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—¿Quieres salir?

Draco dejó de remover la poción un momento y lo miró. Sí, Ron le había dicho que se lo tomase con calma, pero vamos, es Harry Potter, y Harry Potter nunca se toma las cosas con calma.

—¿Salir a donde? —retomó su trabajo en la poción cuando desvió la mirada de la suya. Harry podía notar como el rubio se había tensado un poco, su espalda se enderezó más que de costumbre y sus nudillos estaban más blanco de lo normal por la fuerza con la que apretaba la cuchara con la que mezclaba la poción. A pesar de eso, irradiaba un aura de total tranquilidad. 

—A donde quieras —dijo rápido, atropellándose con sus palabras.— Podemos ir a a Las tres escobas —carraspeó.— Si quieres —agregó rápido. Draco soltó una risa por lo bajo.

—Quiero —tomó una pausa para apagar el caldero y guardar sus cosas. Luego miró a Harry, con una pequeña sonrisa en los labios.— Pero no puedo salir, Potter. 

—¿No puedes? —balbuceó, arrugando la entre ceja.— ¿Cómo que no puedes? 

—No puedo —le respondió, divertido.— Madre no firmó el permiso.

—No necesitas permiso —replicó, extrañado.— Eres mayor de edad.

— A McGonagall no le importa mucho eso —bufó.— Lo pidió el ministerio, después de mi juicio. Fue lo único que quisieron. No me molesta, en realidad —se encogió de hombros.

Harry de verdad intentó no lucir decepcionado. Le había dado mil vueltas al asunto, preguntándose cómo es que se le pide salir a alguien como Draco Malfoy. Había decidido que un simple "¿Quieres salir?" bastaría para que no se diese cuenta de sus sentimientos -que Harry ya había aceptado en su totalidad, después de una pequeña crisis interna- y para que suene lo suficiente casual. Había descartado invitarlo a pasar por la cocina a escondidas como hacía con Ginny a inicios de su relación, porque Draco no era nada como Ginny, y no podía estar seguro de que le gustara escabullirse a la cocina a comer los restos de la cena. ¿Volar en escoba? No, definitivamente no, se sentía incapaz de mantener el equilibrio si el rubio lo miraba. 

—Oh, vamos —dijo el rubio, tomándolo por sorpresa y obligándolo a dirigir su mirada hacia él.—Quita esa cara de crup abandonado, Potter —dijo con burla —He dicho que no puedo salir del castillo, no que no podamos hacer algo juntos.

Harry se atragantó con su propia saliva y tuvo que toser un poco. Draco aún lo miraba con burla en sus ojos, aunque no era maliciosa. Había algo más en la forma que lo miraba, pero no sabía que era.

—Podemos ir a la torre de Astronomía —propuso el rubio, sorprendiéndolo, de nuevo. Draco Malfoy no era de las personas que daban el primer paso, casi nunca. Harry siempre era el que hablaba primero, el que ofrecía, el que preguntaba.

—¿Mañana? ¿Después del toque de queda? —vio su sonrisa tirar un poco más hacia arriba. Recogió maletín y se lo puso al hombro antes de avanzar unos pasos hacia él.

—Es una cita —le guiñó un ojo y se fue caminando como si supiera lo que causaba en él.

Ese día Harry se quedó unos minutos viendo por donde salió el rubio, y, sintiendo que sus mejillas iban a estallar, fue corriendo hacia su cuarto.

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—Tienes esa cara, Harry.

Pensó que nadie estaría dentro del dormitorio cuando entró. últimamente sus compañeros se la pasaban fuera hasta el toque de queda, y Ron no era la excepción, se la pasaba con Hermione todo el día, sorprendentemente, sin pelear.

—¿Yo? —preguntó Harry de vuelta, con la mejor expresión de inocencia que tenía.

—Cambia esa cara, nadie te la cree —bufó, cruzándose de brazos —¿Qué hiciste? 

Harry sólo sonrió como respuesta. Su amigo lo miraba sin comprender unos segundos. Cuando entendió qué pasaba, arrugó el ceño y formó una mueca de disgusto.

—¿Lo invitaste a salir? Compañero... —se quejó. Estiró los brazos y relajó su rostro un poco, parecía que pensaba en algo, la mueca regresó.— Eso no es tomarlo con calma —suspiró, y borró todo rastro de incomodidad.— Pero bueno, no podía esperar otra cosa de ti —lo miró con un poco de duda, avanzó unos pasos y frenó en seco. Tuvo un pequeño lío mental, que Harry vio con diversión, exhaló y levantó las manos, negando con la cabeza, para darse vuelta y entrar a su cama, murmurando algo acerca de él no escuchando.

No tenía ni la menor idea de cuándo era que su amigo había cambiado tanto. ¿Había sido Mione? ¿La guerra? En otro momento, Ron habría reaccionado totalmente diferente a como lo hizo ahora. Probablemente lo hubiera hechizado un par de veces antes de llevarlo con Madame Pomfrey para que revise si algo estaba mal con él. 

Estaba realmente sorprendido. ¿En qué momento pasó? ¿Cómo es que no se había dado cuenta? ¿Había descuidado a sus amigos? No, se dijo. Era verdad que pasaba algo más de tiempo pensando en otras cosas que en atender a las conversaciones de sus amigos, y que a comparación de antes, ya no estaban juntos todo el día, porque Harry, consciente de que sus dos mejores amigos necesitaban pasar más tiempo juntos ahora que eran pareja, había decidido no entrometerse mucho, aún cuando Hermione lo incluía en sus planes.

Tal vez debería prestar más atención a sus amigos, pero tendrá que ser después. Ahora está muy ocupado pensando en cierta cita con cierto rubio.




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No tenía ganas de subir esto.

A las pocas personas que lo leen, por favor, les pido que, si creen, recen por mi abue, que está algo delicado de salud, y si no lo hacen, que le manden fuerza, que es lo que más necesita ahora.

Gracias a las pocas personitas que leen este intento de fic.


Almost is never enough [Drarry / Harco]Where stories live. Discover now