana no podré Frankie, tengo que hablar con Gee y con Kristin sobre... Cosas de mayores ¿está bien? Cuando este desocupado te llevo– le tocó tiernamente la cabeza.

—Pero yo quería ir mañana... Bueno– sonrió muy grande– ¿Cuando no estés ocupado me puedes hacer un columpio en el patio?

—Voy a intentarlo, veré si el árbol es lo suficientemente grande ¿Está bien pequeño?

—¡Siii! Te quiero muchísimo Mikey– se acostó de lado y Mikey le dió un pequeño beso en su frente.

—Descansa pequeño.

No dormí toda la noche, quería hablar con Gee, lo necesitaba, no podía dejar así a Frank él estaba pequeño, era tan dulce, era como un pez dulce, no, era... Un "Dulce Pez"

Me quedé pensando toda la noche, y cuando dieron las seis de la mañana, la puerta principal se abrió, ahí estaba Gerard, estaba... Ebrio.

—Gee... ¿Dónde estabas?– preguntó.

—Qu-que te im-hip-importa a tí– estaba muy ebrio.

—Gerard, no puedes hacer esto, es Frank, es tu esposo...

—¿Mi qué?– comenzó a reír– yo ya no tengo esp-hip-esposo, yo lo perdí, y voy a empezar el divorcio– dijo tratando de caminar hacia las escaleras.

—Dijiste que lo amabas...

—¡Exacto! ¡Lo am-hip-amaba!– miró una vez más a Mikey y se dió la vuelta para subir a su habitación. Pero se escucharon gritos.

—¡Maldita sea Mikey! ¿Por qué está en mi ha-hip-habitación? ¡Maldita sea!– gritaba.

Cuando subí a ver el escándalo que hacia Gerard, Frank estaba algo asustado, se había retirado de la cama y estaba en el suelo llorando, Gerard gritaba, Frank lloraba y yo no sabía que hacer.

—¡Callate Gerard! Lo asustas– se acercó a Frank– tranquilo pequeño, ve abajo y prende la televisión ¿está bien?– vió a Frank asentir y a Gerard acostarse en la cama.

—No vuelva a traer a ese tonto a mi habitación– lo miró enojado.

—No es tonto y además, también es su habitación, yo, yo ya no reconozco a mi hermano– miró a Gerard y se dio la vuelta, cerrando la puerta y dirigiéndose al piso de abajo.

—¿Te sientes bien pequeño?– lo miró algo preocupado.

—Ajam, solo que tuve miedo por un segundo, pero Gee no es malo– puso sus ojos chinitos y sonrió.

—Si... Iré a hacerte algo de desayunar, tu mira la televisión o cuida a tus peces– dijo para así dirigirse a la cocina.

Dulce Pez «FRERARD»Where stories live. Discover now