Capitulo 1: El principio

3K 138 17
                                    


     "Pov ____"

     Me llamo ____ Schmidt y tengo 17 años. Me crié en una familia de chicos, ya que tengo tres hermanos varones Kenneth, Kevin y Kendall, éste último es mi hermano gemelo. Nunca me llevé demasiado bien con los dos mayores, ya que apenas me dejaban jugar nunca a sus vídeo juegos o a pelota porque siempre decían que a las niñas no se les daba bien nada de eso. Me daba bastante rabia como me trataban y siempre me iba donde mi papá y él me consolaba. Pero hace ya cinco años mis papás se divorciaron, mi papá prometió que volvería a por mi pero nunca lo hizo por lo que siempre culpé a mi madre de eso y mi relación con ella se volvió dura. Empecé a juntarme con chicas que hacían cosas malas, bebían, fumaban e incluso robaban de vez en cuando. Mi madre ya no sabia que hacer conmigo ya que poco a poco me volví como ellas. Kenneth tuvo que venir a buscarme alguna vez a las consignas de los almacenes por haberme pillado in fraganti con algo. Aguantaba su regañina de camino a casa pero me daba igual, "tu no eres papá así que no te comportes como tal ¿quieres?" le repetía una y otra vez. Mi madre siempre estaba demasiado ocupada trabajando y él había cogido el papel de cabeza de familia, tanto Kevin como Kendall siempre le escuchaban pero yo ni hablar.

     Kenneth - ____ ¿siempre vas a comportarte igual? Recuerda que ya no eres ninguna niña así que a ver si maduras de una vez.

     - Te he dicho infinidad de veces que no me trates como si fueras mi padre porque no lo eres.

     Kenneth - A todos nos dolió que papá se fuera, no sólo a ti. No te comportes como si fueras el centro del mundo en esta familia.

     - Y tu no lo hagas como si realmente yo te importara una mierda. Ni a ti ni a Kevin ni Kendall os he importado nunca ¿Y qué decir de mamá? Si fuera por ella ya hace tiempo que estaría cumpliendo condena en la cárcel.

     Kenneth - ¿Por eso haces estas cosas? Es un grito de auxilio hacia ella.

     - No digas bobadas, a ella le da igual donde o con quien estoy. Desde que papá se fue aprendí a valerme por mi misma y no la necesito para nada.

     Kenneth - Habrá un día en el que yo no pueda ir a sacarte de tus innumerables problemas y te acabarán encerrando una temporada, ya lo verás hermanita.

     - ¿Acaso me amenazas?

     Kenneth - En absoluto, sólo te aviso. Yo me voy a ir de la ciudad por trabajo y Kevin se va en unos días a la universidad. No se quien irá a buscarte cuando llamen porque has robado algo.

     - Pues tendrá que ocuparse Kendall.

     Kenneth - Él es un buen chico, no parecéis gemelos en absoluto, así que a él no le metas en tus líos.

     - No sabes cuanto deseo que vosotros dos os vayáis ya donde sea. Mira que llegáis a ser pesados - Llegamos a casa y Kenneth entró tras de mi pegando un portazo, a veces disfrutaba sólo haciéndole rabiar. Y siempre lo conseguía, él y Kevin eran tan obvios que era muy fácil enfadarlos, en cambio Kendall no se dejaba, siempre sabia que iba a decirle y se me adelantaba con alguna gracia suya. Mamá como era habitual no estaba en casa, por lo que subí a mi cuarto y tras darme una ducha y quitarme todo el maquillaje de mi cara, me puse un pijama y bajé a comer algo. Mis tres quebraderos de cabeza estaban sentados alrededor de la isla en la cocina comiéndose unos sándwiches, así que me acerqué al frutero y cogí una manzana y me dispuse a salir de allí sin hablar con ninguno pero no fui lo suficientemente rápida.

     Kevin - ¿Eso es lo único que cenaras ____?

     - Si.

     Kevin - Al final enfermarás, apenas comes y te pasas el día bebiendo y fumando con tus amigas.

     - ¿Y a ti qué te importa lo que yo haga? - dije enfadada.

     Kevin - Eres nuestra hermana pequeña, nos importa mucho todo lo que hagas.

     - ¡¿Ah si?! ¿Y desde cuándo os preocupáis por mi? Nunca me quisisteis ninguno de vosotros ¿o no recordáis como intentabais perderme siempre que teníais ocasión? Porque yo si que lo recuerdo. La única persona que creyó que era importante me abandonó hace ya cinco años - Empezaba a notar que empezaría a llorar y nunca lo haría delante de ellos por lo que salí de la cocina y me dirigí a mi habitación, cuando me agarraron del brazo ¿cómo no? El que faltaba por aquella noche de darme el sermón - ¿Y tu qué quieres ahora Kendall?

     Kendall - Eres una egoísta con nosotros. Lo que pasó cuando éramos pequeños no dejan de ser cosas de niños, tanto Kenneth como Kevin intentan que esta familia se mantenga a flote.

     - ¿Sabes qué? No tengo ganas de discutir y menos contigo. Siempre sabes todo lo que pienso y por eso juegas con ventaja.

     Kendall - Yo se lo que piensas al igual que tu. Somos un caso entre un millón. Y mi respuesta es no.

     - ¡Kendall no me hagas eso! No leas mi mente.

     Kendall - Es divertido hacerlo jajaj.

     - Siempre lo hiciste, desde que descubrimos que teníamos este don al irse papá. Siempre fue nuestro secreto - ya no aguanté más y me abracé a él llorando, era el único que me comprendía sin decirle nada - ¿de verdad crees que la respuesta es no?

     Kendall - Absolutamente, aunque lo intentes nunca serás una mala persona.

     - Yo también te quiero hermanito - leer su mente era ya costumbre, nadie conocía nuestro don y siempre nos aprovechamos de eso - Me voy a dormir, hasta mañana - le besé en la mejilla y entré en mi habitación.


El internadoWhere stories live. Discover now