Ah.... La fiesta de la princesa.

¿En dónde estaba Aristia?

Se preguntaba Carsein buscándola con la mirada.

- Oye- era la voz de Allendis, quien dijo eso acompañado de un suspiro- Si buscas a Tia, ella está al lado de la princesa heredera

Entonces, el pelirrojo intentó buscar a la mencionada, encontrándola rodeada de damas, y sobretodo, acompañaba de la muchacha de cabello plateado.

- Tienes la mente en otro lado, eso es malo- comentó el joven hijo del Duque De Verita.

Carsein guardó silencio y tomó una copa.

No quería asistir a este evento, pero no había de otra ya que era un evento de caridad de la Niña bendecida por Dios y Aristia.

- ¿Estás seguro de este plan?

Allendis desvío su mirada.

- Tia cree que es bueno comenzar a mejorar la imagen de la princesa, ya que sino, ni el pueblo podría ser su apoyo

Aristia sabía que si Jieun no tenía el apoyo de nadie, sería desechada por el imperio. O podría ser usada como una herramienta si era que tenía poderes dados por la bendición de Vita. En lo personal, a Allendis no le importaba, pero a ella sí, y tenía razón en decir que si la reputación de Jieun crecía, Ruvellis no tendría excusa para cancelar su compromiso.

- Ya veo- respondió Carsein notando el lazo rojo que llevaba.

Se sonrojó pensando en cosas innecesarias.

- ¿Entonces sí lo están haciendo oficial?

Se ahogó con su saliva.

- Cállate

Maldita sea el día en que el mundo dijo que Allendis De Verita podría decirle "hola" y molestarlo así de una manera tan simple.

El muchacho de cabello verde sólo sonrió.

- ¿Por qué?

-..... ¿No tienes a nadie más a quien molestar?

- No puedo molestar a Tia, qué clase de persona sería si lo hiciera?

Carsein movió la cabeza hacia un lado, no tan convencido pero sintió un agudo dolor al hacerlo.

Chasqueó su lengua y se frotó el cuello.

El padre de Aristia era de temer. No lo notó antes porque nunca entrenaba con él, pero el Marqués Monique no mostraba realmente sus habilidades cuando practicaba con su hija. Sin embargo, cuando le tocó a él, no fue piadoso en lo absoluto.

Aún no superaba al Marqués Monique, y tampoco pudo memorizar todos sus movimientos. ¿Estaba siendo difícil con él por bromear con llamarle "padre"? No, ser infantil no era lo suyo, sí de su propio padre, el Duque Arkint. Pero de todas formas, no estaba siendo fácil.

- ¿No eres demasiado joven para que te duela el cuello? ¿Vas a ser el prodigio más joven en retirarse?- le molestó Allendis.

- ¿No tienes nada mejor que hacer?- una vena sobresalía en la frente del pelirrojo.

El genio del siglo desvío su mirada hacia Aristia, lo que hizo que Carsein alzara una ceja.

- ¿Lo tengo que escuchar de alguien que no hace nada mejor que ver a la chica que ama de lejos cuando le duele el cuello?

Le ladraría si fuese un perro.

- ¿Qué quieres saber realmente?- bufó tomando una de las bebidas que eran ofrecidas por los sirvientes- Ve directamente al grano

El caballero de la emperatriz abandonadaWhere stories live. Discover now