21: Torturas y hermanos pequeños

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Leer al pie.

Narra Sophie:

-¡Cállalo, o yo misma lo haré!- le grité a mi madre. Josh no ha dejado de llorar en todo el santo día.

-Quisiera ver cómo.- me retó. Ojalá Dawn estuviera aquí en estos momentos.

-Así.- cogí su sonaja y se la metí en la boca. Su expresión de desesperación aún se veía, pero en puro silencio.

Mamá me dio una mirada confundida y le quitó la sonaja. Los gritos se hicieron escuchar otra vez.

-Bueno, iré a casa de Riley. Tenemos tarea, además así no tendré que escuchar eso.- y señalé a Josh. Subí las escaleras y recogí mi mochila. Me la coloqué en el hombro, bajé las escaleras y salí. Nuestras casas no quedaban muy lejos, así que caminé unas...Diez cuadras. Okay, no estaban taaaan cerca, tampoco.

Toqué la puerta dos veces.

-¡Sophie!- y la abrió Meghan.

-¿Meghan? ¿Qué haces aquí?- pregunté. Me hizo una seña para que entrar y me senté en un sofá.

-No sé si te dijo, pero ayer, Riley no se sentía bien al final. Así cuando estuvo durmiendo, empezó a...vomitar.- hizo un gesto de asco.

-¿Y eso nos lleva a...

-Eleanor me dijo que la cuidara hasta que regresen de hablar con Eric Cowell.

-¿En serio la dejaron con una niña de 13 años?- me miró asesina - Digo, porque tú tienes la mentalidad de una persona de 25.- corregí.

-Bueno, venía a recoger mi libro de Álgebra, que había dejado hace unos días, y me dijeron que me quedara.

-Y hablando de Eric Cowell, ¿por qué querían hablar con el hijo del grandísimo Simon Cowell?

-Por el álbum. Nuestro álbum. Dicen que la primera canción fue buena. Y saldrá como sencillo. Tendríamos que estar grabando la segunda en estos días.

-¿Y como sabes todo esto? Tengo que admitir que eres como de nuestra edad, pero ni nosotros sabemos.

-Digamos que yo sí pongo atención cuando nos hablan del tema. No como ustedes.

-Como sea. Prefiero quedarme aquí, que escuchar los gritos de Josh.-bufé.

-Creéme. Ojalá Edward se hubiera sentido así cuando yo nací.- se burló ella.

-Claro que lo hizo. Recuerdo que teníamos como 6 años. Él se quedaba a dormir en mi casa porque llorabas mucho. Solíamos jugar videojuegos en su nueva consola. Era muy divertido en ese tiempo.-recordé.

-¡Meghan, donde est...- Riley bajó las escaleras y sonrió al verme.

-¡Hey, Riley! Oí que estabas mal.

-Sí... Bueno, gracias por venir. Me haría bien una compañía.- estaba por darme un abrazo cuando la paré con mi mano.

-Woah, Woah, Woah. Mantén tu distancia. Estás enferma.- reímos.

-Meghan, la pizza que pedí está por llegar.

-¿Estás enferma y pides pizza? Tú si que estás mal, mujer.- negó Meghan.

El timbre sonó y Riley sacó dinero de su bolsillo. Se acercó a la puerta y se tapó la boca con la mano. Carcomidas por la curiosidad, Meghan y yo nos acercamos.

-Oh. Por. Dios.- susurré. Tiffany -la rubia desabrida, llamada así por Dawn- estaba parada frente a nosotras con una camiseta roja y una gorra que decía "Domino's".

-¡No sabia que trabajabas en Domino's!- Meghan se echó a reír. Tiffany sólo empujó la caja de pizza hacia Riley.

-Cállate, elfo. Al fin y al cabo, tu hermano no dice cosas muy buenas de ti.- Tiffany puso una sonrisa desafiante.

-¿Sabes cuál es la diferencia entre esta pizza y tu opinión? Que a la pizza si la pedí.- Meghan le tiró el dinero y le cerró la puerta en la cara.

Los hijos de One Direction ➸ sin editarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora