𝐓𝐮𝐫𝐧 𝐦𝐞 𝐨𝐧 | 𝘈𝘪𝘻𝘢𝘸𝘢 𝘚𝘩𝘰𝘶𝘵𝘢

𝐓𝐮𝐫𝐧 𝐦𝐞 𝐨𝐧 | 𝐢𝐢

Akiko estaba acostada en su escritorio, mientras soplaba su lápiz que subía, bajaba y volvía a subir por la madera. No recordaba un solo instante en su trabajo donde estuviera sin nada para hacer, le apasionaba su oficio, amaba la dependencia que todos tenían con ella allí, le consultaban todo antes de hacer lo que sea, todos los pacientes querían ser atendidos por la doctora Yosano, no por ningún otro, porque ella era, es e iba a ser la mejor... hasta que eligió ese empleo mediocre en la U.A en lugar del puesto de dirección general en el hospital NewYork-Presbyterian.

Y ahora estaba allí sentada, con la camisa perfecta, el broche perfecto, su oficina perfecta, le dolía la vista ver tanto blanco... sin ninguna mancha roja. Extrañaba las hemorragias, las operaciones de horas prolongadas y usar su quirk para salvar vidas. Como extrañaba usarlo. 

—¿Doctora Yosano?—se levantó de un salto al escuchar esa voz seria y rasposa decir su nombre.

Con sorpresa en los ojos observó a Aizawa parado en la puerta, rápidamente arregló un poco su cabello y le dedicó una sonrisa, el lápiz con el que jugaba cayó al suelo y rodó hasta los zapatos del profesor.

—Eraserhead, pasa—que vergüenza le daba haber sido encontrada holgazaneando, incluso aunque no tuviera trabajo para hacer.

—Puedes llamarme Aizawa o Shouta—se acercó a su escritorio—, mañana habrá una práctica con los alumnos del curso 1-A, será fuera de las instalaciones escolares así que el director solicitó que vinieras con nosotros por precaución. 

"Por lo menos es más divertido que soplar un lápiz toda la tarde como una idiota". Vio la mirada gélida de Aizawa observarla, no pudo evitar sentirse algo intimidada, carraspeó levemente y volvió a sonreír para ofrecerle una respuesta. 

—Claro, gracias por avisarme—dijo dulcemente "con suerte alguno se lastimará y tendré algo interesante para hacer".

—Te traeré el cronograma más tarde para que prepares lo que debes llevar—finalizó él.

Shouta dio un leve vistazo al suelo, se agachó levemente y recogió el lápiz que había caído del escritorio de Akiko, luego lo dejó sobre este nuevamente procurando que no se mueva. Yosano lo miró algo sorprendida por lo raro que era y después miró el lápiz. 

 —Em... sí, me vendría bien si no es molestia—comentó algo distraída por su forma de ser.

Aizawa asintió moderadamente y se marchó, Akiko lo siguió observando hasta que desapareció. Le echó una mirada a Recovery Girl, la anciana sonrió.

—¿Y ese es un superhéroe?—le dijo despectivamente a Recovery—No tiene la apariencia de uno.

—El profesor Aizawa es algo particular...

—¿Solo algo?—Yosano la interrumpió sin poder contener la risa. 

—No se burle, es de los mejores—la reprendió, al instante Akiko se puso seria o al menos trató—. a él no le interesa la fama, reconocimiento o lo que piense la gente, simplemente ama servir al bien común. 

"Así que un hombre con ideales firmes" sonrió levemente, automáticamente recordó a Yagi, si él se interesara un poco menos en su vida y no completamente al símbolo de la paz estarían aún juntos. Pero ese hombre no entendía lo que era descansar de sus labores.

[ ... ]

Aizawa vio entrar a Akiko al autobús con anteojos de sol y un bolso negro en la mano derecha. La verdad la mujer le atraía, era bonita, con carácter y agradable, claro que eso no lo deslumbraba, así que no era motivo para dejar su feliz y perezosa vida de soltería para tratar de entrablar una relación con ella. 

Por supuesto una muestra de caballerosidad no estaba demás, trató de tomar el bolso de la doctora, pero ella al instante se negó.

—Está bien, no es necesario. Ya estoy acostumbrada a su peso y estoy más tranquila teniéndola cerca.

"¿Tranquila por tener vendas y desinfectantes junto a su asiento?" Shouta frunció el ceño, al parecer era algo rara e impráctica también. El viaje pasó rápido para todos, entraron a las instalaciones de práctica, Akiko se moría del aburrimiento, ya quería que las explicaciones terminaran. Comenzó a ver el lugar, encontrando hermosos paisajes donde los jóvenes aspirantes a héroes podían lastimarse y darle trabajo... eso la entretuvo un poco, imaginando derrumbes, maremotos y todas clases de tragedias ajenas que podría resolver con su quirk.

Hasta la visión de un portal violeta abriéndose en medio del lugar la arrancó bruscamente de sus fantasías, se bajó un poco los anteojos con sorpresa al ver a tantos villanos salir de aquella espesa nube. "Quería unas quebraduras, no esto".