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Después de derrotar a Voldemort, a Harry Potter no le quedaban muchas ganas de seguir juntando enemigos. Había pasado los últimos años de su vida siempre a la defensiva,  y sinceramente, estaba cansado. Ya había hecho su parte con el mundo mágico, ahora se dedicaría a vivir sin preocuparse por problemas que siempre debieron ser de adultos.

Sus amigos sabían cuan duro lo estaba intentando, tratando de dejar todo atrás. Se la pasaba visitando a las familias de los magos que murieron en la batalla, ayudó a arreglar lo que quedó destruido de Hogwarts y se paseó por más de la mitad de los juicios que hubo. Draco lo sabía, había escuchado a los guardias hablando de Harry Potter testificando en juicios en los que nadie esperaría ver al héroe del mundo mágico, probablemente fue por eso que no se sorprendió totalmente cuando lo vio en su juicio, de pie al verlo entrar y testificando que Draco Malfoy, un mortífago, aquel que dejó entrar al séquito del Señor Tenebroso a la misma escuela donde iba nada más que para asesinar a Dumbledore, era totalmente una víctima de las circunstancias y que no merecía ningún castigo por ello. Lo dijo sin titubeo alguno y una certeza sólo podría ser cierta. Harry Potter de verdad creía que él era inocente, y Merlin, ¿Quién era el Wizengamot para decirle que no al niño-que-vivió? 

Después de ser liberado, Draco se enteró que el elegido se había pasado por el juicio de su madre también, asegurando que esta la salvó mintiéndole al mismo Voldemort en la cara y librándola de todo castigo que pudo llegar a tener. Por Lucius no pudo hacer nada, aunque eso realmente no le importaba, el hombre había tomado sus propias decisiones y había arrastrado a a su hijo y esposa sin detenerse un momento a pensar que era lo mejor para su familia. Tenía claro que cualquier castigo que recibiera su padre era bien merecido.

Draco vio a Harry sentado en una de las bancas fuera de las cárceles improvisadas que hicieron los aurores para dejar ahí a los mortífagos que esperaban su juicio. No dudó ni un segundo en extenderle una mano.

—No sé bien que puede haber pasado para que hagas esto -Dijo cuando se detuvo frente al asiento que ocupaba Harry.— Pero has librado a mi madre, estoy en deuda contigo Potter.

—No hay ninguna deuda —Le restó importancia con un gesto mientras tomaba su mano y se levantaba.— Tu madre me salvó, Malfoy —Draco asintió soltó su mano antes de voltear para irse. En un ataque de impulsividad Harry le tomó el brazo antes de que pudiera alejarse.

—Tu también me salvaste —Bajó su agarre hasta su muñeca cuando sintió que jalaba para soltarse. —En la mansión, sabías que era yo —Draco le miró, largo y fijo. Harry tragó saliva cuando pasaron unos segundos sin obtener respuesta.— Me salvaste, Draco.

Los ojos grises se cristalizaron antes de que pudiera evitarlo y Harry lo notó. Por supuesto que lo notó, desde el esfuerzo en vano por retener las lágrimas hasta la forma en que su rostro de contraía para evitar dejar escapar algún sonido.

Lo jaló y lo abrazó. Porque entendía, maldición. Siempre pensó que Draco Malfoy era un gran hijo de puta, Merlin, si hasta creyó que era el heredero de Slytherin y que pasaba sus ratos libres petrificando niños. Tuvo que terminar la guerra, tuvo que ver a sus amigos llorando en el comedor de Hogwarts para entender, nunca fue acerca de buenos y malos. Ninguno escogió esa guerra y aún así ahí estaban pagando las consecuencias de cosas que nunca estuvieron en sus manos. Harry recordó haber sentido que la vida se reía en su cara, que todo era demasiado injusto para él y sus amigos, y se preguntó vagamente si Malfoy se había sentido igual de perdido que él.

Lo mantuvo cerca trazando círculos en su espalda hasta que los pequeños espasmos causados por el llanto cesaron, pero no se separó, y contrario a lo que le gritaba una voz demasiado lejana en su cabeza como para hacerle caso apretó un poco más el abrazo. No pudo evitar abrir sus ojos con sorpresa cuando sintió a Draco recostarse sobre su pecho, y se dijo vagamente que esto fue lo que debió hacer aquella vez que lo encontró en los baños.

Jamás mencionaron el cómo Draco Malfoy dejó caer sus barreras frente a Harry Potter en medio del ministerio, ni de cómo Harry sí vio cuando Draco se quitó el anillo familiar y lo guardó en su bolsillo antes de darle la espalda y caminar hacia la salida.



Almost is never enough [Drarry / Harco]Where stories live. Discover now