LIBRO II- NUEVA MISIÓN DE VIDA PARA LUCIA CAP 6

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(Escrito por Lucia).

Querida Miriam:

Te escribo de nuevo después de mucho tiempo, mi vida se ha vuelto agitada y apenas si he conseguido tener tiempo para escribir como va todo en mi vida.

En mi último escrito pude "exorcizar" mis viejos demonios y culpas, cuando puse ese punto final fue como si una gran muralla se levantara entre mi pasado, mi presente y lo que el futuro me depara.

Entrando en materia si pude llamar al sacerdote, era un señor muy amable, me puso una cita en su iglesia para poder conversar sobre mi entrada como ayudante en su ministerio.

Cuando llegó el día acudí a la cita, era un poco nostálgico para mi volver a una iglesia católica, los pensamientos se saltaron la barda y me recordé a mí misma vestida de blanco a los 9 años entrando en fila con otros niños a un lugar parecido. 
El sacerdote me saco de mis pensamientos con un saludo cordial, me llevo a su despacho y empezamos a presentarnos.

Allí me llevé mi primera sorpresa el sacerdote no era parte de la iglesia apostólica romana era parte de una asociación independiente de católicos pero por lo que pude entender tampoco era un sacerdote cualquiera era un obispo especializado en exorcismo, lo llamare Fabián a partir ahora.

Para que lo conozcas un poquito mejor, es un señor gordo, barbado de tez clara, de buena estatura, se asemeja a un rabino judío más que a un sacerdote pero no es bueno juzgar a un libro por su portada ¿cierto?, la verdad me genero confianza, después de pasar la tarde hablando quedamos en que sería su aprendiz y entonces iría todas las tardes a hacer una especie de catequesis pero relacionada con todo el ministerio exorcista.

Tuve que cuadrar mi horario de trabajo para poder asistir a mis clases, además de soportar ser la nueva entre sus ayudantes que eran todos hombres añadiendo que se sentían algo desplazados por mí y que tenían una espinita porque en esa ocasión los deje en ridículo.

Poco a poco pude ganarme el respeto de todos, pude confiar en que podía ayudar a alguien, aprendí mucho de todo lo que se relaciona a lo espiritual, pero de nuevo llego otro momento incómodo " la confesión" debía hacerla quisiera o no para poder empezar a trabajar en campo, tendría que hacerlo con Fabián (confesarme) y temía que me tratara diferente después de saberlo todo, quitando que tendría que cumplir la penitencia, porque en esta iglesia, el rito era el mismo solo habian abandonado el enmarañamiento de la burocracia papal, estos no estaban regidos por el vaticano pero conservaban "la esencia" católica.

Acepté que debía confesarme y lo hice sin miramientos, dije lo que era la verdad para mí, contrario a lo que pensé Fabián no cambió conmigo para mí sorpresa eso no era lo más triste y loco que había oído en su trasegar por el ministerio espiritual, me dijo que había sido muy afortunada pues  mi corta vida había tantos matices de ambos lados, no me juzgó por lo de Juan ni me señalo ni nada aunque como penitencia tenía que buscar a la esposa de Juan y pedirle que me perdonara para poder continuar adelante, notó que hice un gesto de inconformidad y tuvo que explicarme que era tan necesario, como lo era la confesión porque pronto iba a empezar a tratar con fuerzas espirituales fuera de mi control que podrían entrar en mis más profundos secretos y sacarlos a la luz para desprestigiar el rito pero si ya mis cuentas espirituales estaban saldadas no podían decir nada porque no era permitido, me pareció justo.

Así que desde ese día me dediqué a buscar a la esposa de Juan por cielo y tierra, con mucha dificultad logré localizarla, fue difícil enfrentarme de nuevo a esos recuerdos aunque ya no era prácticamente ni sombra de la mujer débil que ella había enfrentado esa tarde, tuve que viajar para ir al pueblo donde ella vivía.

Cuando llegué al barrio dónde vivía, tomé aire y busqué su dirección, no pude evitar que el corazón me latiera fuerte al tocar el timbre de su hermosa casa, abrieron la puerta y era ella, la esposa de Juan la mujer que me había abierto los ojos al dolor. Intentó darme con la puerta en las narices pero puse el pie y le dije que iba en son de paz así que accedió a que habláramos.

Empecé pidiéndole perdón por haberme entrometido en su relación, que no iba a excusarme en la ignorancia pero que ya había pagado con creces lo que había hecho, para mi sorpresa ella asintió y con un tono conciliador, me dijo que me perdonaba de corazón, que ella ya sabía lo que le había pasado a mi niña y que ese dolor no se lo deseaba ni a su peor enemiga además no toda la culpa era mía, también su esposo tenía culpa en lo que había pasado.

Sentí una inmensa paz cuando pude hablar con ella, me despedí para siempre de lo que aún me ataba a Juan, le di las gracias por abrirme los ojos y salí de ese lugar, cuando pasaba por la ventana vi al hijo menor de juan, no pude evitar que me doliera pensar que tal vez mi niña se parecería un poco a él, apreté el paso y regresé a la gran ciudad.

Después de arreglar unos asuntos fui a ver a Fabián, había tenido la precaución de grabar la conversación con la esposa de Juan, Fabián me dispenso y mis culpas quedaron lavadas.

Empezamos con lo realmente difícil "la práctica" porqué una cosa es estudiar lo poco que sabemos los seres humanos acerca de la dimensión espiritual y luego pasar prácticamente a enfrentarse a lo que estas pueden causar en las personas pero ya me sentía lista para enfrentar a lo que sea y a quien sea, pasando por las cosas que pasé, no  era nada unas cuantas escaramuzas con "el maligno" y sus secuaces.

Así era mi entusiasmo de primeriza, las primeras veces no fueron tan espectaculares como en las películas de terror, aprendí que realmente el lobo del hombre es sí mismo, casi siempre que atendíamos un caso y podíamos digamos "resolverlo", me daba cuenta que la primera causa de la posesión tenía que ver con un ser humano, unas veces el mismo poseso y otras veces alguien que quería dañarlo o a su familia pero casi nunca se debía al azar.

También me di cuenta que los casos donde realmente es una posesión son muy pocos, en su mayoría eran enfermedades mentales encubiertas,pero como Fabián era un viejo lobo curtido en esas luchas, no atendía personalmente cualquier caso.

¿Sabes algo que me encanta de la mujer que soy hoy? Me considero una chica fuerte, aprendí que el miedo es un sentimiento que se puede controlar y aunque todavía temo a muchas cosas, no dejo que me afecten.

He tenido que renunciar a mi trabajo porque me absorbe mucho mi nuevo "camino", lo bueno es que ahora viajo mucho, Fabián cubre algunos gastos, otros la "Diócesis", otros la familia de los que vamos a ayudar.

No sé si sepas pero un exorcismo es un proceso bastante desgastante física y espiritualmente, por lo que he visto es difícil pensar como las personas le abren las puertas de su vida a los espíritus, jugando con fuerzas que no pueden controlar.
Ver un poseso es un espectáculo un poco patético (en mi opinión personal obviamente), es una persona que no controla su cuerpo durante el trance y que hace cosas para hacer daño a su familia o a la persona que intenta expulsar al "huésped" indeseado, es una experiencia que cambia mucho, he tenido oportunidad de hablar con ellos después de liberarse, también se unen mucho las familias, con eso de que los trapos sucios se lavan en casa... Salen a la luz muchas cosas.

Miriam todo esto que aprendo espero utilizarlo algún día para ayudarte, sí es qué deseas mi ayuda pero ya no necesito que tu recuerdo me de fuerza porque ya tengo mi propia fuerza, aprenderé mucho junto a Fabián, si vuelves a mí.

Trataré de ayudarte, de corazón espero que te encuentres bien.

Aprendiendo a no necesitarte siempre

Lucia

HA QUERIDO NACER (TRILOGÍA COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora