Ella tenía planes

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Carsein hizo un trato con el Emperador Mirkan para salvar a Aristia. Ambos eran concientes de que Ruvellis había comenzado a desarrollar sentimientos hacia ella.

Y para su suerte, el difunto gobernante priorizaba mucho más los deberes que los sentimientos, así que ambos pudieron llegar a un buen acuerdo.

¿Dar su lealtad a cambio? Claro.

Era sencillo.

Actuó como un idiota.

Porque si llegase a oídos indeseados, sería peligroso, y tuvo sumamente cuidado de Allendis, quien era capaz de usar toda la información que tenía sólo para manipular a alguien. También tuvo cuidado de todo lo que se podría hablar dentro del palacio.

Si Aristia llegara a ser la heredera de los Monique sin el contrato, podría destruirlo y tirarlo. Pero ahora era necesario.

Iban tras ella, tal vez por el asunto de la concubina real.

Siempre eran así cuando se trataba de Aristia.

Y si no era el caso, también debía de darle el contrato ya que en su estado actual, no podría cuidarlo.

Tenía suerte de que el emperador haya muerto, dicho de una manera algo grosera, ya que si lo viese en su estado actual, seguro ya hubiese roto el acuerdo.

No le iba a servir un caballero lastimado.

Suspiró.

Había soñado con poder casarse con Aristia y juntos ser una pareja de caballeros, la mejor del reino.

Pero ahora no lo serían más.

- ¡Carsein! ¡Aprecia más tu vida!

Volvió a la realidad y dejó sus pensamientos para otro momento.

El grito de Aristia resonó por su habitación, y lo escuchaba con tanta claridad, ya que con sus ojos viendo todo oscuro, sus oídos se agudizaron.

Pero no tenía nada que decirle.

Lo hecho, hecho estaba.

- ¡Carsein!

Aristia suspiró.

Por más que intentaran que ella escapase de la mirada de Ruvellis, por más que la salvara y por encima de todo aquello que no ha sido nombrado, su vida y su salud valían mucho más que eso.

Él entregó su vida en beneficio de un tercero: ella.

Hizo un pacto de lealtad.

Carsein no la escuchó decir nada más pero habían unos ruidos raros.

¿Estaba llorando?

- ¿Aristia, estás llorando?

La mencionada no dijo nada.

El pelirrojo intentó moverse un poco pero sintió el dolor de sus heridas sobre él.

Apretó sus dientes, frustrado. La había salvado ya pero cómo lo haría en el futuro si hubiesen muchos otros ataques dirijidos hacia ellos. Tendría que aprender a cómo defenderse sin ver....

El caballero de la emperatriz abandonadaΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα