6. Frankie chiquito

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Solo quería que todo todo terminara, que fuera una pesadilla. Frank estaba bien, quería creer que lo estaba, Gerard, él, él solo era un pequeño, maldita sea Gerard, era solo un pequeño.

—Frank presenta Discapacidad cognitiva o discapacidad intelectual, en palabras más entendibles, retraso mental, no sabemos cómo explicarlo, hay casos extraños, este es extraño porque se presenta antes de los dieciocho años y Frank tiene...

—Veinticinco años doctor, Veinticinco– dijo Gerard muy serio.

—Por eso, no sabemos cómo explicarlo, por eso la conducta hiperactiva de querer un dulce, literalmente, Frank es como un niño de cinco años. No podemos hacer nada, si bien el tratamiento puede ayudar, esto no tiene cura, lo siento– fue lo último que dijo el doctor y se retiró.

Era un pequeño del que yo tenía que cuidar.

—Ge-Gee, nosotros, nosotros tenemos que apoyar y ayudar a Frank no pode...— lo cortó.

—No me importa– dijo volteandose– no me importa en lo absoluto, yo, yo ya no tengo a mi marido y sería tratar con un completo desconocido, yo, yo no puedo Mikey– salió corriendo.

¿Pero por qué yo Gerard? No era carga para mi, no lo era, pero tú eras su esposo, ¿me estabas diciendo que el amor que sentias por el se desvaneció? ¿Así de la nada?

—¡Gerard!– gritó– ¡No puedes dejarlo, él te necesita!

—Él no necesita de mi, no, no quiero verlo.

Era tan indefenso, tan pequeño, él, él te quería Gerard.

*Lágrimas*

Mikey entró a la habitación de Frank llorando, ¿Cómo podía ayudar a Frank?

—Hola– sonrió– ¿tú me darás un dulce?– dijo con voz tierna.

—Hola pequeño, ¿quiéres un dulce?– sonrió– ahora no se puede, porqu...—

—¡Yo quiero un dulce!– comenzó a llorar y gritar– ¡Quiero un dulce!

—Frank... Esta bien ¡Ya! Pero no hagas nada, iré a comprate un dulce ¿si?– sonrió lo más real que pudo.

Frank asintió y se calló, Mikey salió del Hospital y fue a parar a una tienda, llevó dos dulces, si que también el necesitaba uno.

Antes de entrar a la habitación de Frank llamó a Gerard.

—Gerard, tienes que venir, no puedes simplemente dejarlo e irte, tienes que venir– dijo sonando serio.

—No quiero Mikey, yo también me siento destrozado y ahora mismo no sé lo que quiero o no– estaba llorando.

—Cuando te sientas mejor ven, él y yo te necesitamos– colgó.

Cuando le dí el dulce, su sonrisa estaba brillando, él brillaba, se veía muy tierno, me dió un abrazo y dijo que me quería.

Frank estaba chiquito y necesitaba de mí, pero más de Gerard, después de estar un rato con su dulce se quedó dormido, se veía vulnerable, se veía tierno, se veía débil.

Dulce Pez «FRERARD»Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum