22. Pez de Colores

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Entramos a aquella tienda que habíamos visitado semanas atrás, Frank entró corriendo y yo lo seguí.

El señor aún se encontraba ahí y solo nos mostro su calidad sonrisa. Frank fue a ver algunos peces y cuando encontró uno que le gustó me llamó.

—¡Mikeeey! ¡Boo!– gritó mientras Mikey lo veía saltar– ¿Me puedo llevar éste? Me gustan sus colores.

—Quiero verlo– se acercó a aquella pecera grande y vio un pez de muchos colores– ¡Wow! Si, es lindo, pero solo ese, ven, vamos a decirle al señor y compraremos tus libros, esta vez tendras el tomo uno y dos ¿De acuerdo?

—¡Siii!– sonrió y aplaudió– ¡Te quiero muchísimo Boo!– rió y abrazando su peluche siguió viendo los peces.

Yo me dirigí a pedirle aquel pez al señor, pero cuando le dije todo eso el solo rió y me sonrió.

—Ese pez es muy importante para mí, pero yo ya estoy algo viejo– sonrió–  te lo daré con la condición de que lo cuides muy bien– dijo sonando tierno– Quierelo mucho.

—Lo cuidaremos– sonrió.

Después de eso nos fuimos al auto, ya había comprado todo y tenía muy poco dinero, había comprado una pecera más chiquita y dos libros, Frank llevaba su pez y hablaba con él, era muy tierno.

—Esta vez te tendré en mi habitación, ¡No! Te ocultaré, porque si no te mueres y yo no quiero eso– dijo haciendo un puchero.

—¿Estás bien Frankie?– dijo algo preocupado.

—Si, solo que aún me duele– rió– pero soy muy feliz con mi nuevo pececito y quiero leer mis libros– sonrió.

—¿Y aún quieres a Gerard?

—Si, lo quiero muchísimo, solo que él no quería romper mi libro ni matar a mis peces, solo se enojó porque no le hice caso como tú dijiste.

—Pero no tenías porque hacerle caso en eso, aunque te tomó a la fuerza...

Frank ya no respondió, seguía hablando con su pez y yo manejaba, en eso Kristin me llamó.

—¿Qué pasó amor?

—Mikey, mis padres dicen que ya tenemos que buscar una casa para irnos a vivir ahí después de la boda.

—Oh, cierto, olvide eso.

—Pero antes de eso, necesito hablar contigo sobre... Un asunto importante.

—¿Cuándo quieres que nos veamos?– paró en un semáforo.

—Mañana, pero solo tú y yo, no lleves a Frank.

—¿Y dónde quiéres que lo deje? No puedo dejarlo con Gerard.

—Mikey, eso lo resuelves tú, tengo que colgar– dicho esto la llamada finalizó.

¿Saben? Yo estaba algo asustado, era algo que teníamos que resolver solo ella y yo, no quería que llevará a Frank y eso era aún más extraño. Ella había dicho que quería a Frank, pero solo lo cuidó un día.

Dejé el tema de lado y después de haber llevado la pecera de Frank a la habitación, me di un corto baño, estaba algo cansado, las ideas se me estaban terminando.

Dulce Pez «FRERARD»Where stories live. Discover now