Dreamboat (Supercorp)

Capítulo 11

Cuando dos horas después de abrazar a Kara en el techo, todavía es lo único en lo que puede pensar, Lena llega a la conclusión lógica de que está completamente jodida. La extraña calidez del cuerpo de Kara presionado contra el de ella, la forma en que todo su ser se realineó para estar en sintonía con ella, y el siempre presente aroma a lavanda que está redefiniendo lentamente todo lo que alguna vez pensó sobre la comodidad es todo en lo que puede pensar. Espera sentirse culpable, hacer algo loco como buscar en Google el típico período de duelo que uno debe observar después de romper con la novia tóxica, o castigarse por abrazar a su atractiva vecina. En cambio, se pone sus pantalones de chándal más cómodos, come sus galletas directamente del recipiente y mira reposiciones de The L Word. Cuando está demasiado cansada para pensar con claridad, se va a la cama sin lavar los platos. Duerme mejor esa noche de lo que lo ha hecho en semanas y se despierta brillante y fresca, un sentimiento tan extraño para ella que por un segundo, se pregunta qué le pasa. Pero por primera vez desde que tiene memoria, no puede señalar nada que pueda ser.

Su reloj de alarma muestra una hora que sería indecentemente temprano para cualquiera, pero no difiere mucho de su hora habitual de despertarse. Lo que es diferente es que ella no está cansada y realmente es una gran mejora. Se acuesta en la cama un momento, estirándose y bostezando y pensando en Kara. Se toma el tiempo para preguntarse sobre cosas tontas, como en qué lado de la cama duerme, si es una persona mañanera y qué desayuna cuando no está tratando de impresionar a las chicas con croissants. Ella elige creer que Kara realmente estaba tratando de impresionarla y que no solo estaba siendo amable. Se le ocurre que tal vez su esperanza se tambalea al borde de estar fuera de control, pero no tiene espacio, en esta temprana mañana feliz, para preocuparse por eso.

Cuando finalmente se levanta de la cama, hace un descubrimiento muy importante; la pared es delgada. No es un descubrimiento en sí mismo, tenía la sospecha de que tenían que estar en un edificio como este, pero son lo suficientemente delgados como para que pueda escuchar a Kara tomando su ducha cuando entra a su propio baño. En su mayoría, solo escucha el agua correr, pero su imaginación abastece las partes faltantes de manera bastante eficiente. No es solo agua corriendo, es agua en un cuerpo, el cuerpo de Kara, el cuerpo desnudo de Kara. Sacude la cabeza tan rápido para deshacerse de la imagen mental que es un milagro que no se le rompa el cuello. Ella está más allá del punto de no codiciar a su vecino, pero incluso ella puede reconocer que esto podría ir demasiado lejos. Se quita la ropa en un tiempo récord y definitivamente no lo hace. Tropezarse con el borde de la bañera en su mano para abrir su propia ducha para cubrir el sonido de las abluciones matutinas de Kara. Resulta que estar desnuda cuando sabe que Kara también está desnuda no ayuda en absoluto. Y sí, Kara ha estado desnuda en su apartamento muchas veces antes, es un hecho considerando que es un ser humano vivo que respira y hace cosas como cambiarse de ropa y ducharse; pero hay algo diferente en eso ahora que Lena se ha permitido pensar en ello. Lavarse, pasarse las manos por la piel, sin duda es una experiencia. 

Más tarde ese día, cuando su soldador atraviesa la mesa del laboratorio, no puede negar que es porque estaba pensando en los bíceps de Kara. Desafortunadamente, sucede cuando trabaja codo con codo con el Sr. Spheer, y no tiene una excusa preparada para olvidarse de la herramienta en primer lugar. Lo siento, mi vecino está caliente, no le parece algo que quiera compartir con un empleado. Sin embargo, olvidar apagar un soldador no tiene precedentes en la historia de Lena Luthor, y su sospechosa secretaria es muy consciente de ello. Lena pasa el resto del día evitando a propósito a Jess, lo que resulta ser muy difícil porque de repente tiene una enorme cantidad de documentos para firmar que aparentemente no se pueden entregar en un solo viaje. Al final del día, está segura de que firmó algunos de ellos dos veces. Afortunadamente, Jess no hace ninguna pregunta; desafortunadamente, Lena puede sentir sus ojos tratando de leer su alma cada vez que entra a la habitación.